Sin rodeos, “Blade Runner 2049” me ha gustado. Ya entré en la sala de cine con la intención de dejarme arrastrar por la estética oscura, la desoladora visión de futuro y la enorme carga melancólica que supone rendir homenaje a la cinta original. Además, a mi marcada predisposición a disfrutar con la película, se unió la innegable habilidad de Denis Villeneuve para embelesar en los aspectos visuales. No hizo falta mucho más. Me deleité con la recreación de ese porvenir devastado por la deriva incontrolada de seres humanos desnortados y huérfanos de autenticidad, mientras la soledad y el desconcierto de los protagonistas les impulsan a aferrarse a sus recuerdos y a su pasado. Todo el conjunto conforma una atmósfera absorbente que te atrapa: la lluvia permanente, los hologramas adornando las ciudades, el globo terráqueo asolado y el halo de artificialidad que envuelve cada rincón.
La secuela de este clásico imprescindible de la Historia del Séptimo Arte es, además de una loa a su predecesora, una constante reivindicación de la nostalgia como vía para afrontar un futuro halagüeño. Tanto comprobar los efectos del paso del tiempo sobre Harrison Ford como darse de bruces con el caos al que se dirige el planeta Tierra, invitan a mirar hacia atrás con añoranza y de modo inevitable.
Probablemente, quienes no hayan visto la cinta de Ridley Scott de 1982 se pierdan en el relato y naufraguen en sus sutilezas. Tal vez les suceda lo mismo a los puristas e incondicionales del mítico film, que si se empeñan en hacer comparaciones podrán completar una lista de notables defectos e inconvenientes. También yo prefiero la banda sonora original de Vangelis y el primer guion. Personalmente, hubiera recortado algo metraje en esta nueva versión. Y, sobre todo, considero que los anteriores personajes poseían mayor enjundia y complejidad. En definitiva, prefiero “Blade Runner” a “Blade Runner 2049”. Sin embargo, debo rendirme a la evidencia y alabar la calidad de la propuesta de Villeneuve, por su sugestivo trabajo artístico y su apreciable intensidad narrativa. Algunos de sus planos me parecen auténticas maravillas y varias de sus secuencias pueden calificarse de emblemáticas.
Confieso que fui uno de los millones de personas que se echaron las manos a la cabeza al enterarse de que la segunda parte de las aventuras de Rick Deckard y los replicantes desembarcarían de nuevo en la gran pantalla. De hecho, sigo sin entender la necesidad de abordar una iniciativa tan disparatada. Pero, tras apreciar el excelente trabajo de Roger Deakins como director de fotografía, valorar la plasmación contundente del desamparo de los protagonistas y aplaudir sin reparos la capacidad del cineasta canadiense para cautivar los ojos del público, he de situarme del lado de los defensores de este valiente trabajo.
Un cazador de replicantes conocido como Oficial K descubre en una de sus operaciones un secreto que podría cambiar el destino de la Humanidad. A medida que profundiza en él, comienza a cuestionarse su propia identidad e incluso su propia misión en el Departamento de Policía de Los Ángeles. La investigación le conducirá hasta Rick Deckard, antiguo Blade Runner retirado que no tiene ningunas ganas de que nadie le encuentre.
Ryan Gosling, actor de moda gracias a su participación en las sobresalientes “La, La Land”, “Drive” y “Los idus de marzo”, agranda su filmografía y su leyenda con este título que, a buen seguro, ocupará un hueco en el ámbito del cine de culto. La española Ana de Armas se enfrenta a un digno papel realizando una interesante actuación y, tras su intervención en la divertida “Juego de armas”, se asienta sólidamente en la complicada industria norteamericana. Referencias indispensables del filme de los ochenta (Harrison Ford, Edward James Olmos) y otros rostros populares (Jared Leto, Robin Wright) también forman parte del reparto.
Como reflexión final, y a pesar de lo acertado de su resultado, confío en que experimentos de este tipo dejen de emprenderse de ahora en adelante. Sobra, sin duda, la tercera parte de un icono que no tiene nada que mejorar y sobre el que tampoco cabe profundizar más.
Trailer en castellano
Trailer en versión original
Datos del film
Año: 2017
Duración: 163 min.
País: Estados Unidos
Director: Denis Villeneuve
Guion: Hampton Fancher, Michael Green (Historia: Hampton Fancher. Personajes: Philip K. Dick)
Música Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins
Reparto: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Jared Leto, Sylvia Hoeks, Robin Wright, Mackenzie Davis
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