viernes, 25 de julio de 2008

HANCOCK

Peter Berg es uno de esos artistas polifacéticos que lo mismo se dedican a la actuación, como a la producción, a la dirección e incluso, a la elaboración de guiones cinematográficos. Como realizador, estrenó el año pasado La sombra del reino con resultados notables, demostrando que sabía manejar con corrección las reglas básicas del género de acción. Su asociación con otro cineasta como Michael Mann, uno de los directores más interesantes de las últimas décadas - El dilema, Alí, Collateral- marcó definitivamente su carrera. El propio Mann produjo la anterior película de Berg y ahora también se encarga de la producción de Hancock junto a Akiva Goldsman, productor de cintas de acción como Soy leyenda, Poseidón o Señor y Señora Smith y, en sus inicios, gran guionista de largometrajes como Cinderella Man, El cliente y, sobre todo, Una mente maravillosa, que le valió el Oscar al mejor guión en el año 2002. Ambos interpretan además sendos cameos en Hancock.
No obstante, quien espere encontrar en esta película el nivel de intriga y acción que conseguía La sombra del reino se llevará una desilusión. Pese a narrar la historia de un superhéroe que se enfrenta a numerosos delincuentes dista mucho de ser un film que destaque por su acción trepidante e intensa. Una trama demasiado inverosímil –aun dando por hecho que nos encontramos en un género donde la ficción se lleva al extremo- y unos giros de guión muy radicales, unidos a algunas escenas finales de la proyección, lastran irremediablemente la cinta. Ahora bien, quienes simplemente busquen una comedia alocada con chistes fáciles –algunos, lo reconozco, con gracia- y situaciones hilarantes, podrán disfrutar en cierta medida a lo largo de sus noventa minutos de duración, porque la única forma que tiene de prosperar es tomársela a broma con la convicción de estar ante una comedia.
Es obvio que el público respalda la propuesta si nos fijamos en la recaudación de más de cien millones de dólares en Estados Unidos en su primer fin de semana. Sin embargo, y pese a la sonrisa que pueda arrancar al espectador alguno de sus fotogramas, es incuestionable que se abandona la sala con sensación de decepción, ya que prometía en un principio más de lo que finalmente ofrece.
Su actor protagonista Will Smith destaca en el equipo artístico. Él ha sabido como nadie y en varias ocasiones dar vida a esos personajes graciosos y con un punto marginal como el que le brindó la fama en la serie televisiva El Príncipe de Bel Air. Pero, al mismo tiempo, ha dado sobradas muestras de su buen hacer como intérprete en otros proyectos como el biopic del boxeador Muhammad Alí que rodó a las órdenes del citado Michael Mann o la cinta En busca de la felicidad, trabajos por los que fue nominado como mejor actor principal a la estatuilla de Hollywood. Este año tiene pendiente de estreno un esperado film dirigido por el italiano Gabriele Muccino. También merece una mención la bellísima Charlize Theron, también Oscar a la mejor actriz por su interpretación en Monster y que ya compartió rodaje con Smith en la película de Robert Redford La leyenda de Bagger Vance.

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