La visión
que ofrece el mundo del cine sobre el futuro del planeta no es ni mucho menos
optimista y, sin duda, cuenta con razones para ello. El número de películas
ambientadas en el porvenir, que recrean un panorama desolador y un escenario catastrófico,
son mayoritarias. Ahora llega a las pantallas “Respira”, cinta ambientada en un
globo terráqueo sin apenas oxígeno. Tras ese punto de partida, se desarrolla
apenas hora y media de proyección que, pese a su corta duración, se hace larga,
en gran medida por culpa de un guion falto de enjundia y de una carencia de
solidez en la construcción de los personajes. Y es que para rodar un proyecto no
basta con tener una idea. La ambientación y la intriga de la trama sirven para
captar la atención del espectador durante un breve lapso de tiempo. A partir de
ahí, se evidencia una escasa habilidad narrativa y una pobre configuración de
los papeles principales.
La
historia se asienta sobre algunos actores conocidos y sobre el atractivo visual
que casi siempre generan unas escenografías diferentes a las del tiempo
presente. Se aprecia en el argumento cierto germen de plan, pero también se
queda a medias, a modo de episodio piloto de una serie televisiva que
interrumpe el rodaje por falta de presupuesto, si bien, en el caso que nos
ocupa, la falta es de inventiva. Tanto la deficiente conexión entre los tramos
como la tensión fallida que pretende transmitir, tornan el resultado final en
artificial y poco creíble.
La
escasez de oxígeno ha convertido la Tierra en un planeta casi inhabitable. Para
sobrevivir, una madre y su hija se ven obligadas a confinarse en un búnker
subterráneo. Para asomarse al exterior, deben ponerse un traje especial
diseñado por el padre de la familia, desparecido tras una salida a la
superficie. La llegada de una misteriosa pareja que dice saber dónde se
encuentra el progenitor, hará que ambas bajen la guardia. Sin embargo, los
nuevos visitantes esconden secretos e intenciones inconfesables.
En el
cartel anunciador del largometraje destaca el nombre de Milla Jovovich, aunque
lleva a cabo una participación secundaria. La ucraniana comenzó a alcanzar la
popularidad en 1991, gracias a la segunda parte de “El lago azul” (“Regreso al
lago azul”), y ya obtuvo la fama mundial como musa del cineasta francés Luc
Besson en “El quinto elemento” y “Juana de Arco”, para posteriormente
embarcarse en la saga de seis títulos de “Resident Evil”. Encasillada desde
entonces en el género de acción, se ha ganado un puesto en la industria del
celuloide, aunque prometía más como actriz a las órdenes de Besson.
Formando
parte del equipo artístico figura Jennifer Hudson. Ganadora de un Oscar por su
debut profesional en “Dreamgirls” (2007), no ha logrado superar aquel listón
inicial. “La vida secreta de las abejas” y “Respect” destacan dentro de su filmografía. Les acompaña Sam
Worthington, otro habitual del cine de acción y aventuras (“Terminator: Salvation”,
“Avatar”, “Furia de titanes”), con determinados
trabajos más interesantes, como “Sólo una noche” o “La deuda”.
El resto
del reparto lo integran nombres bastante desconocidos, entre ellos la joven Quvenzhané
Wallis quien, pese a su corta edad, ha intervenido en las notorias “Bestias del
sur salvaje”, “Annie” (versión de 2014) o “12 años de esclavitud”. Junto a ella
aparece el actor denominado “Common”, visto en “John Wick: Pacto de sangre” y “Escuadrón
suicida” (2016).
En
definitiva, un filme claramente menor, a pesar de un presupuesto cercano a los
setenta millones de dólares que tendrá muy complicado rentabilizar. El hecho de
que su estreno a nivel mundial el día 4 de abril haya tenido lugar en Azerbaiyán,
Ucrania y Francia (en este país, directamente en plataformas), da la medida de
su exiguo recorrido en las taquillas.
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