Los hermanos Joel y Ethan Coen constituyen el máximo exponente del cine independiente norteamericano en la actualidad, habiendo alcanzado gracias a sus obras el éxito comercial, el aplauso de la crítica y el respeto de la industria cinematográfica. Hace ya más de una década lograron el Oscar al mejor guión por la magnífica Fargo y, en la última edición de los premios de la Academia de Hollywood, obtuvieron tres más como productores, directores y guionistas de No es país para viejos, cinta por la que nuestro compatriota Javier Bardem también se alzó con la estatuilla al mejor actor secundario. Esta pareja oriunda de Minnesota siempre ha trabajado conjuntamente y toda su filmografía está marcada por una clase de humor negro muy característico. A lo largo de una carrera profesional de más de veinte años han sabido combinar con acierto cintas de corte dramático como Muerte entre las flores, Barton Fink o las ya mencionadas Fargo y No es país para viejos con comedias alocadas como El gran Lebowski, O brother!, o Crueldad intolerable. Pero, reconociendo que en ambos géneros han rodado títulos muy destacados, lo cierto es que han sido sus trabajos más “serios” los que les han encumbrado a la cima del cine contemporáneo.
Con Quemar después de leer se lanzan una vez más al humor más puro y desenfrenado merced a una historia protagonizada por unos personajes hilarantes que se desenvuelven en unas situaciones tan divertidas como absurdas. El guión se sostiene sobre la conexión de dichos personajes: un ex agente de la C.I.A. despedido que decide escribir sus memorias; otro agente federal que mantiene una relación sentimental con la mujer del anterior; y dos empleados de un gimnasio que, por casualidad, encuentran el borrador de las citadas memorias en un archivo informático y quieren obtener provecho económico de esta circunstancia. Con todo este material los Coen consiguen arrancar las carcajadas con facilidad. Algunas escenas como la del chantaje al agente secreto son antológicas, lo mismo que determinadas interpretaciones destinadas al lucimiento cómico del reparto. Por lo tanto, el largometraje es muy recomendable tanto para los fans incondicionales de estos realizadores como para los amantes de la comedia en general, que no se sentirán defraudados en lo más mínimo. De hecho, los espectadores ya han respaldado este proyecto, que ha recaudado en cuatro semanas más de cincuenta millones de dólares exclusivamente en las taquillas norteamericanas.
El espectacular elenco de intérpretes está integrado, entre otros, por George Clooney –Oscar al mejor actor secundario por Syriana-, Tilda Swinton –Oscar a la mejor actriz secundaria por Michael Clayton- o Frances McDormand –Oscar a la mejor actriz por Fargo-. Todos ellos brillan a un gran nivel pero merecen mención especial un sensacional Brad Pitt y, de modo especial, el extraordinario actor John Malkovich - Los gritos del silencio, Las amistades peligrosas, El imperio del sol, En la línea de fuego- quien, tras sufrir una profunda crisis profesional, por fin retoma el mejor camino que emprendiera en los años ochenta. De hecho, tiene pendiente de estreno el último film del imprescindible Clint Eastwood, Changeling, que protagoniza junto a la actriz Angelina Jolie.
Por su parte, los incansables hermanos Coen están en pleno rodaje de su próxima comedia que, con el título provisional de A serious man, atraerá a buen seguro a sus numerosos fieles.
Con Quemar después de leer se lanzan una vez más al humor más puro y desenfrenado merced a una historia protagonizada por unos personajes hilarantes que se desenvuelven en unas situaciones tan divertidas como absurdas. El guión se sostiene sobre la conexión de dichos personajes: un ex agente de la C.I.A. despedido que decide escribir sus memorias; otro agente federal que mantiene una relación sentimental con la mujer del anterior; y dos empleados de un gimnasio que, por casualidad, encuentran el borrador de las citadas memorias en un archivo informático y quieren obtener provecho económico de esta circunstancia. Con todo este material los Coen consiguen arrancar las carcajadas con facilidad. Algunas escenas como la del chantaje al agente secreto son antológicas, lo mismo que determinadas interpretaciones destinadas al lucimiento cómico del reparto. Por lo tanto, el largometraje es muy recomendable tanto para los fans incondicionales de estos realizadores como para los amantes de la comedia en general, que no se sentirán defraudados en lo más mínimo. De hecho, los espectadores ya han respaldado este proyecto, que ha recaudado en cuatro semanas más de cincuenta millones de dólares exclusivamente en las taquillas norteamericanas.
El espectacular elenco de intérpretes está integrado, entre otros, por George Clooney –Oscar al mejor actor secundario por Syriana-, Tilda Swinton –Oscar a la mejor actriz secundaria por Michael Clayton- o Frances McDormand –Oscar a la mejor actriz por Fargo-. Todos ellos brillan a un gran nivel pero merecen mención especial un sensacional Brad Pitt y, de modo especial, el extraordinario actor John Malkovich - Los gritos del silencio, Las amistades peligrosas, El imperio del sol, En la línea de fuego- quien, tras sufrir una profunda crisis profesional, por fin retoma el mejor camino que emprendiera en los años ochenta. De hecho, tiene pendiente de estreno el último film del imprescindible Clint Eastwood, Changeling, que protagoniza junto a la actriz Angelina Jolie.
Por su parte, los incansables hermanos Coen están en pleno rodaje de su próxima comedia que, con el título provisional de A serious man, atraerá a buen seguro a sus numerosos fieles.
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