miércoles, 7 de octubre de 2009

EL SECRETO DE SUS OJOS

El realizador argentino Juan José Campanella se ha convertido en la última década en el máximo representante de la cinematografía sudamericana. Sin embargo, comenzó su carrera con un interesantísimo film titulado El niño que gritó puta, rodado íntegramente en inglés con producción y actores anglosajones y que ganó un premio en el festival de Valladolid de 1991. En él se abordaba el tema, tan de actualidad hoy en día, de los niños violentos que terminan por torturar a sus propios padres. De hecho, tuvieron que pasar muchos años para que comenzase a rodar en su país natal. En 1999 dirigió El mismo amor, la misma lluvia, en 2001 El hijo de la novia y en 2004 Luna de Avellaneda, tres largometrajes que en cierto modo componen una trilogía no oficial cuyos elementos comunes vale la pena resaltar. El primero de ellos es su asociación con el magistral actor Ricardo Darín, protagonista absoluto de dichos títulos y perfecto representante de un perfil humano en el que es difícil no reconocerse en alguna medida, aunque sea en aspectos secundarios. El segundo es una habilidad extraordinaria para compaginar comedia y drama con exquisita sensibilidad, logrando la carcajada del público o, como mínimo, una sonrisa en el mismo momento en el que su corazón está encogido por una situación dramática. El tercero es su especial genialidad a la hora de retratar a una generación que, en realidad, son muchas generaciones de individuos que, atrapados en sus ideales, se dan de bruces a diario con la cruda realidad.
El hijo de la novia es, sin duda, su mejor trabajo, no sólo por los reconocimientos obtenidos -que van desde la nominación al Oscar a numerosos galardones en festivales internacionales- sino porque cuenta con uno de los mejores guiones escritos en los últimos diez años. Diálogos brillantísimos, personajes interpretados a la perfección, maestra combinación entre la comedia y el drama, la convierten en una joya de obligada visión.
Tras su trayectoria televisiva como realizador de varios capítulos en series como Ley y orden, El guardián o House, nos presenta ahora El secreto de sus ojos, la historia de un antiguo trabajador en un juzgado de instrucción que, al prejubilarse, decide escribir una novela sobre unos acontecimientos acaecidos en su pasado laboral y que le han perseguido durante años en la memoria. Además de reunir los tres elementos comunes definidos anteriormente, El secreto de sus ojos supone una excelente mezcla de cine policiaco y drama romántico donde, con el trasfondo de un crimen horrendo, Campanella teoriza sobre el amor, una de sus señas de identidad más reconocidas. Así, contrapone el ideal romántico de sus personajes secundarios con la cruda realidad sentimental de sus protagonistas, salpicada de matrimonios fallidos o relaciones menores y expresa el desasosiego que les supone saber que no han alcanzado sus metas afectivas. Pero es que, además, no descuida el suspense de la trama delictiva en ningún momento, dotándole de un final sorprendente e intenso. En definitiva, gran película que continúa con la línea ascendente de un cineasta honesto e imprescindible.
Junto al mencionado Ricardo Darín intervienen los actores Soledad Villamil (su compañera en El mismo amor, la misma lluvia, también a las órdenes de Campanella), Guillermo Francella, Pablo Rago y Javier Godino, abordando todos ellos sus papeles de forma sobresaliente.

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