viernes, 16 de abril de 2010

LA ISLA INTERIOR

En el año 1994 la productora cinematográfica “La mirada” inició su andadura en Tenerife con la difícil misión de abrirse un hueco en la industria del séptimo arte. No obstante, en sus inicios cosechó unos logros inusuales para una compañía pequeña y de tan reciente creación. De este modo, el cortometraje Esposados, dirigido por el también tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo, obtuvo nada menos que una nominación al Oscar de Hollywood cuando la productora llevaba apenas dos años en funcionamiento. Otro corto titulado La ruleta también consiguió ser seleccionado para competir en el prestigioso festival de Cannes. Fue en 2001 cuando decidieron dar el salto al largometraje con Hombres felices, otra producción rodada en nuestras islas por el joven realizador Roberto Santiago y protagonizada por Aitana Sánchez Gijón, Sergi López y María Esteve. Ahora presentan en clara progresión su proyecto La isla interior acompañados por otras productoras como Mecanismo Films. La evolución ha sido tan positiva que han creado una filial dedicada en exclusiva al cine de animación, “La casa animada”, desde 2006. Por lo tanto, debe reconocerse a sus responsables grandes dosis de coraje e iniciativa empresarial, acompañadas de nos resultados más que dignos a lo largo de estos más de quince años de actividad artística.
En cuanto a los directores grancanarios Dunia Ayaso y Félix Sabroso eran conocidos hasta este estreno por su humor socarrón y un tanto burdo, muy propio de la comedia española más reciente. Títulos como Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí son buen ejemplo de este tipo de cine. Sin embargo, como clara muestra de evolución profesional, orientan su creatividad hacia el drama con este estreno que ya ha obtenido varios reconocimientos como el premio a la mejor película en el festival de Nantes o al mejor actor (Alberto San Juan) en el de Valladolid. Sin prescindir del trasfondo dramático, el guión está salpicado de frases y situaciones cómicas, rodando la pareja de realizadores las secuencias con una tendencia no disimulada a la ironía y a la crítica mordaz. En ese sentido, la cinta triunfa porque logra un correcto engarce entre sus personajes enfermos y desgraciados y una puesta en escena con toques humorísticos. Pero no tiene tanto éxito cuando decide embarcarse únicamente en el aspecto más trágico de la historia, desprovisto de una vía de escape que proporcione al espectador al menos una posibilidad de sonreír. En esas escenas las carencias se hacen más evidentes. La isla interior retrata la vida de tres hermanos completamente mediatizados por la enfermedad mental de su padre (transmitida a algunos de ellos) y claramente traumatizados por un pasado muy atormentado que les impide pasar página y tomar las riendas de su destino. Inestables e inseguros, intentan apoyarse sin ningún éxito los unos en los otros y transitan entre sus traumas familiares y unas relaciones interpersonales sumamente complejas.
Todos los actores que integran el acertado reparto cuentan con algún Goya en su haber, lo que da la medida de su calidad interpretativa. Candela Peña obtuvo dos, uno a la mejor actriz por Princesas y otro a la mejor actriz de reparto por Te doy mis ojos. Alberto San Juan consiguió el suyo por Bajo las estrellas, Cristina Marcos por Todos los hombres sois iguales, Geraldine Chaplin por En la ciudad sin límites, Celso Bugallo por Mar adentro y Antonio de la Torre por Azuloscurocasinegro. Indudablemente sus trabajos resultan lo más destacable de una película que, en conjunto, es recomendable para los amantes de los dramas familiares con unas pinceladas de humor mordaz.

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