viernes, 29 de junio de 2018

SICARIO: EL DÍA DEL SOLDADO (Sicario: Day of the Soldado)

“Sicario”, estrenada en 2015, es una gran película. Más allá de sus reconocimientos en premios y festivales (entre ellos, tres nominaciones a los Oscar y otros tres a los BAFTA británicos) se trata de una propuesta sólida, contundente, con una carga visual, una intensidad narrativa y una corrección interpretativa muy destacadas. Con el solvente cineasta Denis Villeneuve en la dirección, se convirtió en una de las propuestas revelación de aquel año y, sin duda, en el film de acción de la temporada. La llegada a las carteleras su segunda parte, “Sicario: El día del soldado” y el elevado listón de su predecesora, unido a algunas bajas importantes dentro el equipo, auguraba cierto declive que, finalmente, no ha resultado en exceso pronunciado, puesto que mantiene gran parte de los méritos de aquella otra cinta estrenada hace tres años. Ahora bien, todo lo destacado de “Sicario: El día del soldado” ha sido heredado de “Sicario” o es, directamente, una copia. Se aprovecha del buen sabor de boca que dejó la anterior entrega y que todavía perdura, de modo que muchos espectadores ya entran en la sala de proyección con una adecuada predisposición. Incluso algunos de sus planos son una reiteración otros vistos ya en su momento, tanto en lo que se refiere a la estética como al ritmo y el encuadre. No tengo muy claro si considerar esta estrategia como un acierto o un error, pero lo cierto es que, gracias a ella, esta nueva propuesta funciona. Es más, cuando se da una vuelta de tuerca es cuando resulta más patente que se trata de una obra a la sombra de otra superior. Es más violenta e incluso más oscura, pero no por ello mejora el trabajo de Villeneuve. 
El italiano Stefano Sollima, responsable de series televisivas tan contundentes como “Gomorra” o “Roma criminal”, corre a cargo de la dirección. Es evidente que conoce las técnicas del thriller y la acción, por lo que el resultado no desentonará ni tampoco decepcionará a los fieles aficionados al género. No obstante, yo sigo prefiriendo el título de 2015. 
El agente de la CIA Matt Graver vuelve a aliarse con Alejandro, un hombre al margen de convencionalismos y que no teme luchar contra los criminales más terribles utilizando las técnicas más efectivas. Eso es justamente lo que necesitan cuando los dos se encuentran luchando contra los cárteles de la droga en la frontera entre México y Estados Unidos y se percatan de peligrosas alianzas entre narcos y terroristas, lo que hará todavía más cruenta y devastadora la pugna entre ambos bandos. 
En esta ocasión se echan de menos el acertado sentido artístico de Villeneuve y el personaje que, interpretado por Emily Blunt, aportaba equilibrio en semejante cóctel de delincuencia extrema. Pese a todo, conserva un grado suficiente de entretenimiento para enganchar, aunque considero que su afán por magnificar la violencia para hacer evolucionar la historia le termina perjudicando, aunque nunca cae en el absurdo ni en la desproporción desmesurada. 
Los actores Josh Brolin y Benicio del Toro llevan sobre sus espaldas el peso del largometraje. El primero mantiene la talla de sus anteriores actuaciones. Sus papeles en “Gangster Squad. Brigada de élite”, “American Gangster” o “No es país para viejos” constituyen bagaje de sobra para construir un sólido perfil. Lo de Benicio del Toro, sin embargo, es punto y aparte. Su habilidad para lanzar esa mirada de loco peligroso al mismo tiempo que una media sonrisa de pícaro irónico desconcierta e hipnotiza al espectador más versado en villanos y héroes. Su Oscar por “Traffic” y sus participaciones en cintas como “21 gramos”, “Sospechosos habituales” y la propia “Sicario” le hacen merecedor de subir al podio de los actores más sugestivos, como hiciera John Malkovich en sus mejores tiempos. Les acompañan en el reparto Catherine Keener (“La intérprete”, “Déjame salir”) y Matthew Modine (“Vidas cruzadas”, “La chaqueta metálica”).

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Datos del film

Título original: Sicario: Day of the Soldado
Año: 2018
Duración: 122 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Stefano Sollima
Guion: Taylor Sheridan
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Benicio del Toro, Josh Brolin, Matthew Modine, Catherine Keener

martes, 26 de junio de 2018

J. J. ABRAMS

Jeffrey Jacob Abrams, más conocido como J. J. Abrams, nació el 27 de junio de 1966 en Nueva York. Director, productor, escritor, actor y compositor de cine y televisión, es hijo del productor Gerald W. Abrams y de la productora ejecutiva Carol Abrams. Además, su hermana es la guionista Tracy Rosen. 

Se inició profesionalmente en la década de los noventa con los guiones de“Millonario al instante” (1990), de Arthur Hiller, “A propósito de Henry” (1991), de Mike Nichols y “Eternamente joven” (1992), de Steve Miner. 

En el ámbito de la producción, además de los dos últimos largometrajes mencionados y de sus posteriores trabajos como realizador, fue responsable de series televisivas como “Felicity”, “Alias” y “Perdidos”. 

En cuanto a la faceta de la dirección, además de algunos episodios de las series ya citadas, filmó “Misión imposible 3” (2006), “Star Trek” (2009), “Super 8” (2011) y “Star Trek: En la oscuridad” (2013). En 2015 fue el responsable de continuar con la saga más exitosa del Séptimo Arte dirigiendo “Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza”. 

Asimismo, ha participado como intérprete en “Seis grados de separación” (1993), “Diabólicas” (1996) o “The Suburbans” (1999). 

A día de  hoy se le reconoce como uno de los más completos cineastas de la actualidad.


Escena de "Super 8"




Escena de “Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza”



viernes, 22 de junio de 2018

TULLY

Jason Reitman es una especie de oasis en el desierto de la comedia americana actual. Desde muy temprano se independizó de la carta de presentación que suponía ser hijo de Ivan Reitman, famoso realizador de cintas cómicas. Sin embargo, su primogénito buscó su propio camino y desarrolló su personal perspectiva del humor. Después de las chispeantes “Gracias por fumar” y “Juno” filmó la que, para mí, es una de las mejores comedias de este siglo: “Up in the Air”. Corrosiva, reflexiva, afilada, divertida, genialmente interpretada y hábilmente dirigida, es una delicia que merece ser revisada cada cierto tiempo. La alianza con la oscarizada guionista Diablo Cody, iniciada en “Juno”, continuó con “Young Adult” y se prolonga ahora con “Tully”, una punzante visión, sarcástica a ratos, dramáticamente realista en otros, de la maternidad. El resultado es muy similar al del resto de la filmografía de Jason Reitman, una ingeniosa, sutil e interesante forma de reírse de temas serios, amenizando de forma jocosa su peculiar manera de entender el cine. 
Aquí revisa la habitualmente idílica imagen de la maternidad, dándole un baño de realismo no edulcorado. A través de diálogos irónicos, la película entretiene y ofrece algo más que un mero pasatiempo. Esto ya supera de por sí la oferta de la industria norteamericana que pretende jugar la baza del humor. De hecho, tal vez muchos espectadores califiquen esta ocurrente propuesta de drama en toda regla, como sucede con buena parte de los trabajos del cineasta canadiense. Sin embargo, para mí se trata de una forma superlativa de comedia. 
Marlo es madre de tres hijos, uno de ellos recién nacido. Sobrepasada por las tareas domésticas, desubicada con su propio cuerpo y perdida en su relación de pareja, recibe una oferta de su hermano: contratar a una niñera dispuesta a ayudarla con sus pequeños. Inicialmente recela de la proposición pero, finalmente, se cuela en su vida Tully, una chica que no actúa como las típicas jóvenes dedicadas a cuidar de hijos ajenos. Casi se podría decir que ha llegado para encargarse de la madre. Al final, el vínculo que se establecerá entre ambas resultará más fuerte de lo esperado. 
El resultado obtenido es poco convencional pero, por ello mismo, óptimo. Diablo Cody reincide en sus guiones con mordiente y Reitman lo ejecuta con efectividad. A lo anterior se añaden dos destacadas interpretaciones. Con un reducido metraje (apenas hora y media), la proyección transcurre entre sonrisas y sacudidas, convirtiéndose en uno de los estrenos más acertados de las últimas semanas. Pese a haber sido exhibida en Estados Unidos en un número reducido de salas, ha conseguido cosechar numerosos halagos para el equipo artístico al completo. 
La protagonista es Charlize Theron, que asume un papel con el que se desliga del atractivo físico que ha marcado su filmografía, dotando de verosimilitud con éxito a su personaje. Ganadora de un Oscar por “Monster”, angelical en “Las normas de la casa de la sidra” y contundente en la última entrega de “Mad Max”, demuestra su versatilidad y sus aptitudes para afrontar retos complejos. No obstante, la “Tully” que da nombre al largometraje es Mackenzie Davis, más desconocida que la sudafricana, pero igualmente efectiva en su interpretación. Hasta la fecha la habíamos visto en “Marte”, de Ridley Scott y en la reciente “Blade Runner 2049”, de Denis Villeneuve. Ambas forman un tándem que actúa como verdadero motor de la película. A cargo de actuaciones secundarias figuran Mark Duplass (“El efecto Lázaro”) y Ron Livingston (“Expediente Warren: The Conjuring”).

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Datos del film:
Título original: Tully
Año: 2018
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Jason Reitman
Guion: Diablo Cody
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Eric Steelberg
Reparto: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Mark Duplass, Emily Haine

lunes, 18 de junio de 2018

MARTIN LANDAU

Martin Landau nació en Nueva York el 20 de junio de 1928 y falleció en Los Ángeles el 15 de julio de 2017. Actor estadounidense de cine y televisión, su carrera comenzó en los años cincuenta. En 1955 debutó en Broadway con la obra “Middle of the Night”, aunque destacó merced a su participación en la cinta “Con la muerte en los talones” (1959), de Alfred Hitchcock.

Recibió clases en el famoso Actor's Studio, donde coincidió en la misma clase con Steve McQueen e impartió lecciones a intérpretes de la talla de Jack Nicholson y Anjelica Houston.

En 1969 ganó el Globo de Oro al protagonizar la serie televisiva ” Misión imposible”, transmitida entre 1966 y 1973. Como dato curioso, rechazó el papel de Mr. Spock en "Star Trek".

En 1988 recibió un segundo Globo de Oro y su primera nominación al Oscar por su papel secundario en la cinta “Tucker: un hombre y su sueño”. Aspiró nuevamente a la estatuilla dorada en 1989 gracias a su actuación en “Delitos y faltas”, de Woody Allen. Finalmente se hizo con el prestigioso galardón en 1994 encarnando a Bela Lugosi en “Ed Wood”, de Tim Burton. 

Dentro de su filmografía también merecen destacarse “Entre dos mujeres” (1994), de Mark Rydell, “City Hall: La sombra de la corrupción” (1996), de Harold Becker, “Rounders” (1998), de John Dahl, y “The Majestic” (2001), de Frank Darabont.


Escena de "Rounders"




Escena de "Con la muerte en los talones"



viernes, 15 de junio de 2018

¡QUÉ GUAPA SOY! (I Feel Pretty)

“I feel pretty” es una célebre canción compuesta por los grandes maestros Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para la película “West Side Story”, uno de los musicales más aclamados de todos los tiempos. Posteriormente, fue interpretada por Adam Sandler, a petición de Jack Nicholson, en “Ejecutivo agresivo” y ahora figura como título original de “¡Qué guapa soy!”. Esta introducción interrelacionando títulos de cintas refleja ya a las claras un manifiesto declive, la misma devaluación irreversible que padece la comedia americana, empeñada en autodestruirse a base de ideas pueriles, comicidad simplona y estereotipos caducos. Dejando al margen a un pequeño y selecto grupo de cineastas, los estrenos estadounidenses pertenecientes a este género carecen de auténtica originalidad, inventiva y creación artística, limitándose a explotar clichés, chistes fáciles y referencias sexuales. 
Abby Kohn y Marc Silverstein debutan en la dirección con este film, aunque antes habían sido los guionistas de “Nunca me han besado”, “Qué les pasa a los hombres” o “Mejor... solteras”, ejemplos muy significativos de esa decadencia a la que me refiero. Al situarse detrás de la cámara, continúan desarrollando el mismo estilo de cine que marca su carrera. No niego que tal vez algunas de sus ideas puedan tener cabida en programas de humor confeccionados sobre enlaces de sketches, pero una producción cinematográfica implica un proyecto de mayor envergadura que necesita de una historia y unos personajes interesantes, bien definidos y construidos, y de una cierta habilidad artística y narrativa para plasmar en imágenes las ideas y el entretenimiento que se pretenden transmitir. En “¡Qué guapa soy!” todo esto es secundario, por no decir inexistente, reduciéndose a filmar con escaso acierto una trama que trata infructuosamente de resultar graciosa y, para colmo, bajo el artificial y endeble manto de una supuesta moraleja políticamente correcta. 
Cuenta las desventuras de una joven que afirma ser más hermosa después de haber sufrido un pequeño accidente. Pese a su percepción, lo cierto es que mantiene el mismo aspecto de siempre. Sin embargo, su renovada confianza en sí misma le lleva a ascender en la empresa de cosméticos para la que trabaja. Recuerda en cierta medida a “Amor ciego”, de otra pareja muy reconocida en la comedia, los hermanos Peter y Bobby Farrelly. 
Para ser una supuesta comedia, a mí me deprimió verla. A medida que avanzaba el metraje sin lograr arrancarme siquiera una sonrisa, se apoderó de mí la melancolía, culpa de la deriva desnortada que arrastra este género en Norteamérica. ¿Qué queda de “Atrapado en el tiempo”, de Harold Ramis? ¿O de “El gran Lebowski”, de los hermanos Coen? ¿O de “Cuando Harry encontró a Sally”, de Rob Reiner? Woody Allen resulta cada vez más dramático. Tan solo Jason Reitman y Alexander Payne mantienen el pulso, si bien sus trabajos muestran también un innegable regusto por la amargura. En definitiva, la buena comedia, pura y sin condimentos que la desvirtúen, atraviesa un mal momento. 
La actriz Amy Schumer, cuya fama proviene de la televisión y que en la gran pantalla ha participado en “Y de repente, tú” y “Descontroladas”, desempeña el papel protagonista, enésima muestra del debilitamiento que trato de denunciar en esta crítica. Cierto es que le acompaña una magnífica intérprete de brillante currículum como es Michelle Williams (“Blue Valentine”, “Mi semana con Marilyn”, “Manchester frente al mar”, “Todo el dinero del mundo”) aunque, en esta ocasión, sin un contenido que le permita brillar a su nivel habitual. Asimismo integra el reparto a modo de reclamo alguna que otra modelo que reina en el paralelo universo de Instagram. En todo caso, nada hay que evite el naufragio de la película.

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Datos del film

Título original: I Feel Pretty
Año: 2018
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Abby Kohn, Marc Silverstein
Guion: Abby Kohn, Marc Silverstein
Música: Michael Andrews
Fotografía: Florian Ballhaus
Reparto: Amy Schumer, Michelle Williams, Emily Ratajkowski, Adrian Martinez

martes, 12 de junio de 2018

STELLAN SKARSGARD

Stellan Skarsgård nació en la ciudad sueca de Gotemburgo el 13 de junio de 1951. Actor de cine, televisión y teatro, ganó en 1982  el Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín y el premio Guldbaggen por su actuación en la película “Den enfaldige mördaren”. Comenzó a ganar fama a nivel internacional gracias a su participación en “La insoportable levedad del ser” (1988), de Philip Kaufman y, posteriormente, en “La caza del Octubre Rojo” (1990), de John McTiernan. 

Bien entrada la década de los noventa cosechó algunos éxitos, como “Rompiendo las olas” (1996), de Lars von Trier, “El indomable Will Hunting” (1997), de Gus Van Sant, “Amistad” (1997), de Steven Spielberg o “Ronin” (1998), de John Frankenheimer. Repitió con Von Trier en “Bailar en la oscuridad” (2000) y trabajó a las órdenes de Bob Rafelson en “Sin motivo aparente” (2002). 

Intervino asimismo en grandes producciones de Hollywood, como “El rey Arturo” (2004), de Antoine Fuqua, las sagas de “Piratas del Caribe”, de Gore Verbinski (2006 y 2007), “Thor” (2011 y 2013) y “Mamma Mia! La película” (2008), de Phyllida Lloyd. Colaboró nuevamente con Lars Von Trier en “Melancolía” (2011) y “Nymphomaniac. Volumen 1 y 2” (2013). 

Entre sus últimos trabajos destacan “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres”, de David Fincher (2011) y “El hombre que mató a Don Quijote” (2018), de Terry Gilliam.


Escena de "El indomable Will Hunting"




Escena de "Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres"



viernes, 8 de junio de 2018

JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDO (Jurassic World: Fallen Kingdom)

Tras tres entregas de “Jurassic Park” y la anterior, “Jurassic World”, es evidente que el interés por continuar con esta franquicia es meramente económico. No cabe otra explicación al hecho de seguir explotando una idea lo suficientemente exprimida ya. Admito que la primera cinta de la saga, dirigida por el maestro Steven Spielberg, me entretuvo. Bastaban para ello la novedad y la indiscutible habilidad del cineasta. Sin embargo, todo lo que vino a continuación dejó de interesarme por completo. Desde el punto de vista de la acción, poco o nada quedaba por aportar. Y, en cuanto a los personajes, no hay duda de que los protagonistas de la historia son unos seres ya extinguidos. Por lo tanto, solo me restaba repetir la experiencia por el mero placer de una reincidencia que, cinematográficamente hablando, no suscita mi atención en lo más mínimo. Es verdad que este último estreno de Colin Trevorrow puede presumir de una mayor perfección de los efectos especiales y de escenas más grandilocuentes, pero la fórmula, la esencia, el motor del guion, son una copia calcada del pasado. Bien es cierto que “Jurassic World” recaudó más de mil seiscientos millones de dólares en todo el mundo, de modo que, con cifras de ese tenor, ¿quién desea algo nuevo? De lo que se trata es, precisamente, de repetir. 
Es a este escenario al que llega el prestigioso realizador español J.A. Bayona, autor de cintas taquilleras y, a su vez, muy arriesgadas e innovadoras, como “Lo imposible” o “Un monstruo viene a verme”, para recoger el testigo y situarse tras la cámara de “Jurassic World: El reino caído”. Nadie puede discutir su capacidad para rodar secuencias intensas, generar ansiedad y desbordar visualmente a los espectadores. En todos y cada uno de esos ámbitos el cineasta catalán aprueba con excelente nota. Sin embargo, a mí no me interesa en absoluto lo que cuenta. Su demostrada solvencia y su sobrada aptitud, al menos en mi caso, no evitan que el tedio termine por apoderarse de mí.
Una erupción volcánica pone en peligro a los dinosaurios que todavía habitan en la abandonada Isla Nublar. Dichas criaturas campan libremente después de la desaparición del parque temático. Algunos antiguos trabajadores, preocupados por la suerte de los animales, regresan a la zona, arriesgándose a unos peligros que ya conocen, generados cuando se aproximan a esta especie.
En unas declaraciones con motivo de la promoción de este trabajo, Bayona declaró que "El 'Blockbuster', como los dinosaurios, amenaza con devorarnos". Cierto. Semejante obsesión por filmar la película más desmesurada, con el presupuesto más elevado y los efectos especiales más asombrosos va a terminar por empequeñecer al cine y condenarlo a ser una diminuta manifestación artística. Nada tengo en contra de la precisión técnica, ni de los trucos visuales, siempre y cuando sean vehículos para contar un relato. Pero, francamente, no sé qué historia se nos quiere transmitir en esta ocasión. Después de gastar más de doscientos sesenta millones de dólares en “Jurassic World: El reino caído”, me asalta la sensación de que se ha tirado el dinero, por mucho que en la taquilla la inversión se recupere con creces. Es obvio, pues, que yo sería un pésimo productor de cine.
 Las estrellas de la anterior entrega repiten de nuevo en el reparto. Bryce Dallas Howard, hija del director Ron Howard, ha participado en “Criadas y señoras”, “Spider-Man 3”, “Más allá de la vida” o “La joven del agua”. Chris Pratt compagina la presente saga con la de “Guardianes de la galaxia” y también hemos podido verle en la versión de Antoine Fuqua de “Los siete magníficos” y en “La noche más oscura”. Jeff Goldblum se mantiene desde aquel origen a cargo de Steven Spielberg y se suman, como secundarios, algunos rostros populares, como James Cromwell, Geraldine Chaplin y Toby Jones. De todas formas, los mejores planos, son para ellos: los dinosaurios. Podría decirse que, incluso, disfrutan de las mejores frases del guion.

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Datos del film

Título original: Jurassic World: Fallen Kingdom
Año: 2018
Duración: 128 min.
País: Estados Unidos
Dirección: J.A. Bayona
Guion: Colin Trevorrow, Derek Connolly (Personajes: Michael Crichton)
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Óscar Faura
Reparto: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, James Cromwell, Rafe Spall, Toby Jones, Justice Smith, Daniella Pineda, Ted Levine, Geraldine Chaplin, Jeff Goldblum,

martes, 5 de junio de 2018

45 ANIVERSARIO DEL ESTRENO DE "EL GOLPE" (45th Anniversary of the Premiere of "The Sting")

“El golpe” (The Sting) es una cinta estadounidense dirigida en 1973 por George Roy Hill. Este 2018, por tanto, se cumplen cuarenta y cinco años del estreno de este largometraje, que reunió de nuevo a Paul Newman y Robert Redford después de su trabajo conjunto en “Dos hombres y un destino”. “El golpe” fue nominada a diez Oscars de los que ganó siete, entre ellos el de mejor película. 

La trama se desarrolla en Chicago durante la década de los 30, Johnny Hooker (Robert Redford) y Henry Gondorff (Paul Newman) son dos timadores que deciden vengar la muerte de un viejo y querido colega, asesinado por orden de un poderoso gángster llamado Doyle Lonnegan (Robert Shaw). Para ello urdirán un ingenioso y complicado plan con la ayuda de todos sus amigos y conocidos. 

Uno de los más grandes éxitos comerciales de los 70, realizado por prácticamente el mismo equipo de "Dos hombres y un destino", su ingenioso guion, las adecuadas interpretaciones, la hábil dirección y la acertada música de Marvin Hamlisch lo convierten en una auténtica delicia. Título absolutamente imprescindible de la Historia del Séptimo Arte y referente indiscutible del mejor cine de Hollywood.

Escenas de la película









viernes, 1 de junio de 2018

BASADA EN HECHOS REALES (D'après une histoire vraie)

No sé cuál hubiese sido mi opinión sobre la película “Basada en hechos reales” de no haber leído el libro previamente, pero lo cierto es que me compré la novela de Delphine de Vigan nada más salir a la venta. Su anterior trabajo, “Nada se opone a la noche”, me gustó tanto que me apresuré a adquirir un ejemplar de su nueva obra en cuanto me enteré de que ya estaba en las librerías. Y, aunque ya no me encandiló tanto, confieso que disfruté con su lectura. Como regla general, esta circunstancia resulta un hándicap cuando se pretende adaptar una historia a la gran pantalla, a lo que hay que añadir, además, que Roman Polanski es un cineasta atípico, de esos que arrastran una popularidad personal paralela a la profesional. En su caso, le acompañan a cada estreno una serie de escándalos, tragedias y polémicas acumuladas durante años y que generan a su alrededor una aureola de amores y odios encontrados. Ganador de un Oscar por “El pianista”, forman parte de su filmografía cintas tan notables como “Chinatown”, “Tess”, “Frenético”, “El escritor” o “Un dios salvaje”. 
Creo que en “Basada en hechos reales”, el realizador no ha sabido narrar con acierto lo que sí había logrado transmitir con éxito la escritora francesa y, aunque en un inicio capta la atención, no llega a alcanzar la intensidad necesaria para sacar adelante el proyecto. Tal vez sea porque el listón estaba muy alto, tanto en lo que se refiere a los films del director polaco como a la repercusión del libro. Los prometedores primeros minutos dan paso a otros ligeramente monótonos y anodinos, por más que la estética y el pulso del montaje mantengan el ritmo de la proyección. Y, a pesar de sus destellos de elegancia, el largometraje deriva errático y un punto desnortado en cuanto a la coherencia del hilo argumental. 
Delphine, una exitosa escritora, vive paralizada ante la idea de tener que comenzar un nuevo texto. Es entonces cuando se cruza en su camino una joven encantadora, inteligente e intuitiva que parece comprenderla mejor que nadie y que pronto se convertirá en su confidente. La autora le abre las puertas de su vida, necesitada de cierta estabilidad a raíz de comenzar a recibir una serie de cartas anónimas. 
De Vigan aborda la trama con las palabras de un modo claramente superior que Polanski con la cámara. A punto de cumplir ochenta y cinco años, parece haber perdido gran parte de su instinto para conectar con el público, si bien hace apenas siete años todavía demostró su reconocida habilidad en “El escritor” y “Un dios salvaje”. En esta producción cinematográfica ofrece ciertos divertimentos apetecibles pero, en conjunto, no deja de ser una obra menor. En esta ocasión, el libro supera claramente a la película, que suspende en su intento de resultar interesante y atrayente. Rodada en 2017, ni siquiera le ha ayudado su estreno en el reciente Festival de Cannes. Aun con el sustento de un “best seller” literario y el reconocimiento de alguna actuación meritoria, sus resultados de crítica y público tan solo pueden calificarse de decepcionantes. 
Levemente perdida en su personaje, pero conformando al final una correcta interpretación, la actriz francesa Emmanuelle Seigner -musa y pareja del cineasta- encabeza el reparto. Elevando el nivel, le gana la partida su compatriota Eva Green, famosa por encarnar a la chica Bond de “Casino Royale” y asombrar en la sugerente “Soñadores”, de Bernardo Bertolucci. También figuran en el elenco Vincent Pérez (“Cyrano de Bergerac”) y Dominique Pinon (“Amélie”). En conclusión, lean mejor el libro o, a poder ser, la obra anterior de la autora, porque es una auténtica delicia.

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Datos del film
Título original: D'après une histoire vraie 
Año: 2017
Duración: 110 min.
País: Francia
Dirección: Roman Polanski
Guion: Olivier Assayas, Roman Polanski (Novela: Delphine de Vigan)
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Pawel Edelman
Reparto: Emmanuelle Seigner, Eva Green, Vincent Pérez