Se
dice que la explicación al brusco giro en la carrera profesional de Liam Neeson
se halla en la repentina muerte de su mujer, la también actriz Natasha
Richardson, en 2009. Hasta aquel momento, el intérprete desarrollaba una
carrera que incluía títulos muy destacados. “La misión” de Roland Joffé,
“Sospechoso” de Peter Yates, “Maridos y mujeres” de Woody Allen, “La lista de
Schindler” de Steven Spielberg, “Michael Collins” de Neil Jordan, “Star Wars:
Episodio I - La amenaza fantasma” de George Lucas, “Love Actually” de Richard
Curtis o “Kinsey” de Bill Condon reflejaban una variada trayectoria y una
notable versatilidad para el drama y la comedia. También figuraban en su filmografía
películas de acción -“Batman Begins” de Christopher Nolan constituye una buena
muestra-, lo que evidenciaba su condición de actor versátil y capaz de afrontar
retos dispares con efectividad. Sin embargo, de un tiempo a esta parte se le
asocia a una clase de largometrajes de acción muy convencional, de los que se
olvidan pronto y no dejan ninguna huella.
Quien
iba a dar vida al “Lincoln” de Steven Spielberg terminó rechazando el papel para
satisfacción de Daniel Day-Lewis (que ganó su tercer Oscar gracias al
personaje) y a partir de entonces decidió superar el dolor interpretando a
individuos justicieros. Alargó “Venganza” hasta convertirla en trilogía y
comenzó a acumular participaciones en proyectos de mero entretenimiento y nula
repercusión artística. Ahora estrena “The Ice Road”, otra propuesta repetitiva
a imagen y semejanza de la reciente “Venganza bajo cero” lo que, francamente,
es una verdadera pena. Nadie duda de que su primera desgracia fue la muerte de su
esposa a consecuencia de un accidente de esquí. Pero la segunda ha sido su
pérdida como buen profesional de la interpretación, por dirigir su carrera de
forma errática hacia una espiral nada edificante de golpes, disparos y
persecuciones.
Un
grupo de mineros ha quedad atrapado en una remota mina de diamantes situada en
una lejana y helada región de Canadá.
Formando parte de un equipo contratado para salvarles, el experimentado
conductor de un vehículo quita-hielos emprende un rescate imposible, teniendo
que luchar contra una carretera de hielo, aguas que se están descongelando y demás
amenazas imprevisibles.
El
cineasta Jonathan Hensleigh asume las tareas de guion y dirección. “The Ice
Road” supone su tercera incursión en la gran pantalla, tras “The Punisher (El
castigador)” y “Matar al irlandés” y, por desgracia, se encuentra más cerca de
la primera que de la segunda. Como escritor sí posee una mayor experiencia, ya
que ha participado en los guiones de “Jungla de cristal: La venganza”, “Armageddon”
o “Next”, entre otras. En todo caso, reflejan perfectamente su estilo
particular y, en ese sentido, “The Ice Road” no desentona, si bien adolece de menor
calidad que el resto.
Laurence
Fishburne, habitual asimismo de este tipo de estrenos, acompaña a Neeson en el
reparto. El recordado Morpheus de la saga “Matrix” no lo es tanto por sus
actuaciones en "Cotton Club”, “El color púrpura”, “Los chicos del barrio”,
“Mystic River” o “Contagio”, habida cuenta que el gran público le asocia a
perfiles que llaman la atención de los espectadores más jóvenes. Junto a ellos
encontramos a Amber Midthunder (“Comanchería”) y Benjamin Walker (“En el
corazón del mar”).
Repasando
los planes de futuro anunciados por Liam Neeson, se comprueba que todos ellos
son thrillers de acción. A lo sumo, el único que despierta cierto interés es un
rodaje de Neil Jordan sobre el detective Philip Marlowe, figura asociada a Humphrey
Bogart que, al parecer, retomará el irlandés en 2022. No sé si algún día
recuperaremos su mejor versión. De momento, le acompañaremos en su duelo visionando
filmes que rebajan la temperatura del cine hasta la congelación, al menos para
quienes entendemos el Séptimo Arte como algo más que un entretenimiento
pasajero y prescindible una vez que nos levantamos de la butaca o del sillón.
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