Podría afirmarse con razón que en el universo cinematográfico existe un subgénero dedicado específicamente a los juicios. El magnetismo y fascinación que desprenden el ámbito de la Justicia y las personas que frecuentan el entorno de los Tribunales (jueces, abogados y fiscales) es una auténtica mina de la que extraer buenas ideas que se conviertan finalmente en películas interesantes. Desde “Vencedores o vencidos” a “12 hombres sin piedad”, “Acción civil”, “Algunos hombres buenos”, “Veredicto final”, “Anatomía de un asesinato”, “J.F.K.: Caso abierto”, “Justicia para todos” o “La caja de música”, la lista integrada por este particular tipo de cintas que tan bien conectan con el público mayoritario es prácticamente interminable. Incluso quienes nos dedicamos profesionalmente al Derecho y somos conscientes de la gran diferencia existente entre la realidad y la ficción, no podemos evitar sentirnos encandilados por el encanto que desprenden estos relatos centrados en la ley, la equidad, la verdad y su plasmación en forma de sentencias.
Sin embargo, no creo que “El juez” forme parte de esa relación integrada por las mejores producciones dedicadas al tema de referencia. De entrada, no cuenta con el realizador apropiado, ya que David Dobkin es un especialista de la comedia disparatada. En su filmografía figuran títulos como “Los rebeldes de Shangai”, “De boda en boda”, “Fred Claus” o “El cambiazo”, ejemplos de tramas cómicas y simplonas centradas, más que en un guión solvente, en una serie de gags efectistas. Por lo tanto, siendo éste el terreno que mejor pisa el joven cineasta norteamericano, su salto al drama ha puesto en evidencia unas carencias que le impiden llevar a cabo su tarea con éxito. Si a esta realidad se añade la concurrencia de un guión tramposo y una trama y unos personajes poco creíbles, el resultado no puede ser otro: un film fallido.
Cuenta la historia de un abogado que, al regresar a su hogar con ocasión de la muerte de su madre, se entera de que su padre -juez del pueblo y de quien está distanciado- es sospechoso de haber cometido un crimen. Su decisión de investigar el caso e, incluso, de encargarse de la defensa de su progenitor, le lleva a restablecer poco a poco con los suyos una relación que hasta entonces permanecía rota.
Las erradas mezclas del melodrama judicial con el familiar, del tono irónico con el solemne y del personaje gracioso con el serio, convierten a “El juez” en un film inconexo, desnortado y carente de credibilidad. La escena del interrogatorio en mitad del juicio, en la que padre e hijo (es decir, procesado y abogado defensor) intercambian sus respectivos reproches sentimentales, es buena muestra de ello. También lo son las primeras secuencias de la proyección, en las que se contrapone la imagen del torpe e inexperto letrado que asume inicialmente la defensa del acusado con la del habilidoso, cínico e implacable profesional que termina por hacerse cargo del caso. Estos recursos, más propios de un típico telefilm de sobremesa, no resultan adecuados ni aceptables para la gran pantalla. En consecuencia, la sensación de que esa extraña y curiosa amalgama que nos ofrece David Dobkin ni pega ni acaba de encajar.
El aspecto más destacado reside sin duda en un elenco de actores que, aunque se pierde en las trampas con las que el guion condena a sus respectivos personajes, se mantiene al mayor nivel, desde el ganador de un Oscar y seis veces nominado Robert Duvall al dos veces candidato al mismo galardón Robert Downey Jr, la también nominada Vera Farmiga y el igualmente ganador y tres veces aspirante Billy Bob Thornton. Aun así, al salir de la sala no pude evitar que me asaltara el siguiente pensamiento: ¡Cuánto talento desaprovechado”.
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Trailer en versión original
Datos del film
Título original: The judge.
Dirección: David Dobkin.
País: USA. Año: 2014. Duración: 141 min. Género: Drama.
Interpretación: Robert Downey Jr. (Hank Palmer), Robert Duvall (Joseph Palmer), Vera Farmiga (Samantha Powell), Billy Bob Thornton (Dwitght Dickham), Leighton Meester (Carla), Vincent D’Onofrio (Glen Palmer), Jeremy Strong (Dale Palmer), Dax Shepard (Kennedy), Sarah Lancaster.
Guion: Bill Dubuque y Nick Schenk.
Producción: Susan Downey, David Dobkin y David Gambino.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Montaje: Mark Livolsi.
Diseño de producción: Mark Ricker.
Vestuario: Marlene Stewart.