Intuyo
que algún organismo administrativo o gubernamental de Bali ha dedicado una
partida presupuestaria a la producción de la película “Viaje al paraíso” o, si
quiera, ha facilitado cuantas gestiones de permisos y licencias hayan sido
necesarias para su filmación, todo ello enmarcado dentro de una campaña
publicitaria de la isla de Indonesia. En este aspecto, puede decirse que han triunfado.
El largometraje, aupado por la presencia en el cartel de dos megaestrellas de
Hollywood, se exhibirá en todo el mundo ofreciendo unas imágenes preciosas del
citado destino turístico y, desde luego, invita a visitar el lugar y a
disfrutar de sus bellezas naturales.
Ahora
bien, desde el punto de vista cinematográfico, la cinta deja bastante que
desear. La historia resulta totalmente previsible y, pese a la buena intención
del objetivo, su sentimentalismo edulcorado no combina bien con el tono
sarcástico de los diálogos iniciales. El guion se encuentra plagado de
situaciones fingidas, frases forzadas, personajes caricaturizados y chistes
postizos. Hasta las tomas falsas del final dejan ese regusto a artificial que
desactiva cualquier intento de valorarlas como recurso humorístico.
Se
trata de uno de esos proyectos puestos en marcha, más por el ánimo de diversión
de los actores y del equipo técnico, que por una intencionalidad artística o
narrativa. Pertenece a ese tipo de rodajes en los que todos los participantes
disfrutan y, ya de paso, ruedan algunas escenas que, pasadas por la sala de
montaje, sean susceptibles de conformar un estreno. Si, además de a Roberts y
Clooney encabezando el reparto, se añaden una serie de paisajes paradisíacos y
una hilera de secuencias pretendidamente graciosas, la recaudación está asegurada.
Eso sí, el resultado es decepcionante.
En
honor a la verdad, el film no provoca tantas risas, pero sí varios momentos
vergonzantes. Ante un argumento lineal y plano, su único gancho radica en las
panorámicas y en los intérpretes, insuficiente aportación para soportar los
apenas cien minutos de proyección, y constituye desde cualquier punto de vista
una mancha en el currículum de quienes intervienen en este título.
Una
pareja divorciada y muy mal avenida viaja a Bali para intentar evitar
conjuntamente que su joven hija se case con un chico que se dedica al cultivo
de algas. Ella, recién graduada en Derecho, está dispuesta a renunciar a un
brillante futuro profesional y optar por un vida más serena en la otra punta
del mundo. Con el paso de los días, el plan previsto por sus padres se va
complicando, hasta el punto de cuestionarse si, efectivamente, la decisión de
la novia es acertada o no y, sobre todo, si ellos deben entrometerse o han de
respetar su libertad de elección.
Me
consta que rodar una buena comedia es una tarea difícil y que conseguir las
sonrisas, las risas y las carcajadas del público se torna bastante más complejo
de lo que parece. Sin embargo, la simplicidad de esta propuesta, tal y como
sucede en Norteamérica con la práctica totalidad de muestras del género, roza
el ridículo. Y eso que, siempre que el guion esté a la altura, vale la pena
explorar y explotar la vis cómica George Clooney. Lástima que aquí no suceda.
Personalmente, siento respeto, incluso veneración por su trayectoria
profesional. Como director, me entusiasmó en “Los idus de marzo” y me agradó en
“Buenas noches y buena suerte”. De su faceta interpretativa destacan sus
actuaciones en “La tormenta perfecta”, “Syriana”, “Michael Clayton” o “Up in
the Air”. Se mueve con soltura en el humor, el drama y la acción. Ha triunfado
tanto en el medio televisivo como en la pantalla grande. Sin embargo, este
último experimento procede ser olvidado cuanto antes. Urge pasar página y
esperar su siguiente trabajo detrás de la cámara, “The Boys in the Boat”, junto
a Joel Edgerton.
En
cuanto a Julia Roberts, su carrera siempre se ha visto influenciada por el
megaéxito de “Pretty Woman”. Más de treinta años después, su algo caótica
filmografía reúne algunas obras de interés, como “Closer”, “Erin Brockovich” o
“La guerra de Charlie Wilson”. Ha concluido recientemente la filmación de “Leave
the World Behind”, acompañada por Ethan Hawke y Kevin Bacon. Corramos también
un tupido velo en cuanto a su intervención en “Viaje al paraíso”.
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