Siguiendo con la moda de adaptar para la gran pantalla los éxitos editoriales más relevantes, la industria cinematográfica norteamericana se ha fijado en esta ocasión en Cornelia Funke, escritora especializada en literatura infantil y juvenil nacida en Alemania en 1958. En el año 2004 publicó la obra Corazón de tinta, cuya historia prosiguió en otras dos entregas tituladas Sangre de tinta y Muerte de tinta, en 2005 y 2008 respectivamente. Pero la creación literaria de esta germana afincada en Los Ángeles no se detuvo en esta saga sino que se extendió a otros personajes que, aunque no han alcanzado la repercusión de ventas de la trilogía de Mundo de tinta, sí le han aupado a una destacada posición dentro del sector bibliográfico dedicado a los menores y, en consecuencia, a obtener una reconocimiento profesional más que notable. Son ya cuatro los libros editados sobre el personaje de Hugo el fantasma y cinco los que narran las aventuras de Las gallinas locas. Parece lógico que su traducción al lenguaje cinematográfico dependa en buena medida del éxito que obtenga en la taquilla esta primera adaptación.
El peculiar director londinense Iain Softley se ha hecho cargo de la realización. Debutó detrás de la cámara con una cinta musical titulada Backbeat, en la que se reflejaban los inicios de la legendaria banda The Beatles. Posteriormente dirigió el thriller Hackers (Piratas informáticos) protagonizado por Angelina Jolie y también ha sido el responsable de otros largometrajes de difícil clasificación como K-Pax, donde la pareja formada por Kevin Spacey –dando vida a un extraterrestre- y Jeff Bridges –en la piel de un psiquiatra que convierte al alien en objeto de estudio- trataron de salvar un proyecto que terminó resultando muy fallido. Pero fue en 1997 cuando rodó el que, indiscutiblemente, es su mejor trabajo, Las alas de la paloma, drama romántico de época en el que su actriz protagonista, la excéntrica Helena Bonham-Carter, firma su mejor interpretación hasta la fecha. La película recibió cuatro nominaciones a los Oscar, incluyendo las de mejor actriz y mejor guión y es una buena muestra de cómo combinar con acierto la descripción de los personajes con una trama muy interesante que, sumadas a su destacada ambientación y a una excelente banda sonora, la convierten en visión imprescindible para los amantes del género.
Ahora Softley cambia nuevamente de registro y aborda un tradicional film de aventuras fantásticas que tiene su origen en un mundo imaginario proveniente de un libro, en la línea de Harry Potter o Las Crónicas de Narnia. Conviene advertir que sólo los verdaderos entusiastas de este tipo de cine valorarán el producto en su justa medida ya que, de no ser así, puede resultar cansina y carente de alicientes. Corazón de tinta presenta la relación de un padre y una hija, grandes devotos de la lectura y, más concretamente, de leer en voz alta. Poseen un don especial, de tal manera que, cuando recitan, logran que uno de los personajes de su libro se traslade al mundo real y que una persona de ese mundo real se introduzca en el mundo imaginario del libro. Estos extraños poderes son los que finalmente terminan por desencadenar la intensa acción que desprende la propia narración.
El actor Brendan Fraser, un habitual del cine destinado a todos los públicos (George de la Jungla, La momia) es el protagonista principal. Le acompañan la siempre impecable Helen Mirren (Oscar a la mejor actriz por su recreación de la soberana británica Isabel II en La reina) y Paul Bettany (El Código Da Vinci, Una mente maravillosa). Como curiosidad, cabe mencionar que la excelente actriz Jennifer Connelly, esposa de Bettany, aparece en un breve cameo.
El peculiar director londinense Iain Softley se ha hecho cargo de la realización. Debutó detrás de la cámara con una cinta musical titulada Backbeat, en la que se reflejaban los inicios de la legendaria banda The Beatles. Posteriormente dirigió el thriller Hackers (Piratas informáticos) protagonizado por Angelina Jolie y también ha sido el responsable de otros largometrajes de difícil clasificación como K-Pax, donde la pareja formada por Kevin Spacey –dando vida a un extraterrestre- y Jeff Bridges –en la piel de un psiquiatra que convierte al alien en objeto de estudio- trataron de salvar un proyecto que terminó resultando muy fallido. Pero fue en 1997 cuando rodó el que, indiscutiblemente, es su mejor trabajo, Las alas de la paloma, drama romántico de época en el que su actriz protagonista, la excéntrica Helena Bonham-Carter, firma su mejor interpretación hasta la fecha. La película recibió cuatro nominaciones a los Oscar, incluyendo las de mejor actriz y mejor guión y es una buena muestra de cómo combinar con acierto la descripción de los personajes con una trama muy interesante que, sumadas a su destacada ambientación y a una excelente banda sonora, la convierten en visión imprescindible para los amantes del género.
Ahora Softley cambia nuevamente de registro y aborda un tradicional film de aventuras fantásticas que tiene su origen en un mundo imaginario proveniente de un libro, en la línea de Harry Potter o Las Crónicas de Narnia. Conviene advertir que sólo los verdaderos entusiastas de este tipo de cine valorarán el producto en su justa medida ya que, de no ser así, puede resultar cansina y carente de alicientes. Corazón de tinta presenta la relación de un padre y una hija, grandes devotos de la lectura y, más concretamente, de leer en voz alta. Poseen un don especial, de tal manera que, cuando recitan, logran que uno de los personajes de su libro se traslade al mundo real y que una persona de ese mundo real se introduzca en el mundo imaginario del libro. Estos extraños poderes son los que finalmente terminan por desencadenar la intensa acción que desprende la propia narración.
El actor Brendan Fraser, un habitual del cine destinado a todos los públicos (George de la Jungla, La momia) es el protagonista principal. Le acompañan la siempre impecable Helen Mirren (Oscar a la mejor actriz por su recreación de la soberana británica Isabel II en La reina) y Paul Bettany (El Código Da Vinci, Una mente maravillosa). Como curiosidad, cabe mencionar que la excelente actriz Jennifer Connelly, esposa de Bettany, aparece en un breve cameo.