domingo, 4 de abril de 2010

QUERIDO JOHN

El realizador sueco Lasse Hallström es uno de los profesionales extranjeros que ha logrado introducirse con éxito en la difícil industria cinematográfica norteamericana. Comenzó su trayectoria detrás de la cámara en su Estocolmo natal, donde rodó en 1977 una película sobre el famoso grupo musical ABBA, aunque no fue hasta la década de los noventa cuando su carrera artística se internacionalizó. Ya en el año 1985 sorprendió su doble nominación a los Oscar como director y guionista de Mi vida como un perro pero su fama se consolidó plenamente gracias a la interesante A quién ama Gilbert Grape y, sobre todo, con el que es su mejor largometraje hasta la fecha, Las normas de la casa de la sidra. Con este título volvió a optar a los premios de la Academia de Hollywood en la categoría de mejor dirección, junto con otras seis candidaturas más de las que finalmente se obtuvieron las de mejor guión y mejor actor secundario para un excepcional Michael Caine. Las normas de la casa de la sidra se considera una cinta ejemplar en la que todos los actores firman uno de sus mejores trabajos. Tanto Tobey Maguire dando vida al personaje de Homer como Charlize Theron en su papel de Candy protagonizan una historia de amor difícil de olvidar, sustentada en un guión muy bien escrito y sobre el fondo de una inolvidable banda sonora de Rachel Portman. Todos los intentos posteriores de Hallström de volver a rodar otra historia romántica de idéntica calidad fracasaron. Primero Chocolat, con Juliette Binoche y Johnny Depp encabezando el reparto y, más tarde, Casanova, a quien dio vida el malogrado Heath Ledger, resultaron intentos fallidos de repetir aquel éxito del pasado, fundamentalmente por la dificultad que entraña abordar el género romántico con garantías y sin caer en la vulgaridad, la cursilería o la mediocridad.
Sin embargo, quien tuvo retuvo y el veterano realizador ha vuelto con Querido John a la senda que tan buenos resultados le proporcionó en su momento. De esta película se pueden hacer muchas observaciones, algunas anecdóticas, como que desbancó a Avatar del primer puesto de la taquilla estadounidense, o que sus ingresos triplicaron el coste de su producción. Pero lo principal es que se trata de una obra sumamente correcta que supera con nota los tradicionales obstáculos propios del género cinematográfico al que pertenece. Guarda una cierta similitud con El diario de Noa, basado también en una novela del mismo autor de Querido John, Nicholas Sparks. Además, es probable que ambos filmes, tras notables triunfos en taquilla, se conviertan en referentes de un género en el que cada vez es más complicado hallar títulos con un mínimo nivel de calidad. Tampoco es descartable que una parte de los espectadores tache esta historia de estereotipada e, incluso, ñoña pero, parafraseando una célebre cita de Woody Allen, “no se puede contentar a todo el mundo”. En mi opinión, cumple perfectamente su misión y se ve con agrado.
La pareja protagonista está formada por dos jóvenes actores poco conocidos para el gran público. Ellos son Channing Tatum, cuyo principal mérito hasta la fecha había consistido en interpretar un papel secundario en Enemigos públicos de Michael Mann y Amanda Seyfried, con una filmografía más extensa que incluye la versión para la pantalla grande del célebre musical Mamma Mía y algunas intervenciones en series de televisión como C.S.I. o Verónica Mars.

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