“The
Vigil” se ha exhibido ya en los festivales de Toronto y Sitges, evidenciando su
voluntad de apartarse del arraigado formato convencional y apostar por un
modelo nuevo que merezca perdurar en la mente de los aficionados aunque, en mi
opinión, alcanza su propósito tan sólo a medias. Supone el debut como director
y guionista de Keith Thomas, una carta de presentación muy a tener en cuenta
con la que logra aglutinar en un ajustado metraje (menos de hora y media) una
serie de secuencias inquietantes dentro de una acertada atmósfera de inquietud.
Aun así, termina cayendo en varios de los estereotipos y fórmulas recurrentes
del subgénero.
Un
joven judío de escasa fe asiste en el barrio neoyorkino de Brooklyn a las
reuniones de un grupo de apoyo con la intención de adaptarse a las grandes
sociedades multiculturales. Arrastra consigo un sentimiento de culpa que le
convierte en un ser frágil. Tras varios meses sin empleo, acepta un trabajo
como “shomer” nocturno, práctica según la cual una persona vigila el cadáver de
un miembro de la comunidad judía recién fallecido. La noche derivará en una
constante pesadilla por la presencia de un espíritu que había poseído el cuerpo
del difunto en vida y que, tras su muerte, se dispone a encontrar una nueva
víctima.
Para
concluir, resulta obligada una referencia a Blumhouse Productions, estudio
estadounidense de cine y televisión conocido principalmente por producir
películas de terror de bajo presupuesto (“Paranormal Activity”, “Insidious”, “Get
Out”) y que ha recibido tres nominaciones al Oscar por sus producciones de “Whiplash”
(2014), “Get Out” (2017) y “BlacKkKlansman” (2018), todo un ejemplo de joven
productora que se abre paso entre las poderosas multinacionales que dominan el
mercado.
Los
actores Dave Davis (“La gran apuesta”, “Logan”), Menashe Lustig, Malky Goldman
y la recientemente desaparecida Lynn Cohen (“Munich”, “La conspiración del
pánico”, “Los juegos del hambre: En llamas”) conforman el reparto.
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