Aunque
para un gran número de personas la pujanza del cine surcoreano se inicia con la
cinta “Parásitos”, que logró la insólita hazaña de alzarse con el Oscar a la
mejor película en el año 2020, es preciso remontarse mucho más atrás en el
tiempo. Así, entre los directores que han situado a Corea del Sur en el mapa
cinematográfico mundial, se halla sin duda Park Chan-wook. Ganador del BAFTA
británico, de un premio en el Festival de Cine de Berlín y de tres más en los
certámenes de Cannes y Venecia, conforma una filmografía singular y
característica que merece ser estudiada. Empezó a destacar con “Sympathy for
Mr. Vengeance”, si bien fue en 2003, gracias a “Old Boy”, cuando recibió un
aluvión de galardones y reconocimientos, resultando dicho largometraje copiado
y readaptado posteriormente. Demostró su versatilidad en “La doncella” e,
incluso, pudimos disfrutar de su buen hacer en la serie de televisión “La chica
del tambor”. Ahora estrena “Decision to Leave”, una pequeña joya que me ha
gustado mucho por su cautivadora manera de contar una historia, tal vez muy
trillada, pero que el cineasta revitaliza visualmente, dando lugar a una
excepción atrayente y hasta excitante.
Más allá
de esa aureola de exotismo que acompaña a lo oriental, su color, ritmo y estilo
narrativo sitúan al espectador ante una propuesta original en la forma, pero
reconocible en el fondo. La insólita combinación entre “thriller”, sensualidad
y romanticismo se adorna con el sello propio de Chan-wook y se engalana con varias
referencias a otros filmes. De hecho, no esconde la influencia del maestro
Alfred Hitchcock, aunque la inspiración del realizador va más allá, ofreciendo
planos que rememoran títulos como “El amante”, de Jean-Jacques Annaud, y
creando atmósferas que recuerdan a “Perdición”, de Billy Wilder o, por
supuesto, “Vértigo”, del propio Hitchcock. Refleja, pues, en pantalla una
propuesta nueva, fresca y actual, cuyo visionado aúna lo mejor de la melancolía
del pasado con lo mejor de una rompedora modernidad. No obstante, se disfrutará
en mayor medida si se dispone de cierta cultura sobre el Séptimo Arte.
Un
experimentado y meticuloso detective investiga la sospechosa muerte de un
hombre en la cima de una montaña. Pronto conjetura sobre la implicación de la
esposa del fallecido y, a medida que avanza en la investigación, comienza a
sentirse irremediablemente atraído por el magnetismo que desprende la joven. “Decision
to Leave” resulta, a la par, elegante y contundente, entretenida y reflexiva.
Sin duda, una de las mejores obras del año. No en vano cuenta ya con una
candidatura a los Globos de Oro (mejor film de habla no inglesa), dos
nominaciones a los BAFTA (mejor dirección y mejor película de habla no inglesa)
y un premio en el reciente Festival de Cine de Cannes, entre otros.
El
talentoso modo de jugar con la cámara, mimar la fotografía y configurar las
secuencias para crear la trama, hacen de este trabajo de Park Chan-wook una
cautivadora rareza dentro de la cartelera de los últimos doce meses.
Los
integrantes del equipo artístico, desconocidos para el gran público, actúan con
acierto. Park Hae-il participó en “The Host” y “Memories of Murder”, ambas de Bong
Joon Ho, artífice de “Parásitos”. A la especialmente destacada Tang Wei la
vimos en “Deseo, peligro”, de Ang Lee y en la norteamericana “Blackhat -
Amenaza en la red”, de Michael Mann. Ambos forman una notable pareja que
potencia con sus interpretaciones la labor del realizador surcoreano.
Por
desgracia, este tipo de films disponen de una distribución comercial muy
limitada y recalan en escasas salas de proyección. Al menos, se ha estrenado en
Tenerife casi simbólicamente, no como otros. Pienso, por ejemplo, en “Aftersun”,
ópera prima de Charlotte Wells que, pese a estar acaparando distinciones, ha
quedado al margen de la distribución en numerosas provincias, incrementando
tristemente el listado de interesantes propuestas que se quedan por el camino
sin ser exhibidas.
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