domingo, 26 de octubre de 2008

THE WOMEN

La guionista y productora norteamericana Diane English logró su mayor reconocimiento profesional como responsable de la serie televisiva Murphy Brown, emitida entre los años 1988 y 1998. Su labor al frente de esta producción le reportó tres premios Emmy (los galardones por excelencia en el ámbito de la pequeña pantalla). Igualmente, la actriz Candice Bergen obtuvo dos Globos de Oro y otros cinco Emmy por su interpretación de la famosa periodista. Pero, a pesar de ese éxito, English no había decidido probar fortuna en la pantalla grande hasta que cayó en sus manos la obra de Clare Boothe Luce, una escritora neoyorkina nacida a principios del siglo pasado y que, ya por entonces, escribía sátiras sobre el universo femenino. De hecho, su obra ya fue llevada al cine hace siete décadas (1939) por un maestro de la realización, George Cukor, Oscar al mejor director por My Fair Lady y nominado en cuatro ocasiones más -Nacida ayer, Mujercitas, Doble vida e Historias de Philadelphia-. En aquella primera adaptación participaron actrices del prestigio de Joan Crawford, Rosalind Russell o Joan Fontaine.
Setenta años después, la realizadora ha tratado de adaptar la historia al nuevo siglo pero el resultado final merece ser calificado de mediocre. Nos traslada a un capítulo sin demasiada gracia de Sexo en Nueva York, puesto que algunos de sus personajes se asemejan bastante a los de la popular serie de televisión llevada recientemente a la gran pantalla, e intenta con escasa fortuna combinar lo cómico y lo dramático sin conseguir dicho objetivo. En ningún momento se muestran personajes con credibilidad ni situaciones de interés. No sería erróneo afirmar que estamos ante un producto televisivo más, que ha terminado por estrenarse en las salas de cine debido a la envergadura de las actrices que participan en el proyecto.
Todo lo dicho anteriormente se entiende aún mejor si comparamos The Women con los grandes éxitos que figuran en la filmografía de su protagonista, Meg Ryan. Esta actriz disfrutó hace casi dos décadas de sus mayores cuotas de popularidad gracias a sus actuaciones en notables comedias románticas que revitalizaron el género, elevándolo a su mayor nivel de calidad. Así, en 1989 protagonizó Cuando Harry encontró a Sally, auténtica joya cinematográfica que a punto estuvo de alzarse con el Oscar al mejor guión original –circunstancia extraordinariamente inusual en este tipo de cine-. La estatuilla recayó finalmente en El club de los poetas muertos. Pocos años después se estrenó Algo para recordar, film que sigue encandilando a día de hoy y cuyos resultados en taquilla fueron sobresalientes. Ambos títulos ofrecen brillantes guiones y personajes cautivadores, precisamente todo lo que le falta a esta readaptación y, en general, a la mayoría de comedias románticas rodadas en los últimos tiempos.
Junto a Meg Ryan completan el reparto otras actrices de renombre como Annette Bening, tres veces nominada al Oscar y con largometrajes tan relevantes en su haber como Los timadores, American Beauty o Bugsy y, en pequeños papeles, Bette Midler, Eva Mendes y Carrie Fisher. Para consuelo de los aficionados, siempre se puede recurrir a la revisión de otros trabajos más destacados de las citadas intérpretes que el que ahora llega a nuestras pantallas.

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