jueves, 9 de febrero de 2012

MONEYBALL: ROMPIENDO LAS REGLAS (Moneyball)



Aaron Sorkin y Steven Zaillian son, probablemente, los guionistas más aclamados de la actual industria cinematográfica. El primero ha escrito los guiones de Algunos hombres buenos, La guerra de Charlie Wilson o La red social, por el que ganó un Oscar. Asimismo, ha sido el responsable de algunas series televisivas como El ala oeste de la Casa Blanca o Studio 60. El segundo ha participado en títulos como La lista de Schindler –que también le reportó el premio de la Academia de Hollywood-, American Gangster, Acción civil o En busca de Bobby Fischer, cinta que además dirigió. El hecho de que ambos se unieran para realizar la adaptación a la gran pantalla del libro de Michael Lewis tan sólo hacía presagiar que el fruto de esa colaboración merecería la pena. Con Bennett Miller tras la cámara – ya había debutado en la dirección hace varios años con el film Truman Capote-, Moneyball ha sido toda una revelación en el mercado anglosajón. Entre sus varios reconocimientos, destacan seis nominaciones a las estatuillas doradas, incluidas las categorías de mejor película, actor, actor secundario y, cómo no, guion adaptado, cuatro a los Globos de Oro, tres a los BAFTA británicos y diversos premios de Asociaciones de Críticos como las de Washington, Toronto, San Diego o Nueva York, donde los dos escritores siempre terminaron por recoger su recompensa. De todas formas, yo no comparto el aluvión de galardones y reconocimientos que está cosechando este largometraje ya que, en mi opinión, y aunque no pueda calificarse como malo (que, obviamente, no lo es) no tendría que ser seleccionado para optar a ellos.
¿Cuáles son las virtudes de la película? Está bien interpretada, cuenta con algunas secuencias de comicidad muy acusada (aunque, curiosamente, en los Globos de Oro competía en los apartados de drama, no de comedia) y posee algunas escenas cuyos diálogos ingeniosos reflejan buena parte de las miserias y bondades humanas. ¿Cuáles son sus puntos débiles? El nivel de genialidad del guion no se mantiene durante todo el metraje (que resulta demasiado largo), intercala demasiadas secuencias de béisbol y excesivas referencias al lenguaje propio de un deporte que, como no domines, no logras entender y, por tanto, pierde interés.
En términos generales, Moneyball es un buen trabajo pero ni alcanza el sobresaliente ni está a la altura de los mejores del año. Supongo que la estrecha vinculación del público norteamericano con esta especialidad deportiva ha ayudado a que sea más aplaudida en su país que en el resto. Y es que, aunque en el fondo trate temas universales, el bate, el guante y la pelota lo inundan todo. Para explicarlo con un ejemplo, Million Dollar Baby de Clint Eastwood o Ali de Michael Mann pueden gustar más a un espectador al que no le agrade el boxeo que a quien vea Moneyball sin tener afición por el béisbol porque, a diferencia de ésta última, el eje central de las dos primeras se sitúa en los personajes y en la recreación narrativa, siendo el ring algo accesorio o secundario. Se trata de una diferencia muy sustancial.

4 comentarios:

David Cotos dijo...

Sabes Gerardo, a pesar de todo veo que Bradd Pitt hace esfuerzos (ya desde hace tiempo) por lograr una actuación mejor. Si sigue así va por buen camino. Que persista.

Gerardo Pérez Sánchez dijo...

Sí, desde luego la interpretación de Brad Pitt es muy buena, aunque creo que saca lo mejor de él cuando recrea una escena cómica. Hay algunas muy divertidas en Moneyball.

Guti_BonillaJC dijo...

Sin duda has dado en el clavo Gerardo... estoy totalmente de acuerdo es un buen trabajo pero ni alcanza el sobresaliente ni está a la altura de los mejores del año. Saludos!

Gerardo Pérez Sánchez dijo...

Creo que es normal que el film funcionase más en norteamérica donde la cultura de beisbol está más consagrada. Lo mejor son los actores y algunas escenas en donde la comicidad hace que sea de visión agradable, pero sorprende ver la cantidad de reconocimientos que ha recibido a modo de premios y nominaciones.