viernes, 3 de enero de 2025
jueves, 2 de enero de 2025
NOSFERATU
Pocos personajes han despertado tanta fascinación en el mundo del cine como Drácula y Nosferatu. La novela de Bram Stoker, además de a varias adaptaciones, ha dado lugar a un variopinto listado de películas, no siempre fieles a la idea original y con diversos estilos. Pero, sin duda, tan atrayente y aterrador personaje se alza como uno de los más recurrentes del Séptimo Arte. Tal es así que, respondiendo a la esencia de su naturaleza, resulta imperecedero, poderoso y capaz de protagonizar algunas joyas artísticas que perdurarán generación tras generación.
Hace ya más de un siglo se rodó “Nosferatu”, bajo las órdenes de Friedrich Wilhelm Murnau. Y, pese a las carencias de aquella época (nos retrotraemos nada menos que a 1922), se ha convertido en un icono de la cinematografía, con secuencias y planos que han influido en innumerables producciones posteriores. Setenta años después de dicha cinta originaria, Francis Ford Coppola triunfó con otra versión que también se ha encumbrado como un filme de culto, con Gary Oldman y Winona Ryder al frente del reparto. Entre ambos rodajes figura un sinfín de títulos diferentes en cuanto a género y calidad y, si se incluye a otros vampiros más allá de la creación literaria de Stoker, los ejemplos se cuentan por centenares.
Ante esta realidad, cabe preguntarse si una nueva reinterpretación se hacía necesaria. En principio, mi respuesta tiende a ser negativa. Sin embargo, reconozco que Robert Eggers ha modificado mi impulso inicial y, una vez visto su trabajo, lo valoro y asumo que se trata de una historia tan eterna que nunca termina de saciar al público. Este cineasta norteamericano, que debutó en 2015 con la apreciada “La bruja” y continuó con la extraña “El faro” (2019) para, posteriormente, presentar la violenta “El hombre del norte” (2022), se mueve con soltura y agrado por la oscuridad más sórdida y atrayente.
Con un estilo clásico y a cargo de una realización aparentemente sobria, logra un objetivo bastante complicado: enganchar al espectador relatando una trama muy conocida y reconocida. El resultado puede calificarse de poético y sombrío, como procede en una obra de estas características. Lo bello y lo tenebroso transitan de la mano a modo de sinfonía. En ese sentido, destaca el gran trabajo del director de fotografía Jarin Blaschke, nominado al Oscar por el anterior proyecto de Eggers, “El faro”.
Sin duda, las comparaciones suelen tornarse injustas y desafortunadas. En mi caso particular, prefiero el largometraje de Coppola, algunos de cuyos planos y diálogos considero sublimes, además de la inmejorable banda sonora del excelente compositor polaco Wojciech Kilar. No obstante, esta notable propuesta de “Nosferatu” en pleno 2024 evidencia que tras ella existe todo un artista.
Como regla general, el terror no llama la atención de los académicos ni de las asociaciones que premian lo mejor de cada año en sus respectivas categorías. Dicho esto, en mi opinión “Nosferatu” sobrepasa con claridad a otras alternativas que, a esta alturas del calendario, están recibiendo multitud de nominaciones. Pero, como bien expresa la máxima, “para gustos, colores”.
Encabeza el elenco Lily-Rose Depp (hija del actor estadounidense Johnny Depp y de la actriz, cantante y modelo francesa Vanessa Paradis), quien ya había participado previamente en “Silent Night” (2021) y “The King” (2019). Le acompaña el muy prolífico Nicholas Hoult, visto recientemente en “Jurado nº 2”, de Clint Eastwood y en plena promoción del último Superman, que se estrenará en 2025. Junto a ellos, Bill Skarsgård (“It”, “It: Capítulo 2”), Aaron Taylor-Johnson (“El especialista”, “Animales nocturnos”, “Kick Ass”) y Willem Dafoe, magnífico intérprete, eterno secundario de lujo y cuatro veces candidato a la estatuilla dorada de Hollywood, una de ellas precisamente por “La sombra del vampiro”, basada en el rodaje de la citada obra maestra de Murnau.
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