viernes, 29 de octubre de 2021

INFINITE


El realizador Antoine Fuqua es un claro exponente del cine de acción ideado como explosión de testosterona descontrolada. Incuso en sus películas de mayor elaboración (esas que cuentan con tramos mejor construidos y narrados) se pueden encontrar secuencias donde la desproporción y el desenfreno son las señas de identidad. “Training Day” le valió un Oscar a Denzel Washington (sin ser su mejor interpretación y teniendo enfrente en aquella edición a un magnífico Will Smith dando vida a Muhammad Ali), aunque destilaba exageración casi en cada plano. La primera parte de “The Equalizer: El protector”, también con Washington encabezando el reparto, satisfacía todas esas ansias de justicia instantánea ante los horrores provocados por los “hombres malos”, por más que no escondía en absoluto su esencia básica y simplona de regodearse en la violencia. “Shooter: El tirador” daba la sensación de contar con un trama de intriga política de la que tirar. Sin embargo, su final evidenció que donde el realizador se siente realmente cómodo es en la recreación caricaturesca, tanto del bien como del mal. En “El rey Arturo” filmó una historia ambientada en el Primer Milenio, a través de unos personajes cuasi sacados de un videojuego moderno. Paradójicamente, en “Los amos de Brooklyn”, cuando verdaderamente se aprecia su esfuerzo en favor de la ponderación, no logró destacar en demasía. Hasta aquí, la mención a los mejores trabajos y logros de este cineasta norteamericano.

Ahora presenta “Infinite”, cuya productora ha decidido estrenar directamente en la plataforma “Amazon Prime” sin pasar previamente por las salas de cine, quizás ante la evidencia de que el largometraje se le había ido a Fuqua de las manos, circunstancia que le sucede por segunda vez este año, pues en 2021 rodó “Culpable”, exhibida en Netflix desde hace semanas sin recalar en la pantalla grande. Un guion torpe y poco elaborado, como si hubiera sido escrito en dos tardes, unido a una dirección sin control que busca concatenar secuencias con escasa capacidad para hilarlas coherentemente, provocan un resultado muy decepcionante que constata el declive de Antoine Fuqua, aunque sea un declive tenue, dado que nunca ha alcanzado grandes cotas cinematográficas.

Evan McCauley es un hombre con problemas que lucha por sobrevivir. Le atormentan unas imágenes, mitad recuerdos y mitad pesadillas, en las que descubre que sus alucinaciones no son para nada lo que aparentan. En realidad, se trata de visiones de otras vidas pasadas. De esta forma, conoce a un grupo de personas como él, seres casi inmortales conocidos como "El Infinito" y que se han ido reencarnando a lo largo de los siglos.

Mark Wahlberg resulta un intérprete un tanto extraño. Con dos nominaciones al Oscar en su haber, cuenta con la particularidad de participar tanto en cintas de incuestionable calidad como en producciones mediocres y sin interés alguno. “The Fighter” de David O. Russell, “The Lovely Bones” de Peter Jackson, “Infiltrados” de Martin Scorsese, “La tormenta perfecta” de Wolfgang Petersen, o “Boogie Nights” de Paul Thomas Anderson pertenecen a ese grupo de proyectos interesantes y dignos de ver. Lástima que en su trayectoria pesen demasiado sus actuaciones en otros films como “2 Guns” o “Dolor y dinero”. Sin duda puede dar mucho más de sí, pero desperdicia a menudo su talento en propuestas insufribles. Le acompaña un desubicado Chiwetel Ejiofor, nominado a la estatuilla dorada de Hollywood por “12 años de esclavitud” y con participaciones en algunos títulos icónicos como “Love Actually” o en “American Gangster” y “Marte”, ambos a las órdenes de Ridley Scott. Completan el elenco Sophie Cookso (de la saga “Kingsman”) y Toby Jones (“El topo”, “El velo pintado”, “El desafío - Frost contra Nixon”), más desubicado si cabe que Ejiofor.



miércoles, 27 de octubre de 2021

WINONA RYDER


La actriz estadounidense Winona Ryder, dos veces nominada al Oscar (por “La edad de la inocencia” y “Mujercitas”) y ganadora de un Globo de Oro por la primera, debutó en el cine en 1986 con la película de David Seltzer “Lucas”.  Ya desde finales de los años ochenta alcanzó la popularidad con “Bitelchus” de Tim Burton (1988), “Escuela de jóvenes asesinos” de Michael Lehmann (1988) y “Gran bola de fuego” de Jim McBride (1989).

Su gran década fue la de los noventa, participando en “Eduardo Manostijeras”, de nuevo a las órdenes de Tim Burton (1990), “Noche en la tierra” de Jim Jarmusch (1991), “Drácula de Bram Stoker” de Francis Ford Coppola (1992), “La edad de la inocencia” de Martin Scorsese (1993), “La casa de los espíritus” de Bille August (1993), “Reality Bites” de Ben Stiller (1994), “Mujercitas” de  Gillian Armstrong (1994), “Donde reside el amor” de Jocelyn Moorhouse (1995), “El crisol” de Nicholas Hytner (1996) o “Inocencia interrumpida” de James Mangold (1999).

Posteriormente, sus apariciones han resultado más esporádicas y menos relevantes. Aun así, podemos citar su intervención en “Cisne negro” de Darren Aronofsky (2010) y en la serie de televisión “Stranger Things”



lunes, 25 de octubre de 2021

PELÍCULAS EUROPEAS PRESELECCIONADAS AL OSCAR AL MEJOR FILM INTERNACIONAL



LISTADO COMPLETO

Austria: Great Freedom, Sebastian Meise (Austria/Alemania) 

Albania: Two Lions Heading to Venice, Jonid Jorgji (Albania/Repúblia Checa/Reino Unido/Italia)

Armenia: Should the Wind Drop, Nora Martirosyan (Francia/Armenia/Bélgica)

Bélgica: Un monde, Laura Wandel (Bélgica)

Bulgaria: Fear, Ivaylo Hristov (Bulgaria)

Croacia: Tereza37, Danilo Šerbedžija (Croacia)

República Checa: Zátopek, David Ondříček (República Checa)

Estonia: On the Water, Peeter Simm (Estonia)

Finlandia: Compartment No. 6, Juho Kuosmanen (Finlandia/Rusia/Estonia/Alemania)

Francia: Titane , Julia Ducournau (Francia/Bélgica)

Georgia: Brighton 4th, Levan Koguashvili (Georgia/Rusia/Bulgaria/Mónaco/Estados Unidos)

Alemania: I'm Your Man, Maria Schrader (Alemania)

Grecia: Digger, Georgis Grigorakis (Grecia/Francia)

Hungría: Post Mortem, Péter Bergendy (Hungría)

Irlanda: Foscadh, Seán Breathnach (Irlanda)

Islandia: Lamb, Valdimar Jóhannsson (Islandia/Suecia/Polonia)

Kosovo: Hive, Blerta Basholli (Kosovo/Suiza/Macedonia del Norte/Albania)

Letonia: The Pit, Dace Puce (Letonia/Finlandia)

Lituania: The Jump, Giedre Žickyte (Lituania/Letonia/Francia/Estados Unidos)

Malta: Luzzu, Alex Camilleri (Malta/Estados Unidos)

Macedonia del Norte: Sisterhood, Dina Duma (Macedonia del Norte/Kosovo/Montenegro)

Montenegro: After the Winter, Ivan Bakrač (Montenegro/Serbia/Croacia)

Países Bajos: Do Not Hesitate, Shariff Korver (Países Bajos/Grecia)

Polonia: Leave No Traces, Jan P. Matuszyński (Polonia/Francia/República Checa)

Rumanía: Bad Luck Banging or Loony Porn, Radu Jude (Rumanía/Croacia/República Checa/Luxemburgo)

Serbia: Oasis, Ivan Ikić (Serbia/Eslovenia/Países Bajos/Francia/Bosnia y Herzegovina)

Eslovaquia: 107 Mothers, Peter Kerekes (Eslovaquia/República Checa/Ucrania)

Eslovenia: Sanremo, Miroslav Mandić (Eslovenia/Italia)

España: El buen patrón, Fernando León de Aranoa (España)

Suecia: Tigers, Ronnie Sandahl (Suecia/Italia/Dinamarca)

Suiza: Olga, Elie Grappe (Suiza/Francia)

Ucrania: Bad Road, Natalya Vorozhbit (Ucrania)


viernes, 22 de octubre de 2021

VENOM: HABRÁ MATANZA (Venom: Let There Be Carnage)



En varias críticas anteriores he puesto de manifiesto la decadencia de las películas basadas en los superhéroes de cómic. Tras una fase muy lúcida y lucida, encabezada por los “Spiderman” de Sam Raimi, los “Batman” de Christopher Nolan, los “X-Men” de los jóvenes “Magneto” y “Charles Xavier” o las primeras entregas de “Capitán América”, se produjo la inevitable consecuencia asociada a todo gran éxito de taquilla: la sobreexplotación de esa gallina de los huevos de oro, a la que se añadió la errónea idea de que la mejor forma de avanzar en una historia es sobredimensionar el tamaño y la espectacularidad de cada escena. Desde ese momento me saturé y comencé a observar con recelo lo que al principio esperaba con afán. A mi juicio, tal empeño por rodar la explosión más grande, crear la criatura más deforme, filmar la hecatombe más descomunal o diseñar la escena más aparatosa con el principal objetivo de superar en gasto, envergadura y ostentosidad a las cintas antecesoras, no es sino una vía de trasladar al Séptimo Arte la máxima de “cuanto peor, mejor”.

En mi opinión, resultó un error rodar de nuevo la misma historia del “hombre araña”, primero con Andrew Garfield y después con Tom Holland, de la misma manera que ahora me llena de desconfianza el próximo “hombre murciélago” protagonizado por Robert Pattinson. No se trata en absoluto de un problema achacable a los actores. Empieza por los productores y su modo de entender el cine basado en la reiteración. Paralelamente a este fenómeno, figura el de los “Spin-off”, consistente en escindir de la trama principal a personajes de las sagas para encabezar un largometraje con sustantividad propia, pasando de secundario a protagonista. Así, “Venom” era un villano de los cómics de “Spiderman” del que disfruté cuando acompañaba a Peter Parker. Pero, al decidir estrenar un film sobre dicha criatura, lo consideré ya un producto artificial y carente de sentido. La razón de ser de “Venom” estriba en su contraposición a “Spiderman” pero, si sacamos a este de la ecuación, la incógnita no se despeja.

Además, “Venom: Habrá matanza” (no voy a cebarme con el título) responde a la perfección a esa tendencia definida de gestar una producción cinematográfica sobre la base de la multiplicación de las desproporciones que siempre lleva implícitas este tipo de cine, así como de la división o la resta en la enjundia del guion, sin duda una muy mala política desde el punto de vista artístico. Lo que se gana en superficialidad, aparatosidad y deformidad, se pierde en historia, personajes y esencia cinematográfica. Evidentemente, no es cierto que cuanto peor, mejor.

Dicho lo cual, no se puede negar el éxito de la fórmula desde la perspectiva de los ingresos de taquilla. En apenas diez días, este título rozó los doscientos millones de dólares de recaudación a nivel mundial lo que, casi con total seguridad, derivará en un “Venom 3” gracias al que las productoras se seguirán frotando las manos y maquinando opciones para agrandar el producto todavía más.

Encabezan el reparto tres buenos actores. Tom Hardy repite como “Eddie Brock” y su alter ego “Venom”, no teniendo aquí otra opción que la de dejarse llevar por la sobreactuación. Intérprete habitual del cine de Nolan (“Origen”, “Dunkerque”, “El caballero oscuro: La leyenda renace”), destacó en “Locke” y ha realizado interesantes aportaciones en, por ejemplo, “El topo” o “El renacido”. Crecerá profesionalmente a través de otros papeles. Woody Harrelson disfruta llevando a su personaje al extremo. Muy excesivo en esta actuación, es probable que se haya limitado a seguir las instrucciones del realizador Andy Serkis, que posee también un pasado en la interpretación. Recordado por “El escándalo de Larry Flynt”, “Tres anuncios en las afueras” y “El mensajero” (sus tres nominaciones al Oscar), cumple con la recreación asimétrica e imperfecta de su perfil. Por su parte, Michelle Williams demostró sobradamente su talento como actriz en “Manchester frente al mar”, “Mi semana con Marilyn” o “Blue Valentine”. No obstante, esta clase de apariciones en nada le ayudan a consolidar su carrera profesional.



martes, 19 de octubre de 2021

VIGGO MORTENSEN



Viggo Mortensen nació en Nueva York el 20 de octubre de 1958. Actor y director estadounidense de ascendencia danesa, ha sido nominado en tres ocasiones a los Oscar, en cuatro a los Globos de Oro y una vez a los Premios Goya.

Debutó en el cine con la película “Único testigo” (1985), junto a Harrison Ford. En 1991 participó en “Extraño vínculo de sangre”, de Sean Penn. En 1995 rodó “Marea Roja”, de Tony Scott, acompañando a Gene Hackman y Denzel Washington. Un año después se puso a las órdenes de Jane Campion en “Retrato de una dama” y también intervino con Sylvester Stallone en “Pánico en el túnel”. Bajo la dirección de Ridley Scott actuó en “La teniente O´Neil” (1997) y en compañía de Michael Douglas y Gwyneth Paltrow estrenó el remake de “Crimen perfecto”.

Su gran despegue se produjo con la entrada del nuevo milenio. Filmó la trilogía de “El señor de los anillos” (2001, 2002, y 2003). Trabajó con David Cronenberg en “Una historia de violencia”, “Promesas del Este” (su primera nominación a la estatuilla dorada de Hollywood) y “Método peligroso” (2005, 2007 y 2011). Asimismo protagonizó “Alatriste”, de Agustín Díaz Yanes (2006), “Appaloosa”, de Ed Harris (2008), “La carretera”, de John Hillcoat (2009) y “Las dos caras de enero”, de Hossein Amini (2014).

En 2016 logró su segunda candidatura al Oscar por “Captain Fantastic”, de Matt Ross y en 2018 la tercera por “Green Book”, de Peter Farrelly.



viernes, 15 de octubre de 2021

MADRES PARALELAS



No hay duda de que Pedro Almodóvar es el director español más conocido y reconocido a nivel mundial.  Poseedor de un sello de identidad intransferible, dota a sus largometrajes de un colorido especial, una narrativa personal y una forma de condimentar los diálogos y las secuencias a base de mezclar su dramatismo y comicidad tan característicos. Ganador de un Oscar al mejor guion por “Hable con ella” (en mi opinión, su mejor película), pasea su cine por los principales festivales logrando levantar expectación con cada nuevo título. En “Madres paralelas” pueden hallarse buena parte de esas señas que le identifican, como los colores fuertes, los giros humorísticos, el retorno al pueblo o la participación de sus actrices más icónicas, por lo que es posible reconocer la mano del cineasta en los planos, la estética y el prototipo de drama.

Sin embargo, no consigue alcanzar los niveles de calidad de sus trabajos más sobresalientes, entre ellos sus últimos “Dolor y gloria” y “Julieta”. El principal problema de “Madres paralelas” estriba en que trata demasiados temas muy diferentes y con sustantividad propia, pero sin hilvanarlos bien entre sí. Más que madres paralelas, parecen tramas paralelas que, cuando pretenden confluir, lo hacen de modo un tanto torpe y artificial. Reivindicaciones transmitidas en un tono aleccionador que poco tiene que ver con el cinematográfico, unidas a una tragedia particular, una reflexión maternal, un posicionamiento sexual y una crítica política, resultan desacompasadas. En algunas secuencias, chirría la introducción de alguno de estos elementos entre los demás, como si se necesitase un calzador para meter a presión un zapato en un pie que quizá necesita otro número, lo que resta credibilidad al relato y afecta a la necesaria implicación emocional que requiere un argumento como este. Contar una historia no es lo mismo que pronunciar un discurso y, en este caso, “Madres paralelas” tiene más de discurso (del que, por otra parte, nada que objetar) que de historia y, desde un punto de vista estrictamente artístico, la obra se resiente.

En este proyecto se aprecia además un gran desnivel entre los personajes masculinos y femeninos. Dentro de la filmografía de Almodóvar el protagonismo femenino es innegable, aunque en general con notables contrapesos que dotan de cierto equilibrio a la parte interpretativa. Sin embargo, en “Madres paralelas”, Israel Elejalde no sitúa a su personaje a la altura de los de sus compañeras, quizá porque no está perfilado con la entidad suficiente y en cada plano aparece forzado y desubicado. Sea como fuere, y  pese a los reparos expuestos, el director refleja en varias escenas sus rasgos singulares a través de sus dosis habituales de drama y humor.

Dos mujeres solteras coinciden en una habitación del hospital donde van a dar a luz. Janis, la mayor, no se arrepiente de su maternidad y está exultante. La otra, Ana, es una adolescente asustada y arrepentida. A partir de ese momento, se inicia una relación entre ambas que perdurará a lo largo del tiempo. Los avatares de la vida las golpearán y, sin querer, terminarán golpeándose igualmente entre ellas, lo que afectará irremediablemente a sus respectivos futuros. Simultáneamente, Janis emprende una decidida lucha para poder desenterrar a un antepasado suyo de una fosa común de la época de la Guerra Civil.

Dentro del elenco sobresale la actriz Penélope Cruz, cuyo esfuerzo interpretativo queda plasmado en pantalla. Destaca asimismo la casi debutante Milena Smit. Las dos llevan sobre sus hombros el peso actoral y, en un notable porcentaje, constituyen el motor de la película. Cuando la acción se centra en ellas, el conjunto final gana enteros. En esta ocasión, tampoco faltan Rossy de Palma y Julieta Serrano, aunque sus apariciones evidencian más una manía o una superstición del realizador manchego que una necesidad en sí misma.

 


martes, 12 de octubre de 2021

30 ANIVERSARIO DEL ESTRENO DE LA PELÍCULA "LA BELLA Y LA BESTIA"


Se cumplen treinta años del estreno de “La bella y la bestia”. Producida por Walt Disney Pictures y dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise, fue la primera cinta animada nominada al Oscar a la mejor película, ya que en aquella época aún no existía la categoría de mejor película de animación.

Alcanzó un gran éxito, recaudando más de 171 millones de dólares en Estados Unidos y de 403 en todo el mundo.

Ganó finalmente dos premios de la Academia de Hollywood (mejor banda sonora, para Alan Menken y mejor canción original, de nuevo para Alan Menken junto con Howard Ashman). Obtuvo asimismo el Globo de Oro a la mejor película en la categoría de comedia o musical, además de repetir galardón para música y canción.

"La bella y la bestia" revolucionó sin duda el cine de animación y el género del musical.  




viernes, 8 de octubre de 2021

SIN TIEMPO PARA MORIR (No Time to Die)



Tras haber asistido a la proyección de “Sin tiempo para morir” puedo asegurar que, en mi opinión, lo mejor de la última película de James Bond es su tráiler, que he tenido oportunidad de ver numerosas veces a lo largo de estos meses de retraso de su estreno por culpa de la pandemia. En apenas dos minutos es posible disfrutar de unas escenas espectaculares y de la esencia de tan icónico, rudo, irónico y elegante personaje del Servicio Secreto británico, y la sensación que queda tras visionar dicho adelanto es que augura un entretenimiento divertido. Sin embargo, cuando se convierte en un metraje de ciento sesenta y dos minutos, deja al descubierto una serie de carencias que ensombrecen las expectativas generadas en el avance, entre ellas que no existe una trama coherente, capaz de engarzar las secuencias con un mínimo de rigor. La concatenación de planos atestados de tiroteos, explosiones, persecuciones e inventos ultramodernos se proyecta sin un hilo conductor lógico. De hecho, si en la sala de montaje hubieran intercalado por error al inicio de la cinta algunas escenas del final, la historia apenas se hubiese visto afectada.

Desde hace algún tiempo, la saga Bond encaja más en el género de ciencia ficción que en el de acción. Lo fundamental es rodar la escena más impresionante, la pelea más desmesurada en la localización más majestuosa y los tiroteos más impensables. Los villanos resultan cada vez más estrafalarios y sus interpretaciones, más teatrales y, hasta cierto punto, ridículas. Y, aunque personalmente puedo tolerar estos excesos, me cuesta mucho admitir ese plan tan patente del “más difícil todavía” sin un argumento trabajado y con un guion, no ya creíble, sino disparatado. A mi juicio, el resultado se torna decepcionante. Vaya por delante que algunas partes son muy buenas y, contempladas por separado, garantizan el aplauso, como sucede con el citado tráiler. Pero, al juntar las piezas (y hay mucho que juntar), se evidencia la decadencia de la saga. Considero que podrían recortarse sin problema tres cuartos de hora de proyección.

Por lo que se refiere a Daniel Craig, nada hay que objetar ni reprocharle a un papel que desarrolla a la perfección. A ratos galán y a ratos cínico, con momentos sensibles y con momentos de ira, tan impecable en esmoquin al pedir su Dry Martini como certero en el combate, chistoso cuando toca e intenso cuando procede, sin duda ha sido un gran James Bond. De hecho, su primera entrega, “Casino Royale”, es mi favorita. Aun así, pienso que acierta poniendo el punto final a su participación en la franquicia, pues debe explorar otros retos cinematográficos.

El director Cary Joji Fukunaga merece un apartado especial. Para mí ha supuesto la mayor desilusión de todas porque, a la pregunta de qué hay de él en este trabajo, mi respuesta es nada. Me resisto a pensar que el responsable de largometrajes como la versión de “Jane Eyre” protagonizada por Michael Fassbender y Mia Wasikowska, de “Beasts of No Nation” o de varios episodios de la serie televisiva “True Detective”, haya aportado un ápice de creatividad a “Sin tiempo para morir”. Más parece que, a modo de otro peón de esta cadena de montaje, ha colaborado en esta fábrica de “megaproducciones” que implica rodar un título de “007”.

Bond ha abandonado el Servicio Secreto y se encuentra disfrutando de una vida tranquila en Jamaica, pero ese período de retiro no va a durar demasiado, ya que su amigo de la CIA, Felix Leiter, reaparece para pedirle ayuda. La misión de rescatar a un científico secuestrado, que es clave para activar un arma que amenaza a la población mundial, entraña más riesgos de los previstos y coloca a 007 tras la pista de un misterioso y alocado villano.  

Christoph Waltz y Rami Malek (entre los dos suman tres Oscars) interpretan a los malvados de la historia. El primero realiza una recreación escueta y el segundo, otra excesivamente fingida y melodramática, provocando en ambos casos un efecto contrario al perseguido. Dentro del apartado reservado a las denominadas “chicas Bond”, figuran Léa Seydoux y Ana de Armas, quienes ya en otras ocasiones han demostrado sobradamente su valía y su versatilidad. Las dos encarnan sus roles con eficacia y siguen progresando profesionalmente en unas carreras que se presumen brillantes. Completan el reparto Ralph Fiennes, Jeffrey Wright y Lashana Lynch.



martes, 5 de octubre de 2021

LONDON FILM FESTIVAL 2021


El BFI London Film Festival se celebrará entre los días 6 y 17 de octubre.


Películas a competición

  • Belle - Mamoru Hosoda
  • Il buco - Michelangelo Frammartino
  • The Hand of God - Paolo Sorrentino
  • Nitram - Justin Kurzel
  • Hit the Road - Panah Panahi
  • Sundown - Michel Franco
  • Lingui, The Sacred Bonds - Mahamat-Saleh Haroun
  • True Things - Harry Wootliff
  • The Alleys - Bassel Ghandour
  • Azor - Andreas Fontana
  • Costa Brava, Lebanon - Mounia Akl
  • Prayers for the Stolen - Tatiana Huezo
  • The Feast - Lee Haven Jones
  • Small Body - Laura Samani
  • Playground - Laura Wandel
  • White Building - Kavich Neang

 Sección documentales

  • All About My Sisters - Wang Qiong
  • Babi Yar. Context - Sergei Loznitsa
  • Becoming Cousteau - Liz Garbus
  • The Dance - Pat Collins
  • A Cop Movie - Alonso Ruizpalacios
  • Faya Dayi - Jessica Beshir
  • Cow - Andrea Arnold
  • Nascondino - Victoria Fiore

viernes, 1 de octubre de 2021

CRY MACHO


Clint Eastwood representa a la perfección a la cinematografía norteamericana. En el ejercicio de sus facetas como actor, realizador o productor, su extensa y ecléctica trayectoria refleja un estilo artístico que ha marcado, tanto un sello personal, como un emblema de la cultura estadounidense. Con noventa y un años cumplidos y más de sesenta inmerso en el mundo del cine y la televisión, nos hallamos ante un referente indiscutible. Director venerado y autor respetado, puede presumir de varias obras maestras y de numerosas aportaciones sobresalientes al Séptimo Arte. Una vez ampliada su imagen inicial de tipo rudo y violento (encarnada en ese Harry “el sucio” apuntando con una Magnum 44 y pronunciando la icónica frase “venga, alégrame el día”), se ha descubierto a un completo y sensible cineasta, capaz de regalar a los espectadores maravillosas secuencias. Ganador de cuatro Oscars, Eastwood pasará con mayúsculas a la Historia del cine gracias a títulos como “Sin perdón”, “Million Dollar Baby” o “Los puentes de Madison”. No obstante, por edad, parece inevitable la cercanía de su ocaso y con “Cry Macho” resulta ya evidente la intención de comenzar a escribir su epílogo profesional.

Con esta última obra, que recuerda a un soneto pausado, reflexiona sobre diversos aspectos trascendentales, recurriendo para ello a los arquetipos más arraigados de la idiosincrasia de su país. Los paisajes naturales, el espíritu vaquero y los sombreros tejanos se filman con el afán de combinar la naturaleza con el alma humana, dejando a su paso una sensación de homenaje póstumo. Se percibe que el protagonista está de vuelta de todo y con ganas de sentenciar lecciones aprendidas. En ese sentido, se trata de un largometraje de trama sencilla, narración sosegada y envoltura tierna. 

Aun sin aproximarse a sus grandes creaciones y dejando atrás la contundencia de sus mejores trabajos, no cabe duda de que el californiano es habilidoso contando historias y, por tanto, consigue armar un buen relato que alcanza por momentos unos niveles de sensibilidad y lucidez dignos de elogio. El problema estriba en la altura de su listón, tan elevada que el ritmo de sus producciones no permite mantenerlo siempre. En definitiva, una obra menor dentro de la filmografía de Eastwood, pero no en el conjunto de la cinematografía norteamericana.

Una ex estrella de rodeo y criador de caballos retirado acepta el encargo de un antiguo jefe para traer de vuelta a casa a su hijo pequeño desde México y, de ese modo, alejarlo de su madre alcohólica. Durante el viaje ambos se embarcarán en una inesperada aventura. Cabría pensar que apenas queda nada de aquel actor que rodaba spaguetti westerns en Almería, pues no podían vislumbrarse en sus inicios su madurez y consistencia posteriores. Sin embargo, ha mantenido a lo largo de las décadas esa particular y atrayente presencia delante y detrás de la cámaras, y algunos de sus rasgos de antaño permanecen inalterables medio siglo después. Incluso ahora, pese a evidenciar puntuales signos de fragilidad, consigue aprobar con soltura. Sin duda quien tuvo, retuvo.         

El protagonismo del film recae en el propio Eastwood, hasta el punto de que el resto de intérpretes son bastante desconocidos, incluso en algunos casos debutantes, circunstancia que les no impide unas correctas interpretaciones. Además, en el terreno de la dirección de sus actores, el veterano cineasta logra ese delicado equilibrio entre la actuación natural y la supeditada al desarrollo de un guion.