miércoles, 24 de marzo de 2010

GREEN ZONE

Paul Greengrass es, sin ningún género de duda, el mejor realizador de cine de acción de la actualidad. Su habilidad narrativa, unida a su capacidad para plasmar en la pantalla una intensidad con aureola de verosimilitud y rigor, no tiene rival. Ha demostrado sobradamente que domina las claves del drama con una gran solvencia. Dio el salto a la fama con la película Domingo sangriento, donde se recreaban los hechos acaecidos en Irlanda del Norte el día 30 de enero de 1972, cuando una manifestación popular terminó en un baño de sangre como consecuencia de una represión desproporcionada. La técnica del rodaje, cercana al documental, le hizo merecedor de dos premios en el Festival de Berlín, un BAFTA británico y otros reconocimientos en certámenes internacionales. De nuevo en 2006 volvió a sobrecoger, emocionar e impactar con la cinta United 93, en esta ocasión reflejando las vicisitudes que se vivieron en uno de los vuelos afectados por los ataques terroristas del trágico 11 de septiembre de 2001. Recibió una nominación al Oscar al mejor director por este trabajo y varios galardones de buena parte de las Asociaciones de Críticos norteamericanos. Para entonces, su estilo preciso y contundente ya se había hecho un hueco en el mercado estadounidense.
El británico continuó con una labor que había sido iniciada con la excelente película de acción El caso Bourne y logró lo que parecía imposible: mejorarla y rodar dos secuelas que colocaban al agente secreto como protagonista de la mejor saga de este género en la historia del séptimo arte. Y, pese a que este tipo de cine suele estar bastante denostado por la crítica, Greengrass consiguió que El ultimátum de Bourne fuese nominada como mejor película británica del 2007 y que obtuviese gracias a sus méritos técnicos tres estatuillas de Hollywood. Estos antecedentes le convierten en uno de los directores más sobresalientes de la última década, a quien resulta obligatorio no perder de vista en futuros proyectos profesionales.
Ahora presenta Green Zone: Distrito protegido, otra muestra más de su habilidad para desenvolverse en el terreno de la acción. Desde la primera hasta la última escena impide al espectador la posibilidad de relajarse. No se trata de uno de esos títulos que mezclan la tensión con el humor o ponen chistes fáciles en boca de unos protagonistas sometidos a situaciones cómicas sino que se sostiene en un elevado nivel de intriga hasta los títulos de crédito. Presenta la historia de un soldado destinado en territorio iraquí que, pocas semanas después de la entrada en la capital, Bagdad, capitanea un comando dedicado a la búsqueda de unas armas de destrucción masiva que se alzan como la supuesta causa para justificar la invasión. Ante los reiterados fracasos de esa misión, el militar comienza a investigar por su cuenta, hallándose de repente inmerso en una red de espionaje y contraespionaje donde no todos aquellos que, aparentemente, estaban en su mismo bando, actúan con la debida lealtad. Habrá quien considere que el film peca de cierta inverosimilitud si bien, en las cuestiones relativas a la guerra de Irak, la línea que separa lo real de lo irreal es tan fina que no procede ser tomada como un modelo digno de reproche.
El actor Matt Damon, habitual en la filmografía de Greengrass, con quien ya colaboró cuando asumió la personalidad del agente Jason Bourne, se erige en protagonista principal. Ganador de un Oscar al mejor guión exaequo con su íntimo amigo Ben Affleck por El indomable Will Hunting, estuvo nominado como mejor actor secundario en la reciente edición de los premios de la Academia de Hollywood por su interpretación en Invictus de Clint Eastwood. Ha demostrado con creces su inmenso talento en títulos de la talla de El buen pastor o Syriana. También conviene seguir muy de cerca su evolución artística. Le acompaña Greg Kinnear –Pequeña Miss Sunshine-, el nominado intérprete de la estupenda comedia Mejor imposible.

lunes, 15 de marzo de 2010

CORAZÓN REBELDE

Scott Cooper ha tenido una carrera como actor en la que ha pasado desapercibido. Participó en algún episodio de la exitosa serie Expediente X y tuvo algún papel secundario en películas como Austin Powers: La espía que me achuchó. En el año 2009 decidió cambiar y dedicarse a la producción, a la escritura de guiones y a la dirección. Escribió y produjo una cinta de terror titulada For sale by owner que no ha llegado a estrenarse en España y es el responsable del guión y de la dirección de Corazón rebelde. Con su primera película tras la cámara la logrado el reconocimiento y un protagonismo que no consiguiese en su más de una década como actor. Esta ópera prima ha logrado tres nominaciones a los Oscar (mejor actor protagonista, mejor actriz secundaria y mejor canción), dos nominaciones a los BAFTA británicos y a los Globos de oro (en ambos casos para Jeff Bridges como protagonista y a la canción del film).
Cuenta la historia de un veterano y conocido cantante de música country, ya en plena decadencia, que tiene que sobrevivir tocando en locales decadentes pese a que su alcoholismo evidencia que no está en condiciones de continuar con un estilo de vida que, en su primera época, le encandiló. En ese momento de su vida se cruza con una joven periodista, madre divorciada, con la que inicia una relación que le aporta la única ilusión que queda en su vida. El largometraje se asienta sobre tres pilares fundamentales. El primero la música country, dado que el metraje está salpicado de muchas cancines de este estilo. El segundo la recreación de la América profunda, y los pueblos anclados en las carreteras secundarias con moteles infectos y garitos cutres. El tercero la brillante interpretación de los dos protagonistas y su recreación de personajes hundidos y perdidos que se encuentran el uno al otro.
El problema es que, si no te gusta demasiado ese tipo de música, y te saturas ya en la primera parte del metraje con esos paisajes rurales solo te queda para entretenerte la labor de los actores, la cual es indudable que es magistral y plasman unas interpretaciones muy buenas, perno tampoco es suficiente con eso, dado que sus personajes no son lo suficientemente interesantes como para captar el interés durante casi dos horas. Bridges se pasa toda la película o cantando, o vomitando, o mostrando un aspecto desaliñado y alcohólico. Todo ello lo hace a la perfección, pero después de reconocerle el mérito al actor hay que concluir que la película es algo cansina y aburrida. Me pasó algo similar cuando vi la actuación de Nicholas Cage en Leaving Las Vegas, por la que ganó el Oscar, después de verle borracho y beber en la mayor parte del metraje, el desinterés por el personaje es un lastre que arrastra a toda la cinta.
Pero lo cierto es que hay que ser justos con Jeff Bridges y reconocerle un excelente trabajo que ya le ha proporcionado un Oscar y un Globo de oro, aunque en la carrera de este actor hay que destacar otros films como El gran Lebowski, El rey pescador, Los fabulosos Baker boys o Starman. La actriz es Maggie Gyllenhaal a la que hemos visto es El caballero oscuro o World Trade Center. Como secundarios están el veterano Robert Duvall y Ryan Binghan que, pese a que interpreta un pequeño papel es un cantante que ha compuesto la canción principal de la película por la que está nominado al Oscar y ha ganado el Globo de oro.

viernes, 5 de marzo de 2010

AN EDUCATION

Pese a la innegable desventaja que padece el denominado “cine independiente”, minoritario frente a los proyectos de las grandes productoras de Hollywood sobre todo en lo referente a distribución y exhibición en salas, lo cierto es que en los últimos años se percibe cierto interés por parte de esas denominadas “majors” por esta alternativa cinematográfica. Tan es así que los estudios históricos han creado filiales especializadas para rodar un tipo de películas que en ocasiones suelen ofrecer más calidad y originalidad que la mayoría de las grandes superproducciones. Por ejemplo, Paramount Pictures fundó en 2006 Paramount Vantage, Twentieth Century Fox apostó por Fox Searchlight y Columbia Pictures por Sony Pictures Classic. Dichas filiales se encargan de cintas más modestas, generalmente impulsadas por profesionales apenas conocidos en la industria y que, en principio, no pretenden obtener grandes éxitos de taquilla. Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia estos filmes acaban logrando notables reconocimientos de la crítica y se hacen un hueco a base de nominaciones en destacadas ceremonias internacionales de premios. Es el caso de An Education que, con un presupuesto inferior a cinco millones de dólares, ha logrado tres nominaciones a los Oscar - película, guión y actriz principal- y ocho a los BAFTA británicos, de los cuales su protagonista ganó finalmente el de mejor intérprete femenina, galardón que se añade al ya conseguido Globo de Oro. Su directora es una danesa prácticamente desconocida llamada Lone Scherfig, que hace casi una década estrenó la interesante Italiano para principiantes, título en el que se hizo cargo tanto del guión como de la realización.
Cuenta la historia de una estudiante de dieciséis años que vive en los suburbios de Londres y que, en un momento dado, inicia una relación con un hombre que le dobla la edad. Ese romance hará colisionar dos estilos de vida muy diferentes. La chica califica la sociedad inglesa de burguesa y anticuada en comparación con su idílica visión de la cultura francesa, modelo de sofisticación y vida bohemia y divertida. Para acceder a ese mundo elitista no repara en utilizar la mentira aunque, más tarde, va a ser precisamente ese tipo de vida basada en el engaño la que arruinará su futuro. Para lograr el fin pretendido el guión combina la comedia y el drama, obteniéndose un resultado entretenido, divertido y, a ratos, conmovedor. El guionista es Nick Hornby, novelista que ya había dado el salto a la gran pantalla con sus relatos de Alta fidelidad de Stephen Frears o Un niño grande de los hermanos Chris y Paul Weitz.
Carey Mulligan es la joven actriz que está acaparando este año todos los premios y reconocimientos gracias a este personaje. Desconocida para el gran público, ha interpretado hasta la fecha pequeños papeles en títulos como Orgullo y prejuicio o Enemigos Públicos, estrenada recientemente en nuestro país. Parte como favorita para ganar el Oscar en su categoría que se entregará en la madrugada del próximo lunes. Le acompañan Peter Sarsgaard (a quien pudimos ver junto a Jodie Foster en la estresante Plan de vuelo: desaparecida y acompañando a Penélope Cruz en Elegy de Isabel Coixet) y el actor de origen español Alfred Molina (Doctor Octopus en Spiderman II o Diego Rivera en el biopic de Frida Kahlo protagonizado por su compatriota Salma Hayek).