viernes, 13 de junio de 2025

BALLERINA



De un tiempo a esta parte, el género de acción ha evolucionado hacia una suerte de musical, teniendo en cuenta el carácter excesivamente coreográfico de las escenas que incluyen luchas y peleas. Empezó representando un toque oriental, pero se ha expandido de tal manera que las patadas, puñetazos y disparos van acompañados en la actualidad de unos milimétricos movimientos corporales que, al menos en mi caso, relaciono más con un baile que con un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Se trata de una tendencia más o menos reciente, ya que no se hallan escenografías de este tipo en las filmografías de cineastas consagrados del género desde hace décadas, como por ejemplo John McTiernan.

Para valorar y asumir estas licencias artísticas, se torna imprescindible tener en cuenta sus incursiones en otras variantes como la ciencia ficción o la fantasía, lo que abre las puertas a la utilización de mayor número de recursos y a la ampliación de los límites asociados a la credibilidad. Dicho de otro modo, no existe comparación entre “Matrix” y “El contable”. Se podrá ejercer la libertad para rodar un largometraje u otro pero, una vez escogido el modelo, resulta esencial conocer sus limitaciones.

La saga de John Wick, protagonizada por Keanu Reeves, se compone de cuatro películas y hasta la fecha cuenta con una legión de fieles seguidores, incrementando en cada nueva entrega tanto los importes de realización como las respectivas recaudaciones. La primera costó veinte millones y obtuvo cerca de ochenta a nivel mundial, mientras que la última pasó de cien a cuatrocientos.   Su estética, muy visual y violenta, intenta combinar la sofisticación con cierto toque de vulgaridad, marcando un antes y un después en las secuencias con armas de fuego.  Ahora, como alternativa para continuar exprimiendo esta gallina de los huevos de oro y rentabilizar el mercado, se estrena un “spin off” del serial, pero encabezado por una figura femenina.

La presente producción entiende el divertimento como una desenfadada y disparatada forma de exageración, colocando al espectador ante un cúmulo de situaciones poco creíbles, si bien adornadas con un llamativo envoltorio. No cabe tomarse nada en serio sino, simplemente, dejarse llevar por las imágenes. Algunas propuestas pueden calificarse como sorprendentes y sin duda contienen partes entretenidas, pero no encajan en el género de acción que yo reconozco. Acoger de buen grado esos excesos visuales y esa exageración indisimulada se me hace muy cuesta arriba.   

Eve Macarro es una asesina entrenada desde su infancia por la Ruska Roma, la misma organización criminal encargada del adiestramiento de John Wick. La mujer intentará por todos los medios averiguar quién está detrás del asesinato de su padre. En su lucha por conocer la verdad, deberá atenerse a las normas de la Alta Mesa y, por supuesto, a las del Hotel Continental, donde descubrirá que existen secretos ocultos sobre su pasado.

Ana de Armas, actriz española de origen cubano que ya destaca profesionalmente en la industria norteamericana, encabeza el reparto. Tras participar en la divertida “Juego de armas”, su presencia sorprendió gratamente en “Blade Runner 2049”. Recibió una nominación al Globo de Oro por su papel en “Puñales por la espalda”, optó al Oscar gracias a su interpretación de Marilyn Monroe en “Blonde” y, además, ha sido “chica Bond” en “Sin tiempo para morir”.  No obstante, le convendría supervisar con mimo la elección de sus próximos proyectos. En “Ballerina” baila y se mueve con soltura y gracia.

Repite de nuevo Keanu Reeves encarnando a su mítico personaje de modo secundario. Les acompañan otros perfiles tan dispares como los de Anjelica Huston (“Los timadores”, “El honor de los Prizzi”), Gabriel Byrne (“Muerte entre las flores”, “Sospechosos habituales”) y Catalina Sandino Moreno (“El año más violento”, “María, llena eres de gracia”).




viernes, 6 de junio de 2025

LA TRAMA FENICIA (The Phoenician Scheme)



El cineasta Wes Anderson resulta muy reconocible por su obra, pues posee un estilo muy singular y diferenciado de sus colegas. El uso (y, en ocasiones, el abuso) de las tonalidades pastel y la marcada tendencia a la recreación del absurdo como forma de narración son sólo dos de sus principales características. Siempre me han merecido un gran respeto los directores de cine con un sello que les define y que mantienen con firmeza, al margen de si agradan o no a la industria o a un mayor número de espectadores. Anderson integra ese grupo, si bien sus películas no conectan con mis gustos. Aun así, reconozco su integridad como artista, por más que no me motiva lo que cuenta ni cómo lo cuenta.  

Mencionaría “Academia Rushmore” como su largometraje más valorado por mí, al que añadiría “Moonrise Kingdom” y, ya dentro del género de animación, “Fantástico Sr. Fox”. En cualquier caso, los nombro sin demasiado entusiasmo, aunque percibo en ellos una superior corrección en la recreación de los personajes y en las tramas que sustentan el hilo argumental de dichos trabajos. Por supuesto, se trata únicamente de una cuestión de preferencias sobre mi modo de entender la narración cinematográfica. La rebuscada manera en la que el realizador tejano recrea (y, a mi juicio, exagera) la absurdez para alcanzar la comicidad no casa con mi sentido del humor, por lo que asumo sus proyecciones desde una indiferencia que me impide disfrutarlas.

No niego que, aisladamente, alguna de sus escenas me haga gracia y, durante un tiempo, ese uso artificial de los colores me llame la atención. Pero, analizando el conjunto, su parte ilógica e irracional termina por impregnarlo todo y me deja un regusto a propuesta descabellada que no me satisface.  

Frente a un relato tan poco habitual (las aventuras de un rico empresario y su hija monja), intentar acertar en el planteamiento de su sinopsis a través de algunos párrafos carece también de sentido. Baste decir que el tono irónico, más bien satírico, inunda la totalidad de las imágenes, los diálogos y las actuaciones, llevándolos al borde del disparate. No descarto que en el fondo se hallen profundas moralejas, críticas sesudas y problemas de actualidad, pero yo dejé de buscar mensajes subliminales e intenciones ocultas a la media hora, cuando el cúmulo de situaciones surrealistas y exageraciones teatrales ya me habían saturado. Sea como fuere, no dudo de que Anderson disponga de numerosos admiradores que se deleitarán con su fabulaciones y excentricidades.

El equipo artístico puede distribuirse en dos grupos. Por un lado, quienes interpretan a los personajes principales. Por otro, quienes realizan pequeños cameos con el fin de engatusar el público, habida cuenta de que las celebridades abundan. Encabeza el reparto Benicio del Toro, Oscar por su labor en “Traffic”, de Steven Soderbergh y con icónicas actuaciones en títulos como “Sicario”, “21 gramos” o “Sospechosos habituales”. Le acompañan Mia Threapleton (“Un pequeño caos”), Michael Cera (“Juno”), Willem Dafoe (cuya extensa filmografía no procede resumirse en pocas líneas), F. Murray Abraham (estatuilla dorada por “Amadeus”), Tom Hanks (premiado doblemente por la Academia de Hollywood merced a sus papeles en “Forrest Gump” y “Philadelphia”), Jeffrey Wright (“American Fiction”), Scarlett Johansson (“Lost in Traslation”), Bill Murray (habitual de este cineasta) y Benedict Cumberbatch (“Descifrando enigma”, “Doctor Strange”).





viernes, 30 de mayo de 2025

MISIÓN: IMPOSIBLE SENTENCIA FINAL (Mission: Impossible - The Final Reckoning)



En 1996, hace casi treinta años, se estrenó “Misión Imposible” en pantalla grande. Previamente, había sido una serie de televisión que se emitió entre 1966 y 1973. En ambos casos, su pegadizo y potente tema musical, compuesto por el músico Lalo Schifrin, daba inicio a un entretenimiento de aventuras y agentes secretos que supuso todo un triunfo. En su versión cinematográfica ha dado origen a ocho películas, a cargo de los directores Brian de Palma, John Woo, J. J. Abrams, Brad Bird y Christopher McQuarrie (responsable de las cuatro últimas). Reconozco que el film inicial me gustó. Más allá de la evidente exageración y inverosimilitud de su escena final, poseía una trama ágil y trepidante que, a mediados de los noventa, constituyó una novedad recibida con aplausos.  
A partir de ahí, los títulos estrenados han presentado altibajos, si bien el serial ha evolucionado ampliando tres de sus aspectos: el metraje, el presupuesto y la obsesión por rodar secuencias increíbles y descabelladas. Esta tendencia al aumento y el exceso no siempre se alza como la mejor vía para progresar. De hecho, si la primera entrega duraba ciento diez minutos, la más reciente alcanza los ciento sesenta y nueve. Y, si el presupuesto de aquella se elevó hasta los ochenta millones de dólares, el de esta ronda los cuatrocientos. Cada nuevo proyecto se define por la máxima circense de “más difícil todavía”, encadenando planos asombrosos y, en ocasiones, hasta inconcebibles. Semejante apuesta ha generado legiones de aficionados y resultados económicos muy rentables, no acompañados en todos los casos de calidad artística y fílmica. A mi juicio, tan peculiar sentido del espectáculo ha restado rigor y rentabilidad a los sucesivos estrenos. 
Las salas de proyección reciben ahora la octava cinta, rodada como segunda parte de la séptima y, según parece, punto final de la saga. Trata de combinar la intensidad de la acción con homenajes nostálgicos a las aventuras del pasado. Echando la vista atrás, se hallan momentos destacados y escenas logradas aunque, a la larga, esa ansia por superarse conduce a algunos extremos un tanto ridículos.  
Aun así, no cabe duda de que la sintonía de Schifrin conserva intacta su capacidad de hacer hervir la sangre, y las peripecias del agente Ethan Hunt mantienen su habitual nivel de entretenimiento, pese a que las exageraciones desvirtúan su esencia en parte.  Juzgo innecesarias las tres horas de duración y la pomposidad de determinados planos secuencia, que se asimilan a bailes coreografiados.  En definitiva, un conjunto de misiones posibles e imposibles que, al menos, centran su objetivo en dicho entretenimiento, con independencia de que los medios empleados para obtenerlo resulten efectivos, aunque discutibles.  
Como de costumbre encabeza el reparto Tom Cruise, paradigma de estrella de Hollywood cuya filmografía contiene multitud de éxitos. Desde hace más de una década, sus papeles de acción han acaparado y monopolizado su carrera. Antes alternaba trabajos como “Top Gun” con otros como “Rain Man”, y sus actuaciones en ”El color del dinero”, “Algunos hombres buenos”, “Nacido el cuatro de Julio” o ”Leones por corderos” evidencian su versatilidad interpretativa. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, no cambia de género. Confío en que a partir de ahora se decante por otro tipo de personajes. 
Aquí le acompañan Hayley Atwell (“La duquesa”), Ving Rhames (“Pulp Fiction”), Esai Morales (“La bamba”), Angela Bassett (“Días extraños”) y Cary Elwes (“La princesa prometida”).


domingo, 25 de mayo de 2025

PALMARÉS DEL FESTIVAL DE CINE DE CANNES 2025


LISTADO COMPLETO DE GANADORES

  • Palma de Oro: Un simple accidente, de Jafar Panahi.
  • Gran Premio del Jurado: Sentimental Value, de Joachim Trier.
  • Premio del Jurado ex aequo: Sirât, de Oliver Laxe y Sound of Falling, de Mascha Schilinski.
  • Premio Especial del Jurado: Resurrection, de Bi Gan.
  • Mejor actriz: Nadia Melliti por La petite dernière, de Hafsia Herzi.
  • Mejor actor: Wagner Moura por O Agente secreto, de Kleber Mendoça Filho.
  • Mejor director: Kleber Mendoça Filho por O agente secreto.
  • Mejor guion: Recién nacidas, de los hermanos Dardenne.
  • Palma de Oro al mejor cortometraje: I’m Glad You’re Dead Now, de Twafeek Baron.
  • Cámara de Oro a la mejor primera película de un cineasta: The President´s Cake, de Hasan Hadi.

viernes, 23 de mayo de 2025

DESTINO FINAL: LAZOS DE SANGRE (Final Destination: Bloodlines)



En su momento llegó a emitirse (desconozco si aún se sigue haciendo) un programa televisivo titulado “1.000 maneras de morir”. Se trataba de una producción estadounidense dedicada a explicar las más insólitas y sorprendentes formas de fallecimiento. Poseía un tono entre la comedia negra y el entretenimiento incómodo a través de la angustia, habida cuenta de las macabras vías expuestas por las que perder la vida. Siempre he sospechado que los guionistas de la saga “Destino final” eran sus seguidores y se inspiraban en aquellos episodios para trasladar después a la pantalla grande los diversos métodos ideados para agonizar y perecer. 

“Destino Final” inició su andadura en el año 2000, estrenándose sus secuelas en 2003, 2006, 2009 y 2011. Ahora se presenta su sexta entrega: “Destino final: Lazos de sangre”. Destinada a un público juvenil y con la pretensión de mezclar terror y desenfreno, se desarrolla sobre esa incierta línea que pretende aunar humor y terror, una combinación sin duda compleja. El serial nunca llegó a alcanzar un gran éxito de taquilla, si bien los ingresos han superado los costes en cada largometraje. Por lo tanto, atendiendo estrictamente al punto de vista de la rentabilidad, debería haber terminado hace tiempo.  

Sin embargo, determinado público encuentra excitación y deleite ante tan rocambolescos accidentes que terminan en un baño de sangre. Personalmente, me cuesta aceptar semejante punto de partida, centrado en explotar la fragilidad de la vida, por más que actualmente esta fórmula esquilmada y sin apenas interés resulte amena para algunos espectadores.   

Acosada por una aterradora pesadilla recurrente, una joven estudiante universitaria vuelve a su hogar para buscar a la única persona que podría detener la terrible amenaza que acecha a su familia. Mientras lucha por comprender el misterio que esconden sus sueños y la oscura conexión con su destino, habrá de enfrentarse a sus miedos más profundos y descubrir cómo romper el ciclo de muerte que se cierne sobre ellos. 

Ciertamente, en este último proyecto no se aprecia un pronunciado declive con relación a los anteriores, ya que mantiene el nivel de sus predecesoras. Pese a un montaje efectivo y una narración coherente, mi desconexión estriba en la ausencia de atractivo de la historia. No descarto que la explicación se halle en un desfase generacional por mi parte pero, incluso si me retrotraigo un cuarto de siglo a aquel primer visionado, mantengo idéntico distanciamiento ante una propuesta que, al menos por entonces, sí consideraba más original. Calificado como un serial de “segunda clase”, así como de consumo fácil y rápido, confío en que no se contemple la posibilidad de un séptimo rodaje, dado que existen otras alternativas para dedicarse al cine de terror. 

Figura en el reparto Tony Todd, un habitual del género quien, además de participar en las cintas anteriores de la saga, aparece también en la de “Candyman” y en la versión de “El cuervo” de 1994. Debutó en 1986 a las órdenes de Oliver Stone en “Platoon”, trabajando a continuación con Clint Eastwood en “Bird”. Le acompañan Brec Bassinger (“A 47 metros 2: el terror emerge”), Richard Harmon (“El secreto de Adaline”), Rya Kihlstedt (“Deep Impact”) y Teo Briones (“Wind River”).


viernes, 16 de mayo de 2025

UNA QUINTA PORTUGUESA



Para mí ha supuesto una grata sorpresa toparme en la cartelera con la cinta “Una quinta portuguesa”. Con la enorme dificultad que entraña aparentar sencillez y, al mismo tiempo, esconder la complejidad ligada a la autenticidad, nos presenta una historia construida sobre los personajes y sus emociones. Consigue generar una extraña armonía que conduce al espectador a un clima de relajación y descanso, como el que proporciona esa finca rural que, entre vegetación y naturaleza, acoge a personas tan diferentes y tan similares. Se trata de una película bonita, serena en la estética y el ritmo, pero potente en el planteamiento, logrando una coherencia y una afinación muy logradas en su conjunto.

La dirección corre a cargo de Avelina Prat, quien debutó en la ficción en 2022 con el largometraje “Vasil”, al que me acerqué por casualidad tras leer un artículo de recomendación de Isabel Coixet, y que constituyó un más que acertado debut de esta realizadora y guionista valenciana. A mi juicio, con este segundo trabajo se supera, tanto en su faceta de escritora como de cineasta, confirmando que se debe tener muy en cuenta su nombre y seguir su carrera profesional con interés.

Un profesor de vida tranquila y rutinaria se ve sorprendido inesperadamente por el repentino y abrupto abandono de su esposa, un acontecimiento que en principio considera una desaparición pero que, posteriormente, ha de afrontar como el voluntario deseo de su pareja de dejar todo atrás, sin despedidas ni justificaciones. Afectado y desorientado, emprende un cambio vital que le lleva a suplantar la identidad de otro hombre y a ejercer labores de jardinero en una finca. En dicho lugar conocerá a nuevos vecinos y establecerá una inesperada amistad con la dueña del inmueble, aceptando las bondades de unos afectos sobrevenidos y las incomodidades de una existencia que no le pertenece.

Reconozco mi especial conexión con los relatos sobre usurpaciones de personalidad y con las tramas centradas en individuos que se hacen pasar por otros. Resulta curioso comprobar cómo, en ocasiones, quienes se identifican y se ven correctamente reflejados en identidades falsas, simultáneamente se sienten extraños con sus verdaderos nombres y realidades. En “Velvet Goldmine” se pronuncia la siguiente frase: "Un hombre no es sincero cuando habla de sí mismo, dale una máscara y dirá la verdad". A veces, pues, se torna preciso ser otro para ser uno mismo.

“Una quinta portuguesa” se revela como un drama sobre las segundas oportunidades, las relaciones humanas y la necesidad de auto evadirse para alcanzar una plena evolución. A medio camino entre la fábula, el melodrama y la redención, el espectador sosegado disfrutará de un guion delicioso, unos perfiles

bien interpretados y una inusual sensación que aúna placidez e incomodidad ante el cúmulo de verdades y mentiras que se entremezclan hasta confundirse por completo.

Tras haber participado en el último Festival de Cine de Málaga, confío en que el film no caiga en el olvido y continúe proyectándose en otros certámenes que premian los títulos más relevantes del año ya que, en mi opinión, merecerá ser recordado en el futuro y perdurará en el tiempo.

Destaca dentro del reparto la artista lusa María de Medeiros. La adorable Fabienne de “Pulp Fiction” recibió en 1994 la Copa Volpi a la mejor actriz en la Mostra de Venecia por “Três Irmãos”. Ha intervenido asimismo en “Cita con Venus”, “El detective y la muerte” o “Mi vida sin mí”. Aquí desempeña una relevante labor, habida cuenta de que la acción se sustenta en gran medida sobre las actuaciones.  

Le acompañan Manolo Solo (ganador de un Goya por “Tarde para la ira”), Branka Katic (“Enemigos públicos”) e Ivan Barnev (“Vasil”). Cada uno de ellos aporta su cuota de talento para construir este excelente proyecto global.




viernes, 9 de mayo de 2025

THUNDERBOLTS* (Thunderbolts*)



Desde la factoría Marvel han decidido añadir un asterisco a su último título, “Thunderbolts*”, como cuando un escritor desea explicar o matizar a sus lectores algún aspecto de un texto, más allá de la frase que están leyendo. Al parecer pretenden -medio en serio, medio en broma- aclarar que recurren a este grupo de personajes porque “Los vengadores” ya no están disponibles. Tras haber exprimido hasta el límite a dichos superhéroes, y ante la imposibilidad de explorar opciones más originales, echan mano de estos “antihéroes” alternativos para seguir produciendo películas.  Utilizando un símil deportivo, encarnarían a ese equipo de suplentes que saltan al campo en ausencia de los titulares.

Casi plagiando a su competidora “DC Comics” y a la saga de “Escuadrón suicida”, Marvel apuesta por reunir a un grupo de villanos para conformar un comando que proteja a la humanidad del mismo modo que aquellos anteriores “vengadores”. Dentro de tan pintoresco colectivo de repudiados malhechores, encontramos a Yelena Belova, hermana de la “Viuda Negra” (interpretada por Scarlett Johansson), Bucky Barnes -alias “El soldado de invierno”- (quien apareció en las cintas de “Capitán América”) o Taskmaster (el malvado de la citada “Viuda negra”).

No obstante, y aunque intente retrasar lo inevitable, Marvel habrá de enfrentarse más tarde o más temprano al dilema de cómo plantear su futuro en la industria del cine. El manifiesto declive de sus últimas propuestas requiere, o bien de una reinvención, o bien de una certificación de esa decadencia. La copia y la reiteración resultan ya tan acusadas que me siento incapaz de abordarlas con un ápice de interés, hasta el punto de sumirme en el aburrimiento. Y no tanto por falta de intensidad narrativa, ya que la acción existe, como por desidia ante la evidente escasez de ideas novedosas. 

Dirige Jake Schreier, con dilatada experiencia en el mundo de los videoclips musicales y las series televisivas, pero con exigua en la gran pantalla. En 2015 estrenó “Ciudades de papel”, protagonizada por Cara Delevingne, habiendo debutado tres años antes con “Un amigo para Frank”, junto a Frank Langella. Aquí da la sensación de haber dejado en manos del equipo técnico de los efectos especiales la mayor parte de su labor como realizador.

Este conjunto de malvados, algunos reconvertidos en salvadores, se halla encabezado por Florence Pugh, actriz que me impresionó en “Lady Macbeth” y, en la pequeña pantalla, en “La chica del tambor”.  Posteriormente, ha intervenido en la excelente “Oppenheimer” y en la notable “Dune: parte 2”. Ya interpretó a Yelena Belova en “Viuda negra”. Cabe confiar en que no la mantengan atada al personaje en un sinfín de secuelas sin sentido.

Otra intérprete que repite papel es Olga Kurylenko, dando vida a Antonia Dreykov (“Taskmaster”). La ucraniana ejerció como chica Bond en “Quantum of Solace” y participó en “La conspiración de noviembre” o “El maestro del agua”. Hannah John-Kamen, por su parte, continúa encarnando su perfil en “Ant Man” y Julia Louis-Dreyfus (famosa gracias a la televisión por “Seinfeld” y “Veep”) con el suyo en “Black Panther”. Todo un refrito de secundarias convertidas en protagonistas.

En el apartado masculino figuran Lewis Pullman (Top Gun: Maverick”), Sebastian Stan (recientemente nominado al Oscar representando a Donald Trump en “The Apprentice”), David Harbour (“Tyler Rake”) o Wyatt Russell (“Infiltrados en la universidad”).




viernes, 2 de mayo de 2025

EL CONTABLE 2 (The Accountant 2)



En 2016 se estrenó “El contable”, película de cierto éxito que pretendía desmarcarse de otras cintas similares dotando a la trama de una leve carga trágica y simbólica. Con un presupuesto de cuarenta y cuatro millones de euros, logró recaudar ochenta y seis en la taquilla estadounidense. Presentaba a su protagonista como a una persona con una extraordinaria habilidad para los números, pero que arrastraba severos problemas desde la infancia: aquejado de autismo, abandonado por su madre y educado por un padre militar, partidario de la violencia como forma de defensa. Todo ese tinte melodramático quedaba opacado al preferir optar el director y los guionistas por una desproporción de peleas, tiros y muerte, bastante más habituales del género al que pertenece el filme. No obstante, y una vez combinados los diversos factores, el resultado final no se consideró malo. Quizás tampoco bueno, pero con unos atisbos de originalidad y dosis de intensidad narrativa que salvaban los muebles. 
“El contable” contó posteriormente con una vida adicional en las plataformas que le permitió incrementar visionados y ganar adeptos, por lo que sucedió lo que suele pasar en estos casos: la génesis de una segunda parte que ni estaba prevista ni resultaba necesaria.  Y el problema de las segundas partes suele ser siempre el mismo. Ante la necesidad de mantener activa la maquinaria de la rentabilidad, se suele recurrir a reiterar fórmulas ya manidas, en lugar de arriesgar con narraciones y personajes novedosos, aunque sin saber la respuesta que provocarán en el público. Salvo escasas excepciones, tales continuaciones artificiales no mejoran a sus antecesoras cuando llegan a las salas de proyección.
Sea como fuere, no faltarán espectadores encantados de rendirse a esta loa de desproporción desorbitada de secuencias de acción, pero a mi juicio se torna imprescindible un mínimo de realismo y rigor, dado que tal descontrol de enfrentamientos me desconecta por completo del relato.  A menudo contemplo las luchas como coreografías de bailes de salón, y las exhibiciones prolongadas de armas y detonaciones como un intento vano de maquillar con fuegos artificiales la ausencia de ideas. Y, si bien reconozco aquí algunos de los aciertos que sirvieron para sustentar la primera entrega, no causan el mismo efecto en esta prolongación.  
Un contable, con un don extraordinario para resolver cuestiones matemáticas complejas, lleva una vida solitaria, sin relaciones sociales convencionales. Dichas capacidades conducen a que sus servicios sean requeridos por organizaciones criminales y clientes poco recomendables que desean reflejar legalmente en sus contabilidades sus ingresos por negocios al margen de la ley.  Cuando asesinan brutalmente a un viejo conocido, abandona su monótona existencia para descubrir qué hay tras esa muerte.  
Se hace cargo de la realización Gavin O'Connor, productor y ocasional director de algunos episodios de la excelente serie televisiva “The Americans”. En la pantalla grande destacó con “Warrior” (2011) y se asoció también con el propio Affleck en el rodaje de “The Way Back”. 
Responsable de grandes obras como “Argo”, “The Town: Ciudad de ladrones” y “Adiós pequeña, adiós”, en su faceta de irregular actor ha perpetrado actuaciones insufribles en producciones prescindibles (“Una relación peligrosa”, “Las fuerzas de la naturaleza”). En “El contable 2”, en cuya producción participa, trata de conservar el listón de su predecesora, objetivo que logra sólo a medias.  Ganador de dos Oscars (uno como productor y otro como guionista), cada nueva propuesta que aborda constituye una incógnita. 
Le acompañan Jon Bernthal (“El lobo del Wall Street”), J.K. Simmons (estatuilla dorada por “Whiplash”), Cynthia Addai-Robinson (“Colombiana”) o Daniella Pineda (“Jurassic World: Dominion”).



martes, 29 de abril de 2025

FESTIVAL DE CINE DE CANNES 2025



El Festival de Cannes 2025 tendrá lugar en la ciudad de la costa francesa entre el 13 y el 24 de mayo de 2024.

La actriz Juliette Binoche es la presidenta del jurado de esta edición.

Las películas seleccionadas son:

Sección oficial

  • Simple Accident - Jafar Panahi
  • Sentimental Value - Joachim Trier
  • Romeria - Carla Simón
  • Sound of falling - Mascha Shilinsky
  • Les Aigles de la République - Tarik Saleh
  • The Mastermind - Kelly Reichardt
  • Dossier 137 - Dominik Moll
  • The Secret Agent - Kleber Mendoça Filho
  • La petite dernière - Hafsia Herzi
  • Renoir - Chie Hayakawa
  • Fuori - Mario Martone
  • La Maison maternelle - Jean-Pierre et Luc Dardenne
  • The Phoenician Scheme - Wes Anderson
  • Eddington - Ari Aster
  • Sirat - Óliver Laxe
  • Le Procureur - Sergueï Loznitsa
  • Alpha - Julia Ducournau
  • Nouvelle Vague - Richard Linklater
  • The History of Sound - Oliver Hermanus


Película inaugural

  • Partir un jour - Amélie Bonnin

 

Fuera de concurso

  • La Venue de l'avenir - Cédric Klapisch
  • Mission Impossible : The Final Reckoning - Christopher McQuarrie
  • La Femme la plus riche du monde - Thierry Klifa
  • Vie privée - Rebecca Zlotowski

 

Una cierta mirada

  • Météore - Hubert Charuel
  • L'ombre de mon père - Akinola Davies Jr.
  • L'inconnue de la Grande Arche - Stéphane Demoustier
  • Urchin - Harris Dickinson
  • A Pale View of the Hills - Kei Ishikawa
  • Eleanor the Great - Scarlett Johansson
  • Pillion - Harry Lighton
  • Aicha Can’t Fly Away - Morad Mostafa
  • Once Upon a Time in Gaza - Tarzan and Arab Nasser
  • Heads or Tails? - Alessio Rigo de Righi et Matteo Zoppis
  • The Plague - Charlie Polinger
  • Homebound - Neeraj Ghaywan
  • The Mysterious Gaze of the Flamingo - Diego Céspedes

 

Estreno en Cannes

  • Amrum - Fatih Akin
  • Splitsville - Michael Angelo Covino
  • Connemara - Alex Lutz
  • La Disparition de Josef Mengele - Kirill Serebrennikov
  • The Wave - Sebastien Leilo
  • Orwell - Raoul Peck
  • Séance de Minuit
  • Sons of the Neon Night - Juno Mak
  • Exit 8 - Genki Kawamura
  • Dolloway - Yann Gozlan

 

Proyecciones especiales

  • Bono: Stories of Surrender - Andrew Dominik
  • Marcel et monsieur Pagnol - Sylvain Chomet
  • Tell Her That I Love Her - Claude Miller


viernes, 25 de abril de 2025

CONFIDENCIAL (Black Bag)



Steven Soderbergh es un cineasta singular cuya filmografía incluye varios títulos muy destacados. Se caracteriza por una forma sumamente particular de contar historias, asentada sobre la dirección de actores y a cargo de un estilo propio, en ocasiones hasta teatral. Debutó por todo lo alto en 1989 con “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”, obteniendo la Palma de Oro del Festival de Cannes y su primera nominación al Oscar como guionista. Se trata, probablemente, de su trabajo más icónico, aunque tuvo que esperar hasta el año 2000 para lograr la estatuilla dorada de Hollywood gracias a la dirección de “Traffic”. Otras películas suyas que me gustan mucho son “Un romance muy peligroso”, “Solaris” y “Contagio”, si bien “Erin Brockovich” se alza como su largometraje más comercial.  En diversos films menores o que han pasado bastante desapercibidos se aprecia también esa tendencia hacia la disección de personajes y las puestas en escena sobrias, recurriendo a los colores de un modo esencial para plasmar sus relatos en imágenes.

Ahora estrena “Confidencial”, una obra de intrigas, secretos e intereses gubernamentales que se aleja por completo del cine de acción, con preferencia por las localizaciones interiores y donde los diálogos y la interpretación asumen todo el protagonismo. Desde ellos cimienta el suspense y el “thriller” como género, aunque en el caso de Soderbergh se trate de una manera poco habitual y más elaborada. En algunos momentos de la proyección me recordaba vagamente a “La soga”, de Alfred Hitchcock, donde los espacios cerrados y las conversaciones entre los actores determinan la trama absolutamente.

La esposa de un legendario agente de servicios de inteligencia resulta acusada de traición. Tan inesperada situación conlleva que todo su mundo se tambalee. Mientras las pruebas parecen condenarla, el marido se debate entre su juramento hacia la protección de su país y el amor que siente por esa mujer a la que cree conocer. Ante esa tesitura, se ve atrapado en medio de intrigas, secretos y lealtades enfrentadas, involucrándose en una carrera a contrarreloj para descubrir la verdad. Cada elección pone en juego su vida y su reputación.

Pese a una realización refinada y un metraje ajustado, “Confidencial” no termina de despuntar en los niveles de intensidad de suspense, pero mantiene una cota más que aceptable de incertidumbre en cuanto al devenir del complot que sirve de motor a la narración. Tal vez desconcierte a los aficionados a la acción y a las persecuciones, tan naturales en este tipo de argumentos, puesto que aquí no encontrarán nada de ello. Pero así es el sello de Soderbergh y hay que reconocer que le funciona bien.

Dentro de un reparto estelar se hallan figuras de la talla del gran actor Michael Fassbender, a quien vale la pena ver en “Jane Eyre”, de Cary Fukunaga, “Un método peligroso”, de David Cronenberg o “Shame”, de Steve McQueen. Sobresale, asimismo, en sus apariciones de “12 años de esclavitud” o “El consejero”. Ha destacado igualmente en las comerciales sagas de “X-Men” o “Aliens” generada desde “Prometheus”, y aquí lleva a cabo una notable actuación.

Le acompaña Cate Blanchett, doblemente oscarizada por “Blue Jasmine” y “El aviador”, y que ha cosechado aplausos y reconocimientos merced a las relevantes “Carol”, “Elizabeth”, “El curioso caso de Benjamin Button” o “Tar” (todavía no me explico -ni nadie podrá explicarme- cómo no ganó otro premio de la Academia por este papel a las órdenes de Todd Field).

Completan el elenco Tom Burke (“Living”, “Furiosa” de Mad Max), Gustaf Skarsgård (“Oppenheimer”, “Air”) y Pierce Brosnan, supongo que rememorando su pasado como James Bond 007.




domingo, 20 de abril de 2025

AMATEUR (The Amateur)



El mundo del espionaje, o de la contrainteligencia, o de como quiera que se denominen las actividades desarrolladas por agencias gubernamentales como la CIA, supone para el cine una fuente segura y casi inagotable de inspiración. Los aficionados a la intriga, la acción y el entretenimiento en su expresión más fiel, encuentran en los infiltrados y los agentes secretos una vía para pasar un buen rato. Y, precisamente por alzarse como un recurso tan habitual y eficaz, existen numerosas muestras del género, algunas de ellas muy notables. Es por todos conocida mi especial devoción hacia la saga de Jason Bourne, magnífico ejemplo a la hora de compaginar un guion, un personaje y una puesta en escena de modo sobresaliente. A partir de ahí, se hallan títulos tan dispares como “El jardinero fiel”, “El puente de los espías” o “Encadenados”, filmados con estilos totalmente diferentes, pero que comparten la esencia de ese investigador/ informador inmerso en intrigas políticas o meramente comerciales. 
Caso aparte representa la marca propia de James Bond, cuyo perfil me resulta imposible tomar en serio, sumamente encasillado siempre en el marketing publicitario. Aunque disfruté con la entrega de “Casino Royale”, dirigida por Martin Campbell, considero a 007 más ideado para protagonizar un anuncio de perfume que para desarrollar labores al servicio de Su Majestad. 
Destacar a día de hoy en este citado género no parece sencillo, reto al que se enfrentaba “Amateur” con su reciente estreno en las salas de proyección. A mi juicio, dentro de las cintas que abordan esta temática, se sitúa en una discreta segunda línea. Y, pese a contar con algunas secuencias correctamente rodadas y alcanzar durante varios tramos de la proyección un aceptable nivel de suspense, presenta no pocos altibajos y, en general, no resiste las inevitables comparaciones con otras propuestas guardadas en la memoria colectiva. Dejando al margen las coincidencias lógicas con otros filmes anteriores, echa mano de determinados recursos y planos calcados. En definitiva, sirve para pasar dos horas de distracción en la butaca, pero sin posibilidad de perdurar en el tiempo como un referente. 
Su realizador, James Hawes, posee una larga carrera televisiva. En “Amateur” filma su segundo trabajo para la gran pantalla, después del claramente mejor “Los niños de Winton”. Previamente se había encargado de algunos capítulos en series como “Slow Horses”, “Black Mirror” o “Penny Dreadful”. Dispone de capacidad profesional suficiente, si bien con “Amateur” no ha demostrado el suficiente ingenio para despuntar, reduciéndolo a una discreta propuesta. Pese a la colaboración de algún experto guionista (entre los tres encargados de la escritura figura Ken Nolan, autor de “Black Hawk derribado”), se perciben vacíos evidentes, tanto en la trama y como en la construcción de los personajes.
Rami Malek, actor de expresivo y extraño rostro que ganó un Oscar dando vida a Freddie Mercury en “Bohemian Rhapsody”, encabeza el reparto. Participó como secundario en la excelente “Oppenheimer” e hizo de villano en la última película del citado James Bond, “Sin tiempo para morir”. En esta ocasión no logra otorgar credibilidad a su papel. Para su siguiente actuación, “Nuremberg”, se pondrá a las órdenes de James Vanderbilt, junto a Russell Crowe y Richard E. Grant, perspectiva que me genera unas expectativas bastante superiores. Le acompañan Rachel Brosnahan, conocida por la televisiva “La maravillosa Sra. Maisel”, Jon Bernthal (“El contable”, “El lobo de Wall Street”) y Adrian Martinez (“La vida secreta de Walter Mitty”). 



viernes, 11 de abril de 2025

UNA VIDA EN SECRETO (Longing)



Por mucho que las generalidades puedan dar lugar a alguna injusticia, lo cierto es que tienden a imponerse. Y, dentro de esas premisas abstractas y casi universalmente aceptadas, resulta muy común considerar previsibles los telefilmes, esos largometrajes creados para el formato televisivo que se asientan sobre tópicos y se ruedan con un estilo lineal. Por el contrario, el modelo cinematográfico no recurre a esos parámetros sencillos y ofrece narrativas más elaboradas, tramas más complejas y planteamientos destinados a sorprender. Precisamente yo suelo quejarme en mis críticas semanales de que el cine actual se entrega sin resistencia a la manida repetición de fórmulas y a la innecesaria prolongación de sagas pero, aun así, la clara línea que separa la pequeña de la gran pantalla no ofrece dudas.  

En consecuencia, cuando un estreno que llega a las salas de proyección se asemeja a las típicas películas de sobremesa, sobre todo en fines de semana, la crítica lo recalca, impidiendo de ese modo que reciba una positiva valoración. 

He visionado recientemente la cinta del realizador israelí Savi Gabizon “Una vida en secreto” y no he podido evitar el bostezo ante mi desinterés por una historia que encaja como anillo al dedo en las citadas propuestas vespertinas: diálogos forzados, secuencias enlatadas, personajes estereotipados y cierto tufillo a manipulación sensiblera.  

Me he sorprendido más todavía al saber que en 2017 el cineasta en cuestión ya había apostado por el mismo relato en su país natal, repitiendo ocho años después la experiencia con un elenco y una producción internacionales a la búsqueda de mayor distribución.  Al parecer, intenta maquillar los defectos recurriendo a un destacado equipo artístico, si bien tal as en la manga no surte el efecto durante los ciento diez minutos de metraje. 

Desde luego, no supone la primera versión norteamericana de una obra extranjera (otra generalidad) y tampoco suele funcionar (como ocurre con “Una vida en secreto”).

Un adinerado y maduro soltero descubre que una antigua amante dio a luz hace dos décadas a un hijo suyo, al que nunca conoció. Además, se da la circunstancia de que el joven ha fallecido. Impactado por la noticia, trata de conocer la trayectoria vital de ese descendiente difunto a través del testimonio de sus allegados y de otros datos que va recopilando. En ese camino, el millonario, cuya vejez se acerca, se ve obligado a evaluar determinadas decisiones personales que le han conducido hasta esa encrucijada.

Se sitúa al frente del reparto el reciente Premio Goya Internacional Richard Gere, uno de los más populares actores estadounidenses. A destacados éxitos como “Pretty Woman” y “Oficial y Caballero”) cabe también sumar títulos de la relevancia de “Días del cielo”, “Yanquis” o “Siempre a tu lado”, aunque manifiesto mi especial devoción por “Cotton Club”. Sea como fuere, dispone de una filmografía extensa y valorada, por más que en esta ocasión se limite a intentar remontar con su presencia un guion predecible y una filmación poco elaborada. 

Le acompañan Diane Kruger (“Troya”, “La búsqueda”, “Malditos bastardos”), Suzanne Clément (“Mommy”) y Alex Ivanovici (“X-Men: Días del futuro pasado”, “300”).

viernes, 4 de abril de 2025

A WORKING MAN



Jason Statham es un actor especial. Él no se amolda a sus personajes. Sus personajes se amoldan a él. Su propio nombre constituye una marca personal. Cuando la gente se refiere a “una película de Jason Statham”, esa mera afirmación basta para describir el film. Se trata de una definición más que suficiente para saber de qué se habla. Su filmografía, en sí misma, conforma una saga. Con independencia de los papeles, las tramas y las circunstancias, su impronta de hombre rudo, resolutivo, violento e irónico le define en apariciones como las de “Transporter”, “Fast & Furious”, “Megalodon” o “Los mercenarios”. El hecho de que se enfrente a un gran tiburón o a un grupo de delincuentes resulta irrelevante. Su incipiente barba de dos días, su cabeza casi rapada y su rictus serio, antes de liarse a dar golpes, suponen un sello o copyright que caracteriza a cada uno de sus trabajos, al margen del realizador que filme cada título. Su condición de estrella lo eclipsa todo y a todos.  
Yo sostengo la singular teoría de que el éxito del género protagonizado por superhéroes y vengadores justicieros radica en la frustración que el sistema judicial genera en esa numerosa ciudadanía que ansía una justicia rápida, efectiva e implacable, habida cuenta de que la Administración encargada de impartirla sólo puede ofrecer lentitud, burocracia y resquicios de escape para los malvados. Comprobar cómo Spiderman frustra el atraco a un banco y detiene a los malhechores al instante, o cómo Superman salva a la Tierra impidiendo siniestros planes para destruirla, o cómo Jason Statham le baja los humos al villano chulo y prepotente de turno, no tiene precio. Y, en esa satisfactoria misión justiciera, Statham ha generado un gran séquito de seguidores. Por lo tanto, si les gusta él, les gustará “A Working Man”. Así de simple. Va tan sobrado que ni siquiera necesita traducción.  
Levon Cade ha dejado atrás un conflictivo pasado para convertirse en un honrado y pacífico trabajador. Desea llevar una vida sencilla y ejercer adecuadamente de padre. Pero cuando la hija adolescente de su jefe desaparece, se ve obligado a retomar las habilidades que hicieron de él una figura legendaria en el oscuro mundo de las operaciones encubiertas. Su búsqueda de la joven universitaria le lleva al corazón de una siniestra conspiración criminal, cuya reacción en cadena amenazará su nueva existencia. 
Dirige David Ayer, un habitual de cintas de acción (“Dueños de la calle”, “Sabotaje”, “Corazones de acero”, “Escuadrón suicida”). Ambos coincidieron ya en el largometraje anterior (“Beekeeper: El protector”) y aquí coescribe también el guion junto a otra leyenda del Séptimo Arte: Sylvester Stallone. A la vista de semejantes datos, no creo que ningún espectador pueda sentirse engañado con la oferta final. Deleitará a sus incondicionales y horrorizará al resto, conclusión prevista desde el primer momento en que se gestó esta producción.    
Existen otros intérpretes que forman parte del elenco, como Michael Peña (“Shooter: El tirador”, “Crash: Colisión”, “La gran estafa americana”), David Harbour (“Viuda negra”, “The Equalizer. El protector”), Jason Flemyng (“El curioso caso de Benjamin Button”, “Lock & Stock”), Merab Ninidze (“Cónclave”, “El espía inglés”), Noemí González (“Cuenta pendiente”) o Arianna Rivas (“The Harvest”). Pero nadie se acordará de ellos, porque “A Working Man” es una película de Jason Statham.



viernes, 28 de marzo de 2025

BLANCANIEVES (Snow White)



No puedo asegurar qué opinaría Walt Disney sobre la deriva que está sufriendo su mítica compañía, pero me aventuro a afirmar que no le agradaría en absoluto. Una de las frases atribuidas a este visionario del cine de animación es: “No me gusta repetir el éxito. Me gusta probar cosas nuevas para tener éxito”. Sin embargo, desde hace ya varios años, Walt Disney Pictures se ha especializado en insistir, reiterar y repetir las mismas historias, personajes y fórmulas. Nada, pues, más alejado de la trayectoria iniciada por su fundador, el profesional ganador de más Oscars que, mientras se mantuvo al frente de su empresa, apostó siempre por nuevas propuestas y por retos no intentados. Así, si en los ochenta y los noventa logró grandes triunfos de crítica y público con largometrajes de dibujos animados como “La sirenita”, “La bella y la bestia”, “El rey león” o “Aladino”, a posteriori ha fiado su creatividad a rodar idénticos relatos con efectos digitales e imagen real, copiando los planos y, en algunos casos, reproduciendo exactamente los diálogos. 

Ahora estrena una nueva versión de “Blancanieves y los siete enanitos”, cuya única aportación innovadora estriba en eliminar del título la referencia a los compañeros de la protagonista, en consonancia con las reglas de lo políticamente correcto. Al margen de otras adaptaciones más o menos libres, la actual cinta pretende ser más fiel que la de 1937, pero en realidad queda desdibujada en su fondo, por mucho que en la forma se obtengan unos dignos resultados. En ese sentido, la parte visual posee gancho suficiente para captar la atención inicial de los espectadores. Asimismo, otro aspecto positivo radica en su ajustado metraje (en torno a los noventa minutos). Sin embargo, se muestra artificial y forzada, sin reflejar ese imprescindible halo mágico e imaginativo propio de los filmes sustentados sobre cuentos y pura fantasía. 

Tras la cámara se sitúa Marc Webb, un cineasta que también debutó a través de videoclips musicales y que dio un prometedor y acertado salto a la gran pantalla con la divertida y ágil “(500) días juntos”. A continuación, ejerció su labor en varias series televisivas, que enlazó con títulos como “Un don excepcional” y “Canción de Nueva York”. Firmó igualmente dos prescindibles entregas de Spiderman (“The Amazing Spider-Man” y “The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro”) hasta encargarse de esta “Blancanieves”. En mi opinión, y visto lo visto, Webb tocó techo en sus comienzos laborales en 2009 y desde entonces ha experimentado un progresivo declive. 

Una lástima, ya que Rachel Zegler se esfuerza enormemente por sostener sobre sus hombros el proyecto. Esta joven actriz, que despuntó encandilando al público en el musical “West Side Story”, a las órdenes de Steven Spielberg, se ha topado con un endeble guion y una desangelada realización que le han impedido hacer más de lo que hace. Posee voz, talento y belleza suficientes para destacar, pero no bastan para ocultar los deméritos ajenos.  
Gal Gadot encarna a la malvada reina. La carrera artística de la intérprete israelí pivota básicamente sobre dos personajes: la Wonder Woman de DC Films y la Liga de la Justicia y la Gisele de varios “Fast & Furious”. Al llevar a cabo un papel de mala tan propicio a la sobreactuación, no cabe una excesiva crítica a su caracterización. Sea como fuere, tampoco compensa la larga lista de taras y lastres de esta “Blancanieves”. 

En intervenciones secundarias figuran Emilia Faucher (vista en la oscarizada “CODA: Los sonidos del silencio”), Ansu Kabia (“Last Christmas”) y Samuel Baxter (“Wicked”).




martes, 25 de marzo de 2025

KEIRA KNIGHTLEY



La actriz y modelo Keira Knightley nació en Londres el 26 de marzo de 1985. A partir de los seis años participó en programas de televisión, debutando en la pantalla grande en la película británica “Dos mujeres” (1994), dirigida por Moira Armstrong. Su primera incursión en Hollywood se produjo con “Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma” (1999), interpretando a Sabé, la encargada de suplantar a la Princesa Amidala, resultando elegida por su gran parecido con Natalie Portman. Posteriormente, acompañó a Thora Birch en “The Hole” (2001) y asumió su primer papel de entidad en “Quiero ser como Beckham” (2002). El salto al estrellato se produjo en 2003, cuando intervino como Elizabeth Swann en la cinta de aventuras “Piratas del Caribe. La maldición de la perla negra”. Al margen del cine, Keira ha participado en bastantes producciones televisivas, como la miniserie “Oliver Twist” (1999) o el telefilm “La princesa de Sherwood” (2001), destacando su protagonismo en “Doctor Zhivago” (2002), donde encarnaba a Lara Antipova, el mismo personaje al que dio vida Julie Christie en la versión cinematográfica. 
Otros títulos de su filmografía son "Orgullo y Prejuicio" (2005), por la que recibió una nominación al Oscar como mejor actriz, y "Domino" (2006), largometraje de acción dirigido por Tony Scott, en el que se convertía en una cazarrecompensas llamada Domino Harvey.
En "Expiación (Atonement)" (2007), de Joe Wright, adaptación de la novela homónima de Ian McEwan, Knightley encabezó el reparto, acompañada de James McAvoy. Este drama romántico ambientado en los años 30 también le posibilitó optar al Globo de Oro a la mejor actriz, además de obtener otras siete candidaturas a las estatuillas de Hollywood, entre ellas las de mejor película y mejor guion. Posteriormente integró el elenco de "La Duquesa" (2008), como Georgiana, una aristócrata del siglo XVIII, ascendiente de Lady Di. Ese mismo año actuó en el drama "En el límite del amor" (2008), en el rol de la amante del poeta Dylan Thomas, Vera Phillips. 
Años más tarde intervino en un título de ciencia ficción sobre clonaciones, adaptación de una obra de Kazuo Ishiguro ,"Nunca me abandones" (2010), donde compartía créditos con Andrew Garfield y Carey Mulligan. Formó asimismo parte del casting de "Sólo una noche" (2010), junto a Sam Worthington y Guillaume Canet. Actuó también en el drama criminal "London Boulevard" (2010), sobre un libro de Ken Bruen y en unión de Colin Farrell, y en "Un método peligroso" (2010), en la piel de una estudiante de Medicina que contactaba con los psiquiatras Jung (Michael Fassbender) y Freud (Viggo Mortensen). 
Más recientemente ha vuelto a trabajar las órdenes de Joe Wright en “Anna Karenina”, brillante adaptación de la célebre novela, y acaba de estrenar “Begin Again" y "Descifrando enigma" por la que ha vuelto a ser nominada al Oscar.
Otras películas suyas son “Jack Ryan: Operación Sombra” (2014) de Kenneth Branagh; “Colette”(2018) de Wash Westmoreland; “Secretos de Estado” (2019) de Gavin Hood; “El día que vendrá” (2019) de James Kent; o “El estrangulador de Boston” (2023) de Matt Ruskin



viernes, 21 de marzo de 2025

ESTADO ELÉCTRICO (The Electric State)



Dentro del género de la ciencia ficción, la relación entre máquinas y humanos ha dado grandes títulos a la Historia del cine. En mi opinión, la cúspide sobre esta temática la ocupa “Blade Runner”, visionaria y embriagadora propuesta que, desde su banda sonora a su estética visual y desde sus personajes a sus diálogos, me fascina por completo. Pero, al margen de la mítica obra de Ridley Scott, las muestras resultan muy variopintas, como sucede con “Teminator 2”, de James Cameron, donde la acción adquiere también gran importancia. Asimismo, la saga de “Star Wars” refleja a la perfección ese paradójico vínculo entre robots y personas. Partiendo de la clásica y casi centenaria “Metrópolis”, de Fritz Lang y llegando a “Inteligencia artificial”, de Steven Spielberg o “Ex Machina”, de Alex Garland, el Séptimo Arte se ha sentido profundamente interesado por un ámbito que, a estas alturas del milenio, quizá ya no debería calificarse como ciencia ficción.  

Ahora se estrena en la plataforma Netflix “Estado eléctrico”, cinta que, comparada con las anteriormente citadas, se torna una historia insulsa y puerilmente contada. Pienso que, incluso para el público infantil, adolece de gracia y alicientes. Me vienen a la memoria otros ejemplos dirigidos a espectadores de corta edad, como el de “Acero puro”, protagonizado por Hugh Jackman y centrado en los combates de boxeo mixtos, pero con un nivel de entretenimiento superior y una construcción narrativa más elaborada, y concluyo que este “Estado eléctrico” queda en un punto indefinido por lo que respecta al tipo de destinatario y, más aún, manifiesta carencias en el guion, en la dirección y hasta en la interpretación.

En un futuro distópico donde los avances tecnológicos y la Inteligencia Artificial han alcanzado cotas preocupantes, una joven y un robot viajan al Oeste de los Estados Unidos, atravesando un país devastado por la crisis y por el conflicto generado por las máquinas, con el objetivo de hallar al hermano de la chica, desaparecido hace tiempo.

Al parecer, se trata del largometraje más caro rodado por Netflix, superando los trescientos millones de dólares, sin duda una apuesta tremendamente ambiciosa por parte de esta popular productora. En cualquier caso, de ser así, supone toda una decepción. Ignoro el éxito que obtendrá y la vía para rentabilizar semejante gasto pero, en su afán por apostar sobre seguro, el aluvión de millones destinados a efectos especiales y a recreación de androides, autómatas y demás artilugios sorprendentes ha derivado en un producto infantiloide y sin emoción.

Millie Bobby Brown encabeza el reparto. Famosa por la serie “Stranger Things”, recientemente ha dado vida a “Damsel” en el film del realizador canario Juan Carlos Fresnadillo, convertido en el más visto de la citada plataforma en 2024. Le acompaña Chris Pratt, curtido en fórmulas triunfadoras como las de “Guardianes de la galaxia” o “Jurassic World”. Ha participado igualmente en las más destacadas “Moneyball: Rompiendo las reglas” y “La noche más oscura”. Completan el elenco algunos secundarios de lujo, como Stanley Tucci (“The Lovely Bones”, “Spotlight”, “El diablo viste de Prada”) o Holly Hunter (Oscar a la mejor actriz por “El piano” y nominada por “Al filo de la noticia”, “La tapadera” y “Thirteen”). Aportando su voz, colaboran Woody Harrelson (“Tres anuncios a las afueras”, “El escándalo de Larry Flynt”) y Ke Huy Quan (aquel niño de “Los Goonies” e “Indiana Jones y el templo maldito” que intervino en 2022 en la increíblemente oscarizada “Todo a la vez en todas partes”).

En definitiva, ni la inversión realizada ni la categoría del equipo artístico se reflejan en el resultado final: un relato plano y previsible que sobresale más por sus vacíos que por su ingenio. 




viernes, 14 de marzo de 2025

FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA 2025



Programa del Festival de Málaga 2025
Del 14 al 22 de marzo, se proyectarán cerca de 300 productos audiovisuales, entre largometrajes, cortometrajes, series y documentales

LARGOMETRAJES SECCIÓN OFICIAL A CONCURSO EN MÁLAGA 2025

ESPAÑA

• EL CIELO DE LOS ANIMALES. Santi Amodeo
• JONE, BATZUETAN (Jone, a veces). Sara Fantova
• LA BUENA LETRA. Celia Rico
• LA BUENA SUERTE. Gracia Querejeta
• LA DEUDA. Daniel Guzmán – Inauguración
• LA FURIA. Gemma Blasco
• LA TERRA NEGRA (La tierra negra). Alberto Morais. (España, Panamá)
• LO QUE QUEDA DE TI. Gala Gracia. (España, Portugal, Italia)
• LOS TORTUGA. Belén Funes. (España, Chile)
• MOLT LLUNY (Zo ver weg) (Muy Lejos). Gerard Oms. (España, Países Bajos)
• RAVENS. Mark Gill. (España, Japón)
• RUIDO. Ingride Santos
• SORDA. Eva Libertad
• TODO LO QUE NO SÉ. Ana Lambarri (España)
• UNA QUINTA PORTUGUESA. Avelina Prat (España, Portugal)

LATINOAMERICA

• CULPA CERO. Valeria Bertuccelli, Mora Elizalde. (Argentina)
• EL LADRÓN DE PERROS. Vinko Tomičić Salinas (Bolivia, Chile, México, Ecuador, Francia, Italia)
• LA SUERTE DE JUAN. Carlos Armella (México, Francia)
• NUNCA FUI A DISNEY. Matilde Tute Vissani (Argentina)
• PERROS. Gerardo Minutti (Uruguay, Argentina)
• SUGAR ISLAND. Johanné Gómez. (República Dominicana, España)
• VIOLENTAS MARIPOSAS. Adolfo Davila (México)

PREMIO RICARDO FRANCO / ACADEMIA DE LAS ARTES Y LAS CIENCIAS: Lola Salvador
PREMIO MÁLAGA / SUR: Carmen Machi
BIZNAGA CIUDAD DEL PARAÍSO: María Luisa San José
PREMIO RETROSPECTIVA / MÁLAGA HOY: Guillermo Francella

MICKEY 17




El hecho de que las manifestaciones artísticas conecten con la esencia más profunda de determinadas personas, mientras que para otras supongan unas aportaciones carentes de interés y significado, resulta en ocasiones difícil de explicar (y también de entender). Pertenece, por decirlo de alguna manera, a la magia de las Artes. Así, existen letras de canciones que cobran pleno sentido para unos oyentes, mientras que para otros se tornan absurdas rimas. O lienzos que, a ojos de unos espectadores, transmiten hondos mensajes por medio de atractivos colores, mientras que el resto percibe sólo trazos incomprensibles, como si su autoría correspondiera a un niño pequeño. Sucede lo mismo con las películas. Si un director se decanta por un estilo narrativo poco convencional, cercano a la ausencia de lógica y a la parodia grotesca, habrá quien califique su obra como un sublime ejercicio de creatividad que expresa a la perfección la crítica más mordaz de nuestra sociedad. Pero, igualmente, habrá quien la juzgue como una absurdez sin pies ni cabeza, una suma de ocurrencias estrambóticas. 
Visionando “Mickey 17” me uní al grupo de atónitos ante una propuesta, al parecer, intencionadamente descabellada, que recurre a una serie de incoherencias e irracionalidades como vehículo para el entretenimiento y la crítica social. En cualquier caso, no pude pasar de la constatación del disparate visual y la comicidad alocada, sin llegar en ningún momento a sentirme concernido por la pretensión de encarnar la quintaesencia de la parodia. En mí, el objetivo de hacer reír no se alcanzó. Tampoco el de entretener. Si, por el contrario, su primer propósito se centraba en criticar ácidamente al mundo moderno, tan sutil ejercicio de cinismo me pasó desapercibido de igual modo. 
Se dice que la belleza reside en el ojo que mira, no en el objeto o el sujeto observados. Quizás el problema se halle en mi visión, que no supo captar las mismas percepciones de los demás. En mi opinión, “Mickey 17” deja atrás la originalidad para abrazar la extravagancia, un giro totalmente insuficiente para sostener dos hora y cuarto de proyección. 
El realizador Bong Joon Ho es, sin duda, un cineasta muy particular y, si bien “Parásitos” me gustó (este trabajo le reportó nada menos que tres Oscars), otras de sus propuestas bordean, a mi juicio, el ridículo más que la brillantez. 
Cabe definir a Mickey 17 como un "prescindible", un empleado al que su empresario puede desechar a su antojo y sustituir por un clon. Integrante de una expedición humana para colonizar un mundo helado y lejano, cuando llega el momento dicho plan no se ejecuta según lo previsto, ya que Mickey 17 se niega a permitir que su alter ego, Mickey 18, ocupe su lugar. 
Una ambientación futurista enmarcada en el género de la ciencia ficción facilita al público la asimilación de imágenes con una mente abierta, sin los rigores realistas de un drama convencional. No obstante, cuando el sinsentido roza niveles inasumibles, el ansia de provocar humor deriva en un caos y el empeño por aportar una pizca de originalidad visual se torna artificial. 
Protagoniza la cinta el actor Robert Pattinson, quien lleva a cabo un esfuerzo evidente por interpretar su papel con eficacia. En realidad, los fallos del film no deben atribuirse a su actuación, sino al guión y a la dirección.  Célebre por la saga “Crepúsculo” y por asumir el rol de nuevo Batman, hace aquí lo que puede. También participan Mark Ruffalo (cuatro veces candidato a la estatuilla dorada de Hollywood por “Pobres criaturas”, “Spotlight”, “Foxcatcher” y “Los chicos están bien”), Steven Yeun (nominado a su vez por “Minari. Historia de mi familia”) y Patsy Ferran (“Living”).