La profesora de la Universidad de Columbia Audrey Niffenegger publicó en el año 2005 una novela titulada “La mujer del viajero en el tiempo” con la que obtuvo un notable éxito de ventas. Relato diseñado como drama romántico, cuenta la historia de un hombre que, de forma involuntaria, viaja a través del tiempo, situación que influye extraordinariamente en su relación de pareja. Para llevar a cabo la adaptación del libro a la gran pantalla se escogió a Robert Schwentke, realizador alemán que estrenó en 2005 la cinta Plan de vuelo: desaparecida, protagonizada por la actriz Jodie Foster. Tras ese thriller, ha querido cambiar radicalmente de registro y adentrarse en distintos géneros, deseo que tiene visos de convertirse en distintivo de su carrera cinematográfica ya que su siguiente largometraje será una comedia de acción que, con el título provisional de Red, contará con los populares Bruce Willis y Morgan Freeman al frente del reparto.
Más allá del tiempo cumple la mayoría de las reglas básicas del género al que pertenece. Su atractiva pareja protagonista está formada por Rachel McAdams y Eric Bana, quienes han demostrado su capacidad profesional en anteriores producciones en la que han participado. Su excesivamente pausado ritmo narrativo supone tal vez el principal demérito de esta obra. Conviene tener en cuenta que el grueso de su hora y tres cuartos de duración resulta un tanto repetitivo al centrarse en la reiteración de los saltos en el tiempo y la consecuente desesperación de no controlar ese poder. No obstante, la buena labor interpretativa y la elegancia de la narración la convierten en una película del agrado de los amantes del drama romántico, aunque fuera de ese círculo el film peque de cierta monotonía, sobre todo en su parte central.
Los viajes a través del tiempo son un tema recurrente en la historia del séptimo arte y la industria les ha dedicado una atención especial dentro de una amplia variedad de géneros, desde la saga de comedias de acción de Regreso al futuro al drama de Peggy Sue se casó, de la acción en estado puro de Terminator al desenfrenado género fantástico de 12 monos pasando por el terror grotesco de El ejército de las tinieblas hasta clásicos como El tiempo en sus manos. Es verdad que, hasta ahora, no se había utilizado en una trama eminentemente sentimental y, en ese sentido, se valora la novedad.
Rachel McAdams saltó a la fama en una cinta similar –El diario de Noa- aunque de contenido, personajes y narración mucho más interesantes. Posteriormente, probó en el género de acción con La sombra del poder (acompañada de Russell Crowe), en la comedia con La joya de la familia (junto a Sarah Jessica Parker) y De boda en boda (con Vince Vaughn) y en un género mixto representado por Sherlock Holmes, la fallida versión que rodó Guy Ritchie sobre el detective. En definitiva, sólo en el drama romántico es donde esta joven intérprete canadiense ha conseguido destacar. A pesar de ello, está a punto de insistir con otra comedia en compañía de Harrison Ford, así como en el último proyecto de Woody Allen. Por su parte, Eric Bana –interesante actor a quien conviene seguir la pista- cuenta con un currículum muy meritorio del que sobresalen títulos como Munich de Steven Spielberg y Black Hawk: derribado de Ridley Scott. Su trabajo más inminente le unirá a la impecable Cate Blanchett –Elizabeth- a las órdenes del director de Expiación, Joe Wright.
Más allá del tiempo cumple la mayoría de las reglas básicas del género al que pertenece. Su atractiva pareja protagonista está formada por Rachel McAdams y Eric Bana, quienes han demostrado su capacidad profesional en anteriores producciones en la que han participado. Su excesivamente pausado ritmo narrativo supone tal vez el principal demérito de esta obra. Conviene tener en cuenta que el grueso de su hora y tres cuartos de duración resulta un tanto repetitivo al centrarse en la reiteración de los saltos en el tiempo y la consecuente desesperación de no controlar ese poder. No obstante, la buena labor interpretativa y la elegancia de la narración la convierten en una película del agrado de los amantes del drama romántico, aunque fuera de ese círculo el film peque de cierta monotonía, sobre todo en su parte central.
Los viajes a través del tiempo son un tema recurrente en la historia del séptimo arte y la industria les ha dedicado una atención especial dentro de una amplia variedad de géneros, desde la saga de comedias de acción de Regreso al futuro al drama de Peggy Sue se casó, de la acción en estado puro de Terminator al desenfrenado género fantástico de 12 monos pasando por el terror grotesco de El ejército de las tinieblas hasta clásicos como El tiempo en sus manos. Es verdad que, hasta ahora, no se había utilizado en una trama eminentemente sentimental y, en ese sentido, se valora la novedad.
Rachel McAdams saltó a la fama en una cinta similar –El diario de Noa- aunque de contenido, personajes y narración mucho más interesantes. Posteriormente, probó en el género de acción con La sombra del poder (acompañada de Russell Crowe), en la comedia con La joya de la familia (junto a Sarah Jessica Parker) y De boda en boda (con Vince Vaughn) y en un género mixto representado por Sherlock Holmes, la fallida versión que rodó Guy Ritchie sobre el detective. En definitiva, sólo en el drama romántico es donde esta joven intérprete canadiense ha conseguido destacar. A pesar de ello, está a punto de insistir con otra comedia en compañía de Harrison Ford, así como en el último proyecto de Woody Allen. Por su parte, Eric Bana –interesante actor a quien conviene seguir la pista- cuenta con un currículum muy meritorio del que sobresalen títulos como Munich de Steven Spielberg y Black Hawk: derribado de Ridley Scott. Su trabajo más inminente le unirá a la impecable Cate Blanchett –Elizabeth- a las órdenes del director de Expiación, Joe Wright.
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