martes, 23 de diciembre de 2014

MICHAEL CURTIZ

El director Michael Curtiz, cuyo nombre original era Manó Kertész Kaminer, nació en Budapest el 24 de diciembre de 1886 y falleció en Hollywood el 10 de abril de 1962.
Fue uno de los realizadores más prolíficos y polifacéticos de la Historia del Séptimo Arte (rodó 167 películas a lo largo de una notable carrera de cincuenta años, en la que cultivó todos los géneros) y supo imprimir un gran ritmo y vitalidad a sus obras.
Nominado al Oscar en cinco ocasiones, por "El Capitán Blood" (1935), "Four Daughters" (1938), "Ángeles con caras sucias" (1938), "Yanqui Dandy" (1942) y la inolvidable "Casablanca" (1942), fue ésta la que finalmente le otorgó la estatuilla dorada. También cosechó  buenas críticas por un destacado título del cine negro: "Alma en suplicio" (1945). 
Estudió en la Universidad Markoszy y en la Royal Academy of Theater and Art de su ciudad natal, antes de comenzar una carrera como actor y director sobre las tablas, primero en el Teatro Nacional de Hungría y después como asistente de dirección en Copenhage, hasta que en 1912 debutó como realizador en su país con el drama mudo "Ma és holnap", que firmó con el pseudónimo de Kertész Mihály.
Siguió rodando en su tierra natal durante muchos años, hasta el final de la I Guerra Mundial. En 1919, tras la derrota del Imperio, su lugar de residencia se convirtió en la República Soviética Húngara, bajo influencia de la URSS. Por estos cambios políticos radicales y totalitaristas, el cineasta se vio obligado a huir, dejando inacabada "Liliom", adaptación de una obra teatral sobre un joven que trabajaba en una feria y que, posteriormente, versionarían sus colegas Frank Borzage y Fritz Lang. 
Se estableció en Viena y comenzó a trabajar para Sascha Film, potente productora de gran éxito en Europa, donde filmó algunas superproducciones bíblicas como "Sodom und Gomorrha" y "La reina esclava", en torno al romance de un príncipe egipcio con una joven hebrea. El film se estrenó con gran éxito en Estados Unidos, donde apasionó al legendario productor Jack Warner, que decidió ofrecerle un sustancioso contrato.
En 1935 intentó emular el éxito de "Rebelión a bordo" rodando un film de aventuras marítimas en la misma línea titulado "El Capitán Blood", adaptación de una novela del especialista en el género Rafael Sabatini, protagonizada por Errol Flynn, con el que luego rodaría otros títulos, como "Dodge, ciudad sin ley" (1939), "La vida privada de Elizabeth y Essex" (1939) –con una brillante Bette Davis– y "Camino de Santa Fe", con Olivia de Havilland (1940). 
Su trabajo más importante fue, sin duda alguna,  "Casablanca" (1942), adaptación de la obra teatral "Eveybody's Comes to Rick", de Joan Alison y Murray Burnett, que su amigo Hal B. Wallis le encargó por casualidad. Wallis había pensado en primer lugar en William Wyler, pero éste no se encontraba disponible por aquel entonces. De hecho, pensaba que no iba a obtener un gran éxito pero, aun así, le pidió a Curtiz que la rodara. El estudio anunció como protagonistas iniciales a Ann Sheridan y Ronald Reagan, pero finalmente se escogió a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.
El rodaje fue un caos, sobre todo porque comenzó sin que el guión estuviera acabado. Los hermanos Julius J. y Philip G. Epstein tuvieron lista su parte a tiempo, pero el libreto que correspondía a Howard Koch se retrasó varias semanas. Los tres no coincidieron nunca en la misma habitación y, además, fueron realizando cambios progresivamente. 
La cinta obtuvo tres Oscar -mejores película, guión adaptado y dirección- y supuso el reconocimiento definitivo de la Academia hacia Curtiz. Y, aunque destacaba claramente en el cine de aventuras, como demostró con las citadas películas de Errol Flynn y en otras como "El lobo de mar" (1941), adaptación de la novela de Jack London, con Edward G. Robinson, supo asimismo moverse como pez en el agua por los más diversos géneros, como el western ("Los comancheros"), el biopic ("El trompetista", "The Story of Will Rogers", "Francisco de Asís"), el drama romántico ("Flamingo Road", "Alma en suplicio"), el histórico ("Sinuhé, el egipcio"), el de gángsters ("Ángeles con caras sucias"), el musical ("The Jazz Singer") y hasta, ocasionalmente, la comedia ("No somos ángeles"). 
El 10 de abril de 1962 falleció a consecuencia de un cáncer. Tras cinco décadas en activo, el prolífico cineasta murió 'con las botas puestas', pues dejó pendiente de estreno "Los comancheros", protagonizada por John Wayne.


Escena de la película "Casablanca"





Escena de la película "Alma en suplicio"




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