lunes, 29 de abril de 2013

16 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA


El jurado de la Sección Oficial de Largometrajes del 16 Festival de Málaga, integrado por Joaquín Oristrell (Presidente), Verónica Echegui, Ignacio Martínez de Pisón, Inés París, Lorenzo Saval, Fernando Sokolowicz y Natalia Verbeke, ha decidido otorgar La Biznaga de Oro del décimo sexto Festival de Cine de Málaga a "15 años y un día", película de Gracía Querejeta que cuenta en su reparto con Maribel Verdú y Tito Valverde. La directora madrileña vuelve a hacerse así con el máximo galardón de este certamen, tras ganarlo con 'Héctor' en 2004. "Ayer no termina nunca" de Isabel Coixet, una de las grandes cintas a concurso, ha obtenido la Biznaga de Plata-Premio Especial del Jurado y distinciones en las categorías de fotografía y montaje. Por el contrario, el film  "Hijo de Caín" ha quedado fuera del palmarés. En cuanto a la mejor dirección, se ha premiado la labor de Rodrigo Sorogoyen en "Stockholm", uno de los títulos más celebrados por el jurado que, asimismo, le ha señalado como mejor guionista novel.


Candela Peña ("Ayer no termina nunca") y Aura Garrido ("Stockholm") han obtenido ex aequo el galardón a mejor actriz, mientras que el de mejor actor ha recaído sorprendentemente en Mario Casas por su trabajo en "La mula". El elenco completo de "Casting" se hizo acreedor de  los premios a mejores actor y actriz de reparto.




La lista completa de ganadores es la siguiente: 

BIZNAGA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA: 15 años y un día, de Gracia Querejeta. 
BIZNAGA DE PLATA-PREMIO ESPECIAL DEL JURADO:  Ayer no termina nunca, de Isabel Coixet. 
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR DIRECCIÓN:  Rodrigo Sorogoyen por Stockholm. 
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ: Ex aequo a Candela Peña por Ayer no termina nunca y Aura Garrido por Stockholm. 
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR ACTOR: Mario Casas por La mula. 
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: A todo el elenco femenino de Casting: Esther Rivas, Beatriz Arjona, Marta Poveda, Ruth Armas, Carmen Mayordomo y Natalia Mateo. 
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR ACTOR DE REPARTO: A todo el elenco masculino de Casting: Javier López, Ken Appledorn, Nay Díaz, Daniel Pérez y Juan Rabonet. 
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR GUIÓN: Gracia Querejeta y Antonio Santos Mercero por 15 años y un día. 
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR BANDA SONORA ORIGINAL: Pablo Salinas por 15 años y un día. 
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR FOTOGRAFÍA ‘PREMIO DE LUXE’: Jordi Azategui por Ayer no termina nunca. 
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR MONTAJE: Jordi Azategui por Ayer no termina nunca. 
BIZNAGA DE PLATA ‘PREMIO ALMA’ AL MEJOR GUIONISTA NOVEL: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen por Stockholm.

Trailer de la película ganadora: "15 años y un día"

viernes, 26 de abril de 2013

IRON MAN 3


La primera entrega de “Iron Man” me dejó un sabor agridulce. Aunque desde el punto de vista técnico estaba bien realizada y ofrecía algunas escenas de acción meritorias, el desproporcionado ego con el que caricaturizaron al protagonista y sus continuas chulerías disfrazadas sin éxito de ironía me hicieron odioso al personaje. A diferencia de “Spiderman” (por citar otro superhéroe de la factoría Marvel) o de Batman (una muestra de la competencia), el comic se basaba en un tipo sin un ápice de dramatismo, carente de fantasmas y miedos interiores y falto de enjundia para sustentar una buena historia. En consecuencia, el largometraje se centró, además de en los efectos especiales y en la agilidad del ritmo, en potenciar el tono cómico y cínico de la estrella. Iron Man es a los superhéroes como James Bond a los agentes secretos: un cliché demasiado forzado donde el lujo, los coches caros y las chicas despampanantes tratan de cubrir la evidente ausencia de guion. Animada probablemente por el éxito de taquilla de su predecesora, “Iron Man 2” se limitó a repetir la misma fórmula, ahondando aún más si cabe en los defectos de aquélla, y ya me resultó insufrible. 
Así que, yendo a ver esta tercera entrega, me acompañaba una sensación de desánimo generada por las nulas expectativas. Pero, contra todo pronóstico, debo confesar que, en mi opinión, es la mejor de toda la saga. A la trilogía le ha beneficiado claramente el cambio de director. El polifacético Jon Favreau, realizador de las dos anteriores, es un especialista en comedias (basta comprobar los títulos en los que ha participado como actor) y esa circunstancia le pesa mucho cuando se coloca detrás de las cámaras. Personalmente me quedo con sus apariciones puntuales en series como “Friends” y poco más. En esta ocasión, quien lleva la batuta es Shane Black, cuyos inicios fueron como guionista de los cuatro primeros títulos de “Arma letal”, pero que en 2005 dirigió “Kiss Kiss, Bang Bang”. Firmó una cinta entretenida y audaz que no pasó desapercibida dentro de un género (el que mezcla crimen, comedia y acción) en el que suele abundar la mediocridad. 

Aun heredando unos personajes moldeados de antemano, Black logra cambiar de registro y potenciar los puntos fuertes de esta superproducción. La acción, la intensidad de las escenas, los efectos especiales y el montaje son notables. Es cierto que, con un presupuesto de cientos de millones de dólares, lo mínimo es aspirar a una calidad técnica irreprochable que vaya acompañada de las dosis de intensidad y emoción requeridas por los aficionados a este tipo de cine. Pero el gran triunfo es haber sabido dotar de mayor complejidad a Tony Stark, la versión humana del hombre de metal, logrando con ello una calidad superior del conjunto. Obviamente, quienes no se sientan interesados ni atraídos por esta clase de relatos tacharán estas mejoras de superfluas e insuficientes, pero los apasionados de este particular universo disfrutarán y podrán sentirse partícipes de una, al menos en esta ocasión, evolución positiva. 
Los integrantes del reparto repiten en su mayor parte (es el caso de Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow y Don Cheadle), incorporándose además algunos pesos pesados de la profesión (como Ben Kingsley) y otros actores de interesante trayectoria (como Guy Pearce -“L.A. Confidencial”, “Memento”- o Rebecca Hall -“The Town: ciudad de ladrones”-).

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film:
Película: Iron Man 3.
Dirección: Shane Black.
Países: USA y China. Año: 2013. Género: Acción, ciencia-ficción.
Interpretación: Robert Downey Jr. (Tony Stark / Iron Man), Gwyneth Paltrow (Pepper Potts), Don Cheadle (James Rhodes / War Machine), Guy Pearce (Dr. Aldrich Killian), Ben Kingsley (Mandarín), Rebecca Hall (Maya Hansen), James Badge Dale (Eric Savin), Jon Favreau (Happy Hogan), Stephanie Szostak.
Guion: Shane Black y Drew Pearce; basado en los cómics de Jack Kirby, Stan Lee, Don Heck y Larry Lieber.
Producción: Kevin Feige.
Música: Brian Tyler.
Fotografía: John Troll.
Montaje: Jeffrey Ford y Peter S. Elliot.
Diseño de producción: Bill Brzeski.
Vestuario: Louise Frogley.

martes, 23 de abril de 2013

BARBRA STREISAND


Barbra Streisand nació en el barrio neoyorkino de Brooklyn el 24 de abril de 1942. Actriz, cantante, compositora, productora, y directora de cine, saltó a la fama mundial por su poderosa y excepcional voz. De hecho, es la cantante femenina que más discos ha vendido en Estados Unidos y más ampliamente reconocida a nivel mundial. Ha ganado cuatro Emmy y ocho Grammy. Asimismo, en su faceta interpretativa ha obtenido dos  Oscar, cuatro Golden Globe y un Tony. Entre otros muchos reconocimientos posee también el premio American Film Institute a toda una carrera, la Medalla Nacional de América de las Artes y la Legión de Honor francesa. En diciembre de 2008 se convirtió en la primera realizadora que recibió el prestigioso Kennedy Center Honors.

El 13 de enero de 1964 se celebró en Boston la primera representación de "Funny Girl", obra teatral que la lanzó al estrellato. Dos meses después de su estreno, dichas representaciones se trasladaron al Winter Garden de Nueva York. Por aquella época ya tenía su propio programa de televisión, "My name is Barbra". A  finales de los 70 sumó también el Tony especial concedido por sus actuaciones en Broadway. Para aquel entonces, el presidente Kennedy la había invitado a cenar en la Casa Blanca y cobraba tanto como Frank Sinatra. 
Su actividad cinematográfica fue muy peculiar. A pesar de no ser una gran actriz y de contar en su filmografía con auténticos fiascos como "Ha nacido una estrella" (1976) o "Combate de fondo" (1979), el público la adoraba. Abarcaba tantos campos que sus fans se extendían por todos los frentes. Con su primera película -la versión cinematográfica de "Funny Girl" (1968)- consiguió una estatuilla dorada. Posteriormente, estrenó "Hello Dolly" (1969) y trabajó a las órdenes de William Wyler, Vincente Minnelli, Gene Kelly, Herbert Ross, Peter Bogdanovich o Sidney Pollack, al tiempo que fundaba su propia productora, Bar-Wood Films. Otras cintas en las que participó fueron "La gatita y el búho" (1970), "¿Qué me pasa, doctor?" (1971), "Tal como éramos" (1973), "¿Qué diablos pasa aquí?" (1974), "Toda la noche" (1981) y "Loca" (1987). 
Años más tarde comenzó a pensar en dirigir. Su primer proyecto, que iba a titular "The Woman", nunca se llevó a cabo. Pero tres años después, en 1983, se embarcó en un musical que protagonizó, dirigió y coprodujo: "Yentl", la historia de una chica judía que ha de hacerse pasar por un hombre para poder estudiar el Talmud. La experiencia, que puso en pie a miles de fans indignados  ante la ausencia de nominaciones a Streisand, le hizo repetir en 1991, esta vez sin canciones, con "El príncipe de las mareas", que también protagonizó. Esta es, sin duda, su mejor obra como directora. En aquella ocasión recibió siete nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood y tres a los Globos de Oro, ganando Nick Nolte el correspondiente a mejor actor protagonista. Años más tarde repitió tras la cámara en la fallida "El amor tiene dos caras" (1995), junto a Jeff Bridges, rescatando a una veterana Lauren Bacall, que consiguió una nominación como mejor actriz secundaria, aunque a la postre se quedó sin la estatuilla. Posteriormente produjo para la televisión "Rescuers-Storys of Courage-Two Women" (1997) y "The Long Island Incident" (1998), y para el cine el documental "City at Peace"(1998) de S. Koch.

YENTL (Escena)





EL PRÍNCIPE DE LAS MAREAS (Escena)






THE WAY WE WERE


viernes, 19 de abril de 2013

MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE (Warm Bodies)



Una escena a escasos diez minutos de su inicio resume certeramente las pretensiones de este largometraje. Durante un combate sin piedad entre seres vivos y muertos vivientes (que incluye disparos en la cabeza, salpicaduras de sangre y restos de órganos por todas partes), suena de fondo la romántica canción “Missing you” de John Waite. Simultáneamente, uno de los zombis que comenzó la pelea observa, quieto y embobado, a una humana que continúa disparando a sus adversarios con cara de furia. La combinación entre lo tétrico y lo sentimental es perversa y rara vez se resuelve con acierto. Como ejemplo de éxito, tal vez a más de uno le encaje la magnífica “Drácula de Bram Stoker”, dirigida por Francis Ford Coppola hace más de veinte años y en la que resolvió con brillantez esa mezcla tan inusual. Pero, en todo caso, cualquier comparación entre ambas es un sacrilegio. 
“Memorias de un zombie adolescente” cuenta la historia de un cadáver que deambula perdido y que, tras establecer una relación amorosa con una bella humana, descubre que puede revivir de forma paulatina nuevamente. Como contrapunto al romance, la lucha a muerte (término discutible, lo reconozco, cuando uno de los combatientes se supone que ya está fallecido) entre ambos bandos trata de crear una atmósfera de tensión. Sin embargo, guionista y director desperdician estas bazas a su favor ya que, pese a que la trama pudiera resultar original y llamativa, no llevan la propuesta hasta el límite. La parte del film más cercana al terror adolece de intensidad, contundencia, riesgo y agilidad. La narración presenta un ritmo, más que lento, monótono y anodino, lo que impide generar en el espectador la emoción necesaria para alcanzar los objetivos propios del género. Como cinta romántica, también se queda a medio camino. Aunque ésta es la verdadera esencia de la obra, los defectos en los que incurre la faceta terrorífica la contagian y terminan por afectar al conjunto. Aun así, este título se sitúa por delante de la mayor parte de largometrajes destinados al público adolescente, dado que se desmarca del tono mediocre, repetitivo y grotesco de otras muestras dirigidas a este concreto sector. 


Su realizador es el joven Jonathan Lavine, quien sí destacó en 2012 con “50/50”, comedia nominada al Globo de Oro, así como su protagonista -el versátil Joseph Gordon-Levitt-. Me atrevería a asegurar su pertenencia a una nueva generación de prometedores cineastas que despuntará en un futuro próximo, aunque considere que en esta ocasión ha dado un paso atrás en su carrera. La pareja protagonista está formada por el británico Nicholas Hoult (“Un niño grande”, “Jack, el caza gigantes”, “Furia de titanes”, “X-Men: primera generación”) y la australiana Teresa Palmer (“Soy el número cuatro”, “El aprendiz de brujo”). Incomprensiblemente, un actor de la entidad de John Malkovich, con memorables interpretaciones en títulos imprescindibles de la historia del cine, desempeña un papel secundario que desentona claramente con su trayectoria profesional.

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film:
Película: Memorias de un zombie adolescente.
Título original: Warm bodies.
Dirección: Jonathan Levine.
País: USA. Año: 2013. Duración: 97 min. Género: Comedia, terror, romance.
Interpretación: Nicholas Hoult (R), Teresa Palmer (Julie), Analeigh Tipton (Nora), Rob Corddry (M), Dave Franco (Perry), John Malkovich (general Grigio).
Guion: Jonathan Levine; basado en la novela homónima de Isaac Marion.
Producción: Bruna Papandrea, Todd Lieberman y David Hoberman.
Música: Marco Beltrami y Buck Sanders.
Fotografía: Javier Aguirresarobe.
Montaje: Nancy Richardson.
Diseño de producción: Martin Whist.
Vestuario: George L. Little.

martes, 16 de abril de 2013

TIERRA PROMETIDA (Promised Land)



Hace pocos días saltó la noticia de la prohibición en el Parlamento de Cantabria y por unanimidad (circunstancia rara donde las haya en el actual panorama político nacional) de una técnica de extracción de gases denominada fractura hidráulica (“fracking”). En otras Comunidades Autónomas como Castilla y León ya se están planteando medidas similares, mientras que algunas formaciones políticas han solicitado su prohibición a nivel nacional. Consiste en la inyección a presión en el terreno de algún material (normalmente agua, arena y productos químicos) con el fin de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas para, así, favorecer su salida al exterior. Sin embargo, este procedimiento suscita muchas controversias debido a sus efectos secundarios sobre el medio ambiente y es objeto de protestas por parte de plataformas y organizaciones que luchan por su erradicación. 
Tal vez esta introducción sea impropia de una crítica de cine pero se trata de un asunto de plena actualidad que encaja perfectamente en el contenido de la película. Dos ejecutivos de una importante multinacional llegan a un pueblo de Norteamérica con el propósito de convencer a sus habitantes para que le permitan usas sus tierras y extraer los yacimientos de gas que se encuentran bajo sus pies. En un principio, las suculentas ofertas económicas apuntan a una serie de acuerdos rápidos y sencillos, teniendo en cuenta la pobreza del lugar. Pero los rumores sobre las devastadoras consecuencias que puede provocar el “fracking” comienzan a extenderse, dando lugar a una mezcla entre los remordimientos éticos de uno de los empleados de la empresa y el juego sucio de quienes son capaces de poner en riesgo a los ciudadanos con tal de lograr sus objetivos. 

Los principales responsables de “Tierra prometida” son el director Gus Van Sant y el actor y guionista Matt Damon, que ya han colaborado en proyectos anteriores. El más célebre es “El indomable Will Hunting”, largometraje que obtuvo dos Oscar en 1998 (uno de ellos, al mejor guión para el propio Damon) de entre nueve nominaciones. Van Sant es un realizador interesante pero muy irregular. Cuenta en su filmografía con títulos muy recomendables además del ya mencionado, como “Drugstore Cowboy”, “Todo por un sueño” o el más reciente “Mi nombre es Harvey Milk”. Sin embargo, hay otros que, incomprensiblemente, también llevan su firma, como un remake de “Psicosis” imposible de entender. En cuanto a Damon, en mi opinión es el mejor intérprete de su generación. Ha destacado tanto en la acción (todas sus entregas de la saga “Bourne” son una joya que eleva la categoría de este habitualmente desprestigiado género) como en cualquier otro tipo de cine en el que ha intervenido. Cintas como “El talento de Mr. Ripley”, “El buen pastor” y “Syriana” u otras situadas en un escalón inferior, como “Rounders”, “Legítima defensa” o “La leyenda de Bagger Vance” son buena prueba de ello. Por lo tanto, nos hallamos ante dos buenos profesionales que conocer el triunfo profesional. 
Sin embargo, su afán por insistir en la moraleja ha hecho que, en esta ocasión, su trabajo se resienta y la calidad cinematográfica quede relegada a un segundo plano. Ponen tanto empeño en resaltar su mensaje que han descuidado la profundidad de los personajes y el arte de la narración. Caen en demasiados tópicos y en algún giro de guión un tanto forzado con el ánimo de lograr su principal objetivo: transmitir un mensaje educativo. Pero si bien esta finalidad es muy loable y nada criticable desde un punto de vista personal, no debe ser la prioritaria desde un punto de vista estrictamente cinematográfico. Pese a todo, algunas de las secuencias son muy notables, lo que permite concluir que, sin conformar una gran película, tampoco puede ser calificada como mala.

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film:

Película: Tierra prometida. Título original: Promised land.
Dirección: Gus Van Sant.
País: USA. Año: 2013. Género: Drama.
Interpretación: Matt Damon (Steve Butler), John Krasinski (Dustin Noble), Frances McDormand (Sue Thomason), Rosemarie DeWitt (Alice), Scoot McNairy (Jeff Dennon), Titus Welliver (Rob), Hal Holbrook (Frank Yates).
Guion: Matt Damon y John Krasinski; basado en un argumento de Dave Eggers.
Producción: Matt Damon, John Krasinski y Chris Moore.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Linus Sandgren.
Montaje: Billy Rich.
Diseño de producción: Daniel B. Clancy.
Vestuario: Juliet Polcsa.

viernes, 12 de abril de 2013

LOL (LOL: Laughing Out Loud)



Reconozco que me cuesta admitir a los directores de remakes. En mi opinión, versionar una película ya rodada es sinónimo de falta de imaginación y de creatividad. Como regla general, suele ser otro realizador distinto del de la primera cinta el que se arriesga en una apuesta tan incierta. Pero todavía resulta más difícil de entender cuando es el mismo cineasta el que insiste en rodar la misma historia. Es el caso de Lisa Azuelos, que presentó ya en 2008 una comedia titulada “L.O.L.”, referencia doble al diminutivo de la protagonista (de Lola a “Lol”) y a las siglas de Laughing Out Loud (algo así como “riendo a carcajadas”). Aquel film, cuyo principal aliciente era la actriz francesa Sophie Marceau, no dejaba de ser una propuesta bastante insulsa con cierto grado de entretenimiento, aunque triunfó en las taquillas del país vecino. Apenas cuatro años después, la propia Azuelos ha decidido sorprendentemente afrontar la versión americana, sustituyendo a Marceau por Demi Moore y añadiendo a Miley Cyrus, antigua niña prodigio surgida del canal Disney Channel y que ha señalado a otras como Selena Gómez o Vanessa Hudgens el camino de la decadencia. Han basado sus carreras en una extraña mezcla entre modelos, cantantes y estrellas de la prensa rosa donde el cine ocupa un lugar muy segundario. Por lo tanto, sus deficiencias artísticas son patentes a la hora de actuar. Tanto los proyectos en los que participan como los papeles que interpretan se aferran a unos clichés que, si ya resultaban bastante artificiales en la pequeña pantalla, en la grande son inasumibles.
Decía Albert Einstein que "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Supongo, pues, que la directora gala no buscaba algo diferente a lo que ya había hecho, habida cuenta que se ha limitado a repetir las mismas fórmulas con insistencia. También, como afirmaba Samuel Johnson, "nadie llegará a ser grande copiando o imitando". La copia no deja de ser una manifestación de falta de creatividad, por más que aquí se trate de un auto plagio. El resultado es el previsible: una obra todavía de peor calidad que su predecesora, plagada de personajes estereotipados, situaciones manidas, planteamientos simplones y cuya trama parece salida directamente de cualquier episodio de “Hannah Montana”. El particular universo de los institutos jamás ha logrado hacerse un hueco digno en el Séptimo Arte. Por lo general, los títulos que llegan a las salas de proyección vienen a ser lo que los establecimientos de comida basura a la gastronomía: una solución deficiente dirigida a públicos poco exigentes para calmar su apetito de forma inadecuada. Unos cuantos guaperas, unas canciones pegadizas de fondo y listo. Como excepción a la regla, recuerdo que, en su momento, me agradó “Reality Bites”(1994), un largometraje que, pese a no gustar a demasiadas personas, cuenta con unos diálogos memorables a cargo de una serie de personajes infinitamente más interesantes que los que, como si de una plaga se tratase, inundan actualmente las pantallas con el ánimo de cubrir esa cuota de mercado destinado al público adolescente.
Del reparto de “Lol”, poco hay que decir. En cuanto a Miley Cyrus, si no cambia radicalmente de trayectoria le auguro un escaso futuro en su profesión. La posibilidad de seguir interpretando a adolescentes rebeldes y problemáticas toca a su fin y no se atisban en el horizonte otros posibles registros que sea capaz de abordar. Incluso su voz resulta espantosa cuando se visiona la cinta en versión original. Por lo que se refiere a Demi Moore, tan sólo puedo afirmar que, desde su papel en “Algunos hombres buenos” (1992), no he vuelto a ver nada destacable de ella. Resumiendo, decadencia por todas partes.

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film
Película: LOL.
Dirección: Lisa Azuelos.
País: USA. Año: 2012. Duración: 97 min. Género: Comedia dramática.
Interpretación: Demi Moore (Anne), Miley Cyrus (Lola), Ashley Greene (Ashley), Thomas Jane (Allen), Jay Hernandez (James), Austin Nichols (Sr. Ross), Gina Gershon (Kathy), Douglas Booth (Kyle), George Finn (Chad), Lina Esco (Janice), Adam G. Sevani (Wen).
Guion: Lisa Azuelos y Kamir Aïnouz.
Producción: Michael Shamberg, Tish Cyrus, Esteban Martin y Stacey Sher.
Música: Rob Simonsen.
Fotografía: Kieran McGuigan.
Montaje: Myron Kerstein.
Diseño de producción: Happy Massee.
Vestuario: Hope Hanafin.

martes, 9 de abril de 2013

HOMENAJE A LA PELÍCULA "EL GATOPARDO" EN EL 50ª ANIVERSARIO DE SU ESTRENO (Tribute to the film "Il Gattopardo" in the 50th anniversary of its release)



En estos días se celebra el 50 aniversario del estreno de “El gatopardo”, película dirigida en 1963 por el realizador italiano Luchino Visconti y que se basa en la novela homónima de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Dicha cinta incluye un amplio plantel de actores de renombre internacional, como el estadounidense Burt Lancaster, el francés Alain Delon y la también italiana Claudia Cardinale. El compositor Nino Rota (ganador de un Oscar por la música de "El Padrino II) es el autor de su banda sonora, mientras que Giuseppe Rotunno (famoso operador de “All that Jazz” o “Amarcord”) se encarga de la fotografía.
Este largometraje se ha distribuido en varias versiones. La primera de todas ellas -que suele tomarse como referencia- tenía una duración de 205 minutos pero, al ser considerada excesivamente larga, Visconti redujo su metraje a 185 minutos. Otra, editada por la 20th Century Fox en inglés, dura 161 minutos. En España se realizó una tercera de 151 minutos. Calificada como una de las obras esenciales del cine europeo de los años sesenta y entre las más destacadas del cineasta, fue estrenada en Italia el 28 de marzo de 1963. 
La acción tiene lugar en la época de la Unificación en torno al Piamonte -cuyo artífice fue Cavour- y se desarrolla en Palermo. Los protagonistas son Don Fabrizio, Príncipe de Salina (Burt Lancaster) y su familia, cuya vida se ve alterada tras la invasión de Sicilia por las tropas de Garibaldi en 1860. Para alejarse de los disturbios, se refugian en la casa de campo que poseen en Donnafugata en compañía del joven Tancredi (Alain Delon), sobrino predilecto de Don Fabrizio y simpatizante del movimiento liberal de unificación. 

Tras el estreno de "Rocco y sus hermanos" en 1961, Visconti dedica a este rodaje todo el año siguiente. En un inicio, pensó en Marlon Brando, Laurence Olivier y Anthony Quinn para encarnar al Príncipe pero hoy nadie pensaría en otro actor que no fuera Burt Lancaster para abordar este personaje, gracias a su gama de registros soberbios e inolvidables. Al menos al principio, el rodaje no resultó sencillo. Lancaster se encontraba en el cenit de su carrera y Visconti pretendía guiarlo y transformarlo en el modelo que de Fabrizio tenía en la cabeza. «El primer encuentro con Burt Lancaster fue violento -recuerda Claudia Cardinale-. Habíamos ensayado el baile con un maestro. Luchino exigía que lo bailáramos a la perfección. Burt acababa de llegar al set. Era su primera escena, le dolía mucho la rodilla y las cosas salieron mal. En cuanto Luchino lo advirtió, se puso a gritar y le dijo que no le importaba toda aquella historia de 'divo', ni el esguince que había sufrido por ser un joven deportista». Después de éste y algún otro encontronazo delante de todo el equipo técnico, el actor norteamericano se entregó sin resistencia al cineasta, logrando una de sus interpretaciones más recordadas. No se puede decir lo mismo de Alain Delon, con quien ya había trabajado en armonía en "Rocco y sus hermanos'". En esta ocasión, las relaciones entre ambos fueron tensas. Si el realizador quería que ensayara una escena, el actor desaparecía, originando una borrasca en el set. En cambio, con Claudia Cardinale la relación fue extraordinaria, descubriendo en ella su sensualidad terrestre y salvaje, una belleza que se mueve entre el erotismo y la inocencia -uno de los elementos más fundamentales para él-. La mezcla de idiomas fue una complicación añadida. Delon y Cardinale debían usar tres: el francés cuando hablaban entre ellos, el inglés cuando lo hacían con Lancaster y el italiano con todos los demás. Además, se realizaban dos tomas de cada escena, una en italiano y otra en inglés para el estreno en Estados Unidos. Luchino Visconti era muy exigente y minucioso, obsesivo y sin horario. Como ejemplo de ello, pasaba revista uno a uno a los más de cien extras que participaban en el film. Los técnicos comenzaban su jornada por la mañana y finalizaban de madrugada. La famosa secuencia del baile, que dura 45 minutos, tardó 48 días en ser rodada y toda la leyenda que circula sobre ella es cierta, desde los kilos de flores frescas enviadas a diario desde San Remo hasta los platos recién hechos y todavía humeantes. En definitiva, tal y como rememora Cardinale, «en el set, Luchino era el amo absoluto. Hasta al productor le costaba ser admitido allí». Así transcurrió una andadura que se inició el 14 de marzo y finalizó el 28 de diciembre de 1962. 
"El gatopardo" recibió la Palma de Oro del Festival de Cannes, una nominación a la estatuilla de Hollywood y otra (para Alain Delon) al Globo de Oro.


Banda sonora de la película



Trailer de la película




viernes, 5 de abril de 2013

EFECTOS SECUNDARIOS (Side Effects)


El cineasta norteamericano Steven Soderbergh es considerado un auténtico todoterreno dentro de la industria del Séptimo Arte. Realiza, produce, escribe y se atreve en ocasiones -bajo el seudónimo de Peter Andrews- como director de fotografía. Referente indiscutible del denominado cine independiente, participa asimismo en destacados proyectos financiados por las grandes productoras hollywoodienses y aúna reconocimientos y galardones, tanto por sus filmes más minoritarios como por otros plagados de estrellas, que se traducen en enormes éxitos de taquilla. Es tan capaz de rodar una cinta de claros tintes reivindicativos y políticos como otra de puro y simple entretenimiento. En su filmografía coexisten obras maestras como Traffic (ganadora de cuatro Oscar, incluido uno para el propio Soderbergh como mejor director), títulos muy notables como Sexo, mentiras y cintas de video (por la que logró otra nominación a los premios de la Academia de Hollywood y varios premios en el festival de Cannes) e interesantes producciones como Solaris o Un romance muy peligroso. Y, aunque también es responsable de otros proyectos de inferior calidad, ello no empaña su apuesta por el riesgo y sus patentes intentos de originalidad cuando se enfrenta a nuevas propuestas. 

No obstante, es cierto que en los últimos años su filmografía manifiesta un evidente declive. Pese a que “Contagio” me pareció un film atractivo, la narración de sus largometrajes ha perdido parte de frescura y aquel toque especial que les otorgaba cierta trascendencia. “Efectos secundarios” pretende ser un thriller con todos los elementos característicos del género -un crimen, un complot contra un inocente, relaciones sentimentales como telón de fondo- pero se le ha privado de emoción y de intriga. Rodado como si fuera un documental, la obsesión de Soderbergh por prescindir en él de las reglas básicas de la filmación puede que haya aportado mayor verosimilitud a la historia, pero a costa de dejar por el camino el entretenimiento y el mínimo de suspense y de tensión que exige cualquier aficionado a esta clase de tramas. El resultado es una cinta de difícil clasificación que en modo alguno responderá a las expectativas de quienes quieran disfrutar de un thriller entendido como tal. 
Uno de sus principales problemas estriba en la tardanza en centrar el argumento que da sentido a la acción. Los treinta primeros minutos presentan una excesiva y anodina introducción de los personajes, lo que hace decrecer el interés de los espectadores por el resto del metraje. Cuando finalmente se vislumbra el meollo de la historia, se frena esa caída en picado motivada por la falta de alicientes y logra remontar el vuelo, pero sin llegar al necesario nivel de suspense exigible para obtener una buena calificación. 
Forman parte del reparto algunos actores muy populares, como el siempre eficiente y carismático Jude Law, la cada vez más desubicada Catherine Zeta Jones y la prometedora Rooney Mara –en cuyo currículum figuran “La red social” o la versión americana de “Los hombre que no amaban a las mujeres”, entre otras-. Todos ellos cumplen su cometido con corrección, si bien no pueden evitar verse arrastrados por ese tono monótono y pausado impuesto por el realizador.

Trailer en español


Trailer en versión original


Datos del film:
Película: Efectos secundarios. Título original: Side effects.
Dirección: Steven Soderbergh.
País: USA. Año: 2013. Duración: 106 min. Género: Thriller.
Interpretación: Channing Tatum (Martin Taylor), Rooney Mara (Emily Taylor), Jude Law (Dr. Jonathan Banks), Catherine Zeta-Jones (Dra. Victoria Siebert), Vinessa Shaw (Dierdre Banks).
Guion: Scott Z. Burns.
Producción: Scott Z. Burns, Lorenzo di Bonaventura y Gregory Jacobs.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Peter Andrews.
Montaje: Mary Ann Bernard.
Diseño de producción: Howard Cummings.
Vestuario: Susan Lyall.

miércoles, 3 de abril de 2013

MARLON BRANDO


El actor Marlon Brando nació en Omaha el 3 de abril de 1924 y falleció en Los Ángeles el 1 de julio de 2004. A lo largo de su carrera profesional se convirtió en un verdadero icono del Séptimo Arte, recibiendo por ello múltiples reconocimientos, entre ellos dos Oscars, dos Globos de Oro y tres BAFTA. Fue el más relevante discípulo del “Actor's Studio”. Tras protagonizar algunas obras teatrales como "I remember Mama" o "Un tranvía llamado deseo" (bajo la dirección de Elia Kazan, otro de los grandes representantes de la citada academia de interpretación), logró dar el salto a la gran pantalla con "Hombres" (1950) de Fred Zinnemann.
A partir de entonces, Brando se erigió en ídolo y referente de otros muchos actores y de buena parte de una generación, gracias a sus impresionantes presencias en películas como "Un tranvía llamado deseo" (1951) y "Viva Zapata" (1952) -ambas dirigidas por Kazan-, "Julio César" (1952) de Joseph L. Mankiewicz, "La ley del silencio" (1954) -de nuevo a las órdenes de Kazan y que le valió su primera estatuilla de Hollywood), "Desirée" (1954) de Henry Koster, "Salvaje" (1954) de Laslo Benedek, "La casa de té de la luna de agosto" (1956) de Daniel Mann, "Sayonara" (1957) de Joshua Logan -junto al también magnífico Montgomery Clift-, "El baile de los malditos" (1958) de Edward Dmytryk, "Piel de serpiente" (1959) de Sidney Lumet o "Ellos y ellas" (1955), cinta musical de Joseph L. Mankiewicz en la que compartía créditos con Frank Sinatra.
Los años 60 no fueron tan afortunados en calidad como la década anterior, siendo sus trabajos más destacados "La jauría humana" (1966) de Arthur Penn, "Queimada" (1968) de Gillo Pontecorvo y su único largometraje como realizador, "El rostro impenetrable" (1961), que co-protagonizó junto a su buen amigo Karl Malden.
En los 70 inició su extraordinaria personificación de Don Vito Corleone en "El padrino" (1972) de Francis Ford Coppola, por la que obtuvo su segundo Oscar, aunque no acudió a recoger el premio. Un año después, rodo con Bernardo Bertolucci "El último tango en París" (1973) y sus apariciones  se volvieron más irregulares. Su breve intervención en la superproducción "Superman" (1978) dando vida al padre del superhéroe le supuso un cuantioso y publicitado contrato. Terminó la década espléndidamente gracias a "Apocalypse Now" (1979), adaptación de “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad que también dirigió Coppola.
Retirado de la gran pantalla, a veces sorprendía con algún regreso inesperado en proyectos de tono menor que lograban de este modo una enorme publicidad ("El novato", "Una árida estación blanca" o "Don Juan de Marco"). Su último título fue “The Score” (2001), film de Frank Oz con Robert de Niro y Edward Norton en el reparto. El 1 de julio de 2004 Marlon Brando falleció a la edad de 80 años.


Escena de "El Padrino"


Escena de "La ley del silecio"