Una de
las sorpresas más relevantes en las taquillas de los últimos años está
protagonizada por la película “Sound of
Freedom” que, con un presupuesto de apenas catorce millones de dólares, ha
logrado recaudar hasta el momento más de ciento ochenta tan sólo en el mercado
norteamericano, unos ingresos superiores a, por ejemplo, “Misión imposible:
sentencia mortal, Parte 1” o “Indiana Jones y el dial del destino”, pese a
dicha inversión manifiestamente inferior a la de dichas superproducciones. Con
independencia de las circunstancias que han propiciado tal resultado, el
exitoso largometraje se ha ideado, realizado y difundido con el objetivo
central de denunciar una terrible situación y difundir un concreto mensaje.
Inspirado en hechos y personajes reales, al finalizar su proyección se incide
en esa labor de concienciación social y de insistencia en las acusaciones que
sustentan la denuncia que se refleja a través de sus imágenes.
Resulta
imposible no sentirse concernido ante el terrorífico fenómeno que aborda, los
secuestros de menores para destinarlos a la explotación sexual, y no cabe sino
experimentar una profunda sensación de dolor y coraje al constatar que
habitamos en un mundo donde semejantes atrocidades se llevan a cabo. Que en
pleno siglo XXI siga existiendo la esclavitud en numerosos países de nuestro
planeta debe avergonzarnos como especie. Dicho esto, me centraré a partir de
ahora en los aspectos propios de una crítica de cine.
“Sound of
Freedom” presenta diversos inconvenientes que le impiden destacar como obra
artística, si bien no hay que olvidar que su pretensión no es esa, sino la de influir
en los espectadores y despertar conciencias. Su marcada finalidad de exponer un
drama tan desagradable y atroz impide cualquier disfrute en su visionado y, al
mismo tiempo, provoca un desasosiego distinto al que, a modo de comparación,
puede generar una cinta de terror con la que, en el fondo, te satisface
asustarte y cuya intriga te angustia. Con “Sound of Freedom” se sufre en
mayúsculas, sin ningún tipo de concesión al entretenimiento, a los grandes
diálogos ni a las secuencias memorables. Únicamente la figura interpretada por Bill
Camp proporciona al público cierto respiro dentro de la espiral de barbarie que se relata.
Existen
otros títulos, como “Seven”, que recrean el lado más oscuro del ser humano y
trasladan temáticas incómodas y repulsivas. Sin embargo, la vertiente artística
del magistral trabajo de David Fincher otorga una vía para la distracción y el
regocijo. El guion, los personajes, la fotografía y el ritmo de la acción,
además de mostrar miseria y barbarie, nos obsequian con momentos de pura
distracción.
Sea como
fuere, el resultado final del proyecto dirigido por Alejandro Monteverde merece
aprobarse y valorarse, ya que respeta buena parte de los convencionalismos
propios de la producción cinematográfica y, ciertamente, posee un estilo
narrativo coherente. Si, gracias a su valentía y compromiso, sirve además para
visibilizar y contribuir a erradicar esta espantosa lacra sufrida por miles de
niños y niñas, bienvenido sea, por más que la depravación del hombre no parece
inmutarse. Cuando veo este tipo de producciones siempre recuerdo la frase de un
conocido diálogo de “Los sin nombre”, de Jaume Balagueró: "Buscas los
límites del mal, pero el mal no tiene límites".
El actor Jim
Caviezel, de cuya filmografía forman parte “La delgada línea roja”, “La pasión
de Cristo” o “Cadena de favores”, encabeza el reparto. Interpretando a su
esposa a modo de pequeño cameo, figura la ganadora del Oscar por su
interpretación en “Poderosa Afrodita” Mira Sorvino. El solvente secundario Bill
Camp cuenta también con un extenso currículo profesional, que incluye “El
estrangulador de Boston”, “Noticias del gran mundo”, Joker”, “Aguas oscuras” y
la serie “Gambito de dama”.
Tras esta
iniciativa se halla la compañía estadounidense Angel Studios, Inc., que
inicialmente distribuía sus contenidos audiovisuales al margen de los canales
habituales y que suele recurrir al sistema de “crowdfunding” para financiar sus
producciones. “Sound of Freedom” constituye su primer hito en el ámbito de la
pantalla grande, tras la impresionante repercusión obtenida por su propuesta
televisiva sobre la vida de Jesús de Nazaret, “The Chosen”, cuya cuarta
temporada se aguarda con la máxima expectación.
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