jueves, 5 de enero de 2012

DRIVE


Reconozco que no sabía quiénes eran James Sallis y Nicolas Winding Refn hasta que me interesé por ellos después de ver Drive. El primero es un escritor norteamericano especializado en novela negra, aunque también ha probado con la poesía y la música. El segundo es un director nacido en Dinamarca que tiene cierta obsesión por la violencia. Seguramente no hubiese reparado en ellos de no decidirme a ver este largometraje, alentado por sus buenas críticas. En el pasado festival de Cannes, el danés ganó el premio al mejor realizador. Asimismo, uno de sus protagonistas -el otrora cómico Albert Brooks-, ha obtenido los galardones entregados por las asociaciones de críticos de Boston, San Francisco y Washington, además de estar nominado al Globo de Oro por su recreación de un mafioso sanguinario. En los Spirit Awards, que se otorgan al denominado cine independiente, compite en las categorías de mejor película, director, actor y actor secundario. Por lo tanto, sobraban argumentos para comprobar el trabajo de estos dos desconocidos, Sallis como creador de la historia y Winding Refn como adaptador de la misma a la pantalla grande.
Y de reconocer que el producto final me ha gustado y, lo que es más difícil, me ha sorprendido. Se trata de una cinta de acción poco convencional ya que, pese a la intensidad de la narración, las persecuciones de coches y las peleas que se entablan se reflejan mediante una estética pausada, casi poética, que choca con la práctica totalidad de otros films del género. De hecho, se utiliza incluso la cámara lenta y, sobre todo, se pone el acento en unos protagonistas que callan más que hablan y que casi todo lo transmiten con su expresividad y sus silencios, lo que otorga a la trama cierta trascendencia. Dicho esto, conviene dejar claro que nos enfrentamos a un título muy violento en el que la agresividad de sus escenas nos recuerda al Sam Peckinpah más rudo. Los asesinatos se plasman con extrema crudeza, aunque ello no impide al espectador reconocer que está viendo algo más que una mera historia sangrienta. Por encima de todo, el interés por sus personajes supera con creces esa sensación de brutalidad.
Ryan Gosling interpreta el papel principal. Se da la circunstancias de que este actor cuenta con dos nominaciones a los próximos Globos de Oro aunque no por esta interpretación sino por sus actuaciones en Los idus de marzo de George Clooney y en la comedia Crazy, Stupid, Love. También el cómico por excelencia Albert Brooks, nominado al Oscar hace algunos años por la muy divertida Al filo de la noticia, cambia por completo de registro y lo hace con soltura. En el apartado femenino les acompaña la actriz británica Carey Mulligan, que participó en las destacadas An Education y Nunca me abandones. Juntos forman un excelente reparto que beneficia a un largometraje que, a buen seguro, se convertirá con el paso del tiempo en un clásico del género de acción.

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