“Sicario”, estrenada en 2015, es una gran película. Más allá de sus reconocimientos en premios y festivales (entre ellos, tres nominaciones a los Oscar y otros tres a los BAFTA británicos) se trata de una propuesta sólida, contundente, con una carga visual, una intensidad narrativa y una corrección interpretativa muy destacadas. Con el solvente cineasta Denis Villeneuve en la dirección, se convirtió en una de las propuestas revelación de aquel año y, sin duda, en el film de acción de la temporada. La llegada a las carteleras su segunda parte, “Sicario: El día del soldado” y el elevado listón de su predecesora, unido a algunas bajas importantes dentro el equipo, auguraba cierto declive que, finalmente, no ha resultado en exceso pronunciado, puesto que mantiene gran parte de los méritos de aquella otra cinta estrenada hace tres años.
Ahora bien, todo lo destacado de “Sicario: El día del soldado” ha sido heredado de “Sicario” o es, directamente, una copia. Se aprovecha del buen sabor de boca que dejó la anterior entrega y que todavía perdura, de modo que muchos espectadores ya entran en la sala de proyección con una adecuada predisposición. Incluso algunos de sus planos son una reiteración otros vistos ya en su momento, tanto en lo que se refiere a la estética como al ritmo y el encuadre. No tengo muy claro si considerar esta estrategia como un acierto o un error, pero lo cierto es que, gracias a ella, esta nueva propuesta funciona. Es más, cuando se da una vuelta de tuerca es cuando resulta más patente que se trata de una obra a la sombra de otra superior. Es más violenta e incluso más oscura, pero no por ello mejora el trabajo de Villeneuve.
El italiano Stefano Sollima, responsable de series televisivas tan contundentes como “Gomorra” o “Roma criminal”, corre a cargo de la dirección. Es evidente que conoce las técnicas del thriller y la acción, por lo que el resultado no desentonará ni tampoco decepcionará a los fieles aficionados al género. No obstante, yo sigo prefiriendo el título de 2015.
El agente de la CIA Matt Graver vuelve a aliarse con Alejandro, un hombre al margen de convencionalismos y que no teme luchar contra los criminales más terribles utilizando las técnicas más efectivas. Eso es justamente lo que necesitan cuando los dos se encuentran luchando contra los cárteles de la droga en la frontera entre México y Estados Unidos y se percatan de peligrosas alianzas entre narcos y terroristas, lo que hará todavía más cruenta y devastadora la pugna entre ambos bandos.
En esta ocasión se echan de menos el acertado sentido artístico de Villeneuve y el personaje que, interpretado por Emily Blunt, aportaba equilibrio en semejante cóctel de delincuencia extrema. Pese a todo, conserva un grado suficiente de entretenimiento para enganchar, aunque considero que su afán por magnificar la violencia para hacer evolucionar la historia le termina perjudicando, aunque nunca cae en el absurdo ni en la desproporción desmesurada.
Los actores Josh Brolin y Benicio del Toro llevan sobre sus espaldas el peso del largometraje. El primero mantiene la talla de sus anteriores actuaciones. Sus papeles en “Gangster Squad. Brigada de élite”, “American Gangster” o “No es país para viejos” constituyen bagaje de sobra para construir un sólido perfil. Lo de Benicio del Toro, sin embargo, es punto y aparte. Su habilidad para lanzar esa mirada de loco peligroso al mismo tiempo que una media sonrisa de pícaro irónico desconcierta e hipnotiza al espectador más versado en villanos y héroes. Su Oscar por “Traffic” y sus participaciones en cintas como “21 gramos”, “Sospechosos habituales” y la propia “Sicario” le hacen merecedor de subir al podio de los actores más sugestivos, como hiciera John Malkovich en sus mejores tiempos. Les acompañan en el reparto Catherine Keener (“La intérprete”, “Déjame salir”) y Matthew Modine (“Vidas cruzadas”, “La chaqueta metálica”).
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Datos del film
Año: 2018
Duración: 122 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Stefano Sollima
Guion: Taylor Sheridan
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Benicio del Toro, Josh Brolin, Matthew Modine, Catherine Keener