viernes, 30 de junio de 2017

UN DON EXCEPCIONAL (Gifted)

Es Marc Webb un interesante cineasta que se ha atrevido con la comedia romántica, con el melodrama e, incluso, con el género de acción. Personalmente, elogio su capacidad para combinar con acierto la alegría, el drama y la reflexión. En ese sentido, su película “(500) días juntos” constituye su mejor trabajo hasta la fecha y ejemplifica a la perfección esa habilidad para alternar situaciones emotivas y conmovedoras con dosis de crítica irreverente y desenfadado sentido del humor. Este título se suma a otros que, de la mano de realizadores como Jason Reitman, John Carney y Alexander Payne, configuran lo que yo entiendo por comedias de calidad, concepto no compartido por muchos, pero con el que me identifico plenamente. 
Estrena ahora “Un don excepcional”, retorno a su peculiar estilo tras el paréntesis abierto con sus dos aportaciones al universo de los superhéroes: “The Amazing Spider-Man” y su continuación. En esta ocasión se introduce de lleno en el pantanoso terreno del cine familiar, con una niña como protagonista de secuencias enternecedoras sobre un trasfondo de peleas por su custodia. Y digo “pantanoso” porque el riesgo de caer en el convencionalismo cursi, aderezando cualquier escena con planos edulcorados, es más que evidente. La táctica de intentar ganarse al público tocando su corazón con problemas infantiles y disputas domésticas puede resultar un vía de manipulación a la hora de construir un largometraje. 
De hecho, Webb se deja arrastrar por esa tentación durante buena parte del metraje, rodando una suerte de sensiblero telefilm de sobremesa de fin de semana. Sin embargo, su virtud para introducir una comicidad selecta y unos diálogos audaces sale en su rescate. Si a ello añadimos unas más que correctas interpretaciones, nos enfrentamos a un proyecto nada corriente. 
Un hombre soltero y de vida algo desordenada está criando a una sobrina de siete años con unas extraordinarias dotes para las Matemáticas, cuya madre (a la que una serie de problemas personales abocaron al suicidio) era un genio en esa rama científica. Mientras el tío intenta que la pequeña lleve una vida normal acorde con su edad, su abuela materna está obsesionada con potenciar las cualidades de su nieta superdotada, lo que dará lugar a una batalla legal por la custodia de la menor, removiéndole un pasado hiriente y colocándola ante situaciones difíciles. 
Contar una historia sencilla, con personas de carne y hueso como protagonistas, y sin situaciones intensas ni efectos especiales en las que apoyarse, resulta cada vez más complicado a día de hoy. Los espectadores actuales no están acostumbrados a contemplar tramas simples y comunes como hilos conductores de los estrenos cinematográficos, de modo que este título sólo gustará a los amantes de los relatos afables y sencillos. Cabe indicar como puntos débiles el tramo de la proyección dedicado al juicio, la etiqueta de obra menor que le sobrevuela constantemente y el carácter quebradizo de algunas partes del guion. Sin embargo, también posee méritos destacables, siendo el más relevante de ellos su capacidad (si no constante, al menos intermitente) de conmover, divertir y entretener. Se ayuda para ello de unas actuaciones honestas y de un repertorio de frases brillantes. El resultado final destila, pues, cierto encanto. 
Integran el equipo artístico el actor Chris Evans, famoso por sus intervenciones en dos entregas de la saga de acción “Los cuatro fantásticos”, tres de “Capitán América” y otras tres de “Los vengadores”, pero asimismo con tendencia al melodrama personal. De hecho, su única incursión en la dirección (“Antes de que te vayas”) es una propuesta muy digna. Mckenna Grace (vista recientemente en “Independence Day: Contraataque”) da vida a la jovencísima Mary. Les acompañan Octavia Spencer (Oscar a la mejor actriz secundaria por “Criadas y señoras”) y Lindsay Duncan (“Una cuestión de tiempo”, “Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia”).

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film

Título original: Gifted
Año: 2017
Duración: 101 min.
País: Estados Unidos
Director: Marc Webb
Guion: Tom Flynn
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Stuart Dryburgh
Reparto: Chris Evans, Jenny Slate, Octavia Spencer, Lindsay Duncan, Mckenna Grace, Keir O'Donnell, John Finn, Kelly Collins Lintz, Joe Chrest, Scott Christopher Kelly, Cameron Mills, Jeremy Ambler, Candace B. Harris, Jona Xiao, Michael Kendall Kaplan

martes, 27 de junio de 2017

JOHN CUSACK

John Cusack nació en Illinois el 28 de junio de 1966. Actor y guionista de cine y televisión, ha sido nominado a los Globos de Oro, a los BAFTA británicos y a los Premios del Sindicato de Actores.

Tanto su padre, Dick, como sus hermanos Ann, Bill, Joan y Susie se han dedicado profesionalmente a la interpretación. Su madre, Nancy, es profesora de matemáticas jubilada y activista política. 

Debutó en la pantalla grande con el largometraje  “Class” (1983), dirigido por Lewis John Carlino y protagonizado por Rob Lowe, Andrew McCarthy y Jacqueline Bisset. Tras intervenir en “Dieciséis velas” (1984), de John Hughes, logró su primer papel principal en “Juegos de amor en la Universidad” (1985), de Rob Reiner, con quien repitió en la adaptación de Stephen King “Cuenta conmigo” (1986). Otros títulos de los ochenta en los que participó fueron “Un verano loco” (1986), de Savage Steve Holland, “Persecución muy, muy caliente” (1987), de Steven Lisberger y “Creadores de sombras” (1989), de Roland Joffé , junto a Paul Newman. 

En la década posterior colaboró con Stephen Frears en “Los timadores” (1990), compartiendo créditos con Annette Bening y Anjelica Huston. Figuró en “Sombras y niebla” (1992) y “Balas sobre Broadway” (1995), realizadas ambas por Woody Allen, y protagonizó “Medianoche en el jardín del bien y del mal” (1997), de Clint Eastwood. Le siguieron “Con Air” (1997), de Simon West, “La delgada línea roja” (1998), de Terrence Malick y “Cómo ser John Malkovich” (1999), ópera prima de Spike Jonze. 

Tras su primer guión para “Un asesino algo especial” (1997), repitió como escritor compartiendo tarea con D.V. DeVincentis, Steve Pink y Scott Rosenberg, al adaptar la novela de Nick Hornby “Alta fidelidad” (2000). Por esta última película, a las órdenes de Stephen Frears, recibió su primera nominación a los Globos de Oro. 

Con posterioridad, actuó en “La pareja del año” (2001), una comedia romántica de Joe Roth, con Julia Roberts, Catherine Zeta-Jones y Billy Cristal en el reparto,  “Serendipity” (2001), de Peter Chelsom, y “El jurado” (2003), thriller de Gary Fleder. Mikael Hafstrom le dirigió en “1408” (2007), film de terror en el que estuvo acompañado por Samuel L. Jackson. En “La vida sin Grace” (2007) trató de superar la pérdida de su mujer, una militar fallecida en Iraq, y en la profecía apocalíptica “2012” (2009) se puso en manos de Roland Emmerich. Uno de sus últimos títulos destacados ha sido “El mayordomo” (2013), de Lee Daniels.

Escena de "Alta fidelidad"



Escena de "Cómo ser John Malkovich"



viernes, 23 de junio de 2017

WONDER WOMAN


Si “Wonder Woman” se hubiese estrenado hace algunos años (cuando todavía yo no me encontraba tan empachado de cintas de superhéroes), estoy seguro de que me hubiera gustado mucho más. Y es que la proliferación de adaptaciones de cómics a la gran pantalla ha sido tal que me ha terminado por saturar. La sobredosis de títulos me ha conducido al agotamiento ante este tipo de propuestas, de modo que me senté en la butaca con el hartazgo puesto y la predisposición en contra. Sin embargo, me encontré con un largometraje notable en lo técnico, correcto en lo narrativo y honesto en su intención de compaginar la esencia del personaje con la acción y la atracción visual. En comparación con otros referentes del género, su protagonista no posee tanta enjundia ni presenta conflictos internos o tormentos vitales de importancia. Además, aquí la eterna lucha entre el bien y el mal resulta mucho menos compleja. Puede que sea ese retorno a la sencillez, esa tendencia a la aventura por la aventura, ese estilo a medio camino entre lo ingenuo y lo clásico, lo que le proporcione al conjunto de la obra la virtud de revisar un subgénero que, tras demasiados años de excesos, debería pararse a reflexionar sobre su futuro en el Séptimo Arte. 
Evidentemente, “Wonder Woman” es un film sólo apto para los aficionados al cómic. A quienes busquen historias ligadas a la realidad y que no dejen margen la fantasía, esta opción les parecerá insufrible. Por el contrario, todos aquellos que disfruten con las hazañas, los superpoderes y las leyendas, y se dejen llevar por la imaginación al servicio de la confrontación como vía para comprender la naturaleza de las cosas, pasarán dos horas entretenidas. 
Patty Jenkins, que debutó en la dirección con “Monster” (por cuyo personaje protagonista Charlize Theron obtuvo el Oscar a la mejor actriz principal) se encarga de la realización. Habían pasado casi quince años sin que esta cineasta estrenara un nuevo trabajo pero, pese a ello, ha conseguido abordar con solvencia y acierto un proyecto tan complejo como éste. 
En una paradisíaca isla tropical, una princesa amazona ha sido entrenada para convertirse en una invencible guerrera. Aun así, se mantiene en el islote protegida de los peligros del mundo exterior. Todo cambia cuando un piloto estadounidense se estrella allí por accidente. El soldado le contará a la niña la existencia de un conflicto masivo allende su territorio, de una guerra mundial. Será entonces cuando tomará la decisión de abandonar su hogar con el objetivo de salvar a la Humanidad. Dotada de unos poderes extraordinarios, la inocente e idealista luchadora se transformará en la principal emisaria de paz de una civilización que se desmorona. 
El resultado final, sin duda, es satisfactorio. Mucho mejor de lo esperado. Puro entretenimiento que respeta la raíz de ese universo prestado por los tebeos. Tal vez le sobren minutos de metraje. Quizá peque de falta de valentía a la hora de perfilar los papeles protagonistas. Es posible que la oferta no sea novedosa. Pero todos esas objeciones son perdonables frente al resto de sus aciertos, y la verdad es que sobresale por encima de otros títulos de temática similar. 
No es la primera vez que la actriz israelí Gal Gadot da vida a esta heroína. En “Batman vs Superman: El amanecer de la Justicia” ya se puso en la piel de “Wonder Woman” y se prevén dos títulos más de la saga de “La Liga de la Justicia” repitiendo el mismo personaje. Mucho me temo que se encasillará y cometerá el error de no explorar otras alternativas profesionales. Si a ello se suman sus cuatro apariciones en “Fast & Furious”, la deriva de su carrera parece tan evidente como poco propicia para descubrir su auténtico potencial. Le acompañan en el reparto Chris Pine (“Comanchería”, “Star Trek”), Connie Nielsen (“Gladiator”, “Pactar con el diablo”) y Robin Wright (“Forrest Gump”, “La princesa prometida”).

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Datos del film
Título original: Wonder Woman
Año: 2017
Duración: 141 min.
País: Estados Unidos
Directora: Patty Jenkins
Guion: Allan Heinberg (Historia: Zack Snyder, Allan Heinberg, Jason Fuchs; Personajes: William M. Marston)
Música: Rupert Gregson-Williams
Fotografía: Matthew Jensen
Reparto: Gal Gadot, Chris Pine, Robin Wright, Connie Nielsen, David Thewlis, Elena Anaya, Lucy Davis, Danny Huston, Ewen Bremner, Samantha Jo, Saïd Taghmaoui, Lisa Loven Kongsli, Florence Kasumba, Mayling Ng, Emily Carey, Doutzen Kroes

martes, 20 de junio de 2017

JULIETTE LEWIS

Juliette Lewis nació en la ciudad californiana de Los Ángeles el 21 de junio de 1973. Actriz y cantante estadounidense, comenzó su carrera en el medio televisivo, actuando en la exitosa  "Aquellos maravillosos años" (The Wonder Years). A los catorce años obtuvo un papel en la serie cómica "I Married Donna". Dio el salto a la gran pantalla en 1988, integrando el reparto de "Mi novia es una extraterrestre", de Richard Benjamin,  junto a Kim Basinger y Dan Aykroyd. 

Durante la primera mitad de la década de los noventa disfrutó de sus mayores éxitos y reconocimientos. Participó en "El cabo del miedo" (1991), de Martin Scorsese, por cuya interpretación logró sendas nominaciones a los Oscar y a los Globos de Oro en la categoría de mejor actriz de reparto. Al año siguiente intervino en "Maridos y mujeres", de Woody Allen. En 1993 protagonizó el film de Dominic Sena "Kalifornia", junto a Brad Pitt y participó en la cinta "¿A quién ama Gilbert Grape?", de Lasse Hallström. En 1994 rodó a las órdenes de Oliver Stone"Asesinos natos". En 1995 estrenó dos largometrajes: "Diario de un rebelde", de Scott Kalvert y "Días extraños", de Kathryn Bigelow. En 1996 la dirigió Robert Rodríguez en "Abierto hasta el amanecer". 

Después de ese fulgurante comienzo, su carrera se estancó y no siguió la proyección esperada. De esta etapa son "La fuerza del cariño, la historia continúa (1996), de Robert Harling y "Aprendiendo a vivir" (1999), de Garry Marshall, a las que continuaron "Tardes de Gaudí" (2001), de Susan Seidelman y dos películas de Todd Phillips: "Aquellas juergas universitarias" (2003) y "Starsky y Hutch" (2004). 

Cuenta con una faceta musical que ejerce a través de su banda de rock, "Juliette and the Licks", un cuarteto del que es vocalista y que completan Todd Morse en la guitarra, Jason Womack en el bajo y Ed Davis en la batería. Lewis colaboró con "The Prodigy" en su CD de 2004 -"Always Outnumbered, Never Outgunned"-, cantando y escribiendo varias estrofas para tres canciones de dicho álbum ("Spitfire", "Get Up Get Off" y "Hot Ride"). Más tarde ha fundado un nuevo grupo llamado  "Juliette and the New Romantiques".

Escena de "El cabo del miedo"



Escena de "Maridos y mujeres"



viernes, 16 de junio de 2017

LOS VIGILANTES DE LA PLAYA (Baywatch)

Pese a querer venderlo como tal, no existe rastro alguno de homenaje a la década de los ochenta en esta versión cinematográfica de “Los vigilantes de la playa”. En mi opinión, ni es heredera del carácter de la célebre serie de televisión ni representa al estilo ochentero. Los episodios protagonizados por David Hasselhoff, Pamela Anderson y su ristra de musculosos “beach boys” y voluptuosas modelos ya eran horteras. Sin embargo, los responsables de esta adaptación para la gran pantalla han querido dar un paso más y engendrar un nuevo concepto para definir la ordinariez y la vulgaridad en grado superlativo. En este punto, por ejemplo, sí han superado al formato original. La estética macarra y la comicidad zafia se han visto aquí elevadas a la enésima potencia. Han estirado tanto el chicle de la superficialidad que lo han terminado por romper. Desde luego, la película contiene escenas que avergonzarán incluso a los seguidores más incondicionales de las aventuras de Mitch Buchannon. 
Estoy dispuesto a reconocer que Dwayne Johnson (conocido popularmente como “The Rock”) posee una vertiente humorística que se puede aprovechar. Me cuesta más admitir (aunque podría hacerlo) esa cierta nostalgia que, a medida que va cumpliendo años, lleva a buena parte de una generación a mirar al pasado con el ánimo de revisar sus iconos culturales. Incluso podría llegar a aceptar (en función de la tortura a la que se me someta) que la industria del cine se dedique a estas alturas a rodar versiones de títulos que antaño marcaron una época. Pero, por lo que no voy a pasar, es por aplaudir una concatenación de secuencias que hilvanan una trama simplona cuyo único nexo de unión es un muestrario de pectorales de todos los tamaños y formas. De hecho, estoy convencido de que una proyección de las tomas falsas de la serie televisiva tendría más gracia y mayor sentido que esta producción, totalmente impropia del año en el que se estrena. 
Su director es Seth Gordon, quien ha estrenado hasta la fecha “Como en casa en ningún sitio” -un intento de comedia protagonizado por Reese Witherspoon y Vince Vaughn-, “Cómo acabar con tu jefe” -su trabajo más destacado, con Jason Bateman y Kevin Spacey al frente del reparto- y “Por la cara”, otra insufrible tortura ejecutada sin piedad por Melissa McCarthy. Visto lo visto, no me extraña nada el resultado de “Los vigilantes de la playa”, puesto que representa a la perfección la clase de humor que caracteriza a su realizador. 
Lo que supuestamente se cuenta es lo de menos, en concreto la historia de un socorrista veterano que choca con un ex nadador olímpico, novato, bravucón y caído en desgracia, recién llegado a las labores de vigilancia de la costa. Pese a sus roces iniciales, descubren juntos una trama delictiva que amenaza el futuro de la bahía y se disponen a evitar la destrucción de dicho paraje natural a manos de un magnate sin escrúpulos. 
Se han invertido en el rodaje setenta millones de dólares y, dados sus raquíticos resultados en taquilla durante las dos primeras semanas de exhibición (apenas cuarenta), cabe esperar que en el futuro los productores se abstengan de reiterar otro proyecto similar. Más que de la revisión de una obra anterior, se trata de una regresión en toda regla. Sus casi dos horas de duración alargan el suplicio de tal manera que es preferible abandonar la sala de proyección. Mejor aún, no llegar siquiera a entrar. Sin duda, el peor largometraje de cuantos he visto este año. 
Como ya he indicado anteriormente, el actor Dwayne Johnson asume el papel protagonista. Claramente condicionado por su físico, a lo largo de su carrera profesional ha interpretado con corrección papeles en cintas de acción e incluso ha demostrado cierta capacidad para abordar el género de comedia. No obstante, su participación en sagas de éxito como “Fast & Furious” le hace reincidir una y otra vez en esta clase de cintas. Aun así, es probablemente el único integrante del elenco que se salva del desastre. Zac Efron, por el contrario, naufraga estrepitosamente. Está por ver que este ídolo de adolescentes puede dar con solvencia el salto de Disney Channel a la gran pantalla. Yo tengo mis serias dudas. En cuanto a las actrices (Priyanka Chopra, Alexandra Daddario, Kelly Rohrbach) ejercen una función rancia y meramente estética. En líneas generales, tanto ellas como ellos se limitan a lucir cuerpo, a falta de frases ingeniosas que soltar por la boca.

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Datos del film:

Título original: Baywatch
Año: 2017
Duración: 114 min.
País: Estados Unidos
Director: Seth Gordon
Guion: Damian Shannon, Mark Swift
Música: Christopher Lennertz
Fotografía: Eric Steelberg
Reparto: Dwayne "The Rock" Johnson, Zac Efron, Alexandra Daddario, Kelly Rohrbach, Ilfenesh Hadera, Jon Bass, Priyanka Chopra, David Hasselhoff, Izabel Goulart, Charlotte McKinney, Belinda, Pamela Anderson

martes, 13 de junio de 2017

HENRY MANCINI

Henry Mancini nació en Cleveland el 16 de abril de 1924 y falleció en Beverly Hills el 14 de junio de 1994. Aquel día nos dejó uno de los mejores compositores de bandas sonoras del Séptimo Arte, así como uno de los más célebres creadores de música de cine y jazz. 

Mundialmente recordado por ser el autor de la sintonía de “La Pantera Rosa” (por la que ganó un Grammy) y por su colaboración en las comedias de Blake Edwards (donde destaca la maravillosa canción "Moon River", de “Desayuno con diamantes”), también dejó su impronta musical en  “Charada”, “Días de vino y rosas”, “La carrera del siglo” y “Dos en la carretera”, así como en los temas centrales de las series de televisión “Remington Steele”, “El pájaro espino” o “Peter Gunn”, entre otras. 

Nominado al Oscar en diecisiete ocasiones, lo obtuvo en cuatro de ellas: Por “Desayuno con diamantes” (1962) en el apartado de mejor banda sonora original y mejor canción ("Moon River"), por “Días de vino y rosas” (1963), en la categoría de mejor canción y, también en el apartado a la mejor adaptación musical, por “¿Víctor o Victoria?”. Optó asimismo a innumerables  galardones, haciéndose acreedor de 20 Grammys y un Globo de Oro.  

Cabe añadir entre sus trabajos, además de los ya indicados, “¡Hatari!” (1962), “Su juego favorito” (1964), “La carrera del siglo” (1965) y “El guateque” (1968).

"La pantera rosa"

"Desayuno con diamantes"

viernes, 9 de junio de 2017

LA MOMIA (The Mummy)

Hace algunos años se hizo muy popular el anuncio de una célebre marca de neumáticos cuyo lema era “la potencia sin control no sirve de nada” y, ciertamente, no le faltaba razón. Trasladando idéntico símil al ámbito del Séptimo Arte, se puede aplicar a aquellas películas empeñadas en incluir la escena más inverosímil, la más asombrosa, la más grandilocuente o la más rocambolesca, con el único objetivo de arrancar del público una exclamación momentánea, pero sin valorar cómo influirá ello en el conjunto del largometraje. El género de acción está plagado de secuencias destinadas a dejar al espectador con la boca abierta la primera vez que las ve, aunque posteriormente se ría con disimulo al comprobar lo absurdo de la propuesta. En este punto recuerdo, por ejemplo, la cinta “Eraser”, en la que el musculoso Arnold Schwarzenegger se sujetaba con las manos sobre la puerta abierta del exterior de un avión que volaba a gran velocidad y altura, con el reactor de la nave justo detrás suyo. Finalmente se soltó, pasando junto al motor sin que la turbina lo engullese y, en ausencia de paracaídas, terminó por estrellar su cuerpo encima de un coche aparcado en tierra, por supuesto con daños irrelevantes para el protagonista de la heroicidad. En un visionado inicial, la toma llamaba la atención enormemente pero, en los sucesivos, lo normal es que se catalogue como una fantasmada propicia para la burla. 
En ese sentido, “La momia” es un despliegue de esa clase de secuencias muy bien rodadas, pomposas, llamativas y espectaculares. La mayor parte de ellas me resultaron atrayentes desde el punto de vista visual, puesto que poseen ritmo y fomentan el toque de aventura. Pero, por desgracia, su efecto se diluye a los pocos segundos y resultan incapaces de sostener una historia cercana a las dos horas de duración. La naturaleza y la esencia última del proyecto está más vinculada con los videojuegos que con el cine en sí mismo. La aparatosidad y el desenfreno que desprende la cinta conectan más con esa velocidad a la que los jugadores de la Play Station pulsan los botones de sus mandos. Todo es rápido, extenuante y fatigoso, una concatenación de efectos diseñados para fascinar y agrupados consecutivamente para no dar respiro ni permitir reflexión alguna. Tan sólo para aturdir con el espectáculo. Lo cierto es que en algún momento, ya sea durante la proyección o al abandonar la sala, se evidencia lo artificioso y lo pretencioso de la propuesta. 
Títulos sobre la Momia hay muchos, en distintas épocas y estilos, más o menos terroríficos, cómicos o aventureros. Este estreno es, probablemente, el mejor en cuanto a técnica, el más deslumbrante y el más caro. Pero, asimismo, el más vacío y el más hueco. 
El veterano productor Alex Kurtzman da aquí el salto detrás de la cámara para asumir la labor de cineasta y, tras el dulce melodrama “Así somos”, cambia el registro hacia un trabajo más vertiginoso. En contra de lo que se pudiera pensar, en él han participado tres guionistas de renombre: David Koepp (“Misión: Imposible”, “Parque Jurásico”, “La guerra de los mundos”, “Spiderman”), Christopher McQuarrie (Oscar al mejor guion por “Sospechosos habituales”) y Dylan Kussman (que debuta como escritor, pero que acumula interpretaciones en títulos como “El club de los poetas muertos” o “El vuelo”). Sus aportaciones, no obstante, pasan desapercibidas ante la impresionante exhibición de efectos especiales y el ostentoso desfile de proezas. 
Tom Cruise y Russell Crowe, dos grandes pesos pesados de Hollywood, encabezan el reparto. Ambos han dado sobradas muestras de calidad en el pasado, acreditando así su talento y habilidad, pero ya llevan varios años demasiado alejados de su nivel profesional de antaño. Cintas como “El color del dinero”, “Nacido el cuatro de julio”, “Algunos hombres buenos”, “La tapadera”, “Collateral” o “Minority Report” (el primero) y “L.A. Confidencial”, “El dilema”, “Una mente maravillosa”, “Gladiator” o “American Gangster” (el segundo), demuestran sin duda su capacidad de llevar a cabo actuaciones muy superiores a las que nos ofrecen de un tiempo a esta parte.

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Datos del film
Título original: The Mummy
Año: 2017
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Director: Alex Kurtzman
Guion: David Koepp, Christopher McQuarrie, Dylan Kussman (Historia: Jon Spaihts, Alex Kurtzman, Jenny Lumet)
Música: Brian Tyler
Fotografía: Ben Seresin
Reparto: Tom Cruise, Russell Crowe, Annabelle Wallis, Sofia Boutella, Jake Johnson, Courtney B. Vance, Marwan Kenzari, Javier Botet, Shina Shihoko Nagai, Solomon Taiwo Justified, Emily Ng, Jason Matthewson, Dylan Smith, Rez Kempton

jueves, 8 de junio de 2017

FILMADRID 2017

FILMADRID es un festival internacional de cine que nace con la determinación de descubrir senderos inéditos y novedosos dentro del paisaje cinematográfico contemporáneo, promoviendo y exhibiendo un cine de autor. En este año 2017 celebra su tercera edición.

La convocatoria es internacional y está abierta tanto a películas de ficción como de no ficción de cualquier parte del mundo, con especial interés en aquellas obras que innoven en sus planteamientos narrativos y formales, sin importar sus formatos de producción. 

Está organizado por Pasajes de Cine, asociación cultural creada para la difusión del cine internacional en Madrid. 

El certamen cuenta con dos categorías de competición. Una es la Sección Oficial y la otra se denomina Vanguardias (dedicada a películas de índole experimental y videocreación).


SECCIÓN OFICIAL

  • The Last of Us (Akher Wahed Fina), de Ala Eddine Slim 
  • A minha juventude, de Rita Quelhas 
  • The Dust Channel, de Roee Rosen 
  • Vendredi 13, de Nicolas Klotz 
  • Beduino, de Júlio Bressane 
  • Happy Happy Baby, de Jan Soldat 
  • Hermia & Helena, de Matías Piñeiro 
  • The Sun, the Sun Blinded Me (Słońce, słońce oślepiło mnie), de Anka Sasnal, Wilhelm Sasnal 
  • Antiporno (Anchiporuno), de Sion Sono 
  • Children Are Not Afraid of Death, Children Are Afraid of Ghosts (Haizi bu jupa siwang, danshi jupa mogui), de Rong Guang Rong 
  • António um dois três, de Leonardo Mouramateus 
  • Ember (Kor), de Zeki Demirkubuz 
  • EXPO LIO 92’, de María Cañas 
  • Casa Roshell, de Camila José Donoso 
  • Nuevo altar, de Velasco Broca 
  • Afternoon Clouds (Dopahar ke baadal), de Payal Kapadia 
  • Protokolle, de Jan Soldat 
  • Daydreams (L’indomptée), de Caroline Deruas 
  • Sakhisona, de Prantik Basu 
  • The Impossible Picture (Das unmögliche Bild), de Sandra Wollner 
  • Stand-by Office, de Randa Maroufi (fuera de competición)

martes, 6 de junio de 2017

LIAM NEESON

El actor Liam Neeson nació en la localidad irlandesa de Ballymena el 7 de junio de 1952.  Sus primeros pasos artísticos se remontan a 1976, cuando comenzó a actuar en el Teatro Lírico de Belfast y permaneció por un período de dos años. Consiguió su primer papel de entidad en el cine al intervenir en “Excalibur” (1981), película dirigida por John Boorman, quien admiraba el talento del actor tras descubrirle en el teatro. 
Durante los años 80 apareció en títulos como “Krull” (1983) de Peter Yates, “Motín a bordo” (1984) de Roger Donaldson, “La misión” (1986) de Roland Joffé, “La lista negra” (1988) de Buddy Van Horn, “Sospechoso” (1987) de nuevo bajo las órdenes de Peter Yates y “El hotel de los fantasmas” (1988), comedia dirigida por Neil Jordan. Con “Darkman” (1990) de Sam Raimi, Neeson fue afianzándose como protagonista en Hollywood. 

Durante la década de los 90 alcanzó el estrellato gracias a sus interpretaciones de carácter histórico, como “La lista de Schindler” (1993), “Rob Roy” (1995) y “Michael Collins” (1996). También interpretó a Qui-Gon Jinn en “La amenaza fantasma” (1999), cinta de George Lucas que daba inicio a la primera trilogía de Star Wars. Por su interpretación en “La lista de Schindler” fue nominado al Oscar y al Globo de Oro como mejor actor principal, galardón al que también optó por “Michael Collins” (aunque finalmente se alzó con la Copa Volpi en el Festival de Venecia) y “Kinsey” (2004). 

De esa etapa también caben mencionar “Resplandor en la oscuridad” (1992) de David Seltzer, “Maridos y mujeres” (1992) de Woody Allen y “Nell” (1994) de Michael Apted. Ya en el nuevo milenio participó en “K-19: The Widowmaker” (2002) de Kathryn Bigelow, “Gangs of New York” (2002” de Martin Scorsese y “Love Actually” (2003) de Richard Curtis. Asimismo, se fue decantando por el género de acción, con films como “Batman Begins” (2005) de Christopher Nolan o “Venganza (Taken)”(2008) de Pierre Morel (cuyo éxito comercial dio lugar a dos secuelas: “Venganza: Conexión Estambul” (2012) y “V3nganza” (2014). 

En el largometraje de fantasía y aventuras mitológicas “Furia de titanes” (2010) interpretó al dios Zeus, personaje que repitió en “Ira de titanes” (2012). En la adaptación de “El equipo A” (2010) encarnó al personaje de Aníbal. En el thriller “Sin identidad” (2011) del español Jaume Collet-Serra, llegó al número 1 de la taquilla estadounidense poniéndose en la piel del doctor Martin Harris, un hombre suplantado tras atravesar un proceso de coma. Con “Infierno Blanco” (2012), realizada por Joe Carnahan y ambientada en Alaska, volvió a encabezar la taquilla estadounidense, circunstancia que reiteró con “Non-Stop” (2014), de nuevo bajo la batuta de Collet-Serra, con quién colaboró otra vez en “Una noche para sobrevivir” (2015). En 2014 fue el detective Matthew Scudder, creación literaria de Lawrence Block, en el thriller “Caminando entre las tumbas” y un año antes rodó con Paul Haggis “En tercera persona” (2013), drama en el que mantenía una relación con Olivia Wilde. Entre sus últimos trabajos figura “Silencio” (2016) de Martin Scorsese, una historia de jesuitas en el Japón del siglo XVII.

Escena de "La lista de Schindler"


Escena de "Batman Begins"

viernes, 2 de junio de 2017

NORMAN: EL HOMBRE QUE LO CONSEGUÍA TODO (Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer)

Cuando alguien se sorprende gratamente al visionar una película donde los personajes y el guion son relevantes, es que algo extraño sucede dentro de la peculiar industria del Séptimo Arte. A día de hoy, contemplar secuencias sostenidas gracias a la interpretación de los actores, al gancho de los diálogos y a una trama coherente comienza a ser misión imposible en unas salas de exhibición controladas mayoritariamente por los grandes estudios y distribuidoras. En este orden de cosas, el casi desconocido cineasta norteamericano Joseph Cedar ha logrado sacar adelante un proyecto aparentemente sencillo, pero que alberga una complejidad superior de la prevista. Porque, a medida que transcurre la proyección, se aprecian las respectivas dosis de crítica, reflexión y mero entretenimiento que conforman esta cinta. Junto a un aire de comedia amable y hasta desenfadada, se introducen intrigas políticas, financieras y humanas, para ofrecer una visión desangelada del funcionamiento de nuestro mundo. Pero, sobre todo, es un vehículo para disfrutar del magnífico trabajo de sus actores. El elenco, plagado de caras conocidas y profesionales de peso, sostiene con firmeza el pulso narrativo y el interés de una historia con argumentos más que de sobra para resultar creíble y no desechar su autenticidad. 
Cuenta las desventuras de Norman, un hombre de negocios poco convencional y amigo de un joven político que se encuentra en un momento de declive profesional. Con el paso de los años, éste se ha convertido en un influyente líder mundial, de modo que la vida de Norman cambia repentinamente. Si dicho cambio es para bien o para mal, dependerá del concepto de éxito que tenga cada uno. 
Como en otras muchas ocasiones, el título original refleja la esencia mejor que la libre traducción para el público español, donde se ha estrenado como “Norman: El hombre que lo conseguía todo”, en vez del más ajustado “Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer” (“Norman: el moderado ascenso y la trágica caída de un solucionador neoyorkino”). 
Se trata de una recreación del denominado “sueño americano”, aderezada con una inusual mezcla de ironía, acidez y dulzura. Es muy probable que el largometraje pase desapercibido por las carteleras, sin destacar por nada en concreto. No ofrece escenas memorables. Tampoco contiene carga filosófica alguna ni divertimento especial. No es, por tanto, un título que pueda calificarse de notable. Y, sin embargo, en su conjunto, supone una propuesta meritoria y agradable, digna de ser destacada. Por desgracia, no le han brindado la oportunidad de llegar a demasiados espectadores. En Estados Unidos dispuso únicamente de cinco pantallas grandes el fin de semana de su estreno, aumentando después a un total de trescientas, en un mercado en el que habitualmente los films pueden acaparar más de cuatro mil. En definitiva, una muestra de cine independiente y minoritario pero, al mismo tiempo, interesante, que debería contar con un mejor tratamiento por parte de distribuidores y exhibidores. 
Como ya he resaltado anteriormente, su principal valor radica en el aspecto interpretativo. El protagonista es un acertado Richard Gere, etiquetado en las décadas de los ochenta y noventa como “sex symbol” y que cuenta en su haber con numerosos éxitos de taquilla. “Oficial y Caballero”, “Cotton Club” o “Pretty Woman” le otorgaron una enorme popularidad, pero han sido sus intervenciones en “Infiel” o “Chicago” las que han avalado que es mucho más que una cara bonita. Tal vez sea excesivo considerar su labor en “Norman: El hombre que lo conseguía todo” como su mejor actuación pero, desde luego, se halla en el pódium de su filmografía. Le acompañan algunos colegas tan notables como Steve Buscemi (“Fargo”, “Reservoir Dogs”, “El gran Lebowski”, “Muerte entre las flores”), Michael Sheen (“Midnight in Paris”, “La reina”, “El desafío - Frost contra Nixon”), Charlotte Gainsbourg (“Melancolía”, “Jane Eyre” de Franco Zeffirelli) y Hank Azaria (“Amor y otras drogas”, “La pareja del año”).

Trailer en castellano


Trailer en versión original


Datos del film

Título original: Norman: The Moderate Rise and Tragic Fall of a New York Fixer
Año: 2016
Duración: 117 min.
País: Estados Unidos
Director: Joseph Cedar
Guion: Joseph Cedar
Música: Jun Miyake
Fotografía: Yaron Scharf
Reparto: Richard Gere, Lior Ashkenazi, Michael Sheen, Charlotte Gainsbourg, Dan Stevens, Steve Buscemi, Jonathan Avigdori, Yehuda Almagor, Caitlin O'Connell, Hank Azaria, Harris Yulin, Miranda Bailey, Andrew Polk, Jorge Pupo, Maryann Urbano, Jay Patterson