viernes, 28 de julio de 2017

DUNKERQUE (Dunkirk)

No soy un gran aficionado al cine bélico. Su temática me produce una desazón que ahonda en el desapego hacia la especie humana. No obstante, existen películas del género que considero imprescindibles: “Black Hawk derribado”, de Ridley Scott, las dos obras magnas de Steven Spielberg (“Salvar al soldado Ryan” y “La lista de Schindler”) o “Enemigo a las puertas”, de Jean-Jacques Annaud, serían algunas de ellas. A partir de ahora, en el pódium de ese listado que recopila lo mejor de tan singular modalidad, habrá que hacerle un sitio a “Dunkerque”, excepcional largometraje que refleja a la perfección las miserias y heroicidades que acompañan a los seres humanos y que supone, además, una lección magistral sobre cómo narrar una historia desde un punto de vista artístico y cinematográfico. 
Considero a Christopher Nolan una figura señera de nuestro tiempo que ocupa por méritos propios un espacio en la Historia del Séptimo Arte. Su particular estilo, su constante intensidad narrativa, su valentía y originalidad a la hora de profundizar en las oscuridades del alma humana, su capacidad para entretener, su habilidad para usar el aspecto visual y convertirlo en una herramienta que da una nueva perspectiva a la trama y la trascendencia filosófica y hasta onírica de la mayoría de sus escenas le elevan al Olimpo de cineastas visionarios y fuera de serie. Ha sido capaz de revolucionar la ciencia ficción tanto con “Interstellar” como con “Origen”, sobresalientes trabajos que marcan un antes y un después dentro del citado género. Su trilogía sobre “Batman”, con Christian Bale como protagonista, alzó las películas de superhéroes a unos niveles de calidad insólitos hasta aquel momento. Con la sórdida, extraña y asombrosa “Memento”, diecisiete años atrás, ya logró su primera nominación al Oscar. 
Ahora, con “Dunkerque”, demuestra que ni se encasilla ni se acomoda. Muy al contrario, explora nuevos temas pero permaneciendo fiel a su esencia. Sin duda, es un genio. Sin embargo, conviene indicar que aquellos espectadores que no toleren las prolongadas secuencias sobre la guerra, con la desesperación y deshumanización que conlleva, la cinta les podrá resultar un tanto indigesta. La violencia y la crueldad no son sencillas de visionar. Acostumbrados a la aparición en todo tipo de pantallas de peleas, ensañamiento y ferocidad como mera fórmula de entretenimiento (incluso, en ocasiones, para proporcionar una visión distorsionada de la diversión), esta recreación del miedo, la brutalidad y la muerte como parte de nuestra naturaleza y de nuestra Historia nos conmueve y nos avergüenza, aunque, por otro lado, nos recuerda también el sacrificio, la entrega, la vocación de servicio y el heroísmo de determinadas personas. Por lo tanto, no se trata solamente de una plasmación de acontecimientos reales que no deben ser olvidados, sino de una sólida, hábil y certera reproducción de imágenes y sonidos que conectan directamente con el cine entendido como lo que es en realidad: un arte. 
En plena Segunda Guerra Mundial, cientos de miles de británicos y de tropas aliadas se encuentran rodeados por las fuerzas enemigas en la ciudad francesa de Dunkerque. Atrapados en la playa con el mar a sus espaldas, se enfrentan a un destino aciago con el ejército enemigo cada vez más cerca. A finales de mayo de 1940 se pone en marcha una complicada operación de evacuación que permitirá el rescate de unos trescientos mil soldados, aunque muchos de ellos perderán la vida en el intento. Presentado como un largometraje coral que ofrece la batalla y el rescate desde tierra, mar y aire, es imposible no conmoverse y no sentirse removido por dentro, en mi opinión un logro nada sencillo. 
Entre los actores que forman parte del elenco no hay ninguno que pueda ser considerado como principal. Destacan Mark Rylance (Oscar por “El puente de los espías”), Tom Hardy (“El renacido”, “Origen”, “El caballero oscuro: La leyenda renace”), Cillian Murphy (“Batman Begins”, “El viento que agita la cebada”) y Kenneth Branagh (más memorable por sus inicios como director). Junto a ellos, figuran otros jóvenes intérpretes desconocidos, como Fionn Whitehead y Aneurin Barnard.

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Trailer en versión original


Datos del film

Título original: Dunkirk
Año: 2017
Duración: 107 min.
País: Estados Unidos
Director: Christopher Nolan
Guion: Christopher Nolan
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Hoyte Van Hoytema
Reparto: Fionn Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Cillian Murphy, Barry Keoghan, Harry Styles, Jack Lowden, Aneurin Barnard, James D'Arcy, Tom Glynn-Carney, Bradley Hall, Damien Bonnard, Jochum ten Haaf, Michel Biel

martes, 25 de julio de 2017

STANLEY KUBRICK

Stanley Kubrick nació en Nueva York el 26 de julio de 1928 y falleció en la localidad británica de St Albans el 7 de marzo de 1999. Director de cine, guionista, productor y fotógrafo, es considerado por muchos como uno de los cineastas más influyentes del siglo XX. Debutó como realizador con una serie de documentales rodados a comienzos de los años cincuenta, los cortos “Day of the Fight” (1951), “Flying Padre” (1951) y “The Seafarers” (1953). Su primer trabajo de ficción fue “Fear and Desire” (1953), drama bélico de bajo presupuesto en el que aparecía como actor su posteriormente colega Paul Mazursky. 

Más tarde rodaría “Atraco perfecto” (1956), cinta protagonizada por Sterling Hayden y Coleen Gray. El film antibélico “Senderos de gloria” (1957) adaptaba una novela de Humphrey Cobb y le puso en contacto por primera vez con Kirk Douglas, quien demandó la presencia de Kubrick para sustituir a Anthony Mann en “Espartaco” (1960), fenomenal peplum basado en la obra de Howard Fast. Por esta película recibió una nominación a los Globos de Oro en la categoría de mejor director, candidatura que volvió a lograr con “Lolita” (1962), adaptación del texto homónimo del autor ruso Vladimir Nobokov, quien también asumiría facetas de guionista y optaría al Oscar de Hollywood. Encabezaron el reparto James Mason -como el profesor Humbert Humbert- y Sue Lyon, en el papel de Lolita. 

“¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú” (1964) era una sátira sobre la guerra fría por la que Kubrick fue candidato a la estatuilla dorada. Cuatro años después  retornó a la gran pantalla con uno de sus proyectos más ambiciosos, “2001: Una odisea del espacio” (1968), en colaboración con el escritor Arthur C. Clarke, que pivotaba en uno de sus relatos, titulado “El centinela”. Curiosamente, se alzó con el Oscar a los mejores efectos especiales. 

En “La naranja mecánica” (1971) se basó en el libro de Anthony Burgess y su siguiente trabajo le retrotrajo a la Inglaterra del siglo XVIII gracias a William Makepeace Thackeray y su “Barry Lyndon” (1975), con Ryan O’Neal al frente del reparto. En la década de los ochenta estrenó dos largometrajes, “El resplandor” (1980), muestra de terror de Stephen King con Jack Nicholson como estrella, y “La chaqueta metálica” (1987), donde volvía a recalcar sus postulados contrarios al belicismo desarrollando la acción en la Guerra del Vietnam y con la que fue nominado de nuevo como mejor guionista.  

Tras muchos años de reclusión, terminó realizando “Eyes Wide Shut” (1999), drama psicológico protagonizado por la pareja Tom Cruise–Nicole Kidman, que llegó a las carteleras después de su fallecimiento a la edad de 70 años. 


Escena de "Espartaco"




Escena de "Eyes Wide Shut"



viernes, 21 de julio de 2017

A 47 METROS (47 Meters Down)

Resulta sorprendente el número de películas relacionadas con tiburones que se han estrenado en la gran pantalla, casi suficiente para formar un subgénero cinematográfico. Además de la saga iniciada por el magistral cineasta Steven Spielberg en el año 1975, las producciones con dichos animales como hilo conductor se cuentan ya por centenares. Rodadas en dos o en tres dimensiones, la fuente de títulos es inagotable: “Deep Blue Sea”, “Open Water”, “Marea letal”, “Muerte en las profundidades” y, así, un largo etcétera a los que cabe añadir todos los que incluyen el nombre del escualo: “Tiburón, la venganza”, “El ataque del tiburón de dos cabezas” (y su secuela, “El ataque del tiburón de tres cabezas”), “Tiburones en Malibú” o “El ataque de los tiburones”. Tampoco hay que olvidar los que abordan el tema desde el punto de vista de la evolución de las especies: “Jurassic Shark” o “Megatiburón contra pulpo gigante”, entre otros. Juro que no me invento los nombres de los filmes. Búsquenlos y los encontrarán. Incluso figuran algunos más sorprendentes aún. 
El director español Jaume Collet-Serra rodó el pasado año “Infierno azul”, con la actriz Blake Lively al frente del elenco, y ahora llega a las carteleras “A 47 metros”, de Johannes Roberts, responsable de la mediocre “El otro lado de la puerta” y de las lamentables “Darkhunters” y “Hellbreeder”, a las que hasta el calificativo de “serie B” les viene demasiado grande. La única baza de este último largometraje consiste en exprimir la misma fórmula que otros de sus antecesores han esquilmado durante décadas. Después de visionar decenas de ejemplos que centran la intriga y la tensión en unas fauces que se zampan a los bañistas de turno, la reiteración de la receta deja de resultar efectiva. Las pequeñas variaciones existentes (en vez de nadadores, buceadores; en lugar de en la superficie, en las profundidades) apenas aportan cambios. Es más de lo mismo, una y otra vez. 
En esta ocasión, dos hermanas quedan atrapadas en el océano mientras realizan una expedición de buceo con el fin de observar a los tiburones. Cuando el cable que mantiene sujeta su jaula metálica se rompe, comenzarán un descenso sin freno hacia el fondo del mar. Dará entonces inicio una angustiosa lucha contrarreloj, en la que ambas jóvenes deberán encontrar el modo de sobrevivir a los ataques de las fieras y salir de allí antes de que el oxígeno se agote. 
Pese a que la duración apenas alcanza la hora y media, no logra mantenerse el interés a lo largo de la proyección. El problema no estriba en que se trate de una producción menor, sino en que se aprecia una patente falta de inventiva e ingenio, lo cual condiciona el resultado. De hecho, es más que discutible que pueda encuadrarse en el género de terror, habida cuenta la nula respuesta que provoca lo que muestra. 
La creatividad y la originalidad brillan por su ausencia de tal manera que, medida que avanza el metraje, la historia se hunde a la par que el armazón de inmersión de las protagonistas. Convendría que la industria del Séptimo Arte zanjase de una vez por todas esta variedad de proyectos que acaban por parecer uno solo y que agotan la propuesta de cara a los espectadores. Es verdad que suele tratarse de producciones de bajo presupuesto (en este caso, apenas cinco millones de dólares), pero su supuesta rentabilidad va en detrimento del arte de la cinematografía. Por lo que a mí respecta, estoy dispuesto a encabezar una petición en la plataforma “Change.org” para instar a la erradicación de este tipo de filmaciones, ya sean en celuloide o en formato digital. “No más películas de tiburones”. Sería un lema sencillo y directo, pero contundente. 
La otrora adolescente mediática Mandy Moore (“Dr. Dolittle 2”, “Princesa por sorpresa”, “Todo lo que quiero”, “Deseando libertad”) encabeza el reparto. Le acompaña Claire Holt, conocida por algunas teleseries como “H2O”, “Pequeñas mentirosas” o “Crónicas vampíricas”. Ambas hacen lo que pueden, pero llevar este proyecto a flote es un imposible.

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Datos del film

Título original: 47 Meters Down
Año: 2017
Duración: 87 min.
País: Reino Unido
Director: Johannes Roberts
Guion: Johannes Roberts, Ernest Riera
Fotografía: Mark Silk
Reparto: Mandy Moore, Claire Holt, Chris Johnson, Yani Gellman, Santiago Segura, Matthew Modine, Mayra Juarez, Axel Mansilla

martes, 18 de julio de 2017

BENEDICT CUMBERBATCH

Benedict Cumberbatch nació en Londres el 19 de julio de 1976. Galardonado actor británico de televisión, teatro y cine, alcanzó la fama gracias a su interpretación de Stephen Hawking en el telefilm "Hawking" (2004). Posteriormente, interpretó al célebre detective Sherlock Holmes en una adaptación moderna del personaje de Sir Arthur Conan Doyle en la serie televisiva “Sherlock”. 

Debutó en la pantalla grande con la cinta “Matar a un rey” (2003), de Mike Barker. En el año 2006 estrenó dos títulos: “Un chico listo”, de Tom Vaughan y “Amazing Grace”, de Michael Apted. Su salto cualitativo comenzó con “Expiación. Más allá de la pasión” (2007), magnífica película de Joe Wright, a la que siguió “Las hermanas Bolena” (2008), de Justin Chadwick. 

Los papeles protagonistas le llegaron con “Burlesque Fairytales”, (2009) de Susan Luciani, aunque los siguió compaginando con otros secundarios como el de “La duda de Darwin” (2009), de Jon Amiel.

 En 2010 protagonizó “Third Star”, de Hattie Dalton y “La verdad oculta”, de Larysa Kondracki. Uno de sus largometrajes más aclamados fue “El topo” (2011), de Tomas Alfredson. Trabajó con Steven Spielberg en “War Horse” (2011) y, acto seguido, intervino en dos de las sagas más exitosas de los últimos tiempos: “El Hobbit” (“El Hobbit: Un viaje inesperado” -2012-, “El Hobbit: La desolación de Smaug” -2013-; “El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos” -2014-) y “Star Trek” (“Star Trek: En la oscuridad” -2013-). Entre medias, participó en la oscarizada “12 años de esclavitud”, de Steve McQueen, “Agosto” (2013), de John Wells y “El quinto poder” (2013), de Bill Condon. 

En 2014 abordó su trabajo más destacado hasta la fecha, en “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”, que le proporcionó una nominación al Oscar como mejor actor principal. Dos años después estrenó “Doctor Strange (Doctor Extraño).

Escena de "Descifrando enigma"



Escena de "Agosto"



viernes, 14 de julio de 2017

LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS (War for the Planet of the Apes)

En el lustro comprendido entre 1968 y 1973 se estrenaron hasta cinco películas de la saga de “El planeta de los simios”. El éxito de su primera entrega, dirigida por Franklin J. Schaffner y protagonizada por Charlton Heston, motivó la proliferación posterior de aquellos títulos que, a la postre, terminaron reflejando una decadencia bastante más que evidente. Veintiocho años después, el peculiar cineasta Tim Burton filmó un “remake” tan fallido como innecesario. Y a partir de 2011 dio comienzo una nueva trilogía, que se completa ahora con “La guerra del planeta de los simios”. Pero los nueve largometrajes estrenados resultan demasiados. 
Sin entrar en el debate sobre cuál de ellos es el mejor, creo que estas tres últimas producciones rodadas en 2011, 2014 y 2017 mantienen e, incluso, superan su inicial nivel de calidad. Así como las cintas de la década de los setenta fueron perdiendo categoría con respecto a la original de un modo irrefutable, no se ha repetido el mismo fenómeno con los tres films rodados recientemente, que conforman un proyecto facturado con corrección y que ofrece unas dosis muy aceptables de acción, aventura y entretenimiento. 
Mis primeras referencias de Matt Reeves se remontan veinte años atrás, cuando ejercía como guionista, productor y director de la serie de televisión “Felicity”, de la que yo era espectador. Ya por aquel entonces me pareció un buen profesional. Por eso, me sorprendió que diera el salto a la pantalla grande con algunos trabajos enmarcados en el género apocalíptico y de terror, como “Monstruoso” o “Déjame entrar” y que, pese a ciertos elementos de interés, no llamaron demasiado mi atención. Sin embargo, cuando se encargó de la realización de “El amanecer del planeta de los simios”, quedó patente su habilidad para el cine de acción y ciencia ficción. De hecho, es el responsable del próximo rodaje de Batman, interpretado por Ben Affleck. Ojalá su progresión continúe a buen ritmo y no termine resultando previsible y repetitivo. En todo caso, sería deseable verle involucrado en algunos proyectos más personales y dramáticos, acordes con sus orígenes televisivos, ya que capacidad le sobra. 
Es obvio que a un potencial espectador de “La guerra del planeta de los simios” le ha de gustar la saga de antemano y, tanto la lucha entre primates y humanos como la propuesta evolutiva que lleva implícita, deben generarle un interés manifiesto. De lo contrario, la trama puede parecerle absurda, el metraje, excesivo y la cualificación técnica, insuficiente. Dicho esto, los amantes de la peculiar franquicia encontrarán aquí una entrega sólidamente construida, bien relatada y con sobrada altura de efectos especiales. 
Narra la cruenta guerra entablada entre los animales y las personas que todavía quedan en el mundo y que deberán enfrentarse a un despiadado Coronel. Después de sufrir un importante número de bajas, los simios comenzarán la fanática misión de vengar a los de su especie. La épica batalla final determinará el destino de los supervivientes y el futuro del planeta. 
Cinta trepidante, intensa y con un toque de reflexión introspectiva, toma prestadas de otros géneros -como el bélico y el western- algunas de sus fórmulas más características para estructurar un espectáculo audaz, demostrando cómo se puede rescatar un serial de su ocaso creativo y revitalizarlo con ideas adecuadas. En ocasiones, segundas y terceras partes sí son buenas. 
Además del actor Andy Serkis, habituado a ocultar su rostro para dar vida a seres como “Gollum” de “El señor de los anillos”, forma parte del elenco un cada vez más prolífico Woody Harrelson, aunque la protagonista por excelencia es la acción en sí misma.

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Datos del film
Título original: War for the Planet of the Apes
Año: 2017
Duración: 142 min.
País: Estados Unidos
Director: Matt Reeves
Guion: Mark Bomback, Matt Reeves (Novela: Pierre Boulle)
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Michael Seresin
Reparto: Andy Serkis, Woody Harrelson, Steve Zahn, Judy Greer, Gabriel Chavarria, Max Lloyd-Jones, Terry Notary, Sara Canning, Ty Olsson, Devyn Dalton

miércoles, 12 de julio de 2017

CAMERON CROWE

Cameron Crowe nació en la localidad californiana de Palm Springs el 13 de julio de 1957. Director y guionista estadounidense, ganador de un Oscar,  antes de dedicarse al Séptimo Arte colaboraba como columnista en la popular revista musical Rolling Stone. 

Comenzó su andadura en la pantalla grande escribiendo los guiones de algunos títulos como “Aquel excitante curso” (1982), de Amy Heckerling o “Jóvenes alocados” (1984), de Art Linson.

Debutó como director con la cinta “Un gran amor” (1989), protagonizada por John Cusack y Ione Skye, y logró cierto éxito con su segunda película, “Solteros” (1992), cuyo reparto encabezaban Bridget Fonda, Campbell Scott y Kyra Sedgwick.

 En 1996 obtuvo gran repercusión gracias a “Jerry Maguire”, con Tom Cruise, Cuba Gooding Jr. y Renée Zellweger al frente del elenco. El film recibió cinco nominaciones a la estatuilla dorada, haciéndose acreedora a la de mejor actor secundario. 

En el año 2000, Crowe firmó uno de sus mejores trabajos con “Casi famosos” (2000), ganando el prestigioso premio de la Academia de Hollywood gracias a su excelente guion, además de obtener otras tres candidaturas. Tras la más fallida “Vanilla Sky” (2001), versión del largometraje de Alejandro Amenábar “Abre los ojos”, escribió y realizó la pequeña joya “Elizabethtown” (2005), en la que actuaban Orlando Bloom, Kirsten Dunst y Susan Sarandon. 

Posteriormente, rodó las más irregulares “Un lugar para soñar” (2011), con Matt Damon y Scarlett Johansson,  y “Aloha” (2015), junto a Bradley Cooper, Rachel McAdams y Emma Stone. 

Aunque sin figurar en los créditos, participó como actor en la visionaria “Minority Report”, de Steven Spielberg.


Escena de "Elizabethtown"




Escena de "Casi famosos"



lunes, 10 de julio de 2017

30 ANIVERSARIO DEL ESTRENO DE "EL FESTÍN DE BABETTE" (30th Anniversary of the Premiere of "Babette´s Feast")

Se cumplen treinta años del estreno en España de la película danesa “El festín de Babette”, escrita y dirigida por Gabriel Axel y basada en un relato de Isak Dinesen (Karen Blixen), escritora a quien dio vida Meryl Streep en la inolvidable cinta “Memorias de África”.

Producida por Just Betzer, Bo Christensen y Benni Korzen con fondos del Instituto del Cine de Dinamarca. se trata del primer largometraje de dicho país en ganar el Oscar al mejor film de habla no inglesa. 

Ambientada en el siglo XIX en una remota aldea dominada por el puritanismo, cuenta la historia de dos hermanas ancianas que han permanecido solteras y que recuerdan con nostalgia su lejana juventud y la rígida educación que las obligó a renunciar a la felicidad. La llegada de Babette, que viene de París huyendo de la guerra civil, cambiará sus vidas.

La forastera pronto tendrá ocasión de corresponder a la bondad y al calor con los que ha sido acogida, ya que un premio de lotería le permitirá organizar una opulenta cena con los mejores platos y vinos de la gastronomía francesa. Todos los vecinos aceptan la invitación, aunque previamente se ponen de acuerdo para no dar muestras de una satisfacción que resultaría pecaminosa. Sin embargo, poco a poco, en un ceremonial intenso y emotivo, van cediendo a los placeres de la cocina gala. 

Además de la estatuilla de Hollywood, obtuvo también una nominación al Globo de Oro en la misma categoría y se alzó asimismo con el premio BAFTA británico.

Escena de la película




viernes, 7 de julio de 2017

BABY DRIVER

Definir una película como “Baby Driver” resulta bastante complicado. Con esencia cómica, cuerpo de cinta de acción alocada y aureola de extraño musical, su resultado final es ecléctico y en ocasiones volátil, pero a menudo divertido. Por lo tanto, no se trata de un largometraje apto para espectadores clásicos que sólo toleran propuestas reconocibles y cumplidoras de las normas sagradas del cine más convencional. Cabría calificar de experimento raro su condición si no fuera porque está dirigido por Edgar Wright, un cineasta cuyas señas de identidad son el toque irreverente y la comicidad incontrolada. De los títulos de sus anteriores trabajos (“Zombies Party”, “Arma fatal”, “Scott Pilgrim contra el mundo”, “Bienvenidos al fin del mundo” o su participación en la obra colectiva “Grindhouse”) se deduce ese estilo gamberro e inofensivo, entretenido y sarcástico, cuyo aparente desorden no es tal, sino que consiste en una estudiada y meditada forma de narrar cinematográficamente las historias. 
Así pues, para ver este film es preciso acudir a la sala de proyección con ánimo descarado y juvenil. De lo contrario, la actitud chulesca, la estética macarra y el humor desvergonzado de los personajes sacarán sólo a relucir los errores de una obra que, como muestra del género de acción, resulta mediocre, poco rigurosa y bastante increíble. Sin embargo, si “Baby Driver” funciona, es por ese toque gracioso, transgresor y faltón que marca toda la narración, de modo que se puede disfrutar de un rato de entretenimiento ágil y atrayente siempre que se conecte previamente con su contexto desenfadado y travieso. 
Un joven piloto domina la conducción con inusitada habilidad. Trabaja para un mafioso pero, cansado de su estilo de vida y de cumplir las normas de su jefe atracador, decide cumplir una última misión antes de retirarse, aunque el delincuente en cuestión no va a dejarle libre tan fácilmente. 
Heredero del carácter de otros realizadores como Guy Ritchie (“RocknRolla”) o Matthew Vaughn (“Kick-Ass: Listo para machacar”), la oferta de Wright tal vez lleve al público a identificarla con “Drive”, de Nicolas Winding Refn. Sin embargo, poco hay en “Baby Driver” del icónico referente protagonizado por Ryan Gosling. El silencio, la cámara lenta, la expresión contenida y el ritmo pausado que encandiló en aquella da paso aquí a una total falta de moderación y a un semblante irrespetuoso que pretende inundar de alegría el metraje. Pese a todo, el resultado final es correcto y, en mi opinión, constituye el mejor proyecto de su realizador hasta la fecha. Aunque su estilo no se encuentre entre mis preferencias, le reconozco efectividad y autenticidad. 
Con un toque musical, una pizca de dulzura, algún condimento romántico, un tono bravucón y un ingenioso hilo conductor, desarrolla una sinopsis burda en la forma pero creativa y, a ratos, brillante en el fondo. Una fórmula fresca y por momentos original, revestida de un divertimento sin pretensiones que consigue hacer olvidar lo artificioso que es todo. Probablemente, no es casual que a la sombra se sitúe el gran productor Tim Bevan, con múltiples reconocimientos y nominaciones gracias a algunas excelentes películas más acordes con el gusto de críticos y académicos, como “Expiación”, “La teoría del todo” o “Elizabeth”. Sin embargo, sus aportaciones más corrosivas (“Fargo”, “El gran Lebowski”) enlazan a la perfección con “Baby Driver”. 
El actor Ansel Elgort, visto en “Bajo la misma estrella” y en la saga “Divergente”, encabeza el reparto. Le acompañan pesos pesados de la profesión como Kevin Spacey (ganador de dos Oscars por “American Beauty” y “Sospechosos habituales” y con numerosos títulos de visión imprescindible), Jamie Foxx (estatuilla dorada por “Ray”) o Jon Hamm (célebre por la serie televisiva “Mad Men”). También este casting coral resulta altamente llamativo. Como la película.

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Datos del film

Título original: Baby Driver
Año: 2017
Duración: 115 min.
País: Reino Unido
Director: Edgar Wright
Guion: Edgar Wright
Música: Steven Price
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Ansel Elgort, Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm, Kevin Spacey, Eiza González, Jon Bernthal, Ben VanderMey, Thurman Sewell, Allison King, Lance Palmer, Keith Hudson, Patrick R. Walker, Hudson Meek, Troy Faruk

miércoles, 5 de julio de 2017

TAQUILLA EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2017 ( Box Office in the First Half of 2017)





Acaba de concluir el primer semestre del año 2017, cuyos títulos más populares de la cartelera se ha visto invadidos por las segundas, terceras y posteriores entregas de sagas conocidísimas. 


PELÍCULAS CON MAYOR RECAUDACIÓN EN EL MERCADO NORTEAMERICANO 

(en dólares)


  1.  Beauty and the Beast (2017) $503,708,499
  2.  Guardians of the Galaxy Vol. 2 $380,644,568
  3.  Wonder Woman $321,178,658
  4.  Logan $226,264,245
  5.  The Fate of the Furious $225,220,660
  6.  The LEGO Batman Movie $175,750,384
  7.  Get Out $175,484,140
  8.  The Boss Baby $173,129,113
  9.  Kong: Skull Island $168,052,812
  10.  Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales $160,863,912
  11.  Split $138,141,585
  12.  Fifty Shades Darker $114,434,010
  13.  Cars 3 $101,691,169
  14.  John Wick: Chapter Two $92,029,184
  15.  Power Rangers (2017) $85,364,450
  16.  Alien: Covenant $73,375,551
  17.  Transformers: The Last Knight $73,193,872
  18.  The Mummy (2017) $69,518,575
  19.  Captain Underpants: The First Epic Movie $66,325,982
  20.  A Dog's Purpose Uni. $64,321,890


PELÍCULAS CON MAYOR RECAUDACIÓN A NIVEL MUNDIAL

(en dólares)


  1.  Beauty and the Beast (2017) $1,257.0
  2.  The Fate of the Furious $1,238.2
  3.  Guardians of the Galaxy Vol. 2 $851.9
  4.  Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales $680.0
  5.  Wonder Woman $657.0
  6.  Logan $618.0
  7.  Kong: Skull Island $566.2
  8.  The Boss Baby $493.4
  9.  Fifty Shades Darker $378.8
  10.  Your Name. $354.4
  11.  xXx: The Return of Xander Cage $346.1
  12.  The Mummy (2017) $344.7
  13.  The Great Wall $332.0
  14.  Resident Evil: The Final Chapter $312.2
  15.  The LEGO Batman Movie $310.9
  16.  Split $276.9
  17.  Transformers: The Last Knight $272.4
  18.  Kung Fu Yoga $254.2
  19.  Get Out $251.8
  20.  Journey to the West: The Demons Strike Back $246.6
  21.  Alien: Covenant $227.9
  22.  Smurfs: The Lost Village $194.7
  23.  A Dog's Purpose $193.1
  24.  Ghost in the Shell (2017) $169.8
  25.  John Wick: Chapter Two $166.8

lunes, 3 de julio de 2017

EVA MARIE SAINT

La actriz estadounidense Eva Marie Saint nació en Nueva Jersey el 4 de julio de 1924.

Cursó  Interpretación en la Universidad de Bowling Green y, terminados sus estudios, trabajó durante algún tiempo en radio y televisión, hasta que en 1953 actuó en la obra teatral “The Trip to Bountiful”, por cuya interpretación obtuvo el Premio de los Críticos de Teatro. 

Debutó en la pantalla grande en 1954 con la magnífica película “La ley del silencio”, dirigida por Elia Kazan y en la que estuvo acompañada por el actor Marlon Brando. Este papel le proporcionó la consecución del Oscar a la mejor actriz secundaria. 

Pese a su brillante comienzo en el Séptimo Arte, nunca se prodigó profesionalmente en exceso.  En las décadas de los cincuenta y sesenta intervino en apenas una docena de títulos, como “Un sombrero lleno de lluvia” (1957), de Fred Zinnemann, “El árbol de la vida” (1957), de Edward Dmytryk, “Con la muerte en los talones” (1959), de Alfred Hitchcock, “Éxodo” (1960), de Otto Preminger, “Su propio infierno” (1962), de John Frankenheimer, “Castillos en la arena” (1965), de Vincente Minnelli, “Grand Prix” (1966), de nuevo con Frankenheimer o “¡Que vienen los rusos!”, (1966), una comedia sobre la Guerra Fría realizada por Norman Jewison. 

De entre sus últimos proyectos cabe destacar “Soñé con África” (2000), junto a Kim Basinger y Vincent Perez y la adaptación del cómic “Superman Returns” (2006).


Escena de "Con la muerte en los talones"




Escena de "Éxodo"