“Morbius”
integra la lista de experimentos fallidos nacidos de esa gallina de los huevos
de oro que han supuesto para el Séptimo Arte norteamericano las historias
sacadas de las viñetas, y lo mejor que cabe remarcarse estriba en su corta
duración. Al menos no se ha dejado arrastrar por esa tendencia a alargar los
metrajes hasta extremos innecesarios. Fuera de dicho acierto, el resto de la
película resulta artificioso, inconexo y hasta torpe. Más allá de la
aparatosidad óptica que puede llegar a financiar un presupuesto de setenta y
cinco millones de dólares, la narración no ofrece ni coherencia ni
entretenimiento. Da la impresión de pretender vivir de la renta de seguir la
estela de incontables títulos similares que han llamado la atención del gran
público pero, al final, termina produciendo una gran pereza.
Dirige
la cinta Daniel Espinosa quien, pese a su nombre, es un cineasta sueco que ha
realizado hasta la fecha otros largometrajes como “El invitado”, con Denzel
Washington y Ryan Reynolds, o “Life”, de nuevo con Reynolds y Jake Gyllenhaal.
Especializado en el género de acción y en el “thriller”, parece haber asumido
este proyecto sin entender la singularidad de la ciencia ficción asociada al
cómic. En ningún momento logra trazar un relato razonable ni ameno. Explota en
exceso el gancho de las expresiones faciales del protagonista pero, al no
dotarlo de un guion sólido ni de un ritmo adecuado, tal efecto dura apenas
quince minutos.
El
doctor Michael Morbius es un bioquímico que padece una extraña enfermedad en la
sangre. Al intentar curarse y dar una respuesta a su trastorno, se infecta accidentalmente
con otra patología vinculada al vampirismo. El científico comienza a sentirse
mejor e, incluso, se percata de que ha adquirido más fuerza y velocidad, aunque
también una necesidad irresistible de ingerir sangre.
A
mi juicio, lo preocupante sería hallarnos en el inicio de una concatenación de
propuestas del mismo tenor. Desconozco si en un par de años llegará a las pantallas
la segunda parte, o si se baraja el rodaje de otra trilogía. Dependerá a buen
seguro de los rendimientos económicos obtenidos con esta entrega originaria. En
cualquier caso, se trata de uno de los peores lanzamientos vinculados al sello
Marvel, así que los productores harían bien arrinconando sus posibles secuelas
y, ya de paso, aprendiendo de los errores.
El
personaje de Morbius corre a cargo de Jared Leto, notable actor ganador de un
Oscar por su actuación en “Dallas Buyers Club” y que ha sobresalido en films
como “Réquiem por un sueño”, “La habitación del pánico”, “El señor de la
guerra” o “La casa Gucci”. Posee habilidad y recursos para afrontar con
solvencia cualquier reto interpretativo. Sin embargo, aquí se enfrenta a una
obra poco o mal trabajada que no le permite lucirse como debiera. Si se
confirma que en el futuro volverá a trabajar con Darren Aronofsky, sólo queda esperar
un cambio de registro, habida cuenta que también se le vincula al “Joker” por
tercera vez. Le acompañan en el reparto Matt Smith (visto en la interesante “Última
noche en el Soho” y en la serie “The Crown”), la puertoriqueña Adria Arjona (“Triple
frontera”, la televisiva “True Detective”), Al Madrigal (“The Way Back”) y Tyrese
Gibson (“Fast & Furious”).
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