Ben
Affleck es un extraño espécimen dentro del mundo del cine que ya ha demostrado
su habilidad y capacidad como director. “Adiós pequeña, adiós”, “Argo”, y “The
Town, ciudad de ladrones” componen un tridente potente y brillante que rebosa
autenticidad y calidad. Aunque como actor resulta más errático, también se ha
acostumbrado a destacar en papeles de “perdedor con talento”. No obstante,
fuera de esas interpretaciones, sus apariciones delante de la cámara se tornan
más bien mediocres y tienden a tambalearse. En todo caso, se ha ganado el
respeto y la consideración de la industria, así como de buena parte de los
aficionados.
Gavin
O'Connor, a su vez, es un cineasta intenso que ha filmado algunos trabajos
interesantes como “Warrior”, junto a Tom Hardy y Nick Nolte, además de participar
como productor y realizador en varios episodios de la fantástica serie
televisiva “The Americans”. Coincidió con Affleck en “El contable” y se aprecia
una positiva conexión entre ambos. Este 2020 se han reunido de nuevo con el
estreno de “The Way Back”, un film que, como la mayoría, ha tenido problemas de
visionado en las salas de cine a causa de la pandemia y que recurre a las plataformas
digitales para su difusión.
“The
Way Back” se alza como uno de esos largometrajes ambientados en la esfera
deportiva, con personajes curtidos en mil batallas y a cargo de derrotas y
victorias que terminan por agriar el carácter de quienes soñaban con la gloria
y el reconocimiento. Se trata de un drama bien narrado, sólidamente filmado y
correctamente interpretado, que refleja de forma creíble ese caminar sobre el
alambre que llevan a cabo las personas víctimas de la dependencia a las drogas
y de la autodestrucción, al tiempo que recrea fielmente el universo del deporte.
Una
antigua estrella del baloncesto ha sido abandonado por su esposa y su familia a
causa de sus adicciones. Dispuesto a redimirse y a variar su autoimpuesta mala
suerte, acepta un modesto trabajo como entrenador del equipo de basket de su
instituto, formado por jugadores de diferentes razas que no poseen la
suficiente coordinación para conseguir unos resultados satisfactorios. Su
labor, lejos de resultar sencilla, le servirá como aliciente para cambiar el
rumbo de su vida.
Algo
tienen estas cintas sobre superación física y trabajo de grupo que terminan por
inyectar una dosis de optimismo en el espectador, por más que en su inicio
parezcan deprimentes. De hecho, incluso cuando el relato se torna previsible,
lo hace con eficacia. El tono dramático se muestra muy sólido y la epopeya que
se va generando conforme avanza el metraje evoluciona de una manera coherente. Por
consiguiente, y sin ser en ningún caso una obra maestra, supera con nota los
objetivos marcados.
No
deja de entrañar cierta dificultad saber qué porcentaje del papel protagonista
es ficción y cuál realidad. Se han publicado tantas informaciones sobre los
problemas personales de Ben Affleck que, al contemplar su actuación, se genera
la duda al respecto. Aun así, cabe situar este trabajo entre los mejores del
intérprete californiano, que ya cuenta en su haber con dos estatuillas de
Hollywood (una, junto a Matt Damon, por el guion de “El indomable Will Hunting”
y otra como productor de “Argo”). El resto del elenco es mayoritariamente
desconocido. Le acompañan, entre otros, Janina Gavankar (de la serie “The
Morning Show”) y Matthew Glave (“Argo”, “El chico ideal”).
La
evolución profesional de Affleck continúa siendo un misterio que habrá que
desentrañar a la vista de sus próximos proyectos. En 2021 estrenará “Deep
Water”, acompañado por Ana de Armas y a las órdenes del otrora famoso y
polémico Adrian Lyne, así como “The Last Duel”, llamado a ser uno de los
grandes títulos del año entrante. Dirigido por Ridley Scott, cuenta con un
reparto estelar que compartirá nuevamente con su amigo Damon, a cuyo lado
retomará la faceta de guionista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario