Clint Eastwood, a sus setenta y ocho años y tras más de medio siglo dedicado al séptimo arte en sus múltiples facetas, ha logrado convertirse en indiscutible referente de la historia del cine. Aunque durante mucho tiempo se le consideró un mediocre actor de filmes de acción, su paso a la dirección llevó aparejada una sorprendente evolución artística. Lucen ya en sus vitrinas cuatro Oscar –dos por Sin perdón y otros dos por Million Dollar Baby- y ha estado nominado en seis ocasiones más, que se unen a una larga lista de prestigiosos galardones internacionales, desde los Globos de Oro a la Palma de Oro de Cannes, pasando por el León de Venecia y por los premios de todas las Asociaciones de Críticos de Norteamérica. Posee una creatividad muy acusada que manifiesta no sólo como realizador, actor y productor – es el fundador de una productora propia llamada “Malpaso” – sino también como compositor de bandas sonoras, lo que le convierte en uno de los cineastas más completos y polifacéticos de la cinematografía reciente. De hecho, su partitura de El intercambio opta a un Globo de Oro. Es verdad que el elevado número de sus producciones impide que todas mantengan el mismo nivel de calidad pero la conclusión es invariable: es uno de los grandes y a él se le deben varias películas sobresalientes y alguna obra maestra.
Si analizamos su exitosa filmografía llegaremos a la conclusión de que a Eastwood no le gusta la comedia. Todos sus largometrajes están enraizados en dramas profundos y, a medida que va cumpliendo años, insiste cada vez más en retratar miserias humanas en contextos muy trágicos. Siguiendo esa tendencia estrena ahora El intercambio, una historia centrada en las vicisitudes de una madre que, tras la desaparición de su hijo, soporta las mayores penurias al no reconocer como suyo al niño que el departamento de policía pretende atribuirle como propio.
Película brutal y desgarradora en exceso, es recomendable exclusivamente para aficionados a las tragedias con mayúsculas que no teman enfrentarse a escenas desagradables y que sean capaces de tolerar el plus de desolación que provocan los dramas con trasfondo infantil. Por lo demás, y como era de esperar, tanto la realización como las interpretaciones son impecables, con una Angelina Jolie que consolida su carrera profesional tras sus participaciones en El buen pastor y, sobre todo, en Un corazón invencible. Ganadora de un Oscar a la mejor actriz secundaria en 1999 por Inocencia interrumpida, su nombre vuelve a sonar con fuerza como firme candidata a otra estatuilla de Hollywood, máxime al haber sido ya nominada al Globo de Oro por este papel. El brillante actor John Malkovich la acompaña en un rol secundario pero muy efectivo.
Por lo que respecta a Clint Eastwood, tiene pendiente de estreno para el próximo mes de febrero otra cinta dramática titulada Gran Torino, con la que ha ganado el premio al mejor actor otorgado por la Nacional Board of Review dando vida a un veterano de guerra. Además, ha recibido una nominación como compositor de una de sus canciones. En la actualidad prepara el rodaje de su próximo proyecto, The Human Factor, basado en la figura del líder sudafricano Nelson Mandela. A este californiano parece que la edad no le resta ni un ápice de vitalidad. Envidiable.
Si analizamos su exitosa filmografía llegaremos a la conclusión de que a Eastwood no le gusta la comedia. Todos sus largometrajes están enraizados en dramas profundos y, a medida que va cumpliendo años, insiste cada vez más en retratar miserias humanas en contextos muy trágicos. Siguiendo esa tendencia estrena ahora El intercambio, una historia centrada en las vicisitudes de una madre que, tras la desaparición de su hijo, soporta las mayores penurias al no reconocer como suyo al niño que el departamento de policía pretende atribuirle como propio.
Película brutal y desgarradora en exceso, es recomendable exclusivamente para aficionados a las tragedias con mayúsculas que no teman enfrentarse a escenas desagradables y que sean capaces de tolerar el plus de desolación que provocan los dramas con trasfondo infantil. Por lo demás, y como era de esperar, tanto la realización como las interpretaciones son impecables, con una Angelina Jolie que consolida su carrera profesional tras sus participaciones en El buen pastor y, sobre todo, en Un corazón invencible. Ganadora de un Oscar a la mejor actriz secundaria en 1999 por Inocencia interrumpida, su nombre vuelve a sonar con fuerza como firme candidata a otra estatuilla de Hollywood, máxime al haber sido ya nominada al Globo de Oro por este papel. El brillante actor John Malkovich la acompaña en un rol secundario pero muy efectivo.
Por lo que respecta a Clint Eastwood, tiene pendiente de estreno para el próximo mes de febrero otra cinta dramática titulada Gran Torino, con la que ha ganado el premio al mejor actor otorgado por la Nacional Board of Review dando vida a un veterano de guerra. Además, ha recibido una nominación como compositor de una de sus canciones. En la actualidad prepara el rodaje de su próximo proyecto, The Human Factor, basado en la figura del líder sudafricano Nelson Mandela. A este californiano parece que la edad no le resta ni un ápice de vitalidad. Envidiable.