El
género de espías es uno de los más prolíficos y fructíferos de la industria del
cine, y sus historias resultan aptas para el entretenimiento y la intriga. La
plataforma Amazon Prime ha estrenado un largometraje de su propia productora (Amazon
Studios) titulado “Una cita con el pasado”, otra nueva apuesta por el
pasatiempo basado en el “thriller” y el suspense. Con una duración razonable de
apenas cien minutos, logra trazar una historia correcta. Cierto es que refleja
algún giro de guion un tanto abrupto, pero consigue alcanzar un nivel de
distracción aceptable. Sin llegar a aproximarse a los grandes títulos del género,
tampoco desentona. En cierta medida recuerda a la destacada “El topo”, aunque
en esta ocasión la relación existente entre la pareja protagonista posee una
relevancia ausente en la película de Tomas Alfredson.
Con
cierto aire a los libros de John le Carré, se trata de un proyecto no pensado para
un público adolescente o que busque una acción desmedida. A día de hoy ya no se
puede asegurar qué escenas de este tipo de filmes pecan de exageración. Es muy
posible que la realidad supere a la ficción y que las imágenes ofrecidas hasta se
queden cortas en relación a la verdadera labor de los Servicios Secretos y de
los agentes que se dedican al espionaje y a la contrainteligencia. Sea como
fuere, esta trama no se torna descabellada y, tal y como está contada, resulta
creíble.
La
CIA (siglas de Central Intelligence Agency, servicio de información de los
Estados Unidos encargado de la seguridad interna de su nación recopilando datos
en el exterior y actuando fuera de sus fronteras) descubre que uno de sus
agentes filtró una información clasificada que costó la vida a muchas personas.
A partir de ese momento, se asigna a otro agente para descubrir quién de sus
antiguos compañeros de oficina en la agencia de Viena es el topo. Durante su
investigación se reencuentra con una ex amante y antigua colega. Ambos se verán
obligados a difuminar los límites entre la profesión y la pasión, mientras
reexaminan una misión en la que participaron seis años atrás.
Sin
demasiadas pretensiones, la cinta logra captar la atención del público con una
sutil mezcla de elegancia, misterio y atracción sexual. La mujer y el hombre se
complementan bien en la pantalla ante una narración hábil. Se producen
constantes saltos en el tiempo y la fotografía deviene especialmente atractiva.
Quizá se ralentiza un poco la tensión a causa de un interrogatorio demasiado
prolongado. Janus Metz, un danés que ya dirigió algún episodio de la serie
televisiva “True Detective” y “Borg McEnroe” para la pantalla grande, sobre la
rivalidad entre las dos leyendas del tenis, se sitúa detrás de la cámara. No
cae en estereotipos demasiados manidos, pese a responder a los cánones clásicos
de esta modalidad cinematográfica. A mi juicio, supera la prueba. Dentro del
equipo de productores se encuentran Matt Jackson (“El juicio de los 7 de
Chicago”, “Molly's Game”, “Secretos de Estado”) y el trío formado por Paula Mae
Schwartz, Nick Wechsler y Steve Schwartz (con labores conjuntas en “La
carretera” y “El consejero”).
Los
actores llevan a cabo una labor apropiada y dotan de verosimilitud al relato.
Encabeza el reparto Chris Pine, partícipe de los “Star Trek” de J.J. Abrams, las dos entregas de “Wonder Woman” y “Comanchería”.
Reconozco que su trabajo aquí me ha agradado. Le da la réplica la actriz Thandie
Newton (“RocknRolla”, “En busca de la felicidad”, “Crash” de Paul Haggis). Les
acompañan el siempre vigoroso Laurence Fishburne (de las sagas “Matrix” y “John
Wick”, y con apariciones muy destacadas en “Contagio” o “Mystic River”) y Jonathan
Pryce (nominado a la estatuilla de Hollywood por “Los dos Papas” y recordado
por “Glengarry Glen Ross: Éxito a cualquier precio” y “La edad de la
inocencia”).
No hay comentarios:
Publicar un comentario