Además de revolucionar la
informática, la tecnología y la música, Steve Jobs también innovó en el mundo
del cine. De hecho, Pixar tiene su origen en el célebre visionario y empresario
californiano. La originalidad, gracia e inventiva de esta productora a la hora
de apostar por el género de animación marcó una época. Su primer largometraje,
“Toy Story”(1995), recibió una nominación al Oscar al mejor guion original, una
excepcionalidad dentro de una especialidad que hasta entonces se denominaba de
“dibujos animados”. No existía aún la estatuilla en esa categoría, un galardón
que como tal se creó en 2001. Posteriormente, títulos como “Monstruos S.A.”,
“Los Increíbles” o “Up” elevaron dicha modalidad cinematográfica a un nivel
superior. Cinco años más tarde, su gran competidora, la factoría Disney,
adquirió Pixar por 7.400 millones de dólares (unos 6.000 millones de euros). La
extraordinaria rentabilidad del estudio presagiaba un negocio redondo. Así, “Toy
Story” costó treinta millones de dólares y consiguió casi cuatrocientos en todo
el mundo, mientras que “Buscando a Nemo”, de noventa y cuatro pasó a mil. Pero,
incluso esa barrera del millar de millones de recaudación, la sobrepasó “Toy
Story 3”. Por lo tanto, se trataba, en efecto, de una inversión interesante y
rentable.
A partir de aquel momento,
la compañía que había dominado la industria durante una década de forma
indiscutible (tanto en crítica como en público), comenzó a experimentar un declive,
ya que, en ocasiones, las estrategias empresariales van por un lado y la
genialidad artística por otro. A mi juicio, Pixar perdió parte de su esencia a
cambio de aumentar su capacidad de “merchandising” y su cuota de mercado,
dejando de representar la marca y el estilo con los que había triunfado.
“Del revés (Inside Out)”,
ya con la firma conjunta de Disney y Pixar, se estrenó en 2015, ganando el
Oscar a la mejor película de animación y siendo de nuevo candidata al de mejor
guion original. Constituye, posiblemente, la última gran cinta con el sello de
Pixar que analiza de manera divertida y analítica cómo los sentimientos se
alzan con el protagonismo en la vida de una niña. A casi una década vista,
llega ahora a las carteleras “Del revés 2”, que en absoluto puede calificarse
negativamente. No obstante, y aunque mantiene buena parte de los aciertos de su
predecesora, evidencia cierta propensión a recorrer caminos ya transitados,
resultando menos arriesgada, original y graciosa. Y es que siempre supone un
hándicap enfrentarse a un listón previo tan elevado.
La niña de la primera
entrega entra en la adolescencia y su cabeza se prepara para asumir nuevos
cambios y sentir nuevas emociones. Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco no
saben muy bien qué hacer cuando aparecen Ansiedad, Envidia o Vergüenza. Estas
recién llegadas alcanzarán el centro de control de la joven y cambiarán su
vida, de tal manera que los antiguos sentimientos habrán de esforzarse por
tomar de nuevo las riendas y evitar un
colapso emocional.
El modelo de éxito de la
parte 1, así como sus personajes y materiales, conforma mayoritariamente la
parte 2. Los creadores juegan sobre seguro, y se nota. La pena es que,
comparativamente, en esta ocasión sale perdiendo, por más que la hora y media
de proyección presenta un baremo todavía destacado. Sin duda, volverá a
triunfar en la taquilla y continuará agradando a pequeños y mayores. Ahora
bien, en mi opinión no es un producto de Pixar, o no del Pixar de sus inicios.
Kelsey Mann debuta en la
animación con este film. Hasta la fecha había participado en los aspectos
técnicos de “Monstruos University” o “Star Wars: The Clone Wars”. En la versión
original, se puede escuchar la voz de la excelente Diane Lane, (“Cotton Club”,
“Un pequeño romance”, “Infiel”, “Bajo el sol de la Toscana”), como madre de la
adolescente. El personaje de padre corre a cargo de Kyle MacLachlan (“Terciopelo
azul”, “Dune”, “Twin Peaks”). “Ansiedad” habla a través de Maya Hawke (Stranger
Things), hija de los actores Uma Thurman y Ethan Hawke. En cuanto a la versión
doblada al español, Michelle Jenner encarna a Ansiedad, Gemma Cuervo a
Nostalgia y Rigoberta Bandini a Envidia.