viernes, 20 de octubre de 2023

SOUND OF FREEDOM



Una de las sorpresas más relevantes en las taquillas de los últimos años está protagonizada por la película  “Sound of Freedom” que, con un presupuesto de apenas catorce millones de dólares, ha logrado recaudar hasta el momento más de ciento ochenta tan sólo en el mercado norteamericano, unos ingresos superiores a, por ejemplo, “Misión imposible: sentencia mortal, Parte 1” o “Indiana Jones y el dial del destino”, pese a dicha inversión manifiestamente inferior a la de dichas superproducciones. Con independencia de las circunstancias que han propiciado tal resultado, el exitoso largometraje se ha ideado, realizado y difundido con el objetivo central de denunciar una terrible situación y difundir un concreto mensaje. Inspirado en hechos y personajes reales, al finalizar su proyección se incide en esa labor de concienciación social y de insistencia en las acusaciones que sustentan la denuncia que se refleja a través de sus imágenes.

Resulta imposible no sentirse concernido ante el terrorífico fenómeno que aborda, los secuestros de menores para destinarlos a la explotación sexual, y no cabe sino experimentar una profunda sensación de dolor y coraje al constatar que habitamos en un mundo donde semejantes atrocidades se llevan a cabo. Que en pleno siglo XXI siga existiendo la esclavitud en numerosos países de nuestro planeta debe avergonzarnos como especie. Dicho esto, me centraré a partir de ahora en los aspectos propios de una crítica de cine.  

“Sound of Freedom” presenta diversos inconvenientes que le impiden destacar como obra artística, si bien no hay que olvidar que su pretensión no es esa, sino la de influir en los espectadores y despertar conciencias. Su marcada finalidad de exponer un drama tan desagradable y atroz impide cualquier disfrute en su visionado y, al mismo tiempo, provoca un desasosiego distinto al que, a modo de comparación, puede generar una cinta de terror con la que, en el fondo, te satisface asustarte y cuya intriga te angustia. Con “Sound of Freedom” se sufre en mayúsculas, sin ningún tipo de concesión al entretenimiento, a los grandes diálogos ni a las secuencias memorables. Únicamente la figura interpretada por Bill Camp proporciona al público cierto respiro dentro de  la espiral de barbarie que se relata.

Existen otros títulos, como “Seven”, que recrean el lado más oscuro del ser humano y trasladan temáticas incómodas y repulsivas. Sin embargo, la vertiente artística del magistral trabajo de David Fincher otorga una vía para la distracción y el regocijo. El guion, los personajes, la fotografía y el ritmo de la acción, además de mostrar miseria y barbarie, nos obsequian con momentos de pura distracción.

Sea como fuere, el resultado final del proyecto dirigido por Alejandro Monteverde merece aprobarse y valorarse, ya que respeta buena parte de los convencionalismos propios de la producción cinematográfica y, ciertamente, posee un estilo narrativo coherente. Si, gracias a su valentía y compromiso, sirve además para visibilizar y contribuir a erradicar esta espantosa lacra sufrida por miles de niños y niñas, bienvenido sea, por más que la depravación del hombre no parece inmutarse. Cuando veo este tipo de producciones siempre recuerdo la frase de un conocido diálogo de “Los sin nombre”, de Jaume Balagueró: "Buscas los límites del mal, pero el mal no tiene límites".

El actor Jim Caviezel, de cuya filmografía forman parte “La delgada línea roja”, “La pasión de Cristo” o “Cadena de favores”, encabeza el reparto. Interpretando a su esposa a modo de pequeño cameo, figura la ganadora del Oscar por su interpretación en “Poderosa Afrodita” Mira Sorvino. El solvente secundario Bill Camp cuenta también con un extenso currículo profesional, que incluye “El estrangulador de Boston”, “Noticias del gran mundo”, Joker”, “Aguas oscuras” y la serie “Gambito de dama”.

Tras esta iniciativa se halla la compañía estadounidense Angel Studios, Inc., que inicialmente distribuía sus contenidos audiovisuales al margen de los canales habituales y que suele recurrir al sistema de “crowdfunding” para financiar sus producciones. “Sound of Freedom” constituye su primer hito en el ámbito de la pantalla grande, tras la impresionante repercusión obtenida por su propuesta televisiva sobre la vida de Jesús de Nazaret, “The Chosen”, cuya cuarta temporada se aguarda con la máxima expectación.



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