Andrew Dominik no es un director corriente. Le gusta dar a sus obras una visión personal y creativa y tal afirmación solo se puede entender como un halago por mi parte, harto como estoy de cineastas que se limitan a repetir y a copiar largometrajes firmados por otros compañeros. Dicho esto, también es cierto que este realizador neozelandés manifiesta cierta tendencia hacia la mística en sus historias que no siempre le sale bien. En su anterior film, “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”, puso de manifiesto su capacidad de abordar proyectos interesantes y de conseguir brillantes interpretaciones por parte de sus actores. Sin embargo, la lentitud de la narración y su aureola de trascendencia lastraban, en vez de impulsar, el resultado final.
En “Mátalos suavemente” ha tratado de rodar una película cómica en clave de cine negro que reflejase el universo del crimen organizado de una ciudad norteamericana. Para ello, ha salpicado la proyección con destellos que dejan patente su sello personal, como el uso de la cámara lenta en algunas escenas o el empleo de una pretendida carga poética que, una vez más, no termina de cuajar completamente. El modelo de diálogos y la puesta en escena relativos a la parte humorística de la cinta aspiran a emular a grandes títulos de este subgénero como “Pulp Fiction” de Quentin Tarantino o “Rocknrolla” de Guy Ritchie pero apenas roza cierta similitud, excepto cuando el personaje de Brad Pitt entra en escena. A él le han correspondido las mejores frases y las escenas de mayor interés, de modo que su notable interpretación marca la diferencia y eleva sustancialmente la calidad del conjunto. Pitt posee una habilidad innata y muy efectiva para dar un toque de comicidad a sus personajes, de tal manera que contar con él es siempre un lujo en este tipo de rodajes. Por el contrario, el resto del reparto cae en la ordinariez y en la vulgaridad.
Al inicio de la proyección, se establece una conversación absurda y soez entre dos delincuentes (de los de poca monta, pocas luces y sobrada estupidez) que no resiste la comparación con el brillante cara a cara entre John Travolta y Samuel L. Jackson en la ya citada y genial “Pulp Fiction”. En definitiva, aquí estamos a un nivel inferior. Tal vez no sea malo del todo pero, desde luego, tampoco es bueno. Desde la primera a la última, las andanzas criminales de los protagonistas se acompañan constantemente de discursos de políticos norteamericanos.
La historia se desarrolla durante la campaña electoral de Barack Obama y John McCain, con George Bush hijo todavía en la Casa Blanca. Siempre aparecen un televisor encendido o una radio enchufada a través de las que se emiten mensajes y proclamas de los candidatos, tratando de poner de manifiesto las similitudes entre el mundo del crimen organizado y el de la alta política. En esta utilización de la moraleja, únicamente Brad Pitt logra registros dignos de mención, sobre todo en la escena final en la que Obama se empeña en ensalzar la labor del pueblo y el delincuente afirma con rotundidad que en Norteamérica no existe el “pueblo” sino que solo existen los “negocios”. En ese instante sí se percibe una crítica original y bien combinada con la narración.
En resumen, quienes busquen un cine de gangsters al estilo de las cumbres cinematográficas de Coppola o Scorsese, se sentirá decepcionado. Solo aquellos que opten por la ironía y los excesos propios del mejor Tarantino –aun a sabiendas de que no los van a encontrar- podrán pasar un rato entretenido con este film irregular pero con alguna pizca de genialidad.
Trailer en castellano
Trailer en versión original
Datos del film:
Película: Mátalos suavemente. Título original: Killing them softly. Trailer en castellano
Trailer en versión original
Datos del film:
Dirección: Andrew Dominik.
País: USA. Año: 2012. Duración: 97 min. Género: Thriller.
Interpretación: Brad Pitt (Jackie Cogan), Richard Jenkins (Driver), James Gandolfini (Mickey), Ray Liotta (Markie), Scoot McNairy (Frankie), Ben Mendelsohn (Russell), Vincent Curatola (Johnny Amato), Sam Shepard (Dillon).
Guion: Andrew Dominik; basado en la novela de George V. Higgins.
Producción: Dede Gardner, Brad Pitt, Paula Mae Schwartz, Steve Schwartz y Anthony Katagas.
Fotografía: Greig Fraser.
Montaje: Brian A. Kates.
Diseño de producción: Patricia Norris.
Vestuario: Patricia Norris.