El ya fallecido director norteamericano Blake Edwards (ganador de un Oscar honorífico en el año 2004) estrenó a lo largo de su extensa carrera profesional hasta siete largometrajes en cuyos títulos figuraba el personaje de la Pantera Rosa, si bien el verdadero protagonista de los mismos era el peculiar inspector Jacques Clouseau. Se trataba de comedias disparatadas que fueron decayendo en interés a medida que avanzaba la saga puesto que, lejos de buscar la originalidad en cada nueva entrega, se limitaban a reproducir una fórmula cada vez más desgastada. La primera de las cintas llegó a las pantallas en 1963, teniendo al recordado actor británico Peter Sellers como intérprete del despistado policía francés, al que continuó prestando su imagen en otros tres filmes durante la década de los setenta. Dichos trabajos gozaron de la aceptación del público e incluso se hicieron acreedores de varias nominaciones a los Globos de Oro para Sellers y a los Oscar de Hollywood para el compositor Henry Mancini, creador de su inolvidable melodía. Con la llegada de los años ochenta se intentó continuar con un serial agotado en sí mismo y se rodaron otros dos títulos perfectamente prescindibles. Ya en 1993, el histriónico actor italiano Roberto Benigni encabezó una aventura más que, no sólo recibió el rechazo del público, sino que cosechó nominaciones a los Razzie, que premian las peores producciones de cada año.
En 2006, tras diez años en el olvido, el cómico estadounidense Steve Martrin asumió el reto de dar vida a un actualizado Clouseau y revitalizar una fórmula idéntica que, pese al empeño de nuevos directores y productores, sigue estando completamente caduca. Figuró por enésima vez en las listas que reflejan lo más negativo de las producciones anuales y, aunque logró recaudar más de ochenta millones de dólares en Estados Unidos, apenas cubrió los gastos generados por el rodaje, con lo que tampoco puede hablarse de éxito de taquilla. Por lo tanto, sorprende este último intento del famoso inspector del país vecino por aterrizar en las salas de proyección.
El holandés Harald Zwart, responsable de Superagente Cody Banks (film de aventuras protagonizadas por un agente secreto juvenil) y candidato a dirigir la próxima entrega de Kárate Kid, se ha encargado de la realización. El metraje está plagado de gags y escenas cómicas que salpican una trama excesivamente absurda. Podrá interesar únicamente a los fans de Steve Martin - Doce en casa, El padre de la novia y sus respectivas secuelas - y a quienes insistan en defender la perpetuidad de una saga que se remonta más de cuatro décadas en el tiempo.
Es evidente que, tras varias semanas de estrenos muy interesantes y con un nivel de calidad indiscutible, llega ahora una época de vacas flacas en la que se estrenarán aquellos títulos cuya exhibición se pospone a los estrenos de las grandes cintas que copan las nominaciones a los principales premios cinematográficos - Oscar, Globos de Oro y Baftas, entre otros-.
En 2006, tras diez años en el olvido, el cómico estadounidense Steve Martrin asumió el reto de dar vida a un actualizado Clouseau y revitalizar una fórmula idéntica que, pese al empeño de nuevos directores y productores, sigue estando completamente caduca. Figuró por enésima vez en las listas que reflejan lo más negativo de las producciones anuales y, aunque logró recaudar más de ochenta millones de dólares en Estados Unidos, apenas cubrió los gastos generados por el rodaje, con lo que tampoco puede hablarse de éxito de taquilla. Por lo tanto, sorprende este último intento del famoso inspector del país vecino por aterrizar en las salas de proyección.
El holandés Harald Zwart, responsable de Superagente Cody Banks (film de aventuras protagonizadas por un agente secreto juvenil) y candidato a dirigir la próxima entrega de Kárate Kid, se ha encargado de la realización. El metraje está plagado de gags y escenas cómicas que salpican una trama excesivamente absurda. Podrá interesar únicamente a los fans de Steve Martin - Doce en casa, El padre de la novia y sus respectivas secuelas - y a quienes insistan en defender la perpetuidad de una saga que se remonta más de cuatro décadas en el tiempo.
Es evidente que, tras varias semanas de estrenos muy interesantes y con un nivel de calidad indiscutible, llega ahora una época de vacas flacas en la que se estrenarán aquellos títulos cuya exhibición se pospone a los estrenos de las grandes cintas que copan las nominaciones a los principales premios cinematográficos - Oscar, Globos de Oro y Baftas, entre otros-.
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