viernes, 13 de junio de 2025

BALLERINA



De un tiempo a esta parte, el género de acción ha evolucionado hacia una suerte de musical, teniendo en cuenta el carácter excesivamente coreográfico de las escenas que incluyen luchas y peleas. Empezó representando un toque oriental, pero se ha expandido de tal manera que las patadas, puñetazos y disparos van acompañados en la actualidad de unos milimétricos movimientos corporales que, al menos en mi caso, relaciono más con un baile que con un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Se trata de una tendencia más o menos reciente, ya que no se hallan escenografías de este tipo en las filmografías de cineastas consagrados del género desde hace décadas, como por ejemplo John McTiernan.

Para valorar y asumir estas licencias artísticas, se torna imprescindible tener en cuenta sus incursiones en otras variantes como la ciencia ficción o la fantasía, lo que abre las puertas a la utilización de mayor número de recursos y a la ampliación de los límites asociados a la credibilidad. Dicho de otro modo, no existe comparación entre “Matrix” y “El contable”. Se podrá ejercer la libertad para rodar un largometraje u otro pero, una vez escogido el modelo, resulta esencial conocer sus limitaciones.

La saga de John Wick, protagonizada por Keanu Reeves, se compone de cuatro películas y hasta la fecha cuenta con una legión de fieles seguidores, incrementando en cada nueva entrega tanto los importes de realización como las respectivas recaudaciones. La primera costó veinte millones y obtuvo cerca de ochenta a nivel mundial, mientras que la última pasó de cien a cuatrocientos.   Su estética, muy visual y violenta, intenta combinar la sofisticación con cierto toque de vulgaridad, marcando un antes y un después en las secuencias con armas de fuego.  Ahora, como alternativa para continuar exprimiendo esta gallina de los huevos de oro y rentabilizar el mercado, se estrena un “spin off” del serial, pero encabezado por una figura femenina.

La presente producción entiende el divertimento como una desenfadada y disparatada forma de exageración, colocando al espectador ante un cúmulo de situaciones poco creíbles, si bien adornadas con un llamativo envoltorio. No cabe tomarse nada en serio sino, simplemente, dejarse llevar por las imágenes. Algunas propuestas pueden calificarse como sorprendentes y sin duda contienen partes entretenidas, pero no encajan en el género de acción que yo reconozco. Acoger de buen grado esos excesos visuales y esa exageración indisimulada se me hace muy cuesta arriba.   

Eve Macarro es una asesina entrenada desde su infancia por la Ruska Roma, la misma organización criminal encargada del adiestramiento de John Wick. La mujer intentará por todos los medios averiguar quién está detrás del asesinato de su padre. En su lucha por conocer la verdad, deberá atenerse a las normas de la Alta Mesa y, por supuesto, a las del Hotel Continental, donde descubrirá que existen secretos ocultos sobre su pasado.

Ana de Armas, actriz española de origen cubano que ya destaca profesionalmente en la industria norteamericana, encabeza el reparto. Tras participar en la divertida “Juego de armas”, su presencia sorprendió gratamente en “Blade Runner 2049”. Recibió una nominación al Globo de Oro por su papel en “Puñales por la espalda”, optó al Oscar gracias a su interpretación de Marilyn Monroe en “Blonde” y, además, ha sido “chica Bond” en “Sin tiempo para morir”.  No obstante, le convendría supervisar con mimo la elección de sus próximos proyectos. En “Ballerina” baila y se mueve con soltura y gracia.

Repite de nuevo Keanu Reeves encarnando a su mítico personaje de modo secundario. Les acompañan otros perfiles tan dispares como los de Anjelica Huston (“Los timadores”, “El honor de los Prizzi”), Gabriel Byrne (“Muerte entre las flores”, “Sospechosos habituales”) y Catalina Sandino Moreno (“El año más violento”, “María, llena eres de gracia”).




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