jueves, 3 de septiembre de 2009

ENEMIGOS PÚBLICOS

Michael Mann es uno de los realizadores norteamericanos más interesantes del panorama actual. Comenzó su carrera en el mundo de la televisión, como guionista de series como Starsky & Hutch y más tarde como productor de la popular Corrupción en Miami. En su salto al cine y al terreno de la dirección, cabe mencionar que responsabilidad suya fue la primera aparición en la gran pantalla del personaje de Hannibal Lecter cinco años antes de la mítica El silencio de los corderos, la recreación de Daniel Day-Lewis del personaje de El último mohicano o el duelo que protagonizaron Al Pacino y Robert de Niro en Heat. Sin embargo, el salto cualitativo de calidad se ha producido en la última década.
En el año 1999 estrenó El dilema, auténtica obra maestra del cine contemporáneo que, además de excelentes interpretaciones nuevamente de Al Pacino y de Russell Crowe, supone una lección de dirección, puesta en escena, ritmo e intensidad de narración que la hacen de visión imprescindible para los amantes al buen cine, dando una vuelta de tuerca más a los largometrajes sobre el periodismo, y la lucha contra el poder. Mann presenta al personaje de Jeffrey Wigand (el caracterizado por Crowe) ante un difícil dilema moral y en la tesitura de enfrentarse a las grandes industrias tabacaleras, luchar en definitiva contra una entidad manifiestamente superior, creando un largometraje que se equipara en temática y calidad al J.F.K. Caso abierto de Oliver Stone, en donde el fiscal Jim Garrison se enfrentaba, en aquella ocasión a toda la administración norteamericana. Esta facilidad para recrear problemas éticos lo repitió con algo menos de acierto pero aún así con notable interés en el film de acción Callateral. Si a lo anterior añadimos, su labor como realizador de películas como Alí, la versión cinematográfica de Corrupción en Miami o su función como productor en cintas como El aviador de Martin Scorsese es inevitable concluir que nos encontramos ante un cineasta brillante y que siempre hay que tenerle en cuenta.
Ahora nos llega su último trabajo. La recreación de la historia real del delincuente John Dellinger en el Chicago de los años treinta. Aunque no es su mejor obra contiene algunas de sus señas de identidad. Realización impecable, intensidad narrativa, ritmo y maestría en el uso de la cámara. Méritos suficientes para recomendar el film. Cierto que quizás en esta ocasión el metraje sea excesivo, incluso que al espectador le cueste creerse como parte de la historia real algunas de las escenas en las que el delincuente arriesga y se sale con la suya ante la policía. Sin embargo la conclusión es que estamos ante un buen largometraje que enaltece la cartelera en estos meses en los que, lo normal, es ver títulos mediocres. Aunque no pueda compararse con otros títulos que han logrado grandes recaudaciones, el público ha respondido, habiendo recaudado ya en todo el mundo casi doscientos millones de dólares, amortizando los cien que supuso su alto presupuesto.El reparto está encabezado por Johnny Depp y Marion Cotillard (ganadora del Oscar hace un par de años por su recreación de Edith Piaf en el film La vida en rosa) en el bando de los fugitivos y por Christian Bale (el último y exitoso Batman) y Billy Crudup (Casi famosos, El buen pastor) en el de los policías. De todas formas, pese a ser estos los protagonistas en casting contiene muchos rostros habituales que, en general, hacen todos un buen papel.

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