viernes, 12 de marzo de 2021

CENTINELA (Sentinelle)



Existen numerosas formas de rodar una mala película, pero probablemente una de las peores sea limitarse a recurrir a clichés muy desgastados y enlazarlos sin conexión coherente sobre una base de secuencias que recuerdan de un modo patente a otros largometrajes mejores. De ahí que el director francés Julien Leclercq demuestre en “Centinela” sus escasos recursos cinematográficos y su incapacidad para contar una historia, no ya creíble, sino simplemente consistente. El único anzuelo con el que pretende que piquen los espectadores es esa carnaza asociada al primario, primitivo y humano sentimiento de venganza. Cabe indicar que hasta la fecha han pasado por las carteleras centenares de cintas sobre violentas revanchas, reflejo de una justicia ancestral basada en el “ojo por ojo” y generadas ante la incapacidad del sistema policial y judicial. En este caso, sin embargo, ni la construcción de los personajes, ni la elaboración de la intriga, ni las tomas de acción, ni la ligazón del guion consiguen el más mínimo resultado digno de atención.

La cuestión no es tanto imputar una falta absoluta de credibilidad al relato (en el cine, en función del género del que se trate, los límites entre lo creíble y lo increíble pueden resultar amplios y difusos) como una ausencia plena de originalidad, una torpeza narrativa a la hora de cambiar de planos y una carencia total de atmósfera de suspense sobre la que sustentar el entretenimiento. Todo aquí desentona y presenta un tratamiento artificial, desde el uso de la cámara lenta en algunas tomas a la combinación del drama con la acción, pasando por la coreografía de las peleas. En ocasiones, el desenlace de las escenas y la suspensión temporal de la narración se tornan sonrojantes, y su constante referencia a otros títulos de superior calidad lo convierten en un proyecto fallido.

Después de participar en una traumática misión de combate en una zona de conflicto, una soldado regresa a su país natal para realizar funciones de control y vigilancia más rutinarias. En su intento de adaptarse a ese nuevo entorno, recurre a un peligroso hábito de ingesta de pastillas para controlar sus angustias y desorientaciones. Cuando, después de un encuentro fortuito en una discoteca, un magnate ruso ataca y deja en coma a su hermana, la militar iniciará su caza particular para acabar con el agresor.

La cinta se estrenó la pasada semana en Netflix y su único punto positivo estriba en la corta duración de apenas una hora y veinte minutos,  todo un milagro habida cuenta que ni siquiera reúne material para un cortometraje, si bien las plataformas casi monopolizan la actual actividad cinematográfica, por lo que propuestas como la de “Centinela” ocupan cada vez más espacio. Con un presupuesto muy reducido (seis millones de euros) en comparación con el coste medio de este tipo de producciones, se rentabilizará a buen seguro fuera de las salas de proyección, por lo que es previsible que repitan la fórmula en el futuro. Es una lástima, dado que existen infinitas vías de emplear mejor el dinero e, incluso, de perder el tiempo. Sea como fuere, quienes deseen dejarse llevar por la adrenalina que provocan los films sobre vendettas, encontrarán otras opciones muchísimo más recomendables.

La modelo y actriz Olga Kurylenko encabeza el reparto. Con una filmografía muy vinculada al género de acción, saltó a la fama gracias a su papel de Chica Bond en “Quantum of Solace” y ha intervenido también en “Oblivion”, junto a Tom Cruise, “La conspiración de noviembre”, en compañía de Pierce Brosnan, “Max Payne”, dando la réplica a Mark Wahlberg o “Hitman”, con Timothy Olyphant. No obstante, sus participaciones más relevantes van en otra dirección, como se demuestra en la obra coral “Paris, je t'aime”, en la excéntrica “Siete psicópatas” o en la celebrada “La muerte de Stalin”. Esta actuación en nada le ayudará a reconducir su ya de por sí irregular trayectoria profesional. Le acompañan una serie de intérpretes desconocidos para el gran público, que tampoco pueden evitar el desastre de este centinela que se ha dormido por completo.



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