En
ocasiones es posible toparse con alguna película inesperada que, sin apenas
promoción y al margen de contar con actores o directores de gran renombre,
produce con su visionado una amable sensación de placidez. Suele tratarse de
producciones modestas insertas en el denominado “cine independiente”, aunque yo
no considero adecuado tal calificativo. Recientemente, he tenido la fortuna de
ver “Vidas pasadas” (“Past Lives”), una pequeña joya que supone el debut en la
dirección para Celine Song, joven realizadora surcoreana que, gracias a este
inicio profesional, se ha ganado el derecho a seguir sus posteriores trabajos.
La
narración resulta cercana y creíble, con una mezcla de luminosidad embriagadora
y tristeza envolvente. En cualquier caso, un ejercicio honesto de filmación que
acredita seguridad en el manejo de la cámara y certeza a la hora de saber qué
contar al espectador. Pese a transmitir una engañosa facilidad en su
elaboración, el grado de conexión entre los personajes y la verosimilitud de la
historia esconden más trabajo y habilidad de los que aparentan a simple vista.
No hay duda de que nos hallamos ante un film de mecánica sencilla, pero para
llegar a conmover se impone una precisión artística que va más allá de la
envergadura del presupuesto o de la aparatosidad de la producción.
Dos
amigos muy unidos durante la infancia se separan bruscamente cuando la familia
de la chica emigra desde Corea del Sur a Canadá. Muchos años después, cuando ella
está estudiando en la ciudad de Nueva York, se reencuentran, primero a través
de Internet (dada la enorme distancia que les separa), pero después de modo
presencial a lo largo de una semana, enfrentándose ambos a sus destinos y a las
elecciones siempre complicadas que nos presenta la vida.
La cinta
se exhibió en el último Festival de Cine de Berlín y, si bien aún no han
comenzado los anuncios de nominaciones y candidaturas cinematográficas del
presente año, en los pocos que ya se conocen está presente “Vidas pasadas”. Así,
en los Premios del Cine Independiente Británico compite por el galardón a la
mejor película internacional y en los “Gotham” opta a mejor película, mejor dirección
novel y mejor interpretación protagonista, una lista de reconocimientos que,
casi con total seguridad, se irá incrementando en próximas fechas.
Con una
ajustada duración de apenas cien minutos, logra el necesario, aunque difícil,
equilibrio para no caer en la cursilería ni en la desnaturalización del romance
que narra, dando lugar a un largometraje romántico, construido correctamente
sobre las interpretaciones y sobre la manifestación de unos sentimientos que
parecen reales. Una obra sensible y hermosa a su manera, que supone una
recreación auténtica y que, para ser un primer trabajo tras la cámara,
constituye un verdadero hallazgo.
Quizá cueste
encontrar este título en la cartelera y haya que acudir a las plataformas pero,
sea como fuere, conviene apuntarlo. Si, como me ocurrió a mí, se cruzan con él
por casualidad, tal vez se convierta para ustedes en la mejor sorpresa de la
semana.
La actriz
Greta Lee interviene actualmente en la serie de televisión “The Morning Show” y
también actuó en “Money Monster”, junto a George Clooney y Julia Roberts. A Teo
Yoo se le pudo ver el año pasado en la interesante “Decision to Leave”, de Park
Chan-wook, una de las propuestas más destacadas de 2022. Entre los dos soportan
todo el peso interpretativo del relato. Desempeñando un papel secundario les
acompaña John Magaro (“Carol”, “La gran apuesta”).
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