El
director neocelandés Taika Waititi posee un particular sentido del humor con el
que impregna sus películas. Su trabajo más celebrado, “Jojo Rabbit”, da buena
cuenta de ello. No sólo le valió para recibir el Oscar por su guion adaptado,
sino para dar a la comedia una vuelta de tuerca. Practicó idéntico toque
humorístico en la anterior entrega del héroe de la Marvel Thor (“Thor: Ragnarok”),
a la que ahora se añade “Thor: Love and Thunder”. En no pocas ocasiones resulta
difícil confirmar si esas pinceladas de sátira y gracia constituyen una
genialidad o un absurdo. En mi caso particular, puedo a lo sumo reconocer esa
habilidad para introducir la burla y la ironía con sentido en apenas un puñado
de secuencias. Sin embargo, para un largometraje que supera las dos horas de
duración y con una evidente carga de acción y aventuras, dichos toques
hilarantes suponen un bagaje insuficiente.
Lo
que resulta evidente es la ausencia de pretensión trascendental alguna. Waititi se ríe hasta de sí mismo y convierte en
irreverencia lo que otros cineastas tratarían como dogmas de culto. En ese
sentido, se agradece que no se tome en serio y que su film se alce como una
gran broma que, como tal, se debe de encajar. Una gran broma en la que todos
quieren participar, como ocurre con el célebre actor Matt Damon, cuya actuación
en forma de parodia ni siquiera figura en los títulos de crédito. El realizador
ha organizado una fiesta y permite que sus amigos se cuelen en ella para echar
unas risas.
De
hecho su protagonista, Chris Hemsworth, no se ha cansado de repetir durante el
período de promoción que “Thor: Love and Thunder es la película que haría un
niño de 7 años", circunstancia que reconoció el propio Waititi en otra entrevista,
al afirmar que planteó el rodaje “a partir del resultado de grupos focales
hechos a niños de seis años”, manifestando expresamente que "después de
seis meses en el set de grabación, te das cuenta de que fue divertido cuando se
grabó, pero no necesariamente tiene sentido incluirlo todo en la versión final
del largometraje".
Ellos
mismos han puesto el dedo en la llaga. Se trata de una cinta infantil. Tal vez
para algunas personas esta valoración no resulte criticable, pero a mi juicio afecta
de forma devastadora a esa parte de la cinta que aspira a ofrecer una narración
de acción y aventura. A menudo se cae en el ridículo y, cuando eso sucede, ya
no hay vuelta atrás, por más que determinadas escenas resulten ocurrentes o
graciosas.
El
Dios del Trueno ansía encontrar la paz interior, pero su tranquilidad se verá
interrumpida por un asesino galáctico conocido como Gorr el Carnicero, que
persigue la extinción de los dioses. Para hacer frente a esta amenaza, Thor
solicita ayuda, incluida la de su ex novia Jane Foster quien, para sorpresa del
héroe, empuña inexplicablemente su martillo mágico. Se embarcan en una
peripecia cósmica en la que tendrán que descubrir el misterio que esconde la
venganza del “Carnicero de Dioses” y detenerle antes de que sea demasiado
tarde.
Chris
Hemsworth da vida de nuevo al popular personaje de la Marvel, encarnándole ya
en nueve ocasiones, entre su propia saga y el resto de títulos asociados a “Los
Vengadores” y demás superhéroes. Cuenta con una filmografía marcada por interpretaciones
de tipos intrépidos y musculosos y, si bien aquí cumple su función, el
desenfoque marcado por el realizador difumina en cierta medida su labor
interpretativa.
Además
de quienes no aparecen oficialmente en los créditos, el resto del reparto se
completa con grandes estrellas, entre ellas Natalie Portman (ganadora de la
estatuilla dorada por “Cisne negro” e intérprete de varios títulos
imprescindibles del Séptimo Arte), Christian Bale (uno de los actores más
habilidosos y talentosos de su generación, también oscarizado por “The Fighter”)
y Russell Crowe (premiado con el mismo galardón por “Gladiator”, y figura
sobresaliente de finales de los noventa y principios del nuevo siglo). Les
acompañan Tessa Thompson (“Creed”, “Claroscuro”) y Chris Pratt (“Guardianes de
la galaxia”, “Jurassic World”). Como he manifestado en las líneas precedentes,
todos ellos han participado colectivamente de esta broma hecha película, cuya
versión original contiene asimismo las voces de Bradley Cooper, Vin Diesel y el
propio Taika Waititi.
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