“El
estrangulador de Boston” es una película correcta, razonablemente bien narrada
y ambientada, y que logra niveles aceptables de entretenimiento e intensidad.
Se trata de un buen largometraje, sin extravagancias ni estridencias, sin
planteamientos absurdos ni metrajes excesivos, y a cargo de una trama lógica y
un guion comprensible. En los tiempos que corren, representa casi un lujo
toparse con un film así, y se puede ver en España dentro de la plataforma
“Disney +”. Ciertamente, no constituye un proyecto que destaque sobremanera, ni
se alza como un referente del género, ni tampoco alcanza el nivel de los
grandes títulos del “thriller”. De hecho, se evidencia cierto plagio de algunas
escenas de las obras más sobresalientes sobre asesinos en serie, entre ellas “Zodiac”,
de David Fincher. Sin embargo, el resultado final ha de calificarse de
satisfactorio y su visionado proporciona el alivio que supone haberse
enfrentado a una proyección normal. En ese sentido, y coincidiendo con el
inicio de la producción cinematográfica de 2023, confío en poder olvidar lo
antes posible la trayectoria cinematográfica del pasado año.
Matt
Ruskin, cineasta sobrio que se mueve con soltura combinando drama e intriga, se
ha encargado de su rodaje. Para filmar este trabajo se apoya en una fotografía
sombría y una dirección artística austera, que refuerzan ese ambiente tenebroso
llamado a impulsar el relato. Por más que en algunos tramos no logra darle la
continuidad artística y narrativa que precisan las secuencias, cabe afirmar que
Ruskin continúa creciendo como contador de historias.
Basada
en hechos reales, traslada a imágenes el desempeño profesional de Loretta
McLaughlin, redactora de un periódico local relegada siempre a reportajes
menores vinculados con el hogar y el ámbito femenino que, por fin, se convirtió
en la más eficaz investigadora de los asesinatos del conocido como “ El estrangulador
de Boston”, escribiendo las primeras informaciones sobre sus horrendos crímenes.
Pese a los reparos iniciales de sus superiores y de los altos mandos policiales
y políticos de la ciudad, terminó por hacerse un hueco destacado como
indagadora y, junto a su compañera Jean Cole, desafió el sexismo de principios
de los años sesenta, protagonizando uno de los hitos periodísticos de la época.
Aunque algunos flecos de la crónica aparecen un tanto desordenados, las
notables actuaciones de sus intérpretes logran captar el interés por el filme. Y
es que, por regla general, las producciones vinculadas a sucesos históricos y personajes
reales enganchan de un modo especial a los espectadores.
Encabeza
el reparto como estrella principal la excelente actriz Keira Knightley, cuya
envidiable filmografía incluye las relevantes obras “Expiación” y “Orgullo y
prejuicio”, ambas de Joe Wright, o “Descifrando enigma”, de Morten Tyldum. Ya
sin llegar a esa cota, sus actuaciones en “Love Actually”, “Colette”, “Anna
Karenina”, “Begin Again” o “Sólo una noche” dan también la medida de su
versatilidad y capacidad para encandilar a la cámara. En “El estrangulador de
Boston” ofrece un registro similar al de “Secretos de Estado”, soportando con
soltura el peso de la acción. Le da la réplica Carrie Coon, a quien hemos visto
en la destacada “Los archivos del Pentágono”, así como en “Viudas” y “Perdida”.
Entre los secundarios descubrimos, siempre con satisfacción, a Chris Cooper
(“El caso Bourne”, “El ladrón de orquídeas”, “American Beauty”). El resto del elenco
lo integran David Dastmalchian (cuyo inquietante rostro ha sido explotado en
“El caballero oscuro”, “Dune” o “El escuadrón suicida”), Alessandro Nivola (“La
gran estafa americana”, “Disobedience”) y Morgan Spector (de las series
televisivas “Homeland” y “La conjura contra América”).
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