La novelista norteamericana Sue Monk Kidd ha alcanzado un gran éxito profesional con sus obras El secreto de la sirena y When the heart waits. Pero es sin duda La vida secreta de las abejas su libro de mayor repercusión. En el año 2003 obtuvo un espectacular nivel de ventas y galardones prestigiosos como el Libro del Año otorgado por el Book Sense y narra la historia de un grupo de apicultoras en cuyas vidas desembarca una niña en busca de un hogar. Se trata de un drama familiar centrado en las relaciones interpersonales de sus protagonistas en la época más representativa de la luchas por los derechos civiles en Estados Unidos. La elegida para llevar a cabo la adaptación de esta obra literaria ha sido Gina Prince-Bythewood, una profesional que, aunque desconocida en el ámbito cinematográfico, cuenta con algunas experiencias en el medio televisivo. La producción del largometraje corre a cargo del popular actor Will Smith, su esposa Jada Pinkett y James Lassiter, productor a su vez de un gran número de cintas del conocido intérprete afroamericano, entre ellas Hancock, Soy leyenda, Hitch, En busca de la felicidad y Alí.
Melodrama de narración pausada, con cierto aire clásico y numerosas escenas que provocarán el llanto de los amantes de este tipo de tragedias, presenta una correcta banda sonora, una acertada fotografía y unas interpretaciones muy dignas que la hacen recomendable para los aficionados al género en el que se inscribe. No obstante, es posible que, de no conectar con la trama desde el inicio, llegue a resultar un tanto insulsa e incluso lenta. Su localización rural en la América profunda, los personajes que se entrelazan y, como circunstancia añadida, la lucha racial de los afroamericanos durante la década de los sesenta, recuerda en gran medida el estilo narrativo de otros filmes como Donde reside el amor de la realizadora Jocelyn Moorhouse. En definitiva, no aportará novedades a un público habitual de cintas de temática similar pero tampoco les defraudará.
En un reparto mayoritariamente femenino resalta una casi adolescente Dakota Fanning, una de las últimas niñas prodigio de Hollywood en cuya filmografía figuran títulos como Mi nombre es Sam, Sweet Home Alabama o en la versión de Steven Spielberg de La guerra de los mundos. Actualmente rueda la segunda parte del fenómeno literario- cinematográfico Crepúsculo, que promete extenderse a todas las novelas de la saga. Completan el equipo artístico la reconocida cantante Alicia Keys, Jennifer Hudson - Oscar a la mejor actriz secundaria por Dreamgirls- y Queen Latifah – Chicago, Hairspray-. En el apartado masculino están acompañadas por el actor británico Paul Bettany, cuya prometedora carrera tras rodar Una mente maravillosa y Master and Commander –ambas con Russell Crowe- se ha visto cualitativamente mermada por su participación en proyectos bastante prescindibles. En este momento interpreta un biopic sobre la figura del naturalista Charles Darwin junto a la interesantísima actriz Jennifer Connelly – también Oscar a la mejor actriz secundaria por Una mente maravillosa-, su esposa en la vida real, retomando la buena línea de su carrera artística.
Melodrama de narración pausada, con cierto aire clásico y numerosas escenas que provocarán el llanto de los amantes de este tipo de tragedias, presenta una correcta banda sonora, una acertada fotografía y unas interpretaciones muy dignas que la hacen recomendable para los aficionados al género en el que se inscribe. No obstante, es posible que, de no conectar con la trama desde el inicio, llegue a resultar un tanto insulsa e incluso lenta. Su localización rural en la América profunda, los personajes que se entrelazan y, como circunstancia añadida, la lucha racial de los afroamericanos durante la década de los sesenta, recuerda en gran medida el estilo narrativo de otros filmes como Donde reside el amor de la realizadora Jocelyn Moorhouse. En definitiva, no aportará novedades a un público habitual de cintas de temática similar pero tampoco les defraudará.
En un reparto mayoritariamente femenino resalta una casi adolescente Dakota Fanning, una de las últimas niñas prodigio de Hollywood en cuya filmografía figuran títulos como Mi nombre es Sam, Sweet Home Alabama o en la versión de Steven Spielberg de La guerra de los mundos. Actualmente rueda la segunda parte del fenómeno literario- cinematográfico Crepúsculo, que promete extenderse a todas las novelas de la saga. Completan el equipo artístico la reconocida cantante Alicia Keys, Jennifer Hudson - Oscar a la mejor actriz secundaria por Dreamgirls- y Queen Latifah – Chicago, Hairspray-. En el apartado masculino están acompañadas por el actor británico Paul Bettany, cuya prometedora carrera tras rodar Una mente maravillosa y Master and Commander –ambas con Russell Crowe- se ha visto cualitativamente mermada por su participación en proyectos bastante prescindibles. En este momento interpreta un biopic sobre la figura del naturalista Charles Darwin junto a la interesantísima actriz Jennifer Connelly – también Oscar a la mejor actriz secundaria por Una mente maravillosa-, su esposa en la vida real, retomando la buena línea de su carrera artística.
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