Barbie, Written by Greta Gerwig & Noah Baumbach; Warner Bros.
Pictures
The Holdovers, Written by David Hemingson; Focus Features
May December, Screenplay by Samy Burch, Story by Samy Burch & Alex
Mechanik; Netflix
Past Lives, Written by Celine Song; A24
MEJOR GUIÓN ADAPTADO
American Fiction, Screenplay by Cord Jefferson, Based upon the novel
Erasure by Percival Everett; Amazon MGM Studios
Are You There God? It’s Me, Margaret., Screenplay by Kelly Fremon
Craig, Based on the book by Judy Blume; Lionsgate
Killers Of The Flower Moon, Screenplay by Eric Roth and Martin
Scorsese, Based on the book by David Grann; Apple Original Films
Nyad, Screenplay by Julia Cox, Based on the book Find A Way by Diana
Nyad; Netflix
Oppenheimer, Screenplay by Christopher Nolan, Based on the book
American Prometheus: The Triumph And Tragedy Of J. Robert Oppenheimer by Kai
Bird and Martin J. Sherwin; Universal Pictures
MEJOR GUIÓN DE DOCUMENTAL
Bella!, Written by Jeff L. Lieberman; Re-Emerging Films
It Ain’t Over, Written by Sean Mullin; Sony Pictures Classics
The Pigeon Tunnel, Written by Errol Morris; Apple Original Films
Stamped from the Beginning, Written by David Teague, Based on the book
Stamped From the Beginning by Dr. Ibram X. Kendi; Netflix
What The Hell Happened To Blood, Sweat & Tears?, Written by John
Scheinfeld; Abramorama
El cine denominado
de “superhéroes” y el vinculado a los personajes de cómic vivió antaño una
época dulce, tanto en lo referente a la recaudación como a la crítica. Lejana queda
ya la primera trilogía de Sam Raimi sobre “Spiderman”, la de Christopher Nolan
sobre “Batman”, las singulares visiones de Zack Snyder acerca de “El hombre de
acero” y “Watchmen”, las de James Mangold o Bryan Singer en el universo
“X-Men”, o las de Joe Johnston y Anthony Russo para “Capitán América”. En
aquellos inicios del siglo XXI se aguardaban los estrenos con cierta ilusión y
cabe reconocer que supusieron un revulsivo económico y, en algunos aspectos,
también visual y conceptual. Ahora, por el contrario, se recibe cada nueva
película con una mueca de resignación, cuando no de desesperación. Saturaron el
mercado, esquilmaron los recursos y poco queda ya por ofrecer. La crisis de
este género cinematográfico se encuentra directamente vinculada a la reiteración
de fórmulas y al hartazgo que tal circunstancia ha generado. Se abusó en exceso
de estos personajes y ahora apenas restan algunas migajas para estómagos muy
saciados.
Convendría
decretar un tiempo de hibernación para estas propuestas y dejar pasar varios
años, quizás una década, sin más producciones del mismo estilo, parar abrir un
poco el apetito, repensar el modelo y, si procede, retornar con fuerza. Pero me
temo que la tendencia no va por esos derroteros. Se busca a la desesperada
seguir lanzando títulos y más títulos en una carrera hacia ninguna parte. Ahora
llega a las carteleras “Madame Web”, un personaje rebuscado y reformado para aspirar
a épocas pasadas. Sin embargo, no es posible. Y no sólo por las propias
carencias del largometraje, sino por la indiferencia que, desde un principio,
provocan semejantes proyectos prefabricados y con fines equivocados.
Inspirada
vagamente en un personaje de Marvel, el filme narra la historia de Cassandra
Webb, una mujer ciega de nacimiento y con una extraña condición neurológica
que, paradójicamente, desarrolla como efecto secundario poderosas habilidades
psíquicas que utiliza para convertirse en médium. De esta forma se transforma
en Madame Web, una identidad que oculta habilidades como la telepatía, la clarividencia
y la presciencia. Puede asimismo realizar una proyección astral y aparecer ante
los demás en forma de espíritu.
La
directora de la cinta, S.J. Clarkson, debuta en la gran pantalla. Hasta ahora
había desempeñado toda su carrera en el mundo de la televisión, siendo
responsable de algunos episodios de “Anatomía de un escándalo” o la exitosa “Succession”,
pero hay que decir que su salto al formato cinematográfico no ha resultado
afortunado. Demasiados tópicos y rimbombancia, y poca enjundia y contenido. Tal
vez intente defenderse afirmando que el rodaje se abordó sin grandes expectativas.
Tampoco negaré que, seguramente, todos los partícipes, desde los productores
hasta la realizadora, asumieron el perfil bajo de la propuesta desde el
principio. Sea como fuere, ello confirma la pronunciada bajada de nivel a la
que asistimos de un tiempo a esta parte en este tipo de producciones
cinematográficas.
Asume el
protagonismo Dakota Johnson, quien se esfuerza por evitar el desastre y merece
una mayor benevolencia, pues da la sensación de ser la única que ha puesto
verdadero empeño en el objetivo. Su filmografía resultabastante errática, si bien incluye algunos
ejemplos muy populares que le han aupado a la fama. Esperemos que en el futuro
cuente con más opciones para demostrar su valía. Le acompañan Sydney Sweeney
(vista recientemente en “Cualquiera menos tú), Isabela Merced (“Dora y la
ciudad perdida”, “Sicario: el día del soldado”) y Tahar Rahim (“Napoleón”, “El
mauritano”, ”Un profeta”).
Programa a concurso de Festival de Cine de Berlín 2024. Un total
de 20 películas (19 de ellas estrenos mundiales) competirán
por los Osos de Oro y de Plata, procedentes de 30 países productores.
Another End de Piero Messina con Gael
García Bernal, Renate Reinsve, Bérénice Bejo, Olivia Williams, Pal Aron;
Italia (2024).
Architecton de Victor Kossakovsky;
documental coproducido por Alemania y Francia (2024).
Black Tea de Abderrahmane Sissako con Nina
Mélo, Chang Han, Wu Ke-Xi, Michael Chan; una coproducción de Francia, Mauritania, Luxemburgo, Taiwán y Costa de
Marfil (2024).
La Cocina de Alonso Ruizpalacios con Raúl
Briones Carmona, Rooney Mara, Anna Diaz, Motell Foster, Oded Fehr. Una
coproducción de México y EE.UU. (2024).
Dahomey de Mati Diop. Una coproducción de
Francia, Senegal y Benin (2024).
A Different Man de Aaron Schimberg con
Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson. Una producción de EE.UU. (2023).
L' Empire de Bruno Dumont con Brandon
Vlieghe, Lyna Khoudri, Anamaria Vartolomei, Camille Cottin, Fabrice Luchini.
Una coproducción de Francia, Italia, Alemania, Bélgica y Portugal (2024).
¡Gloria! de Margherita Vicario con Galatéa
Bellugi, Carlotta Gamba, Veronica Lucchesi, Maria Vittoria Dallasta, Sara
Mafodda. Una coproducción de Italia y Suiza (2024).
Hors du temps de Olivier Assayas con
Vincent Macaigne, Micha Lescot, Nine D'Urso, Nora Hamzawi. Una producción de
Francia (2024).
In Liebe, Eure Hilde de Andreas Dresen con
Liv Lisa Fries, Johannes Hegemann. Una producción de Alemania (2024).
Keyke mahboobe man (Mi pastel favorito) de
Maryam Moghaddam, Behtash Sanaeeha, con Lily Farhadpour, Esmail Mehrabi. Una
coproducción de Irán, Francia, Suecia y Alemania (2024).
Langue Étrangère de Claire Burger con
Lilith Grasmug, Josefa Heinsius, Nina Hoss, Chiara Mastroianni, Jalal Altawil.
Una coproducción de Francia, Alemania y Bélgica (2024).
Mé el Aïn (A quién pertenezco) de Meryam
Joobeur con Salha Nasraoui, Mohamed Hassine Grayaa, Malek Mechergui, Adam Bessa
y Dea Liane. Una coproducción de Túnez, Francia, Canadá, Noruega, Qatar y
Arabia Saudí (2024).
Pepe de Nelson Carlos De Los Santos Arias
con Jhon Narváez, Sor María Ríos, Fareed Matjila, Harmony Ahalwa, Jorge
Puntillón García. Una coproducción de República Dominicana, Namibia, Alemania y
Francia (2024)
Shambhala de Min Bahadur Bham con Thinley
Lhamo, Sonam Topden, Tenzin Dalha, Karma Wangyal Gurung, Karma Shakya. Una
coproducción de Nepal, Francia, Noruega, Hong Kong, China, Turquía, Taiwán,
EE.UU. y Qatar (2024)
Small Things Like These de Tim Mielants
con Cillian Murphy, Eileen Walsh, Michelle Fairley, Emily Watson, Clare Dunne.
Una coproducción de Irlanda y Bélgica (2024).
Sterben de Matthias Glasner con Corinna
Harfouch, Lars Eidinger, Lilith Stangenberg, Ronald Zehrfeld, Robert Gwisdek.
Una producción de Alemania (2024).
Des Teufels Bad de Veronika Franz, Severin
Fiala con Anja Plaschg, David Scheid, Maria Hofstätter. Una coproducción de
Austria y Alemania 2024.
Vogter de Gustav Möller con Sidse Babett
Knudsen, Sebastian Bull, Dar Salim. Una coproducción de Dinamarca y Suecia
(2024).
Yeohaengjaui pilyo (Las necesidades de un
viajero) de Hong Sangsoo, con Isabelle Huppert, Lee Hyeyoung, Kwon Haehyo,
Cho Yunhee, Ha Seongguk. Una producción de Corea del Sur (2024)
Se proyectarán en Berlinale Special:
Averroès & Rosa Parks de Nicolas
Philibert. Francia (2024).
Beom-Joe-do-si 4 o The Roundup:
Punishment de Heo Myeong-haeng con Don Lee, Kim Moo-yul, Park Ji-hwan, Lee
Dong-hwi. Corea del Sur (2024).
Cuckoo de Tilman Singer con Hunter
Schafer, Dan Stevens, Jessica Henwick, Marton Csókás, Jan Bluthardt. Alemania
(2024).
Das leere Grab de Agnes Lisa Wegner, Cece
Mlay. Alemania y Tanzania (2024).
Dostoevskij de Damiano y Fabio D'Innocenzo
con Filippo Timi, Gabriel Montesi, Carlotta Gamba y Federico Vanni. Italia
(2024)
Elf Mal Morgen: Berlinale Meets Fußball de
Maximilian Bungarten, Anna-Maria Dutoit, Kilian Armando Friedrich, Indira
Geisel, Eva Gemmer, Felix Herrmann, Hannah Jandl, Justina Jürgensen, Hilarija
Ločmele, Daniela Magnani-Hüller, Sophie Mühe, Camille Tricaud y Marie Zrenner.
Alemania (2024)
exergue - on documenta 14 de Dimitris
Athiridis. Grecia (2024).
Hako Otoko de Gakuryu Ishii con Masatoshi
Nagase, Tadanobu Asano, Koichi Sato y Ayana Shiramoto. Japón (2024).
Love Lies Bleeding de Rose Glass| con
Kristen Stewart, Katy O'Brian, Ed Harris, Dave Franco, Jena Malone. EE UU y
Reino Unido (2023).
Made in England: The Films of Powell and
Pressburger de David Hinton con Martin Scorsese. Reino Unido (2024).
Sasquatch Sunset de David & Nathan
Zellner con Riley Keough, Jesse Eisenberg, Nathan Zellner y Christophe
Zajac-Denek. EE.UU. (2024).
Seven veils de Atom Egoyan con Amanda
Seyfried, Rebecca Liddiard, Douglas Smith, Ambur Braid y Michael
Kupfer-Radecky, Canadá (2023)
Shikun de Amos Gitai con Irène Jacob,
Bahira Ablassi, Hana Laslo, Menache Noy, Pini Mittelman. Israel, Francia y
Suiza (2024).
Spaceman de Johan Renck con Adam Sandler,
Carey Mulligan, Kunal Nayyar, Isabella Rossellini y Paul Dano. EE.UU. (2024).
Supersex de Francesca Manieri (creadora),
Matteo Rovere, Francesco Carrozzini, Francesca Mazzoleni (directores) con
Alessandro Borghi, Jasmine Trinca y Adriano Giannini. Italia (2024).
Treasure de Julia von Heinz con Lena
Dunham, Stephen Fry y Zbigniew Zamachowski. Alemania y Francia 2024.
Turn in the Wound de Abel Ferrara. Reino
Unido, Alemania, Italia y EE.UU. (2024)
Wu Suo Zhu (Abiding Nowhere) de Tsai
Ming-liang. Taiwán y EE.UU. (2024).
August My Heaven de Riho Kudo con Yukino
Murakami, Shuri Suwa y Takuma Fujie. Japón (2024).
Chime de Kiyoshi Kurosawa con Mutsuo
Yoshioka, Tomoko Tabata e Ikkei Watanabe. Japón (2024)
The Strangers' Case de Brandt Andersen con
Yasmine Al Massri, Yahya Mahayni, Omar Sy, Constantine Markoulakis y Jason
Beghe. En la Gala Especial de la Berlinale 2024 Jordania.
Desde que
en mi adolescencia me enganché a la serie “Corrupción en Miami” he seguido con
enorme interés la trayectoria de Michael Mann. Su tránsito de la televisión al
cine resultó brillante. “Hunter”, la primera aparición en la pantalla grande
del Doctor Hannibal Lecter, interpretado por Brian Cox, me agradó. Posteriormente,
concatenó una serie de películas, algunas sublimes, que lo encumbraron como
cineasta de culto. “El último mohicano”, “Heat”, “El dilema (The Insider)”,
“Alí”, “Collateral”, la propia versión cinematográfica de “Corrupción en Miami”
o “Enemigos públicos” reflejan una carrera versátil, honesta y rigurosa. Pocos
profesionales ruedan las secuencias nocturnas como él y, en general, su forma
de contar las historias, narrar visualmente y presentar y tratar a los
personajes me gustan sobremanera. Se trata, sin duda, de uno de mis directores
y productores preferidos. Ahora mismo acaba de estrenar la segunda temporada de
otra serie para HBO que lleva su firma (“Tokio Vice”) y su último largometraje
“Ferrari”, por lo que me he dispuesto rápidamente a su visionado.
No
obstante, considero que “Ferrari” se sitúa varios peldaños por debajo de las
principales obras de Mann. Obviamente, no deja de ser una cinta cuidada,
formalmente impecable, con una producción técnica precisa y unas
interpretaciones destacadas. Sin embargo, le falta el alma, la intensidad y el
brío de sus otros filmes. Esperaba más y mi regusto a decepción no desapareció
tras la proyección. En el fondo, los contratiempos y las extravagancias del
fundador de la popular marca italiana no me terminan de atraer, tal y como me
sucedió con “La casa Gucci”, de Ridley Scott, similar repaso a las crisis de
unos millonarios que observé con distancia e indiferencia y que también afectó
a mi valoración sobre la propuesta.
La acción
se desarrolla en la década de los cincuenta. Enzo Ferrari, expiloto y fundador
de su empresa, tiene problemas. La quiebra acecha a su negocio y afecta a su
familia. Como las dificultades no suelen presentarse solas, su matrimonio empieza
asimismo a desmoronarse y uno de sus hijos fallece. En esta crucial etapa, el
empresario tomará varias decisiones arriesgadas, apostando su futuro a una
única carrera que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia: “la Mille
Miglia”.
Reconozco
estar acostumbrado a un estilo de Mann donde el ritmo, la tensión y los
diálogos se elevan sobre cualquier otro recurso convencional de rodaje.
“Ferrari”, por el contrario, se arrastra sobre sus más de dos horas de
duración, transmitiendo cierta desgana a los espectadores. Si se pretendía repasar
en imágenes la vida real de un hombre tan vinculado a la velocidad, no se debería recurrir a un utilitario con tan
pocos caballos. El envoltorio luce atrayente e, incluso por momentos, el
colorido se vuelve llamativo, pero el conjunto adolece de un punto de riesgo y
audacia. El hecho de poseer una trayectoria artística tan admirable acarrea
unas expectativas muy altas que detectan cualquier trabajo por debajo de ese
nivel.
El magnífico
equipo interpretativo sí constituye una de las fortalezas de este título. El
excelente actor Adam Driver ya ha demostrado sobradamente su valía, tal y como
acredita una filmografía envidiable. Nominado a dos Oscars por sus actuaciones
en “Historia de un matrimonio” e “Infiltrado en el KKKlan”, ha realizado
asimismo relevantes intervenciones en “The Report” y “Paterson”, y puede
presumir de figurar en los créditos de “Lincoln”, de Steven Spielberg,
“Silencio”, de Martin Scorsese o la última trilogía de “Star Wars”. Aquí
despliega un meticuloso esfuerzo.
Le
acompaña Penélope Cruz, ganadora de una estatuilla de Hollywood por su papel en
“Vicky Cristina Barcelona” y nominada por “Volver”, Nine” y “Madres paralelas”.
Sobresale dando vida a Laura Ferrari. Su tesón y carácter quedan patentes en
las imágenes y constituye una aportación muy meritoria. A Shailene Woodley, por
su parte, la hemos visto en “El mauritano”, “Los descendientes” y la saga
“Divergente”. En esta ocasión, progresa adecuadamente.
Entre los
secundarios se encuentran Giuseppe Bonifati (“Todo el dinero del mundo”) y Valentina
Bellè (“El amor en su lugar”).
Los ganadores de los Premios de la Sociedad de Compositores y Letristas son:
MEJOR MÚSICA EN
PELÍCULA DE ESTUDIO: Ludwig
Göransson – Oppenheimer
MEJOR MÚSICA EN
PELÍCULA INDEPENDIENTE: John
Powell – Still: A Michael J. Fox Movie
MEJOR CANCIÓN PARA
PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL DE COMEDIA O MUSICAL: Billie Eilish O’Connell, Finneas O’Connell – “What Was I Made For?”
(Barbie)
MEJOR CANCIÓN PARA
PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL DE DRAMA O DOCUMENTAL: Olivia Rodrigo, Dan Nigro – “Can’t Catch Me Now” (The Hunger Games: The
Ballad of Songbirds and Snakes)
MEJOR MÚSICA PARA
TELEVISIÓN O STREAMING: Nicholas
Britell – Succession
MEJOR MÚSICA DE
CABECERA PARA TELEVISIÓN: Carlos
Rafael Rivera – Lessons in Chemistry
MEJOR MÚSICA PARA
MEDIOS INTERACTIVOS: Stephan
Barton, Gordy Haab – Star Wars Jedi: Survivor
PREMIO DAVID RASKIN AL
TALENTO EMERGENTE: Catherine Joy –
Home is a Hotel
Jonathan
Glazer es un cineasta de narrativa espesa. Ya su primera película,
“Reencarnación”, resultaba sórdida, rara y, sobre todo, marcada por un ritmo
confuso. Su llamativo elenco de actrices, encabezado por Nicole Kidman y Lauren
Bacall, unido a lo rebuscado de su trama, conseguía captar la atención, pero su
desenlace y el tono aletargado impedían que el filme despuntase. Después llegó
“Under the Skin”, más extraña si cabe, y de nuevo con otra estrella iluminando
el cartel anunciador (Scarlett Johansson). El estilo y la forma de relatar, más
que interesarme, me desconcertó. Ahora presenta “La zona de interés” y, como
ocurriese con el título anterior, ha recibido alabanzas por parte de un
numeroso sector de la crítica. Sin embargo, tampoco puedo evitar caer en la
apatía, incluso en el aburrimiento, ante un formato que, en vez de avanzar, da
la impresión de arrastrarse ante su carencia de ímpetu.
Le
reconozco cierto interés desde el punto de vista histórico y educativo, aunque
no considero necesario rodar una película para constatar las ilimitadas
posibilidades de la maldad humana, en general, y las indecencias morales y
éticas del nazismo, en particular. Al cine, más allá de su vertiente
reivindicativa, formativa o divulgadora, se le presuponen una serie de valores
artísticos, una propuesta mínimamente entretenida y un esfuerzo por ofrecer
personajes capaces de captar el interés del espectador. En ese sentido, creo
que Glazer se centra en el mensaje pero olvida la tensión narrativa,
perjudicando su visionado como vehículo cinematográfico, por mucho que se le
puedan atribuir otros méritos ajenos al Séptimo Arte.
Un
oficial del ejército alemán, destinado a dirigir el campo de exterminio de Auschwitz,
y su esposa habitan en una vivienda aparentemente idílica, contigua al lugar
donde hacinan y gasean a los judíos. Separados de los barracones tan sólo por
un muro, se disponen a disfrutar cada día de su entorno agradable, completamente
ajenos al horror que sucede a escasos metros de su hogar.
El
realizador utiliza diversos recursos desconcertantes, entre ellos, fondos de
colores entre plano y plano, varios minutos en negro desde el inicio de la
proyección hasta el comienzo de las imágenes o escenas proyectadas como si de
un negativo fotográfico se tratase. Ignoro si desea transmitir un contenido
concreto o si quiere comunicar algún significado que, al menos a mí, se me
escapa. En cualquier caso, a mi juicio resulta una apuesta más entorpecedora
que clarificadora para el público. Abusa del ritmo pausado, de las secuencias
laxas y de los encuadres austeros. La obra destila un efecto aletargante que
termina por provocar cierto tedio y que lastra el resultado final.
No
obstante, mi opinión es claramente minoritaria. Ha sido nominada a cinco premios
de la Academia de Hollywood (incluyendo los de mejor película y dirección) y
nueve BAFTAS, y ya fue galardonada en la última edición del Festival de Cine de
Cannes. En los Premios del Cine Europeo obtuvo únicamente el reconocimiento al
mejor sonido, habida cuenta de que en el resto de categorías fue superada por “Anatomía
de una caída”, la otra cinta que también compite por el Oscar a la mejor película.
Una de
las protagonistas, la actriz alemana Sandra Hüller, lleva un año espectacular
al encabezar los dos largometrajes más relevantes rodados en el Viejo
Continente en 2023: los citados “Anatomía de una caída” y “La zona de interés”.
Incluso se ha visto obligada a competir consigo misma, dado que ha obtenido por
ambas actuaciones infinidad de candidaturas. Opino que su labor en la primera
es superior, si bien aquí también lleva a cabo una interpretación meritoria.
Anteriormente la habíamos visto en “Toni Erdmann” (2016) y en “El hombre
perfecto” (2021). Su compañero de reparto, el más desconocido Christian Friedel,
intervino en“La cinta blanca”, de
Michael Haneke (2009).
No se
puede considerar a Yorgos Lanthimos un cineasta convencional. El realizador
griego es propenso a exageraciones visuales, escenografías rocambolescas y
actuaciones aparatosas. En anteriores trabajos, como “Langosta”, “El sacrificio
del ciervo sagrado” o “La favorita”, ya se apreciaba una acusada tendencia hacia
el vanguardismo conceptual y el desenfreno artístico, que causaba apasionadas
adhesiones y viscerales rechazos. No obstante, ello le ha valido hasta la fecha
para recibir cinco nominaciones a los Oscar y para ganar un BAFTA y varios
premios en dos ediciones del Festival de Cine de Cannes, entre otros
galardones. Desde luego, no se puede negar que llama la atención y que
despierta el interés del público y de la crítica. Ahora estrena “Pobres
criaturas”, donde agudiza aún más el culto hacia la extravagancia y la
provocación. Aun así, la estela de reconocimientos y alabanzas le sigue
persiguiendo, pues acaba de conseguir once candidaturas a los Premios de la
Academia de Hollywood y a los BAFTA, así como dos Globos de Oro, entre ellos el
de mejor película en la categoría de comedia o musical.
He de
reconocer que no suelo encajar bien las excentricidades, ni en el mundo del
arte en general, ni en el del cine en particular. Salvo raras excepciones, me
cuesta introducirme en una historia histriónica donde todo tiende a la
desmesura y a la desproporción en cualquiera de sus aspectos. El problema
radica en que “Pobres criaturas” supone una loa a la rareza, a menudo ridícula,
y a la sobre gesticulación interpretativa, lo que, ciertamente, no es mi
estilo.
En
cualquier caso, reconozco la valentía de la propuesta, así como su acierto en
determinadas escenas. Incluso valoro el presunto intento de moraleja. Sin
embargo, el envoltorio me parece artificial y aparatoso. En el inicio me
esfuerzo por entrar en el relato pero, con el paso del tiempo, me canso y
pierdo el interés. A mi juicio, no se trata de ser el más estrambótico y
exótico, parámetros en los que este director sin duda destaca, sino en contar
narrativa y visualmente una trama con sentido. No exijo una profunda seriedad
ni una rigurosa credibilidad en el contenido que aparece en la pantalla. De
hecho, me vienen a la mente numerosos títulos de género fantástico e imaginativo
que me gustan mucho. Me refiero a esa sensación de hallarme ante una concatenación
de ocurrencias, producto de una exacerbada inclinación hacia la exageración. Además,
las casi dos horas y media de proyección se me antojan innecesarias.
Una joven
embarazada se suicida para escapar de los malos tratos de su esposo. El cadáver
de la mujer va a parar a manos de un visionario y excéntrico científico, que la
resucita implantándole el cerebro del feto. Con cuerpo de adulta y cerebro de
bebé, se muestra ansiosa por aprender y termina escapándose con un libertino
abogado. Libre de los prejuicios de su época, la muchacha se embarca en un
viaje sin vergüenza ni pudor.
Pese a
todo lo expresado anteriormente, cabe reconocer un esfuerzo interpretativo muy
reseñable. Si bien los excesos vienen impuestos por el cineasta y el guionista,
los actores cumplen sobradamente con su función y destacan entre tantos colores
excesivos, decorados rebuscados y vestimentas recargadas. Emma Stone, ganadora
del Oscar a la mejor actriz por “La, La, Land”, ya trabajó con Lanthimos en “La
favorita”. Notable intérprete, lleva a cabo una labor efectiva y sostiene con
aparente facilidad sobre sus hombros una dosis considerable del peso del largometraje.
Cuenta con opciones para ganar su segunda estatuilla de Hollywood.
Le
acompañan dos nombres de reconocido prestigio. Por un lado, Mark Ruffalo, quien
ha destacado en “Spotlight”, “Foxcatcher”, “Zodiac” o “Mi vida sin mí”. Por
otro, Willem Dafoe, cuyo currículum resulta imposible de resumir, pero que se
ha convertido en una figura de culto. Ambos actúan acompasados y sin desentonar
en este delirante proyecto.