Por
desgracia para “Misión hostil”, existen numerosas películas de acción de
temática bélica y las hay de diversos estilos y calidades. Ello supone que,
frente a una enésima propuesta, se requiera un mínimo de originalidad o, en su
caso, un guion y unos personajes sólidos y bien trabajados. No basta con filmar
secuencias arriesgadas y concatenar planos repletos de tiros y luchas cuerpo a
cuerpo. Las misiones llevadas a cabo por grupos militares en selvas tropicales
cuentan ya con sus largometrajes más que memorables. Por lo tanto, sólo cabe
limitarse a reiterar –perdiendo así capacidad de sorprender-, o tratar de
innovar. Como alternativa, o se dispone de una trama a cargo de diálogos
notable y papeles sugestivos, o la mayor parte del público perderá el interés a
mitad de la proyección. En mi caso, prácticamente cada escena me recordaba a
otra similar vista en otra cinta más lograda, por lo que mi visionado
transcurrió añorando títulos antiguos y desconectándome por completo de las
imágenes en pantalla.
Se sitúa
detrás de la cámara William Eubank, responsable de trabajos como “Underwater” (2020),
con Kristen Stewart y Vincent Cassel, o “Paranormal Activity: Allegados” (2021),
protagonizada por Emily Bader. En esta “Misión hostil” reúne, en principio, todos
los complementos requeridos para un entretenimiento de dos horas. Sin embargo,
termina por convertirse en una producción más cansina que intensa.
Un piloto
de drones de la Fuerza Aérea apoya un operativo especial en el sur de
Filipinas. Tras detectar algo sospechoso en la jungla durante un reconocimiento
aéreo, sus planes comienzan a trastocarse. Los soldados que se despliegan por tierra
son atacados y capturados. A partir de ese momento, se inicia un plan de
rescate más peligroso y complejo de lo previsto inicialmente.
A mi
juicio, los principales méritos de esta propuesta radican en su ajustado
presupuesto (apenas alcanza los veinte millones de dólares), su pronto olvido y
su capacidad de retrotraer al público a filmes clásicos de la misma temática.
Por lo demás, el exceso de tiros, músculos y luchas no se compensa en modo
alguno con otros alicientes, ni siquiera con un casting donde figura algún
nombre ilustre y varios rostros famosos llamados a animar la compra de entradas.
Encabeza
el elenco de estrellas Russell Crowe, un actor con cuatro años profesionalmente
prodigiosos (entre 1997 y 2001) en los que acumuló sus sobresalientes
actuaciones en “L.A. Confidential”, de Curtis Hanson, “The Insider (El dilema)”,
de Michael Mann, “Gladiator”, de Ridley Scott, y “Una mente maravillosa”, de
Ron Howard. Pese a la dificultad de mantener tal nivel en sucesivas etapas,
todavía dejó algunas perlas como “El tren de las 3:10”, de James Mangold, y “Red
de mentiras” y “American Gangster”, de nuevo a las órdenes de Ridley Scott. A
partir de ahí, ha iniciado un declive del que no consigue recuperarse y, desde
luego, “Misión hostil” tampoco le ayudará en ese objetivo.
Junto a
él intervienen dos de los tres hermanos Hemsworth (Liam y Luke), ambos a la
sombra de Chris. El primero ha actuado en la saga de “Los juegos del hambre”, “Independence
Day: Contraataque”, “Asalto al furgón blindado” y “Poker Face”, bajo la dirección
del propio Russell Crowe, y que tampoco modificó su senda descendente. Luke,
por su parte, ha participado recientemente en “El peor equipo del mundo”, de Taika
Waititi. Les acompañan Ricky Whittle (“En tierra de Jane Austen”) y Lincoln
Lewis (“After Earth”).
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