viernes, 2 de julio de 2010

LA VIDA PRIVADA DE PIPPA LEE

Los últimos meses han sido testigos de varios estrenos cuyos responsables son creadores de historias con vocación de artistas multidisciplinares. Que sean los propios novelistas quienes escriban los guiones y dirijan las adaptaciones cinematográficas de sus obras no es lo más habitual. Hace algunas semanas se proyectó Perdona pero quiero casarme contigo del italiano Federico Moccia y ahora ocurre lo mismo con la cinta de la norteamericana Rebecca Miller La vida privada de Pippa Lee. La hija del célebre dramaturgo Arthur Miller comenzó trabajando como actriz en algunos títulos de relativo éxito como A propósito de Henry junto a Harrison Ford pero, posteriormente, se dedicó a la literatura escribiendo, entre otras, esta novela homónima de la que ha asumido también el guión y la dirección del largometraje. Conoció a su esposo, el oscarizado actor inglés Daniel Day Lewis, cuando éste rodaba El crisol, una adaptación de la novela de su padre Las brujas de Salem.
La vida privada de Pippa Lee cuenta la historia de una mujer casada con un hombre treinta años mayor que ella y madre de unos hijos casi adultos, cuya relación aparentemente feliz proyecta una imagen de idealidad envidiable. Al cumplir los ochenta años, su marido decide retirarse a una lujosa casa en Connecticut en la que ella no se siente plenamente realizada. Entonces, su pasado unido a una vida en realidad insatisfactoria se aliará para quebrar ese mundo perfecto pero sólo en apariencia. El film agradará a los amantes de los dramas centrados en el análisis de personajes. Su filmación es excesivamente pausada y, en parte, carente de ritmo pero el objetivo de desgranar la personalidad de cada protagonista muestra el interés de la realizadora por ser fiel a su propia novela y transmitir las intenciones que le impulsaron a escribirla. Estamos ante un proyecto claramente minoritario, como atestigua una recaudación internacional inferior a los dos millones de dólares, pero su galería de personajes unida a unos diálogos plenos de contenido la convierten, como mínimo, en una propuesta interesante, aunque sin calificarla como absolutamente recomendable. Y es justo reconocer que Rebecca Miller es una profesional valiente que rueda las historias en las que cree, con independencia del resultado económico que pueda obtener.
Sin duda, su atractivo reparto constituye el plato fuerte de la proyección. La protagonista principal es Robin Wright Penn – La princesa prometida, Forrest Gump-, versátil actriz que interpreta su papel con una gran corrección. Le acompañan Alan Arkin (inolvidable Oscar al mejor actor secundario por Pequeña Miss Sunshine), María Bello (estupenda en la interesantísima Una historia de violencia), Keanu Reeves (especialista del género de acción en la saga Matrix o Speed), Julianne Moore (magistral en Las horas o en Lejos del cielo) y Monica Bellucci (cautivadora Cleopatra en Astérix y Obélix). Pero probablemente lo más relevante sea el intento de recuperar la figura de Winona Ryder, actriz que a finales de los años ochenta y principios de los noventa hacía presagiar un gran futuro interpretativo gracias a la versión de Drácula de Francis Ford Coppola, La edad de la inocencia de Martin Scorsese o Eduardo manostijeras de Tim Burton y que, posteriormente, se diluyó en un mar de escándalos judiciales e incomprensible autodestrucción que truncaron su prometedora carrera. Habrá que esperar al próximo rodaje del realizador Ron Howard en 2011 para confirmar ese resurgimiento.

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