Como la mayor
parte de los europeos, comencé a conocer y a interesarme por la figura de Leonard
Bernstein gracias a la película musical “West Side Story”, dirigida en 1961 por
Jerome Robbins y Robert Wise sobre la obra teatral de Broadway. Se trata de una
composición fantástica, mi favorita sólo por detrás de mi venerada “El fantasma
de la ópera”, de Andrew Lloyd Webber. Bernstein ha mantenido un estrecho
vínculo con el Séptimo Arte por medio de su música. Creador de las bandas
sonoras de “Un día en Nueva York” o “La Ley del silencio”, su relevancia en
este ámbito resulta incuestionable. Cuando hace algunos meses vi el tráiler de
“Maestro” por primera vez, antes de su estreno en el prestigioso Festival de
Venecia, me pareció bellísimo y me animó sobremanera a visionar el
largometraje. Ahora ya puedo afirmar que se trata de una cinta más que notable,
excelentemente interpretada, dirigida con delicadeza y rodada con un claro respeto
musical.
De un
tiempo a esta parte, Bradley Cooper ha crecido de forma sobresaliente como
director y actor, demostrando una madurez y un criterio artístico sorprendentes.
Quién iba a decir que aquel guaperas de “De boda en boda” y “Resacón en Las
Vegas” poseía tal audacia cinematográfica y tan buen gusto artístico. Aunque el
dato sorprenda, acumula hasta la fecha nueve nominaciones a los Oscar (cuatro
como productor, tres como actor principal, una como actor secundario y otra
como guionista). De hecho, “Maestro” supera en solvencia e inventiva a su
versión de “Ha nacido una estrella”. Riguroso y sentido con los personajes, sensible
y honesto en la narración e, incluso, desinhibido en alguno de sus planteamientos,
nos ofrece secuencias de una belleza y ternura exquisitas, si bien el fondo de
la historia no reniega ni oculta el profundo drama que encierra. Sin duda, constituye
una gran experiencia cinematográfica.
Plasma en
imágenes diversos aspectos de la biografía del carismático compositor, así como
su pasión por la música a medida que obtiene fama y reconocimiento como el
primer director de orquesta estadounidense de renombre mundial. Autor asimismo
de obras sinfónicas y populares libretos para Broadway y Hollywood, traslada la
complicada historia de amor con su esposa Felicia Montealegre, actriz chilena
nacida en Costa Rica y muy conocida en Norteamérica por sus interpretaciones en
las tablas y en la pequeña pantalla.
Recurriendo
a una narración en color y a otra en blanco y negro, el film desgrana la vida
de la pareja con una honestidad y una
credibilidad que permiten al espectador introducirse en el relato, participando
tanto de la hermosura como de la amargura que conforma toda existencia. La facilidad
para amar y herir a una misma persona, la complejidad de una genialidad que
significa, a la vez, un don y una pesada carga, el prodigio de la música, el
dolor y la felicidad, la salud y la enfermedad, los perdones y las acusaciones…
se mezclan de un modo certero durante las dos horas de proyección.
Producida
por Martin Scorsese y Steven Spielberg, “Maestro” atesora por ahora cuatro
nominaciones a los Globos de Oro (mejor película, dirección, actor y actriz) y
ocho a los Critics Choice Awards. Ha sido designada por la National Board of
Review y por el American Film Institute entre los diez mejores títulos del año
y, a buen seguro, dispondrá de merecidas candidaturas a la estatuilla de
Hollywood.
Habiendo
ya ensalzado merecidamente la labor de Bradley Cooper, me centraré a
continuación en la maravillosa interpretación
de su compañera de reparto, Carey Mulligan, una actriz que siempre
resulta de mi agrado. Su capacidad para mostrar emociones sin pronunciar una
sola palabra me parece asombrosa. A través de sus actuaciones en “Drive” y
“Nunca me abandones” imparte una brillante lección de contención y expresividad
simultáneas. Sus personajes de “An Education” y “Shame” transmiten dulzura y
coraje a la vez. A mi juicio, su papel en “Maestro” le brinda serias opciones
para alzarse con su primer Oscar.
Les
acompañan Matt Bomer (“In Time”) y Brian Klugman (“El ladrón de palabras”), que
da vida al compositor norteamericano de música clásica y para el cine Aaron
Copland.
Como la mayor
parte de los europeos, comencé a conocer y a interesarme por la figura de Leonard
Bernstein gracias a la película musical “West Side Story”, dirigida en 1961 por
Jerome Robbins y Robert Wise sobre la obra teatral de Broadway. Se trata de una
composición fantástica, mi favorita sólo por detrás de mi venerada “El fantasma
de la ópera”, de Andrew Lloyd Webber. Bernstein ha mantenido un estrecho
vínculo con el Séptimo Arte por medio de su música. Creador de las bandas
sonoras de “Un día en Nueva York” o “La Ley del silencio”, su relevancia en
este ámbito resulta incuestionable. Cuando hace algunos meses vi el tráiler de
“Maestro” por primera vez, antes de su estreno en el prestigioso Festival de
Venecia, me pareció bellísimo y me animó sobremanera a visionar el
largometraje. Ahora ya puedo afirmar que se trata de una cinta más que notable,
excelentemente interpretada, dirigida con delicadeza y rodada con un claro respeto
musical.
De un
tiempo a esta parte, Bradley Cooper ha crecido de forma sobresaliente como
director y actor, demostrando una madurez y un criterio artístico sorprendentes.
Quién iba a decir que aquel guaperas de “De boda en boda” y “Resacón en Las
Vegas” poseía tal audacia cinematográfica y tan buen gusto artístico. Aunque el
dato sorprenda, acumula hasta la fecha nueve nominaciones a los Oscar (cuatro
como productor, tres como actor principal, una como actor secundario y otra
como guionista). De hecho, “Maestro” supera en solvencia e inventiva a su
versión de “Ha nacido una estrella”. Riguroso y sentido con los personajes, sensible
y honesto en la narración e, incluso, desinhibido en alguno de sus planteamientos,
nos ofrece secuencias de una belleza y ternura exquisitas, si bien el fondo de
la historia no reniega ni oculta el profundo drama que encierra. Sin duda, constituye
una gran experiencia cinematográfica.
Plasma en
imágenes diversos aspectos de la biografía del carismático compositor, así como
su pasión por la música a medida que obtiene fama y reconocimiento como el
primer director de orquesta estadounidense de renombre mundial. Autor asimismo
de obras sinfónicas y populares libretos para Broadway y Hollywood, traslada la
complicada historia de amor con su esposa Felicia Montealegre, actriz chilena
nacida en Costa Rica y muy conocida en Norteamérica por sus interpretaciones en
las tablas y en la pequeña pantalla.
Recurriendo
a una narración en color y a otra en blanco y negro, el film desgrana la vida
de la pareja con una honestidad y una
credibilidad que permiten al espectador introducirse en el relato, participando
tanto de la hermosura como de la amargura que conforma toda existencia. La facilidad
para amar y herir a una misma persona, la complejidad de una genialidad que
significa, a la vez, un don y una pesada carga, el prodigio de la música, el
dolor y la felicidad, la salud y la enfermedad, los perdones y las acusaciones…
se mezclan de un modo certero durante las dos horas de proyección.
Producida
por Martin Scorsese y Steven Spielberg, “Maestro” atesora por ahora cuatro
nominaciones a los Globos de Oro (mejor película, dirección, actor y actriz) y
ocho a los Critics Choice Awards. Ha sido designada por la National Board of
Review y por el American Film Institute entre los diez mejores títulos del año
y, a buen seguro, dispondrá de merecidas candidaturas a la estatuilla de
Hollywood.
Habiendo
ya ensalzado merecidamente la labor de Bradley Cooper, me centraré a
continuación en la maravillosa interpretación
de su compañera de reparto, Carey Mulligan, una actriz que siempre
resulta de mi agrado. Su capacidad para mostrar emociones sin pronunciar una
sola palabra me parece asombrosa. A través de sus actuaciones en “Drive” y
“Nunca me abandones” imparte una brillante lección de contención y expresividad
simultáneas. Sus personajes de “An Education” y “Shame” transmiten dulzura y
coraje a la vez. A mi juicio, su papel en “Maestro” le brinda serias opciones
para alzarse con su primer Oscar.
Les
acompañan Matt Bomer (“In Time”) y Brian Klugman (“El ladrón de palabras”), que
da vida al compositor norteamericano de música clásica y para el cine Aaron
Copland.
No hay comentarios:
Publicar un comentario