viernes, 30 de octubre de 2015

EL BECARIO (The Intern)

Por alguna razón que no acierto a comprender, el actor Robert De Niro ha encauzado su carrera profesional de los últimos años hacia ese subgénero de comedias norteamericanas ausentes de gracia que, incluso, rozan el ridículo. Insulsas, basadas en un humor básico cercano a la ordinariez y sin genialidad alguna, asientan sus opciones de éxito sobre el reclamo en taquilla de los integrantes de sus repartos. Hasta en sus títulos más relevantes, como “El lado bueno de las cosas”, su actuación resultaba exagerada e histriónica, desluciendo el conjunto del proyecto más que aportándole virtudes, si bien han sido sus intervenciones en “Plan en Las Vegas”, “La gran boda” o “Ahora los padres son ellos” las que han encendido todas las alarmas sobre el criterio de quien fuese en el pasado siglo un referente indiscutible del arte de la interpretación. Además, sus próximos estrenos (“The Comedian”, con Jennifer Aniston, y “Dirty Grandpa”, junto a Zac Efron) no auguran un futuro tranquilizador para una trayectoria que alcanzó su cima con los dramas, dentro de aquel cine transgresor que definió la década de los setenta. Constatar su involución en “El becario” e intuir el declive del otrora icono de la gran pantalla, ahora en total decadencia, produce un hondo pesar, siendo preciso recurrir a sus títulos del pasado para disfrutar de aquel talento que le aupó a la cumbre de la profesión. 
Por su parte, la realizadora Nancy Meyers inició su andadura en el Séptimo Arte con acierto. De hecho, en 1980 recibió una nominación al Oscar por su debut como guionista en la divertida “La recluta Benjamín”. Sin embargo, el recorrido de sus diversas facetas de producción, dirección y escritura lo ha trazado en el marco de unas comedias bienintencionadas, tan blandas como sosas, que le han acompañado de manera constante. “No es tan fácil”, “Cuando menos te lo esperas” o su versión de “Tú a Boston y yo a California” definen a la perfección su sello personal. Se trata de historias planas, inundadas de personajes previsibles y aliñadas con ese pegajoso tono de permanente espíritu navideño (sea cual sea la época del año en la que se desarrollen). Desde el mismo comienzo de la proyección anuncia con luces de neón un final feliz, dulcificando las partes del metraje llamadas a reflejar los conflictos y los problemas cotidianos. En mi opinión, dedicar una carrera profesional a rodar en exclusiva esta clase de largometrajes es un error y, de cara al espectador, resulta soporífero. 
Una joven y exitosa empresaria que dirige un sofisticado negocio online del sector de la moda se cruza con un ex jubilado de 70 años, que retoma su vida laboral como becario. Las diferencias generacionales y de estilo deberían suponer el fracaso de tan peculiar alianza pero, por el contrario, el hombre se irá convirtiendo poco a poco en una persona indispensable para ella, no sólo en el ámbito laboral sino también en el personal, como su consejero y confidente. 
Pese a su intento por resultar divertida y entrañable, la cinta se limita a ofrecer alguna escena graciosa, sobre todo por lo chocante del planteamiento. Lamentablemente, ello sólo basta para aguantar la proyección un máximo de media hora, lapso a todas luces insuficiente para resistir los casi ciento veinte minutos de proyección. Sin enjundia en los diálogos, sin mordiente en las interpretaciones, sin originalidad en la narración, con suerte interesará a un público proclive a esos films amables que garantizan la dicha y la redención de sus protagonistas. 
Acompañando a De Niro en el reparto, figuran las también desaprovechadas Anne Hathaway y Rene Russo, dos notables actrices que necesitan rodajes de mayor nivel para poder brillar.

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film
Película: El becario.
Título original: The Intern.
Dirección y guion: Nancy Meyers.
País: USA. Año: 2015. Género: Comedia.
Reparto: Robert De Niro, Anne Hathaway, Rene Russo, Nat Wolff, Adam DeVine.
Producción: Suzanne McNeill Farwell, Nancy Meyers y Scott Rudin.
Música: Theodore Shapiro.
Fotografía: Stephen Goldblatt.
Montaje: Robert Leighton.


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