viernes, 30 de marzo de 2018

READY PLAYER ONE

La capacidad del cineasta Steven Spielberg para narrar historias visualmente es innata y apabullante. Su estilo resulta plenamente reconocible y eficaz. La forma de colocar la cámara, el uso de la luz, el ritmo de las imágenes y la habilidad para potenciar al máximo cada secuencia le convierten en un maestro indiscutible de la cinematografía. No obstante, he de reconocer que comencé a ver “Ready Player One” con algún que otro reparo, persuadido de que la trama no iba a conectar conmigo y de que se trataba de un proyecto demasiado artificial, dirigido a un público al que se satisface con la mera acción y a base de efectos especiales. Pero, sin negar que tras la proyección me reafirmo en dichas apreciaciones, debo admitir que la propuesta me entretuvo y, además, me agradó. Porque ahí radica la diferencia entre situar tras la cámara a un responsable apto para sacar adelante un proyecto o contar con un profesional con mayúsculas, capaz de mejorar plano a plano las ideas aportadas por guionistas y productores. 
“Ready Player One” supone una loa a la melancolía moderna, plena de referencias a clásicos del Séptimo Arte y de la cultura en general, pero envuelta, a su vez, en una estética futurista y sintética. El mismo Spielberg que me maravilló compaginando de una forma tan certera la ciencia ficción y la acción en “Minority Report” retoma su faceta de mago de la diversión para volver a demostrar que, con setenta y un años cumplidos, conserva sus eternas agilidad y creatividad. No obstante, en esta ocasión los personajes y el guion son más planos y simples, de modo que, pese a los intentos de distracción por parte del realizador con estridentes juegos de luces y colores, no puede evitar que eso se note, si bien no impide dejarse arrastrar con satisfacción por su oferta. 
En el año 2045, mientras las grandes multinacionales se reparten enormes ganancias, el mundo se encuentra en una irreversible decadencia y la mayor parte de la población sobrevive en condiciones precarias. En ese escenario, un joven se aficiona a un videojuego de realidad virtual llamado OASIS, que le proporciona una vía de escape. El excéntrico y millonario creador de dicho entretenimiento es un apasionado de la década de los ochenta y, después de su fallecimiento, se anuncia públicamente que el juego contiene un particular tesoro y que aquella persona que lo encuentre heredará toda su fortuna. El joven Wade decidirá, como tantos otros, lanzarse a la búsqueda, resolviendo para ello una serie de pruebas cuyas claves se basan en la cultura ochentera. 
Pese a no ser una de las obras más destacadas del cineasta de Ohio (circunstancia normal, habida cuenta su envidiable y sobresaliente currículum), consigue enganchar tanto a los espectadores más proclives a la nostalgia del pasado como a quienes aspiran a una evasión entretenida. Spielberg prácticamente logra hipnotizar con unos planos luminosos y un ritmo acelerado aunque, a mi juicio, la postiza creación del videojuego lastra en cierta medida el largometraje. Con todo, soy consciente de que para algunos esa perspectiva constituirá un aliciente y un mérito, aunque yo me inclino por los personajes de carne y hueso y por las realidades palpables. A ratos, esa recreación artificial evidencia las carencias de unos protagonistas escasamente interesantes pero, en cualquier caso, los defectos se diluyen dentro del notable espectáculo. 
Encabeza el elenco el actor Tye Sheridan, desconocido para el gran público pero que cuenta con destacadas interpretaciones en títulos como “Mud”, junto a Matthew McConaughey. Le acompañan Olivia Cooke (“Ouija”) y Ben Mendelsohn (“Rogue One: Una historia de Star Wars”). Se comenta que los próximos proyectos del “maestro” serán un remake de “West Side Story” y una nueva entrega de Indiana Jones. En principio, ambos objetivos me parecen, como mínimo, discutibles. Ni creo que deba revisarse el clásico de Jerome Robbins y Robert Wise ni creo que deba estirarse más la saga del célebre arqueólogo. Sin embargo, y visto lo visto, continúa siendo obligatorio apostar por el talento de este artista indiscutible.

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Datos del film

Título original: Ready Player One
Año: 2018
Duración: 140 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Steven Spielberg
Guion: Ernest Cline, Zak Penn (Novela: Ernest Cline)
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Mark Rylance

martes, 27 de marzo de 2018

DIANNE WIEST

Dianne Wiest nació en Kansas City el 28 de marzo de 1948. Actriz ganadora de dos Oscar, entre otros muchos premios, debutó en el cine con “Ahora me toca a mí” (1980), comedia romántica protagonizada por Michael Douglas y Jill Clayburgh. Cuatro años después intervino al lado de Kevin Bacon en el musical “Footloose” y en 1985 coincidió por primera vez con Woody Allen en “La rosa púrpura de El Cairo”. 

Con Allen también compartió créditos en “Hannah y sus hermanas” (1986), “Días de radio” (1987), “Septiembre” (1987) y “Balas sobre Broadway” (1994). Por esta última y por la ya citada “Hannah y sus hermanas”, Wiest consiguió sendas estatuillas doradas y fue asimismo candidata por su interpretación en “Dulce hogar… a veces”. 

En la década de los noventa destacó por sus intervenciones en la cinta de Tim Burton “Eduardo Manostijeras” (1990) y en la de Jodie Foster "El pequeño Tate" (1991).  

Desde entonces su carrera artística ha resultado bastante irregular. Participó en "Una jaula de grillos" (1996) y "El hombre que susurraba a los caballos" (1998). Fue vecina de Sean Penn en “Yo soy Sam” (2001) y acompañó a Steve Carell en “Como la vida misma” (2007). En “Passengers” (2008), a las órdenes de Rodrigo García, trabajó junto a Anne Hathaway y en “El gran año” (2011) dio vida a la madre de Jack Black.

Escena de "Balas sobre Broadway"



Escena de "Hannah y sus hermanas"



viernes, 23 de marzo de 2018

ANIQUILACIÓN (Annihilation)

Las nuevas plataformas como “Netflix”, “H.B.O.” o “Amazon” están cambiando el concepto tradicional de la industria del cine. El Séptimo Arte comienza a no estar necesariamente asociado a los estrenos en pantalla grande. Así, desde el pasado día 12 de marzo, los clientes españoles de “Netflix” ya pueden ver “Aniquilación”, la nueva película de Natalie Portman dirigida por Alex Garland, reputado guionista (“Nunca me abandones”, “28 días después”) y exitoso realizador con su debut (“Ex Machina”). No se trata de un telefilm ni tampoco de una producción menor, sino de un proyecto con un presupuesto de más de cuarenta millones de dólares, con un reparto de estrellas y un equipo técnico y artístico de primer nivel. En Norteamérica sí ha llegado a las salas de proyección, pero en España, al menos por el momento, no tiene fecha de estreno en los cines convencionales. Es posible disfrutarla a través del móvil, “tablet”, televisión u ordenador, tras darse de alta en la mencionada plataforma de entretenimiento. Resulta un sistema algo extraño todavía, pero llamado a ser cada vez más usual. 
En cualquier caso, “Aniquilación” es una correcta cinta de ciencia ficción que a lo largo de casi hora y media mantiene unos niveles de intensidad y suspense muy dignos, con recreaciones creíbles e interpretaciones adecuadas. El problema se manifiesta en sus últimos veinte minutos, inconveniente común en numerosas producciones de este tipo, que saben crear una trama inicial intrigante y un conflicto interesante pero que, cuando se trata de apostar por un desenlace, no saben escoger uno que dé la talla. Lanzarse en brazos de la fantasía y de la ficción más imaginativa supone alejarse del aparente rigor previo y dejarse arrastrar por el imán de los efectos especiales, los juegos visuales y demás alucinaciones. Por esa razón, me gustaron el planteamiento introductorio y la narración intermedia, pero el final me dejó un regusto extraño. En definitiva, buen origen e irregular apocalipsis para esta sugestiva aventura. 
Una bióloga y profesora, antigua militar, se ve obligada a introducirse en una misteriosa zona controlada por fuerzas incomprensibles para la mente humana. Su marido ya acudió allí en una misión secreta y regresó en insólitas circunstancias, debatiéndose entre la vida y la muerte. Una vez en el interior de ese sector controlado por supuestas manos alienígenas, se percata de que no rigen las mismas leyes de la Naturaleza conocidas por la Humanidad. En compañía de otras investigadoras, intentará descubrir qué ocurrió con las anteriores expediciones y comprender lo que sucede en su seno. 
Gran parte de la puesta en escena resulta atrevida y, sobre todo, revela una especial atención por el suspense psicológico y una cautivadora presentación de los personajes. No puede negarse que recurre a algunos tópicos para asustar en determinadas secuencias al espectador y que el relato se enreda en sí mismo a medida que avanza la historia. Sin embargo, conforma una producción superior a la media habitual dentro de los estrenos de este peculiar género cinematográfico. Sin alcanzar los niveles magistrales de Christopher Nolan en “Origen” e “Interstellar”, no deja de ser un film a ratos perturbador y a ratos, visionario. 
Destaca en el equipo artístico la labor de Natalie Portman, uno de los rostros más expresivos del panorama interpretativo actual. Su capacidad para transmitir dolor, inquietud o felicidad, variando apenas los músculos faciales, es realmente llamativa. Ganadora de un Oscar por su actuación en “Cisne negro”, títulos como “Closer”, “Leon: El profesional”, “Cold Mountain” y “V de Vendetta” le avalan como una de las figuras más relevantes de su profesión. Su participación apuntala, sin duda, los méritos de “Aniquilación”. Le acompañan un efectivo Oscar Isaac (“El año más violento”, la ya citada “Ex Machina”) y Jennifer Jason Leigh (“Los odiosos ocho”, “La Sra. Parker y el círculo vicioso”).

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Datos del film
Título original: Annihilation
Año: 2018
Duración: 115 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Alex Garland
Guion: Alex Garland (Novela: Jeff VanderMeer)
Música: Geoff Barrow, Ben Salisbury
Fotografía: Rob Hardy
Reparto: Natalie Portman, Óscar Isaac, Jennifer Jason Leigh,

martes, 20 de marzo de 2018

GARY OLDMAN

Gary Oldman nació en Londres el 21 de marzo de 1958. Actor, director, guionista, músico y productor inglés, ha obtenido numerosos premios a lo largo de su carrera profesional, entre ellos un Oscar, tres BAFTA y un Globo de Oro. 

Su primer papel de cierta relevancia lo llevó a cabo dando vida a Sid Vicious en el film “Sid y Nancy”, un biopic sobre el bajista de los Sex Pistols. En 1987 rodó “Ábrete de orejas” (Prick Up Your Ears), de Stephen Frears, acompañado por Alfred Molina y Vanessa Redgrave. 

Dio el salto a Hollywood en la década siguiente, trabajando a la órdenes de directores como Francis Ford Coppola, Tony Scott y Bernard Rose. De esta época son sus películas “Drácula, de Bram Stoker” (1992), de Francis Ford Coppola, “Amor a quemarropa” (True Romance), de Tony Scott (1993) y “Amor inmortal” (1994). Destacan dos títulos realizados por el cineasta francés  Luc Besson: "Léon, el profesional" (1994) y "El quinto elemento" (1997). 

Colaboró asimismo con Christopher Nolan en su trilogía de "Batman" (2005, 2008 y 2012) y participó en la saga de "Harry Potter" (2004, 2005, 2007 y 2011). Fue nominado a la estatuilla dorada por “El topo” (2011), galardón que ganó finalmente este año por su interpretación de Winston Churchill en “La hora más oscura” (2017).


Escena de "Bram Stoker Drácula"




Escena de "León: El profesional"



viernes, 16 de marzo de 2018

MARÍA MAGDALENA (Mary Magdalene)

Nunca me ha llamado la atención el cine de género religioso. Me desespera la excesiva teatralidad de las producciones antiguas y la artificial intensidad de las modernas. Si tuviera que elegir un título de mi agrado, me decantaría por “Jesucristo Superstar”, ya que la magistral habilidad rítmica y musical de Andrew Lloyd Weber, unida a la capacidad narrativa de Norman Jewison, dieron lugar a una obra muy digna. Superproducciones como “Ben-Hur”, de William Wyler, se aproximan más a la aventura y al entretenimiento que a la recreación bíblica. En cuanto a las más recientes, “Noe”, de Darren Aronofsky resulta una loa megalómana y pretenciosa, mientras que “Exodus: dioses y reyes”, de Ridley Scott, exhibe una reiteración de tópicos y una ostentosa reivindicación de presupuesto desorbitado, que se derrocha en fastuosas y estériles imágenes. Las más clásicas, que se programan con insistencia año tras año en las fechas del calendario marcadas en rojo, son ejemplos de títulos de cartón piedra que envejecen mal. Y, por lo que se refiere a las tildadas de comprometidas (tipo “La última tentación de Cristo”), constituyen un ejercicio vacuo y presuntuoso de intelectualidad muy difícil de digerir. 
Con semejantes antecedentes, confieso que me dispuse a ver “María Magdalena” con muchos reparos, y eso que el anterior trabajo de su director, Garth Davis, me llamó la atención en su momento. “Lion”, además de recibir seis nominaciones a los Oscar y cuatro a los Globos de Oro, puede considerarse una cinta honesta y vital que merece ser destacada. Sin embargo, “María Magdalena” termina pecando de los mismos defectos que centenares de obras similares a ella. Trata de contentar a un público devoto, pero sin renunciar a la originalidad y la innovación. Dicho objetivo es altamente complicado y, por ello, se pierde en una filmación densa, irregular, petulante y monótona que lastra la bienintencionada inventiva de su realizador. Destacan pequeñas perlas de interés que naufragan en sus dos horas de proyección de aburrida solemnidad, pese a que los intérpretes se desfonden en un titánico y loable esfuerzo. No creo que convenza ni a los espectadores de fe ni tampoco a los más escépticos en materia religiosa. 
María Magdalena es una mujer joven que busca su espacio en la sociedad de la época. Restringida y limitada por diversas jerarquías, desafía a su familia tradicional y a la comunidad de la que forma parte cuando se une a un nuevo movimiento encabezado por Jesús de Nazareth. Dentro de ese grupo se sentirá realizada y comenzará un viaje que la conducirá a Jerusalén. 
Por desgracia, el intento de rupturismo y singularidad de Davis no termina de fructificar, y su afán por resultar feminista y moderno choca con la tradición, quedándose a medio camino. La apuesta es meritoria pero el resultado de su tentativa decepciona y, a pesar del empeño, no persuade. 
Por el contrario, las interpretaciones sí pueden calificarse de sobresalientes. La actriz Rooney Mara continúa consolidando su carrera con acierto, gracias a su incuestionable calidad y a la apropiada elección de papeles arriesgados. Su maravillosa interpretación en “Carol” y su notable actuación en la versión de “Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres” evidencian que nos hallamos ante una excelente profesional delante de las cámaras. Por su parte, el nada convencional actor Joaquin Phoenix sigue acumulando interesantes rarezas de elevado valor artístico. “Gladiator”, “En la cuerda floja” o “Her” dan buena cuenta de ello. Ambos son, sin duda, lo más destacado de la película. Completan el reparto Chiwetel Ejiofor (“12 años de esclavitud”) y Tahar Rahim (“Un profeta”).

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Datos del film
Título original: Mary Magdalene
Año: 2018
Duración: 120 min.
País: Reino Unido
Dirección: Garth Davis
Guion: Helen Edmundson, Philippa Goslett
Música Hildur Guðnadóttir, Jóhann Jóhannsson
Fotografía: Greig Fraser
Reparto: Rooney Mara, Joaquin Phoenix, Chiwetel Ejiofor, Tahar Rahim

martes, 13 de marzo de 2018

WOLFGANG PETERSEN

El cineasta Wolfgang Petersen nació el 14 de marzo de 1941 en Emden, una pequeña localidad del norte de Alemania próxima a la frontera con Holanda. Sus primeras producciones de cine fueron para la televisión estatal de su país y durante su trabajo en la popular serie policíaca "Crime Scene" conoció y colaboró con el actor Jürgen Prochnow, quien más tarde aparecería en 1981 en su película “Das Boot” (El submarino), que logró seis nominaciones a los Oscar, dos de ellas para el propio Petersen (mejor director y mejor guionista). 

Tras aquel éxito la industria americana le abrió las puertas y fue el responsable de títulos como “La historia interminable” (1984) y “Enemigo mío” (1985). 

En la década de los noventa estrenó “La noche de los cristales rotos” (1991), con Tom Berenger, Bob Hoskins y Greta Scacchi, “En la línea de fuego” (1993), con Clint Eastwood, John Malkovich y Rene Russo, “Estallido” (1995), con Dustin Hoffman, de nuevo Rene Russo y Morgan Freeman, y “Air Force One" (El avión del presidente) (1997), con Harrison Ford, Gary Oldman y Glenn Close. 

Ya en el 2000 dirigió “La tormenta perfecta”, con George Clooney, Mark Wahlberg y John C. Reilly, a la que siguieron “Troya” (2004), con Brad Pitt, Eric Bana y Orlando Bloom, y “Poseidón” (2006), con Richard Dreyfuss, Kurt Russell y Emmy Rossum.


Escena de "En la línea de fuego"




Escena de "La tormenta perfecta"



viernes, 9 de marzo de 2018

UN PLIEGUE EN EL TIEMPO (A Wrinkle in Time)

La factoría “Disney” está perdiendo esas señas de identidad que durante décadas le hicieron mundialmente popular. Al haber ampliado desde hace años su oferta a otros géneros más diversos, ha sobrepasado su vinculación al cine infantil y de animación. En la actualidad abarca estrenos de ciencia ficción, aventuras y acción, y los pequeños de la casa han dejado de ser su público principal. Ha adquirido la saga de “Star Wars”, ha entrado de lleno en el mundo del cómic y se ha asociado con productores como Jerry Bruckheimer, un peso pesado en la puesta en marcha de megaproyectos trepidantes y superproducciones desnortadas en lo que al ritmo narrativo se refiere. Todo parece indicar que el periodo de la infancia es cada vez más breve y que los niños dan el paso a la adolescencia prematuramente. 
Y lo cierto es que los responsables de Disney parecen querer adaptarse a estos nuevos tiempos en los que la inocencia y la ingenuidad de la niñez ya no son lo que eran. Tal vez por ello, cuando la célebre productora ha vuelto a apostar de repente por una película netamente infantil, con su magia y su fantasía, con sus brujas y sus hadas, y con una notable carga de buenas intenciones, transmite la sensación de sentirse desubicada y deja al descubierto una de serie carencias a la hora de regresar a su especialidad de antaño. Resulta difícil saber qué fue primero, si el huevo o la gallina. Quizá sean los propios espectadores quienes hayan cambiado de mentalidad. O, por el contrario, sean los directores y productores los que ya no sean capaces de captar la esencia de esa cinematografía creada para las edades más tempranas. O, simplemente, sea que yo esté envejeciendo y no tolere como antaño decorados prefabricados ni hechiceras voladoras dentro de universos imaginarios. Sea como fuere, la visión de “Un pliegue en el tiempo” me parece desafortunada, artificial, carente de gracia y ausente de sentido. 
Prefiero pensar que no soy yo, ya que me siguen fascinando algunas recreaciones pertenecientes al mundo infantil, como Peter Pan, conservo cierta propensión a la fantasía y reviso periódicamente algunos títulos como “La princesa prometida” o “Pesadilla antes de Navidad”. Por lo tanto, el problema de “Un pliegue en el tiempo” debe radicar en que sus artífices no han sabido contar una historia apta para todos, aunque con un marcado acento infantil. 
Cuenta la historia de un científico que desaparece de forma misteriosa mientras trabaja en un enigmático experimento. Su hija decide ir en su busca y para ello viaja con su hermano pequeño y un amigo a través del tiempo y del espacio. En su aventura, los jóvenes contarán con la ayuda de tres damas mágicas: la filosófica “Señora Quién”, la inquisitiva “Señora Qué” y la líder de todas ellas, la “Señora Cuál”. 
Con una estética mejorable, un ritmo cuestionable y una inadecuada dirección de actores, el visionado chirría casi en cada escena. Se trata de un producto alejado de este tiempo, con unas interpretaciones excesivamente teatrales y una narración forzada. La permanente sensación de que todo es postizo y fingido lastra irremediablemente un proyecto que, probablemente, gozó de muy buenas intenciones cuando comenzó a elaborarse. 
La protagonista es la niña Storm Reid, vista en “12 años de esclavitud”, a quien acompañan dando vida al trío de señoras Oprah Winfrey, Reese Witherspoon y Mindy Kaling. También forman parte del elenco Chris Pine (“Star Treck”) y Michael Peña (“Crash”). Unas y otros se ven afectados negativamente por la falta de acierto al plasmar las imágenes y al contar cinematográficamente la trama.

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Datos del film:

Título original: A Wrinkle in Time
Año: 2018
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Ava DuVernay
Guion: Jennifer Lee (Novela: Madeleine L'Engle)
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Tobias A. Schliessler
Reparto: Oprah Winfrey, Reese Witherspoon, Mindy Kaling, Storm Reid

martes, 6 de marzo de 2018

RACHEL WEISZ

Rachel Weisz nació en Londres el 7 de marzo de 1970. Actriz ganadora del Oscar, el Globo de Oro, el SAG, el Premio Laurence Olivier, el Independent Spirit Award y otros galardones cinematográficos, alcanzó cierta notoriedad internacional gracias a la película de Bernardo Bertolucci “Belleza robada” (1996). En 1998 trabajó a las órdenes de Michael Winterbottom en “I Want You”. Con “La momia” (1999), film co-protagonizado por Brendan Fraser, alcanzó el estrellato. 

Con la llegada del nuevo milenio estrenó “Enemigo a las puertas” (2001), de Jean-Jacques Annaud, “Un niño grande” (2002), de Chris Weitz y Paul Weitz, y la secuela de “La momia”. Su gran oportunidad vino de la mano de su interpretación en “El jardinero fiel” (2005), thriller basado en una novela de John Le Carré, que le reportó un Globo de Oro y un Oscar como mejor actriz secundaria. 

Otros títulos suyos son “My Blueberry Nights” (2007), junto a Norah Jones, Natalie Portman y Jude Law, “Definitivamente, quizás” (2008), en compañía de Ryan Reynolds, “Ágora” (2009), de temática histórica y a las órdenes del director español Alejandro Amenábar, donde daba vida a la astrónoma Hipatia de Alejandría, “The Lovely Bones” (2009), fantasía realizada por Peter Jackson, asumiendo el papel de madre de Saoirse Ronan, “La verdad oculta” (2010), de Larysa Kondracki y “El legado de Bourne” (2012), junto a Jeremy Renner. 

Entre sus últimos trabajos se encuentran “Negación” (2016), donde encarnó a la escritora e historiadora Deborah Lipstadt, mujer que se enfrenta al negacionista del Holocausto, David Irving,. Ese mismo año intervino en “La luz entre los océanos” (2016), basada en el libro de M. L. Stedman. “Mi prima Rachel” (2017) ha sido su última estreno hasta la fecha.


Escena de "El jardinero fiel"




Escena de "Un niño grande"



lunes, 5 de marzo de 2018

PREMIOS OSCARS 2018 (Academy Awards Oscars 2018)





La Academia de Cine de Hollywood acaba de celebrar este domingo 4 de marzo la 90ª edición de los premios Oscar 2018. La ceremonia, que se ha desarrollado en el Dolby Theatre de Hollywood de Los Ángeles, ha sido dirigida un año más por el cómico Jimmy Kimmel. 

La cinta "La forma del agua", de Guillermo del Toro, ha sido la clara triunfadora de la noche, alzándose con cuatro galardones de las trece nominaciones a las que optaba, incluyendo las de mejor director y mejor película. "Dunkerque", de Christopher Nolan, ha obtenido tres estatuillas de entre ocho candidaturas. 


LISTADO COMPLETO DE GANADORES


Mejor película - La forma del agua (Guillermo del Toro, J. Miles Dale) 

Mejor director - Guillermo del Toro (La forma del agua) 

Mejor actor - Gary Oldman (El instante más oscuro) 

Mejor actriz - Frances McDormand (Tres anuncios en las afueras) 

Mejor actor de reparto - Sam Rockwell (Tres anuncios en las afueras) 

Mejor actriz de reparto - Allison Janney (Yo, Tonya) 

Mejor película de habla no inglesa - Una mujer fantástica 

Mejor guion original – Jordan Peele (Déjame salir) 

Mejor guion adaptado – James Ivory (Call Me by Your Name) 

Mejor película documental - Bryan Fogel, Dan Cogan (Ícaro) 

Mejor corto documental - Heaven Is A Traffic Jam On The 405 

Mejor montaje - Lee Smith (Dunkerque) 

Mejor dirección de fotografía - Roger Deakins (Blade Runner 2049) 

Mejor banda sonora original - Alexandre Desplat (La forma del agua) 

Mejor canción original - Kristen Anderson-Lopez, Robert Lopez (Coco) 

Mejor diseño de producción - Paul D. Austerberry, Shane Vieau, Jeffrey A. Melvin (La forma del agua) 

Mejor diseño de vestuario - Mark Bridges (El hilo invisible) 

Mejor maquillaje y peluquería -Kazuhiro Tsuji, David Malinowski, Lucy Sibbick (El instante más oscuro) 

Mejor edición de sonido - Richard King, Alex Gibson (Dunkerque) 

Mejor mezcla de sonido - Gregg Landaker, Gary Rizzo, Mark Weingarten (Dunkerque) 

Mejor efectos especiales - John Nelson, Gerd Nefzer, Paul Lambert, Richard R. Hoover (Blade Runner 2049) 

Mejor película de animación - Lee Unkrich, Darla K. Anderson (Coco) 

Mejor corto de ficción - The Silent Child

Mejor corto de animación - Dear Basketball

domingo, 4 de marzo de 2018

PREMIOS INDEPENDENT SPIRIT (Independent Spirit Awards)




Anoche se entregaron los Premios Independent Spirit. El film de Jordan Peele "Déjame salir" obtuvo los dos principales galardones más prestigiosos del denominado "cine independiente" estadounidense en su 33ª edición, mientras que la cinta chilena "Una mujer fantástica" se alzó como mejor película extranjera. 

LISTADO COMPLETO DE GANADORES


MEJOR PELÍCULA:   ‘Déjame salir’ 

MEJOR DIRECTOR:  Jordan Peele por 'Déjame salir' 

MEJOR ACTRIZ:  Frances McDormand por 'Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri' 

MEJOR ACTOR:  Timothée Chalamet por 'Call Me by Your Name' 

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO:  Allison Janney por 'Yo, Tonya' 

MEJOR ACTOR DE REPARTO: Sam Rockwell por 'Tres anuncios en las afueras de Ebbing, Misuri' 

MEJOR GUIÓN:  Greta Gerwig por 'Lady Bird' 

MEJOR PRIMER GUIÓN:  Emily V. Gordon y Kumail Nanjiani por 'La gran enfermedad del amor' 

MEJOR OPERA PRIMA:  'Ingrid Goes West' 

MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA:  'Una mujer fantástica' (Chile) 

MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA:  Sayombhu Mukdeeprom por 'Call Me by Your Name' 

MEJOR MONTAJE:  'Yo, Tonya' 

MEJOR DOCUMENTAL:  'Caras y lugares' 

PREMIO JOHN CASSAVETES:  'La vida y nada más' 

PREMIO ROBERT ALTMAN AL MEJOR REPARTO: 'Mudbound'

sábado, 3 de marzo de 2018

PREMIOS CESAR 2018





La cinta "120 pulsaciones por minuto", de Robin Campillo, ganó este viernes por la noche seis premios César del Cine Francés, incluido el de mejor película. El filme, que narra la lucha contra el sida de un grupo de activistas en la Francia de los primeros años noventa, culmina así doce meses triunfales y llenos de reconocimientos, entre ellos, el Gran Premio del Jurado recibido en el Festival de Cannes, que le concedió un jurado presidido por el cineasta español Pedro Almodóvar. 


LISTADO DE GANADORES

Mejor Película: 120 latidos por minuto 

Mejor Director: Albert Dupontel (Au revoir là-haut) 

Mejor Actor Principal: Swann Arlaud (Bloody Milk) 

Mejor Actriz Principal: Jeanne Balibar (Barbara) 

Mejor Actriz Secundaria: Sara Giraudeau (Bloody Milk) 

Mejor Actor Secundario: Antoine Reinartz (120 latidos por minuto)  

Mejor Actriz Revelación: Camélia Jordana (Le brio) 

Mejor Actor Revelación: Nahuel Pérez Biscayart (120 latidos por minuto)  

Mejor Guion Original: Robin Campillo (120 latidos por minuto) 

Mejor Guion Adaptado: Albert Dupontel y Pierre Lemaitre (Au revoir là-haut) 

Mejor Película Extranjera: Loveless 

Mejor Debut: Black 47 

Mejor Diseño de Producción: Au revoir là-haut 

Mejor Banda Sonora: 120 latidos por minuto 

Mejor Montaje: 120 latidos por minuto 

Mejor Fotografía: Au revoir là-haut 

Mejor Vestuario: Au revoir là-haut 

Mejor Documental: No soy tu negro 

Mejor Sonido: Barbara mejor 

Película de Animación: Le grand méchant Renard et autres contes... 

Mejor Cortometraje: Les bigorneaux 

Mejor Corto de Animación: Pépé le morse 

Premio del Público: Raid dingue

César de Honor: Penélope Cruz

viernes, 2 de marzo de 2018

GORRIÓN ROJO (Red Sparrow)

“Gorrión rojo” forma parte de ese prototipo de películas cimentadas sobre coloridos anzuelos y aparentes intrigas. Son un par de ganchos suficientes para hechizar durante un rato al espectador con un entretenimiento sustentado fácilmente sobre clichés efectivos y trampas de guion. Si este planteamiento se adapta a la pretensión de sus productores y a las expectativas de su potencial público, ambos quedarán sin duda satisfechos, ya que la cinta cumple con creces como pasatiempo visual, aunque pase sin pena ni gloria. Juega con la belleza, la elegancia de las localizaciones, el tirón del erotismo y una pizca de suspense. Por lo tanto, resulta muy sencillo y, en algunos momentos, hasta apetecible, dejarse llevar por esta fórmula. Sin embargo, es preciso poner de manifiesto algunas de sus carencias más que evidentes, así como su total ausencia de originalidad. 
Para empezar, la trama no está bien hilvanada y los personajes son calcos de otros tantos vistos hasta la fecha. El esfuerzo se concentra en exprimir de tal manera la sensualidad y el falso glamour de los espías y los agentes dobles que queda en el olvido la aportación de un mínimo de credibilidad a la historia. El motor del largometraje, pues, peca de simpleza y, además, la duración es excesiva. El lucimiento físico de la protagonista, unido al reclamo de ese mundo sórdido y lujoso en el que se desenvuelve, han bastado al realizador para saberse vencedor con su propuesta, sin considerar que el problema estriba en el modo de concebir visual, narrativa y cinematográficamente su trabajo. 
Mientras veía alguna de las secuencias no dejaba de venirme a la mente aquella “Nikita” que estrenó Luc Besson en 1990 y que derivó en muchas y desafortunadas versiones para la pequeña y la gran pantallas. El papel que interpretó casi tres décadas atrás Anne Parillaud, pese a exhibir los artificios propios de este peculiar género, resultaba más auténtico y daba lugar a un resultado claramente superior. No trato de menospreciar ni reprochar la actuación de Jennifer Lawrence, que se limita a cumplir con las directrices recibidas. Pero, dicho esto, sorprende que una actriz con su trayectoria profesional se haya sentido interesada en un proyecto como el que nos ocupa. A quienes salgan satisfechos después de ver “Gorrión rojo” les reto a que visionen la cinta de Besson y observarán que, una vez retirado el velo de la hermosura, no hallarán espacio a la comparación. 
Una joven y bella mujer rusa es reclutada por los Servicios Secretos de su país tras la muerte de su padre. Bajo el pretexto de ayudar a su madre enferma, ingresa en una escuela donde aprenderá el arte del espionaje utilizando métodos de seducción. Uno de sus objetivos será un agente novato de la CIA afincado en Rusia y que está relacionado con un topo que lleva varios años infiltrado en las altas esferas del Servicio de Inteligencia soviético. Su misión será descubrir la identidad del traidor, lo que la conducirá a una espiral de amenazas, engaños y atracción sexual que pondrá en peligro, tanto sus carreras, como la seguridad de sus respectivas naciones. 
Jennifer Lawrence, después de ganar el Oscar por “El lado bueno de las cosas”, recibir otras tres nominaciones por “Winter's Bone”, “La gran estafa americana” y “Joy”, y participar en sagas exitosas como “X-Men” o “Los juegos del hambre”, pertenece al grupo de máximas estrellas de Hollywood. En atención a su indiscutible talento, solo espero que vuelva a encauzar correctamente su carrera artística. Le acompañan Joel Edgerton (“El gran Gatsby”, “Exodus: dioses y reyes”), Charlotte Rampling -en un perfil con sonoras reminiscencias al que asumió en “Nunca me abandones”-, Mary-Louise Parker (siempre recordada por “Tomates verdes fritos”) y Jeremy Irons, acomodado desde hace mucho tiempo a dar vida a secundarios sin riesgo y alejado, por tanto, de su época dorada de “La mujer del teniente francés”, “Herida”, “La misión” o “El misterio Von Bulow”.

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Datos del film:

Título original: Red Sparrow
Año: 2018
Duración: 139 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Francis Lawrence
Guion: Justin Haythe (Novela: Jason Matthews)
Música: James Newton Howard
Fotografía: Jo Willems
Reparto: Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Jeremy Irons, Charlotte Rampling, Mary-Louise Parker