Oliver Stone es un referente indiscutible de la industria cinematográfica de los años ochenta y noventa. Su cine, pleno de intensidad, osadía y rebeldía, ha marcado una época. Dicha filmografía -compuesta por películas notables (“Salvador”, “Wall Street”), obras sobresalientes (“Platoon”, “Nacido el 4 de julio”) y alguna obra maestra (“J.F.K. Caso abierto”)- le catapultó al Olimpo de los directores más emblemáticos y venerados. Ganador de tres Oscars y cinco Globos de Oro y reconocido en los festivales de Venecia y Berlín, parecía destinado a unir su nombre al de magnos maestros como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o Steven Spielberg. Sin embargo, con la llegada del nuevo milenio y por alguna extraña razón, sus proyectos comenzaron a perder la energía, originalidad y vitalidad de antaño, evidenciando un sorprendente declive creativo. Títulos como “Alejandro Magno” o “World Trade Center” resultaron claramente decepcionantes, mientras que otros como “W”, “Wall Street 2: El dinero nunca duerme” o “Salvajes” tampoco se acercaban al nivel elevado de sus primeras obras.
Ahora estrena “Snowden”, la historia del ya famoso consultor tecnológico estadounidense, antiguo empleado de la CIA y de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) que, en junio de 2013, hizo públicos a través de los periódicos The Guardian y The Washington Post unos documentos clasificados de “alto secreto” sobre varios programas de la NSA, incluidos los programas de vigilancia masiva. Parece que Oliver Stone recupera aquí parte de su capacidad reivindicativa para demostrar que sigue siendo ese cineasta rebelde y crítico con las corrientes políticas mayoritarias de Estados Unidos. No obstante, y aunque haya reconquistado parte de su creatividad combativa, continúa alejado de aquella particular habilidad para plasmarla visualmente de forma reflexiva y, a la par, entretenida.
Basada en los célebres acontecimientos vividos por el joven espía norteamericano que se narran en el libro "The Snowden Files: The Inside Story of the World's Most Wanted Man", de Luke Harding, y en otro relato de su abogado ruso Anatoly Kucherena, se trata de una especie de fiel documental sobre aquellos hechos que saltaron a las primeras planas de los medios informativos y cuyo final todavía no se vislumbra. De hecho, es preferible para ello visionar “Citizenfour”, Oscar 2015 al mejor documental, considerado como una alerta reveladora, brillante y descorazonadora de la actual situación del universo de las comunicaciones. “Snowden” tal vez enganchará a los espectadores más proclives a las tramas políticas y a las intrigas rigurosas que, aunque muestran secuencias auténticas y creíbles, coquetean con el aburrimiento. En esta ocasión, además, la capacidad de sorpresa es mínima, por lo que, si su principal objetivo no era entretener sino concienciar, “Citizenfour” ya lo había conseguido antes y con más éxito.
Sin la rabia del mejor Stone y carente de un guion electrizante, la proyección deja una sensación tibia, de una corrección ausente del brío propio del realizador neoyorkino. Aun así, merece ser vista por los aficionados a los complots y a las miserias del mundo contemporáneo (si no como experiencia cinematográfica, sí como bofetada para despertar de ese sueño ilusorio de libertad y autodominio que puede llegar a albergar cualquier ciudadano corriente).
Su protagonista es Joseph Gordon-Levitt (“500 días juntos”, “Looper”, “Origen”), al que acompañan otros actores tan conocidos como Nicholas Cage (Oscar por “Leaving Las Vegas”), Melissa Leo (estatuilla dorada por “The Fighter”), Zachary Quinto (el Mr. Spock de la nueva saga de “Star Trek”) o Shailene Woodley (“Los descendientes”, “Bajo la misma estrella”).
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Datos del film
Dirección: Oliver Stone.
País: USA. Año: 2016. Género: Drama, thriller.
Interpretación: Joseph Gordon-Levitt (Edward Snowden), Shailene Woodley, Scott Eastwood, Zachary Quinto, Tom Wilkinson, Melissa Leo, Nicolas Cage, Ben Schnetzer, Rhys Ifans, Timothy Olyphant.
Guion: Oliver Stone y Kieran Fitzgerald; basado en los libros “The Snowden Files” y “Time of the Octopus”.
Música: Craig Armstrong y Adam Peters.
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