jueves, 1 de agosto de 2013

GUERRA MUNDIAL Z (World War Z)

Uno de mis recuerdos de infancia asociado al cine se refiere a “La invasión de los ladrones de cuerpos” de Don Siegel. Vi varias veces en televisión aquel largometraje en blanco y negro de los años cincuenta y reconozco que me impactó. Desde entonces sigue siendo uno de mis referentes del subgénero de zombies -humanos que han perdido tal condición para convertirse en seres indeterminados, criaturas no muertas que amenazan a quienes todavía conservan la vida-. Si la repusieran a día de hoy, probablemente me seguiría enganchando a su historia. Tal vez sea porque las huellas de la niñez te acompañan el resto de la existencia que se mantiene en mi selección de films sobre esta temática tan peculiar. También me impresionaron “28 días después” dirigida por Danny Boyle, y su secuela “28 semanas después”, con el tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo detrás la cámara. Se trataba de dos cintas muy notables de acción y terror cuya realización resultaba impecable y que lograban alcanzar altas dosis de tensión y entretenimiento.
No obstante, esta modalidad cinematográfica presenta limitaciones evidentes, ya que las aventuras de zombies dan poco juego y es complicado hallar producciones originales y creativas que superen a los títulos más relevantes de antaño. En este sentido, “Guerra Mundial Z” cuenta con una factura correcta –lo cual no es tan meritorio cuando se dispone de un presupuesto de ciento noventa millones de euros- y una dirección efectiva. Los niveles de intensidad y acción son aceptables y resultará entretenida a los amantes del género. Sin embargo, su visionado no evita la sensación de “déjà vu”, de enésima versión, lo que me lleva a concluir que su única innovación es un conjunto de escenas grandiosas y de impresionantes recreaciones visuales conseguidas a base de invertir más y más millones en efectos especiales. 
En definitiva, estamos ante una película digna que mima la técnica y que cumple el mínimo exigible en esta clase de proyectos pero que, por desgracia, no va más allá. Así que dentro de unos años, ante una hipotética reposición de ambas, yo seguiré prefiriendo ver “La invasión de los ladrones de cuerpos” antes que “Guerra Mundial Z”. Marc Foster, errático realizador que, en mi opinión, se crece con el drama y se diluye en la acción, es el responsable de la cinta. Personalmente, le prefiero en “Descubriendo Nunca Jamás”, con Johnny Deep y Kate Winslet, que en la versión del Agente 007 de “Quantum of Solace”. En cualquier caso, su último trabajo ha resultado un éxito de recaudación en todo el mundo –más de cuatrocientos sesenta millones de dólares pese a sus elevadas cifras de inversión-. 
Brad Pitt es la estrella indiscutible, no sólo por su labor como actor sino también por su faceta de productor. Aunque consigue dotarla de credibilidad, su interpretación queda lejos de otras tan destacadas como las de “Seven”, “El club de la lucha”, “Babel” o “El curioso caso de Benjamin Button”, por citar tan sólo algunas. Las limitaciones tanto del guión como de su personaje no le han permitido demostrar como en otras ocasiones sus enormes cualidades interpretativas.

Trailer en castellano

Trailer en versión original

Datos del film


Película: Guerra Mundial Z.
Título original: World War Z.
Dirección: Marc Forster.
Año: 2013. País: USA. Duración: 116 min. Género: Acción, terror.
Interpretación: Brad Pitt (Gerry Lane), Mireille Enos (Karin Lane), Daniella Kertesz (Segen), James Badge Dale (capitán Speke), Matthew Fox (militar), David Morse (Burt).
Guion: Matthew Michael Carnahan, Drew Goddard y Damon Lindelof; basado en la novela de Max Brooks, adaptada por Matthew Michael Carnahan y J. Michael Straczynski.
Producción: Brad Pitt, Ian Bryce, Dede Gardner y Jeremy Kleiner.
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Ben Seresin.
Montaje: Matt Chesse y Roger Barton.
Diseño de producción: Nigel Phelps.
Vestuario: Mayes C. Rubeo.

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